1- RESUMEN DE LA PARASHÁ
Una vez instalados en la Tierra Prometida, los judios deben llevar los primeros frutos de las siete especies caracteristicas del pais (trigo, cebada, uva, granada, higo, datiles y aceituna) hacia el Bet Hamikdash y donarlos al Kohen (Sacerdote) en una emotiva ceremonia en que expresan su agradecimiento a Hashem, al tiempo que reconocen fue que El Quien libero a sus antepasados de Egipto y los guio a una “Tierra que mana leche y miel”, parrafo que forma parte de la Hagada de Pesaj. En el ultimo dia de Pesaj y en el cuarto y septimo anio del ciclo de siete anios de los diezmos, se debe entregar el diezmo de la cosecha y luego pronunciar una plegaria confesando que en efecto se han repartido los diezmos obedeciendo el precepto Divino entre los levitas, los huerfanos y las viudas. Esto se denomina Vidui Maaser (confesion del diezmo). Aqui finaliza Moises de transmitir los preceptos que Hashem le ordeno que enseniara al pueblo. Luego le pide a sus hermanos que se esfuercen en emular los caminos de D-s, Quien los ha elegido como un tesoro para El.
Cruzan los hijos de Israel el rio Jordan, y hacen un nuevo pacto con la Tora. Se colocan grandes piedras en el monte Eval y se inscriben en ellas toda la Tora en los 70 idiomas del mundo, cubiertas con una fina capa de yeso. A continuacion, son entregadas ofrendas sobre un altar de piedras, es servida la comida en un clima de regocijo y luego la mitad de las doce tribus se paran sobre el monte Guerizim, representando las bendiciones mientras las otras seis tribus se ubican en el monte Eval y los levitas en el valle entre ellos. Los levitas enuncian las consecuencias penosas para aquellos que hagan idolatria, deshonren a sus padres,actuen con injusticia frente al extranjero, al huerfano y la viuda, practiquen actos de inmoralidad, reciban sobornos, etc. y transgredan los preceptos de Hashem en general. Todos deben contestar “amen”, tanto a las maldiciones como a las bendiciones. Moises detalla las bendiciones, tanto fisicas como espirituales, que le seran otorgadas al Pueblo de Israel cuando siga el camino de Hashem y luego la reprimenda (Tojaja), las tristes consecuencias que sobrevendran si no cumplen con las leyes de la Tora, que conducira al exilio y a la dispersion del pueblo entre las naciones. Exhorta finalmente a los hijos de Israel a recordar constantemente a Di-s, Quien siempre los protegio desde que los libero de Egipto, en su deambular por el desierto y Quien eternamente lo seguira haciendo.
2- CALCULOS? SOLO CUANDO ES NECESARIO
“Bendito sea el fruto de tu vientre y el fruto de tu tierra…”(Debarim/Deuteronomio 28 :4)
Vivimos en una epoca en donde todo debe ser calculado. Queremos saber cuanto nos va a costar algo antes de hacer cualquier movimiento. Normalmente, este el modo sabio y prudente de actuar. No esta de mas recordar cuantas veces debimos enfrentarnos con costos ocultos o detallados en pequenias letritas que escaparon a nuestra vista. Sin embargo, hay veces en que no debemos calcular y en cambio, seguir adelante. En nuestra perasha se nos dice de las grandes bendiciones que vendran sobre nosotros si escuchamos la palabra de Hashem. Una de las bendiciones es la de ser prolificos, muchos ninios sanos; y otra es la bendicion en nuestros campos, o sea en nuestro sustento.
Oznaim laTora advierte que el orden de estas dos bendiciones nos ensena una invalorable leccion. Como mencionamos antes, la gente tiende a calcular todos los costos por anticipado. Cuanto costara el proximo bebe? Espacio en la casa, educacion, etc. Nuestros Sabios nos dicen que todo infante que nace en este mundo llega con su propio pan bajo el brazo. El ya nace con los medios necesarios para mantenerlo. Pero esto es despues de que nace. Si se calculan los costos por anticipado, las cuentas no cierran; no hay suficiente para su crianza.
