lunes, 28 de noviembre de 2016

Parashá De La Semana, Toldot (Bereshit 25:19-28:9) 06

Parashá De La Semana, Toldot.


El rol de Itzjak

La Torá dedica varias parashiot a la vida de los patriarcas Abraham y Yaakov, mientras que sólo una parashá, Toldot, se enfoca en Itzjak. E incluso en esta parashá, sólo hay una historia que involucra a Itzjak y que no involucra a algún otro patriarca: la historia del período que vivió en Guerar, la tierra de los filisteos.
Esta historia relata cómo Itzjak se vio forzado por una hambruna a mudarse a Guerar, lugar en el cual tuvo que decir que su esposa Rivka era su hermana, tal como había tenido que hacer su padre muchos años antes. Luego la Torá explica largamente cómo los filisteos sellaron los pozos que Abraham había excavado y cómo Itzjak los volvió a excavar. Itzjak se encontró con mucha hostilidad por parte de los filisteos nativos y finalmente hizo un pacto con Avimélej, el rey de los filisteos.
Es muy difícil extraer alguna lección significativa de esta historia en un análisis superficial. Pero en realidad, si profundizamos un poco, esta historia nos entrega la clave para entender a Itzjak. El aspecto más llamativo del actuar de Itzjak es que fue muy similar al actuar de su padre. Cuando hubo una hambruna en la época de Abraham, éste se dirigió a Egipto; Itzjak planeaba hacer lo mismo hasta que Dios le dijo que no dejara la tierra de Israel. A continuación, Itzjak volvió hacia los pozos que había excavado su padre, pero que ahora estaban sellados, los volvió a excavar y les puso el mismo nombre que su padre les había dado anteriormente1.
Rabeinu Bejaie comenta que las acciones de Itzjak que acabamos de describir nos enseñan el concepto de mesorat avot, que es el seguir las tradiciones de nuestros padres a lo largo de todas las futuras generaciones del pueblo judío2.
Itzjak no quiso desviarse ni un centímetro del camino que había recorrido su padre. Rav Matitiahu Salomon explica el rol que tuvo Itzjak entre los patriarcas: Abraham fue el pionero; sentó los precedentes y puso las señales en el camino. El rol de Itzjak fue consolidar todo lo que había hecho su padre, seguir sus pasos con precisión y, de esta forma, establecer para todas las generaciones futuras la primacía de seguir la mesorá (tradición).
El objetivo de la vida de Itzjak no era buscar nuevas formas y nuevos caminos, sino que era seguir fielmente el camino que había recorrido su padre. Por lo tanto, cuando hubo una hambruna en la tierra, inmediatamente pensó ir a Egipto, ya que así había hecho su padre. Cuando fue a Guerar, excavó los mismos pozos que había excavado su padre y les dio los mismos nombres que les había dado Abraham3.
Sin embargo, hay un aspecto de Itzjak que pareciera contradecir la idea de que siguió a su padre en todos los aspectos: Abraham e Itzjak tenían personalidades muy diferentes. Abraham personificaba el atributo de jésed, y esparcía su bondad por doquier. Itzjak, por otro lado, se caracterizaba por su auto disciplina y fortaleza interior. Abraham fue el mejor ejemplo a seguir que uno podría tener; hubiese sido natural que Itzjak tratara de emular cada una de las acciones de su padre. Sin embargo, Itzjak no se contentó con eso y forjó su propio camino en el servicio a Dios.
Vimos que, por un lado, Itzjak representa la continuación de la tradición al no desviarse del camino que su padre había fijado. Pero por el otro lado, Itzjak poseía un carácter completamente diferente al de su padre. ¿Cómo podemos conciliar estos dos aspectos de Itzjak? La verdad es que no hay contradicción.
Todo judío nace con una línea de tradición que se remonta hasta Abraham, y está obligado a adherirse por completo a las instrucciones y actitudes que involucra esta línea de tradición. Una persona no puede elegir sus propios valores; hay una tradición que lo guía en la vida.
Pero al mismo tiempo, esto no significa que todas las personas que estén en la cadena de la mesorá deban ser idénticas unas a otras en todos los aspectos; hay muchas formas en las que una persona se puede expresar a sí misma dentro del marco del cumplimiento de lamesorá.
El Jafetz Jaim pregunta ¿por qué la Torá enfatiza que el Árbol de la Vida estaba en el medio (betoj) del Gan Edén? Y responde que esto nos enseña que hay un punto central de verdad pero que hay muchos puntos que lo rodean, cada uno de los cuales se encuentra a la misma distancia del centro. De la misma manera, hay muchos enfoques del judaísmo que enfatizan diferentes formas de servicio y diferentes rasgos personales, y mientras estos permanezcan dentro de los límites de la mesorá, todos tendrán la misma validez4.
Hubo una Ieshivá en particular que acentuaba la idea de que ninguna persona debía ser forzada a encajar en un molde específico: la de Slobodka. Rav Noson Tzvi Finkel, el Alter de Slobodka, hacía mucho hincapié en la singularidad de cada individuo. Él temía contratar maestros demasiado carismáticos en su Ieshivá ya que temía que abrumaran a los estudiantes con su gran personalidad5. Este énfasis en alentar a un estudiante para que desarrolle su individualidad permeó las enseñanzas de los estudiantes de la institución.
Rav Yaakov Kamenetsky, un ex alumno de Slobodka, siempre enfatizó la importancia de la independencia en el estudio. Pese a que no menospreciaba la importancia de la devoción que un estudiante debe tener por su maestro, acentuaba que esta no debía evitar que el estudiante desarrollara su propio poder de análisis y que llegara a sus propias conclusiones6.
Rav Kamenetsky adoptó un enfoque similar en el área de la ideología; creía que si una persona tenía una tendencia hacia una cierta corriente válida de Torá, entonces no había que prohibirle que la investigara incluso si contrastaba con la perspectiva tradicional de su familia.
Una familia, que era cercana a Rav Kamenetsky, quedó sumamente conmocionada cuando se enteraron que el menor de sus siete hijos quería ser un jasídico de Skverer. Por lo tanto, fueron con el muchacho a ver a Rav Yaakov esperando que él convenciera al joven de que los hijos de las buenas familias alemanas no se hacen jasídicos. Pero para su sorpresa, Rav Kamenetsky se dedicó a asegurarle a la familia que el hecho que el muchacho quisiera seguir un camino diferente en su servicio a Dios no era un tema que debiera preocuparles. Obviamente su hijo tenía ciertas necesidades emocionales que podían ser satisfechas si se hacía jasídico, por lo que la familia debía respetar dichas necesidades. Incluso les recomendó un paso más radical de lo que los padres estaban dispuestos a considerar: ¡Que enviasen al muchacho a una Ieshivá de Skverer7!
La idea de que hay muchas formas válidas en las que un judío observante se puede expresar es relevante en muchas áreas de nuestras vidas, como por ejemplo en el desarrollo de la personalidad propia. Muchas sociedades tienen una tendencia que lleva a que ciertos rasgos de personalidad sean más alabados que otros. Por ejemplo, ser extrovertido y seguro suele ser algo muy positivo, mientras que ser tímido y retraído suele ser visto de forma negativa.
Un padre extrovertido que tiene un hijo introvertido puede tender a pensar que la naturaleza tranquila de su hijo es un defecto de su personalidad, y por lo tanto, puede tender a presionarlo para que cambie. Sin embargo, lo más probable es que sólo logre hacer que el niño sienta que es inadecuado. La tarea del padre es entender que quizás su hijo es diferente a él, aceptarlo como es y trabajar en sus fortalezas. Del mismo modo, puede que un niño encuentre difícil sentarse durante largos períodos de tiempo y enfocarse en el estudio; si un padre o un maestro ejercen demasiada presión sobre el niño, lo más probable es que cuando crezca se rebele.
Pese a que este mensaje aplica principalmente a la paternidad, también aplica en gran medida a nuestro servicio a Dios.
Puede que a veces nos sintamos inadecuados en algunas áreas de la vida ya que no "encajamos" en el consenso de la sociedad en la que vivimos. Sin embargo, si se nos permitiera expresar nuestras fortalezas, podríamos encontrar más satisfacción en nuestras vidas, personalidades o estudio. Obviamente esto debe ser hecho con una guía y con un estricto apego a la mesorá.
¿Cuáles son los beneficios de alentar a una persona a expresar su individualidad dentro de la Torá? Anteriormente dijimos que la Ieshivá que hacía el mayor hincapié en esta idea era Slobodka. Si nos fijamos en los egresados de todas las grandes Ieshivot, veremos que Slobodka fue por lejos la que produjo más rabinos importantes8. Y lo más sorprendente de todo es ver cuán diferentes eran todos estos rabinos entre sí. Al enfocarse en la singularidad de cada individuo, el Alter pudo sacar a la luz lo mejor de cada uno de sus estudiantes. Si logramos emularlo, entonces tendremos una probabilidad mucho mayor de que todos nosotros —tanto nuestros hijos como nuestros estudiantes, e incluso nosotros mismos—, vivamos una vida mucho más feliz y exitosa.

1 Toldot, 26:18.
2 Rabeinu Bejaie, ibíd.
3 Matanot Jaim, Cap. 2. “Los caminos de los patriarcas”.
4 Jofetz Jaim Al HaTorá, 2:9.
5 Ver Rav Yaakov Rosenblum, Cap.2, pp. 50-56.
6 Ibíd., pp.55-6.
7 Ibíd., p. 328.

8 Incluidos en esta lista están: Rav Aharon Kotler zt”l, Rav Yaakov Kamenetsky zt”l, Rav Yaakov Itzjak Ruderman zt”l, Rav Itzjak Hutner zt”l, Rav Reubén Grozovsky zt”l (Rosh Ieshivá de Torá Vedaas), Rav Dovid Leibowitz zt”l (el primer Rosh Ieshivá de Tora Vedaas y subsecuentemente fundador de la Ieshivá Jafetz Jaim), Rav Isaac Sher zt”l (Rosh Ieshivá de Slobodka), Rav Iejézquel Sarna zt”l (Rosh Ieshivá de Hebrón); Rav Meir Jodosh zt”l. El hijo del Alter, Rav Eliezer Yehuda Finkel, fue el Rosh Ieshivá de Mir.

miércoles, 23 de noviembre de 2016

Parashá De La Semana, Jaiei Sará (Bereshit 23:1-25:18) 05


Parashá De La Semana, Jaiei Sará.