Hashem nos dice: bendecire tu vientre. Ten a tu ninio y Yo bendecire tus campos. Despues de recibir la bendicion del hijo, sentiras tambien la bendicion del sustento. Y si en verdad quieres calcular, entonces suma cuanta felicidad y cuantas alegrias te traera una familia numerosa!
(Basado en conceptos de Rab Reuven Semah)
3- PRIMERO LO PRIMERO
“y Él nos trajo a este lugar y nos concedió la tierra esta, tierra que fluye leche y miel” (Debarim 26:9)
Rashi explica que “este lugar” se refiere al Bet HaMikdash, el Sagrado Templo de Jerusalem.
Cabe una pregunta: ¿No es al revés? Dado que el pueblo judío entró en la tierra de Israel mucho antes de que construyeran el Templo, la tierra debe ser mencionada primero.
El rabino Tzvi Berlin of Volozhin, explica que el Bet HaMikdash era el beneficio espiritual y la tierra de Israel, el beneficio material. Cuando expresamos nuestra gratitud al Altísimo, debemos hacerlo en el orden de importancia de las cosas por las que estamos agradecidos. Por lo tanto, le agradecemos a Él por nuestras bendiciones espirituales antes que por las materiales.
Así también debe ser nuestro orden de prioridades en nuestro pensamiento y conducta. Nuestras necesidades espirituales deben siempre estar en el centro de nuestras mentes, y esto también tendrá ramificaciones prácticas si en algún momento surgiera un conflicto entre nuestro bienestar espiritual y material.(Growth through Torah)
Publicado en Sucat David
SEDIENTOS DE AGRADECIMIENTO
(Editado por Maor Hashabat, de la comunidad Ahabat Ajim, Lanus, Argentina. Editor responsable:Eliahu Saiegh)
EXTIENDE TUS MANOS
(Editado por Maor Hashabat, de la comunidad Ahabat Ajim, Lanus, Argentina. Editor responsable:Eliahu Saiegh)
Yetzav Hashem Itejá Et Haberajá Baasameja
Ordenará D-os que esté contigo la bendición en tus almacenes
¡¡Que las bendiciones escritas en nuestra Perashá, nos sean otorgadas inmediatamente!!
Ahora bien, surge una pregunta: ¿Cuál es la necesidad de decir ´en tus almacenes´, en lugar de ´ordenará que tengas bendición´?
Para comprender la profundidad de la respuesta y obtener una enseñanza de ella, lo haremos, como siempre, contando una historia.
Una persona, sufrida y atormentada por los problemas se acercó a su Jajam,casi al borde de la desesperación le contó sus padecimientos y su extrema pobreza.
“¡¿Qué le puedo decir?! Las aguas cubrieron mi alma”.
Él estaba enfermo y no podía trabajar, los niños pedían pan – y nada había en la alacena, su hija mayor había llegado a la edad de casarse… y sus manos están vacías.
Como si esto fuera poco, ahora también su esposa se había enfermado gravemente y ni siquiera podía comprarle los medicamentos que necesitaba.
“¡No soporto tanta amargura, por favor sálveme!”
Lloró con él el Jajam y le dijo: “No tengo como ayudarte, el Dueño de la Misericordia lo hará. Reza frente a Él, pídele. Yo también rezaré por ti. Oraré para que ganes la lotería la semana próxima y así te llegará la salvación… también pan para tus niños, también dinero para casar a tu hija y los remedios que necesita tu esposa. Hashem hará que se restablezca completamente”.
“¡Amen!”, respondió el hombre y la esperanza llenó su corazón.
Pasó la semana y el hombre volvió nuevamente, abatido y desanimado: su hija envejeció una semana más… su esposa seguía enferma… y los pequeños estaban hambrientos.