Por. Adaptación Rav Gabriel Guiber
¿DONDE ESTA LA FUENTE?
 “y a los hijos de las concubinas que tuvo Abraham,
Abraham les dio regalos”
(Bereshit 25,6)

Es conocido el relato sobre el sacerdote de otra creencia que decidió hacer caer a los iehudim, provocando la destrucción espiritual, lo alenu.
¿Qué hizo? Aprendió la lengua hebrea y contrató un “More” para que le enseñe Guemara. Ese More hizo lo contrario a lo establecido por la “Halaja”, la ley, ya que está prohibido enseñarle Tora a un no iehudi(salvo en el caso en que el no iehudi tenga la seria intención de convertirse al judaísmo, en ese caso las leyes son diferentes, pero no es nuestro caso, ya que ese hombre sólo pretendía hacer daño a nuestros hermanos).
Bien, el hombre estudió Guemara con el More, y cuando se sintió seguro, ingresó a estudiar en una Ieshiva, desde luego, haciéndose ver como un “Ben Ieshiva”.
Su idea era precisa, en contacto con otros alumnos, tenía la posibilidad de convencerlos para que se aparten de nuestra fe, haciéndolos escuchar cosas despreciables mezcladas con idolatría, y de esa forma, Hashem nos guarde, pretendía hacer “caer” a los alumnos o convertirlos en personas malvadas.
Se sentaba a estudiar con mucha constancia, como los demás alumnos de la Ieshiva. Cuando el Rosh Ieshiva, el gaon rabi Iojanan Aibshitz ztz”l entró al Beit Hamidrash, hizo una mirada global al salón de estudio, y se dirigió, directamente, hacia este alumno. Comenzó a hablar con él, y con su inmensa sabiduría logró enrollarlo con palabras hasta que reconoció quién era y cuáles sus propósitos, haciendo que salga expulsado de la Ieshiva, con gran vergüenza…
Los alumnos, que habían estado en contacto con él, estaban extrañadísimos. ¿Cómo había hecho el Rosh Ieshiva para identificarlo tan rápidamente y para hacerlo confesar? Los alumnos estaban todo el día con este “compañero” sin haberse dado cuenta de nada.
El rab les dijo: pude ver que era diferente, distinto de todo el resto. Todos ustedes, cuando estudian, se mueven con energía, se ven las ganas de estudiar en cada uno. En cambio él, estudiaba inclinado, casi congelado, como si estuviera revisando un error de cálculos. De inmediato entendí que se trataba de un no iehudi…
El rab agregó que recordó las palabras del Zohar Hakadosh, que el alma del iehudi está conectada con los cielos, y todo el tiempo está tratando de absorber espiritualidad. Por eso, los iehudim nos movemos cuando estudiamos o en los tiempos de Tefila, como la llama de la vela, que se mueve y se mueve, sin encontrar descanso…
Y en efecto, así es el alma iehudi. Se desespera por estudiar Tora, por alabar al Creador, esta es la esencia de la vida, llegar a la satisfacción espiritual.
Dichosos son los que, Baruj Hashem, recibieron una educación con Tora, que abrió frente a ellos un mundo maravilloso, tan maravilloso. Un mundo de tanta satisfacción… Un mundo verdadero… El mundo del Iahadut y sus tesoros.
Pero, lamentablemente, hay muchos, muchísimos, que no pudieron ver esos tesoros. Algunos no pudieron conocerlos, y para otros, el camino fue obstaculizado, cuando les arrancaron sus tradiciones.
En sus almas, no tienen descanso, porque están buscando el verdadero camino.
Ponen una mochila en sus hombros, y salen a buscar algo que llene sus vidas. La mochila es muy pesada, pero no les impide hacer una recorrida por las llanuras de la India, y por los montes del Tibet, por los templos (de idolatría) del Nepal o por los monasterios de Birmania…
¿Un iehudi necesita recorrer todos esos lugares donde solamente existe la idolatría? Junto con la pobreza, la discriminación y otras cosas no menos desagradables.
¿Qué podemos decir? Es la moda, hacer turismo en esos países exóticos. Esos países donde sus habitantes viven en la extrema pobreza, están gobernados por una elite, que promociona el turismo. Construyen hoteles imponentes y centros comerciales, sólo para turistas, porque la gente se muere de hambre. Y algunas de las atracciones puede ser, por ejemplo, ese “faquir”, que se pasa sentado en inmóvil durante días, con sus largos cabellos grises que cuelgan sobre sus hombros y las uñas larguísimas. También ese hombre, aunque sea una atracción, muere de hambre. Para entrar a verlo, tuvimos que ingresar entre unos túneles construidos con arcilla.
Hablaba en un extraño inglés, sobre cosas misteriosas, pero todo sin sentido.
El hombre le preguntó a un grupo de turistas iehudim: ¿de dónde son ustedes?
Y contestaron: de Israel.
¿Ustedes son iehudim?
¡Sí!
Entonces, ¿qué hacen aquí? Ustedes son el origen de todo, pueden volver a casa y dirigirse a sus casas de estudio, allí podrán encontrar todo, absolutamente todo…
Lo que nosotros tenemos aquí, y que ustedes están viendo, es sólo una copia mal copiada, una copia borrosa, aquí todo es oscuro, y en Israel, en las casas de estudio de los iehudim, está la luz.
En pocas palabras, este hombre los mandó de vuelta a sus casas, para que salgan de la oscuridad y vayan a buscar la “luz”…
Y esto no ocurrió una vez, ni dos, sino muchas veces. Mucha gente que estuvo allí, volvió aquí, a la tierra de Israel, sabiendo ahora cuál es la verdad. Porque de padre a hijo, de maestro a alumno, les susurraron allí, en el lejano oriente, una gran afirmación: nosotros no tenemos historia, no tenemos un origen de donde sale todo esto, hay una gran verdad, que está en manos del pueblo iehudi.
Y el versículo, está en nuestra perasha: y a los hijos de las concubinas de Abraham, Abraham les dio regalos, y los envió lejos, lejos de Itzjak. Todo esto hizo Abraham mientras seguía con vida, porque, tal vez, sentía miedo de lo que podría pasar si moría y estaban todos juntos. Los envió al este, hacia la tierra de Kedem. Y Rashi explica que les dio regalos y un nombre impuro… Y está escrito en el Zohar Hakadosh que Abraham Avinu les enseñó todas las cosas más bajas de los mundos espirituales.
Solamente Itzjak Avinu estuvo sobre ellos, y aprendió de su padre nuestra Tora y los secretos de la sabiduría, y se excluyó del resto, uniéndose a Hakadosh Baruj Hu, y estudiando cómo Hashem gobierna Su Mundo.
El resto, estudió cosas vanas y bajas, tuvieron una sabiduría fragmentada, fueron hacia la tierra de Kedem, o sea al este, y de ellos se formaron todos los cultos del lejano oriente. Una sabiduría fragmentada y limitada, desde sus comienzos, torcida y nublada, durante decenas de generaciones.
En cambio, aquí, donde guardamos la sagrada Tora, con toda su pureza original, la verdad tan maravillosa, la Santidad, todo concuerda, todo tiene fundamento, nada está en el aire, como en su comienzo, como en su origen…
¿Para qué ir a buscar en pozos rotos, cuando en nuestras manos está la fuente, el origen de todo? Tenemos la fuente de aguas vivas, la sabiduría tan elevada que nunca llega a su fin. Ya lo dijo Shlomo Hamelej (Mishle 8,34): dichoso el hombre que me escucha (a Hashem), que golpea a Mi Puerta todos los días, porque encontrará la vida…


Traducido del libro Maian Hashavua.




Leiluy Nishmat

Israel Ben Shloime   z”l

Lea (Luisa) Bat Rosa    Aleha Hashalom

Iemima Bat Abraham Avinu    Aleha Hashalom

miércoles, 16 de noviembre de 2016

Parashá De La Semana, Vaerá (Bereshit 18:1-22:24) 04

PERDON POR LA MIEL
“Y él estaba sentado en la puerta de la tienda, con el calor del día”
(Bereshit 18,1)
Escuchamos al rab hagaon Iaacov Galinsky ztz”l:
Sobre la casa de Abraham Avinu Halav Hashalom, se puede atestiguar lo que está escrito en la Guemara (Sanhedrin 49a), que su casa era como un desierto. Así como el desierto no tiene dueño, la casa de Abraham Avinu también parecía no tener dueño. Y explica Rashi: para los pobres, que puedan recibir lo que necesitan en su casa…
De esta forma, podemos ser catalogados como: el hombre está obligado a decir cuándo mis acciones llegarán a ser como las de nuestros padres, Abraham, Itzjak y Iaacov (Tana Debe Ieliahu Raba, 25).
Y recordé una casa de este tipo, donde fui como un hijo más. La casa de mi Rosh Ieshiva, el gaon rabi Abraham Iafen ztz”l. Tal vez no nos dio de comer “lengua de vaca” con mostaza, apenas y con dificultades podíamos comer un poco de pan, pero lo que sea, la casa era como un desierto. Sin dueño. Había estudiantes de la Ieshiva en el salón, en los pasillos, en el cuarto de los niños. Comíamos en la mesa de la casa como si fuéramos de la familia.
En el invierno, el Shabat comenzaba a las dos y media. A las cinco, ya habíamos terminado nuestra liviana comida, un poco de “Jala” con trocitos de pescado. Desde ese momento, teníamos que contener el hambre hasta el día siguiente por la tarde, donde comeríamos otro poco de pan.
Un día descubrimos un tesoro. En el Beit Hakneset “Anshei Mishmar”, se desarrollaban cursos de Tora durante toda la noche. Guemara, Mishna, Perashat Hashavua, Y entre cada clase y clase repartían vasos de té acompañados de una masita. Un verdadero tesoro. Pero, el Beit Hakneset era pequeño y los participantes, muchos. ¿Cuántos alumnos podían asociarse a los cursos, disfrutando de los dos mundos? El problema era pensar qué ocurría con el resto, con los que no podían entrar…
A las diez de la noche, el Rosh Ieshiva daba una charla en su casa. Sus palabras nos elevaban hasta alturas increíbles. Pero cuando terminaba, nuestro estómago nos hacía recordar algo. Los muchachos se fijaron en mí: “Iankel, haz algo”. Entré a la cocina, busqué y encontré. Les llevé Jala con un frasco de miel, ¿hacía falta algo más?
Es como dice el versículo: él vio sus penas, cuando escuchó el clamor(Tehilim 106,44). Cuando escuchamos con qué nos alegramos tanto, porque encontramos un pan con miel, vemos cuánto sufrimiento había, qué ajustados vivíamos.
Después de un tiempo, supe que la rabanit “dio vuelta” toda la casa buscando ese frasco de miel. Lo tenía guardado para preparar algo especial en Pesaj, y había desaparecido.
Esperé el momento oportuno para disculparme, pero ese momento tardó mucho en llegar, se desató la guerra, y fuimos desterrados de una tierra a otra, hasta terminar en Siberia, donde nuestras vidas pendían de un hilo. Pensé, que si me salvaba de esa cárcel, buscaría a la rabanit para disculparme.
Y tuve el mérito…
Me llevaron de un lado a otro, llegué a Uzbekistan, y de allí a Alemania. Subí a la tierra de Israel, y en el año 5711 llegó de visita a Israel, el Rosh Ieshiva y la rabanit.
Se organizó una reunión entre los alumnos, y el Rosh Ieshiva fue señalando a cada uno de nosotros y nos hizo hablar. Teníamos planes para formar una red de Ieshivot Novardok en toda la tierra de Israel, y cada uno daba su consejo y opinión.
Llegó mi turno, el Rosh Ieshiva levantó la voz y me llamó: “vamos a escuchar ahora a Iankel Kriniker”, ese es mi nombre y así me recuerdan. Me paré y dije: antes de comenzar, quiero pedir disculpas…
La rabanit estaba sentada en el sofá, y escuchaba lo que se hablaba. Yo me confesé, mis manos se habían apoderado de ese famoso frasco de miel.
La rabanit se puso de pie, y por primera vez se mezcló en una conversación. Lanzaba fuego. Todos quedamos perplejos:
¿Tú necesitas disculparte? ¡Nosotros estamos obligados a disculparnos! Cuando hay muchachos hambrientos, ¿quién puede pensar en cuidar un frasco de miel? Todo lo que teníamos era para ustedes, ¿vamos a dejarlos sin un frasco de miel? Desde un principio yo debía haberlo entregado. ¡Por eso, a mí me corresponde pedir disculpas!
A esto se le llama, ¡la casa como un desierto!