“¡¿Qué haré Rabí?! Empalideció la cara del Jajam: “¿No ganaste nada en el sorteo?”
“¡No Rabí!”. Y el Jajam que estaba habituado a los milagros, se sintió mal, ¿cómo era posible que en el Cielo no se haya escuchado su pedido? Los fiscales acusadores y la fuerza del mal utilizaron todo su poder en cerrar los portones para que la Tefilá no fuera escuchada.
Tranquilizó al hombre diciéndole: “No lo dudes, la semana que viene ganarás el sorteo”
Se paró para despedirlo, y rogó dentro de su corazón, en espera de la buena noticia.
Después de una semana volvió este Iehudí, y su expresión lo decía todo: su situación se agravaba – no había ganado el sorteo.
Conmovido, el sabio no comprendía por qué causa sucedía esto. Esa misma noche, oró para que le respondieran en sus sueños por qué no había sido aceptado su rezo.
Efectivamente, en medio de la noche recibió la respuesta del Cielo: “D-os escuchó tu rezo desde un principio. Y además aceptó responderlo positivamente”.
“Entonces, ¿por qué no ganó la lotería?”
“Porque no compró el billete…”, le respondieron.
La idea es clara. Hashem está dispuesto a ayudar y desea hacerlo, pero con la condición que la persona extienda su mano y haga su parte.
Esta es la explicación del versículo: pon el recipiente para que D-os ponga la bendición en él. La bendición solo llegará si ponemos el receptáculo.
¿De qué se trata? Todos deseamos ser bendecidos con abundancia: un año bueno y fructífero. Pleno de dicha y riqueza, salud y satisfacciones, felicidad – Todo.
D-os tiene todo y desea darlo.
Pero para eso, nosotros tenemos que preparar el recipiente, ´extender nuestras manos´, en otras palabras: cumplir más o mejor los preceptos, concurrir a las clases de Torá, ser más generosos y recién después recaerá sobre nosotros abundancia infinita…
En relación a esto, nos vuelve a la memoria lo contado por Rab Ruben Karelinshtein sobre una persona que viajaba en avión a Israel. En estos viajes, el avión siempre está completo, no sobra ni un lugar, además, cada viajero tiene permitido llevar consigo un maletín de mano. Las personas tienen la extraña costumbre de no conformarse con menos de un maletín enorme, casi del tamaño de una heladera… y por la falta de espacio físico, acomodan sus valijas sobre el sillón, debajo, a un costado… donde se pueda, y así viajan durante doce horas, apretujados e incómodos.
A mitad del viaje, este pasajero se cansó de estar sentado en su lugar y comenzó a dar vueltas por el avión. De pronto vio unas escalinatas que se dirigían hacia arriba, subió los escalones y se encontró con la primera clase, donde cada uno estaba sentado en un sillón amplio, cómodo y agradable, sin apretujamientos.
Se le acerca la azafata y le pregunta: “Sr. ¿qué hace usted aquí?”
A lo que el hombre le respondió con otra pregunta: “¿Quizás puedas explicarme que es este lugar?”
“Esta es la primera clase, Señor”
“Bien. Yo también quiero sentarme aquí”
“¡Un momento! Para sentarse aquí hay que pagar, y cuesta más del doble”
“No hay problema. Dime cuanto es la diferencia, estoy dispuesto a pagarla”
“¡No, no! Para sentarse aquí arriba, hay que pagar allí abajo”
Que bella enseñanza no deja esta alegoría: para alcanzar el mérito en el Mundo Eterno, primero debemos acreditar los méritos necesarios en este mundo, el Mundo Pasajero.
Quien preparó para Shabat, comerá en Shabat, pero durante Shabat ya no podrá prepararse.
Así mismo, quien se preparó para Rosh Hashana y Iom Kipur y puede levantar su mano afirmando que pudo superar algunas debilidades, podrá pedir con la vasija en sus manos, por un año bueno, lleno de bendiciones.
Publicados en Tora.org.ar
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