Traducido del libro Vehigadta.


DIEZ
MUCHO MAS QUE DIEZ
“Tal vez haya cincuenta justos dentro de la ciudad”
(Bereshit 18,24)

Pensando bien en las palabras de Abraham Avinu con Hakadosh Baruj Hu, encontramos que la forma de pedir por la salvación de la gente de Sdom, no es siempre la misma.
Al principio pide por el mérito de cincuenta justos, después por cuarenta y cinco, el tercer escalón es cuarenta, y después, treinta, veinte y diez.
¿Por qué en los dos primeros pasos desciende de a cinco, y después los descensos son de a diez? Esa pregunta la formula el “Jizkuni”.
El pregunta y él mismo contesta. Los pedidos de Abraham Avinu no son solamente para la gente de Sdom, sino también para los pueblos cercanos, en sus alrededores, en total, eran cinco pueblos: Sdom, Amora, Adma, Tzboiim y Tzoar.
Continúa el Jizkuni, diciendo que el pedido de Abraham para salvar a los habitantes de este pueblo, se basaba en el mérito del “Minian”, o sea, si encontraba diez justos en cada pueblo, tendrían el mérito suficiente para salvarse, y si no, no había que molestarse siquiera para pedir…
Ahora a preparar las matemáticas…
Por eso, en el primer pedido, Abraham busca encontrar cincuenta justos, diez en cada pueblo.
En el segundo paso, bajó a cuarenta y cinco, o sea, nueve en cada lugar y Hashem Itbaraj se asocia con ellos para ser el décimo en cada pueblo.
El próximo escalón salta hasta cuarenta. Abraham pide ahora sólo por cuatro pueblos, con diez justos en cada uno de ellos, y no más. Ya no puede pedir por los cinco pueblos, porque no le alcanzan los tzadikim.
Seguimos con treinta tzadikim para salvar sólo a tres ciudades, veinte para salvar a dos, y finalmente diez, para salvar a un solo pueblo, y si tampoco tiene diez, ya más que eso no puede pedir.
De aquí podemos comprender la importancia que tiene un Minian, y el rezar con Minian. La gran fuerza que esconde esa asociación de diez iehudim en cosas de Santidad. En el libro “Seder Haiom” dice que la persona que más puede santificar a Hashem, es la que agrega otras nueve personas, y junto con él ahora son diez, y comienzan una clase de Tora. Ese iehudi, que acercó a otras nueve personas, se hace merecedor de ser llamado el que “reúne congregaciones en público”.


Traducido del libro Barji Nafshi.





Leiluy Nishmat

Israel Ben Shloime   z”l

Lea (Luisa) Bat Rosa    Aleha Hashalom

Iemima Bat Abraham Avinu    Aleha Hashalom



miércoles, 9 de noviembre de 2016

Parashá De La Semana, Lej Lejá (Bereshit 12-17) 03

Lej Lejá


Circuncisión: El pacto individual con Dios

Al final de la parashá de esta semana1, Dios le ordena a Abraham la mitzvá de Brit Milá (circuncisión). El Séfer HaJinuj nota un aspecto sumamente interesante de esta mitzvá. Hay una gran cantidad de mitzvot negativas cuya transgresión genera el ónesh (castigo) decaret2. Sin embargo, sólo hay dos mandamientos positivos cuyo castigo es caret si uno no los observa: El Brit Milá y el Korbán Pesaj(conocido como el Cordero Pascual), la ofrenda que se ofrecía en el Templo durante la festividad de Pesaj. ¿Cuál es la importancia de estas dos mitzvot que las hace únicas en este aspecto?
Para responder esta pregunta, primero necesitamos explicar por qué las mitzvot negativas están más relacionadas con caret que las positivas.
En una relación entre dos personas, como por ejemplo en el matrimonio, hay ciertas acciones que pueden dañar la relación sin causar necesariamente que ésta se destruya por completo. Sin embargo, hay otras acciones que son tan serias que pueden terminar acabando con la relación. De la misma manera, cometer un pecado genera un distanciamiento entre la persona y Dios. La magnitud del distanciamiento está determinada por la seriedad del pecado3; hay algunos pecados que dañan la relación tan profundamente que causan un daño irreparable. Estos pecados a menudo generan elónesh de caret4.
Por otro lado, el no realizar una mitzvá positiva puede dañar la relación en el sentido que evita que aumente la cercanía con Dios, pero sin embargo, es muy difícil ver cómo la falta de acciones positivas podría causar un daño irreparable a nuestra relación con Dios. Esto explica por qué el pasar por alto la mayoría de las mitzvot positivas no genera caret.
¿Qué hace que el Brit Milá y el Korbán Pesaj sean diferentes? Para comenzar un matrimonio, el hombre debe asumir el compromiso de unirse con su esposa. Sin ese compromiso, no existe una relación verdadera; pueden hacer todo tipo de buenas acciones, pero de acuerdo a la Torá, no estarán casados sino hasta que hayan realizado la ceremonia de bodas según es prescrito por la Torá. De la misma manera, una persona debe hacer un compromiso con Dios para tener una relación con Él; si no se compromete, es imposible que comience una relación real5. El Brit Milá y el Korbán Pesaj son pactos con Dios en los que un judío se compromete a respetar la Torá.
Podemos ver esta conexión, por ejemplo, en un versículo del libro de Ezequiel, en el cual el profeta le recuerda al pueblo judío cuando eran esclavos indefensos en Egipto y cómo Dios los sacó de allí. Para recordarles esto, el profeta recurre a una analogía sobre un niño abandonado que es salvado. El versículo declara: "Y Yo6 pasé sobre ti y te vi cubierto en sangre, y te dije: ‘Por tu sangre vivirás, por tu sangre vivirás’"7. Nuestros sabios explican que esas dos menciones de sangre se refieren a la sangre del Brit Milá y del Korbán Pesaj. Dios redimió al pueblo judío de la esclavitud y lo llevó al Monte Sinaí para recibir la Torá gracias al mérito de estas dos mitzvot. Al parecer, no es ninguna coincidencia que sean precisamente estas dos mitzvot las que Hashem ordenó, ya que estas representan la voluntad del pueblo para comprometerse a ser la nación de Dios.
Otra conexión entre esas dos mitzvot es que hay dos ocasiones en que el profeta Eliahu visita al pueblo judío: en un Brit Milá y en la noche del Séder, la noche en que recordamos el Korbán Pesaj. Esto es porque Eliahu, exasperado por el continuo pecar de los judíos, dijo que no había esperanza para este pueblo8. En respuesta, Dios le ordenó visitar todo Brit Milá, lo cual le mostraría que, sin importar cuánto pecaran los judíos, ellos siempre respetarían el pacto que había entre ellos y Dios. Y por la misma razón Eliahu viene en la noche del Séder, que es cuando ve al pueblo celebrar su nacimiento como nación9.
Pero hay una pregunta que todavía debemos responder: ¿Por qué es necesario que hayan dos mitzvot que involucren el compromiso básico de hacer la voluntad de Dios? ¿Por qué no es suficiente con una sola mitzvá para cumplir con este objetivo? La respuesta es que cada una de estas mitzvot representa un aspecto diferente del compromiso.
El Brit Milá le fue comandado primero a un individuo, Abraham, para que creara su pacto con Dios. Entonces, vemos que el Brit Milárepresenta el compromiso de tener una relación individual con Dios y de todo lo que eso conlleva. Por otro lado, el Korbán Pesaj representa nuestro compromiso con Dios como parte del pueblo judío. Las leyes del Korbán Pesaj enfatizan la importancia de cumplir la mitzvá en grupos, acentuando de esta forma el aspecto nacional de la mitzvá. Por lo tanto, uno debe realizar dos pactos con Dios: uno como individuo y otro como parte del pueblo judío.
Este entendimiento puede ayudarnos a explicar una extraña ley delKorbán Pesaj. Está prohibido que un judío no circuncidado participe del Korbán Pesaj10. ¿Cuál es la lógica de esto? ¡No cumplir con una mitzvá de ninguna manera exenta a la persona del cumplimiento del resto de las mitzvot!11 La respuesta es que una persona no puede comprometerse sinceramente con Dios como parte de una nación si no se ha comprometido primero en el plano individual.
Esto nos enseña una lección esencial. Mucha gente se identifica fuertemente con el judaísmo y como parte del pueblo judío; se comprometen con el Estado de Israel y están dispuestos a sacrificar con alegría parte de su tiempo y energía —e incluso están dispuestos a arriesgar sus vidas— por el pueblo judío. Mucha gente defiende a Israel cuando es atacado verbalmente por algún antisemita. Pero, sin embargo, el compromiso es mucho menor desde el punto de vista individual12. Puede que uno se identifique como parte de la nación judía, pero también debe luchar para comprometerse a mejorar su relación individual con Dios.
La aplicación práctica de esta lección varía para cada persona, pero en términos generales, cada uno debería analizar cómo aumentar su compromiso personal en su relación con Dios. Algunos ejemplos podrían ser hablar con Dios13, estudiar más de Su Torá, esforzarse para observar más aspectos de Shabat o de cashrut, etc. Lo importante es intentar hacer algo, ya que es vital recordar que Dios quiere tener una relación personal con cada uno de nosotros.


1 Muchas de las ideas de este ensayo están basadas en una clase dada por Rav Uziel Milesky.

2 Séfer HaJinuj, Mitzvá 2. Caret es traducido como escisión espiritual. Hay mucho debate respecto a lo que caret implica exactamente pero, como su nombre implica, involucra alguna forma de pérdida de conexión con Dios. Las transgresiones que generan caret incluyen comer pan en Pésaj, comer ciertas grasas prohibidas, varios tipos de relaciones prohibidas, etc. Es importante destacar que una persona que comete alguna de estas acciones debido a una falta de conocimiento no sufre caret.
3 Hay otros factores que entran en juego respecto al nivel del castigo. Por ejemplo, como dijimos antes, el conocimiento de la ley judía es muy importante al determinar el ónesh que la persona recibe.
4 Cabe recordar que la teshuvá (arrepentimiento) siempre puede rectificar el daño causado por los pecados (aunque, en algunos casos, puede que sea necesario un grado de sufrimiento).
5 Obviamente esto no significa que esté exento de cumplir mitzvot, sino que tiene una muy seria inhibición espiritual.
6 Este es Dios hablando en las palabras del profeta.
7 Ezequiel, 16:6.
8 Melajim 1, Cap. 19:10.
9 Es interesante notar que dos de las mitzvot más observadas por los judíos seculares son brit milá y la noche del Séder de Pésaj.
10 Séfer HaJinuj, Mitzvá 17.
11 Ni de esa mitzvá misma, obviamente.
12 Cabe destacar que mientas que la mitzvá de brit milá sólo aplica a hombres, las lecciones derivadas de ellas aplican a hombres y mujeres por igual.

13 Pese a que hay servicios de plegarias estandarizados, es altamente recomendable que la persona también hable con Dios en el lenguaje y el momento que le resulte más conveniente, y que comparta sus deseos, sentimientos y necesidades con Su Creador.

jueves, 3 de noviembre de 2016

Parashá Noaj (Bereshit 6:9-11:32) 02

Resusmen Parashá Noaj

El Arca de Noé

Todos conocemos la historia de la parashá de esta semana: Dios quiere enviar un diluvio para destruir el mundo, entonces le dice al recto Noé que construya un arca y que ingrese en ella dos animales de cada especie. Luego, llueve durante 40 días y 40 noches, Dios envía un arco iris, y Noé y su familia viven felices para siempre. ¿Cierto?

Bueno, al menos es un buen cuento infantil. Pero dado que la Torá es la fuerza motriz de la nación judía y la fuente eterna de nuestra sabiduría colectiva, vamos a tomar unos minutos para revelar capas más profundas de "El Arca de Noé"...
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Una Gran Embarcación
Nuestra primera pregunta: ¿Cuál fue el pecado tan terrible de la generación de Noé que Dios quiso destruirlos? El Talmud (Sanedrín 57a) nos dice que el mundo estaba inmerso en los celos, la avaricia, el robo, la violencia, la mentira, la intolerancia, el engaño y el fraude. ¿La peor de todas las transgresiones? Los grandes comentaristas Rashi e Ibn Ezra explican: Las personas se explotaban sexualmente entre sí.
Antes de que Dios enviara el Diluvio, Noé pasó 120 años construyendo un Arca (vivían mucho tiempo en esos días). Esta no era una embarcación común y corriente. Era más grande que un campo de fútbol y contenía ¡más de un millón de pies cúbicos de espacio interior! Estaba equipada con tres niveles: La parte superior para Noé y su familia, el nivel intermedio para los animales, y la parte inferior para la basura.
(Que, por lo demás, muestra la preocupación especial de la Torá por el medio ambiente: Aun cuando el mundo se está destruyendo, ¡no tiraban la basura por la borda!).
Pero evidentemente hay muchas maneras a través de las cuales Dios podría haber salvado a Noé. Entonces, ¿por qué Noé tuvo que molestarse en construir un arca? ¡¿Y por qué se demoró 120 años?!
El Midrash dice que Dios quería que Noé llevara a cabo, precisamente, un proyecto extraño e inusual para despertar la curiosidad del pueblo. Dios acentúa la rareza de todo el asunto haciendo que Noé construya este enorme barco, no a la orilla del mar, sino ¡sobre la cima de una montaña! De este modo la gente le preguntaría a Noé - "¡¿Qué locura estás haciendo?!", y así Noé podría iniciar un debate con ellos acerca de la crisis mundial de aquella época, y de cómo podría evitarse la catástrofe si es que la gente cambiara su forma de actuar.
Bueno, 120 años es mucho tiempo, y tú podrías haber pensado que Noé convenció a mucha gente de que retomara el buen camino. Pero por desgracia, en lugar de llegar a influir a los demás, Noé vio el Arca como su propio boleto a la supervivencia, la oportunidad de construir un muro grande y de aislarse a sí mismo de los males de la sociedad.
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Un Gran Mundo
En cierto sentido, es verdad que debemos protegernos a nosotros mismos y a nuestras familias. Maimónides nos advierte sobre el peligro de vivir en un lugar en donde los vecinos no comparten nuestro sistema de valores. Cuando hay corrupción, con frecuencia los buenos son barridos junto con los malos. Y tenemos que cuidarnos de esto.
Es como la historia de la comunidad en donde todo el mundo trabajaba limpiando chimeneas. Cada día iban a trabajar y se ensuciaban mucho. Pero había una regla: Cada día, una persona del grupo tenía que quedarse en casa, de esta manera, cuando los demás regresaban a casa y veían su cara limpia, eran capaces de evaluar cuanto se habían ensuciado ellos.
De la misma manera, en un sentido espiritual, un hogar tiene que permanecer como un refugio seguro, para rejuvenecernos y para limpiarnos a nosotros mismos.
Pero existe una contraparte. El "Arca" no puede ser completamente aislada, sino que debe ser porosa también. Tenemos que salir y tratar de marcar una diferencia en el mundo. Los escritos jasídicos comparan esto a una persona millonaria que necesita calentarse a sí mismo en el invierno. Él podría encender un fuego, en cuyo caso todos en la sala se beneficiarían. Pero imagina en cambio que sólo se calienta a sí mismo con un pesado abrigo y con mantas. En ambos casos logra su objetivo, la única pregunta es hasta qué punto él se preocupa por los demás.
Incluso si no estamos dispuestos a arreglar las cosas simplemente por amor desinteresado hacia los demás, entonces al menos debemos hacerlo por nosotros mismos. Porque la realidad es que no importa cuanto tratemos, algunos "malos" se filtran y al final nos va a afectar a nosotros también.
Es como la historia de los dos chicos en un barco, y uno de ellos está taladrando un agujero en la parte trasera. "¿Qué estás haciendo?", grita su amigo. "Ah, no te preocupes", responde el otro, "Sólo estoy perforando debajo de MI PROPIO asiento".
El agujero en la capa de ozono no discrimina. Las drogas, el robo y la violencia no tienen límites. Hacer caso omiso de esta realidad fue el trágico error que cometió Noé. Creía que podía encerrarse a sí mismo en el interior del Arca, y escapar de todo.
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La Dolorosa Lección de Noé
Después de que terminó el Diluvio, Noé volvió a emerger con su familia y llegó hasta tierra firme. La Torá registra lo que sucedió a continuación:
"Noé, el hombre de la tierra, se profanó a sí mismo y plantó una viña. Se emborrachó y se descubrió a sí mismo dentro de su tienda. [Su hijo] Jam vio la desnudez de su padre..." (Génesis 9:20-22).
Cuando Noé salió del Arca y vio la devastación sobre el resto del mundo, en el fondo él sabía que se había quedado egoístamente a un lado observando mientras todo esto había ocurrido. Deprimido y desilusionado, se emborrachó. A continuación, "Jam vio la desnudez de su padre", lo que significa que el hijo de Noé, lo sodomizó o lo castró (Talmud - Sanedrín 70a).
Se trata de una dolorosa lección para Noé, pero en cierto sentido fue un castigo justo. Mientras que la generación de Noé cometía sus abusos sexuales, Noé pensó que podría resguardarse a sí mismo en el Arca y escapar. Sin embargo, el mal había ingresado al interior.
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La Lucha Judía
Todo judío reconoce que todo el pueblo de Israel está unido entre sí. Cuando hay un ataque terrorista en Israel, todos lo sentimos. El Talmud (Shevuot 39a) dice "Kol Israel arevim Zeh ba-Zeh", cada judío es responsable el uno por el otro.
Una vez escuché al Rabino Motty Berger de Aish HaTorá hablando a un grupo de sobrevivientes del Holocausto. Lo que él dijo causó un impacto en mí para el resto de mi vida. Él les dijo: "Cuando yo era un niño, observaba a mis abuelos y me preguntaba, ¿qué estaban haciendo ellos durante el Holocausto? El hecho de que millones de judíos eran colocados en hornos crematorios no era un secreto; estos horrores eran informados con regularidad en la primera plana del New York Times. Por eso me preguntaba... ¿Acaso mis abuelos estaban recaudando dinero para ayudar a rescatar a los judíos? ¿Acaso estaban organizando esfuerzos para realizar rescates secretos? ¿Estaban exigiendo la atención de los medios y marchando en Washington?".
Hoy, el pueblo judío libra batallas en muchos frentes. La propia existencia del Estado de Israel está siendo cuestionada en foros mundiales. Los actos antisemitas en todo el mundo nos recuerdan lo que ocurrió en 1938. Y está el cáncer de la asimilación, donde cada año, 50.000 judíos de entre 20 y 29 años de edad deciden desvincularse del pueblo judío, y los perdemos para siempre.
Entonces, ¿qué vamos a hacer al respecto? Porque un día, nuestros nietos nos van a observar y se preguntarán...
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Asumir la Responsabilidad
Los Cabalistas explican que "teivá", la palabra hebrea para "arca", también significa "palabra". Porque son las dos caras de una misma moneda. Cada uno de nosotros quiere construir un ARCA, la mejor vida posible para nosotros y para nuestra familia. Sin embargo, al mismo tiempo estamos obligados a usar el poder de las PALABRAS para salir e influir en los demás. A Noé le dieron 120 años para construir su "teivá". Así también, a nosotros nos dan 120 años, una vida entera, para hacer lo mismo.
¿Qué podemos hacer? Podemos hablar en contra de la basura que hay en nuestros ríos y la basura que hay en la televisión. Podemos asistir a una clase de Torá y enseñar lo que hemos aprendido a los demás. Podemos entender claramente porqué la humanidad debe negarse a tolerar el chismorreo y la infidelidad. Podemos organizar una campaña comunitaria para la demanda de objetividad en los medios de comunicación.
El fracaso de Noé de influir en su generación es la razón por la cual la inundación se llama "las aguas de Noé" (Isaías 54:9). No creas que el problema no te está afectando. Porque sí lo está haciendo.
Vamos a comprometernos a asumir la responsabilidad, para nosotros mismos, para nuestra familia, nuestra comunidad y nuestro mundo.

Shabat Shalom,

Rav Shraga Simmons