martes, 28 de febrero de 2017

Parashá De La Semana, Trumá (Shemot 25:1-27:19) 19

Trumá
Resumen de la parashá Trumá


Imagen relacionadaHashem ordenó a Moshé que construyera un Mishcán (Santuario) que simbolizara Su presencia entre el pueblo y que fuera conforme al modelo Divino. Para erigirlo, se pidió a los benei Israel que aportaran voluntariamente metales preciosos, telas, pieles, lana, aceite, especias, incienso y piedras preciosas. El santuario consistía de un Jatzer (patio exterior) que contenía el altar para quemar ofrendas, la jofaina usada por los cohanim (sacerdotes) y el Tabernáculo, que estaba dividido en dos cámaras por una cortina. La cámara exterior fue denominada Kodesh (lugar sagrado), la menorá (candelabro) y el mizbeaj haktóret (altar del incienso). La cámara interior fue llamada Kodesh Hakodashim (Sanctasanctórum). A ella entraba únicamente el Cohén Gadol (Sumo Sacerdote), y sólo en Iom Kipur. Allí estaba el Arón (Arca), el más sagrado de los objetos del santuario. El Arón contenía la dos tablas de piedra en las que estaban grabados los Diez Mandamientos. Fue desde el Arón que D-s reveló, por medio de Moshe, Sus mandamientos a los benei Israel. Las instrucciones para fabricar todos los utensilios y construir el edificio para el Mishcán son detalladas minuciosamente.

(Extraído del libro "Lilmod ULelamed" de Edit. Yehuda)


Estudiando algunos midrashim



Torá, el Mejor Tipo de Mercancía

Hashem quería que K-lal Israel construyera un Mishkán, para que su shejiná pudiera residir entre ellos. El Mishkán físico de madera, no obstante, fue sólo un símbolo para el verdadero lugar de descanso de la shejiná - el corazón de todo Judío. ¿Cómo es posible hacer al corazón de uno un Mishkán para la shejiná (divinidad)? Esto es efectuado dedicando su corazón a la Torá y avodá (servicio de Hashem).

Hashem alaba a Su Torá, diciéndonos a nosotros, "La Torá es una mercancía no superada. Posee cualidades no halladas en ningún otro tipo de mercadería."

- Un hombre que inicia un nuevo negocio no puede estar seguro de tener éxito. El podría incluso perder su íntegra inversión de capital. Si alguien estudia Torá, no obstante, sólo puede ganar.
- Si dos negociantes comercian bienes, cada uno permanece con sólo un ítem después del intercambio, habiendo trocado su posesión original. La Torá es superior. Dos talmidei jajamím quienes se encuentran e intercambian ideas finalizan con una doble cantidad de conocimiento de Torá. Cada uno ha transmitido su propio estudio sin incurrir en una pérdida, mientras ganaba sabiduría adicional por añadidura.
- Un comerciante que transporta mercancías valiosas sobre su persona vive en el constante miedo de ser robado. La Torá es superior. Nadie puede hurtar el conocimiento de Torá de otro.

Un grupo de gente de negocios estaba viajando en un barco. Un estudiante de la Torá estaba también a bordo.
¿Qué tipo de bienes poseéis vos?" ellos inquirieron de él.
"Yo no puedo mostrároslos a vosotros," él replicó. Ante esto ellos se burlaron. Durante el viaje íntegro se divirtieron entre sí mofándose del talmid jajam (estudioso de la Torá) , quien no podía exhibir ninguna mercancía tan valiosa como ellos poseían. Cuando el barco finalmente alcanzó su destino, las autoridades del puerto confiscaron todos los bienes a bordo. Todos los mercaderes estaban de repente en la miseria. Los Judíos de entre ellos inquirieron sobre la ubicación de la más cercana comunidad Judía, y dirigieron sus pasos al Beit Hamidrash central. Al entrar encontraron a un grupo de hombres de la comunidad local comprometidos en una vivaz sesión de estudio. Estaban debatiendo un difícil pasaje de la Guemará (Talmud), formulando un número de preguntas. Cuando el estudiante de Torá los advirtió, se unió al grupo. El pudo esclarecer todas las dificultades, y su gran conocimiento fue reconocido por la comunidad. Fue honrado, provisto de comida y bebida, y ofrecido una posición. Ahora las personas de negocios que lo acompañaban se adelantaron dando empujones y solicitaron, "¡Por favor decíd a estos Judíos que provean para nosotros también; merecemos su ayuda por haber estado en el mismo barco que vos!" De repente, ellos fueron hechos comprender que, en verdad, la Torá es la mejor mercancía.

- Es usualmente costoso y problemático almacenar y guardar mercaderías de uno. La Torá es diferente. No sólo no necesita protección, sino, de hecho, guarda a aquéllos quienes la estudian.
- Alguien que compra bienes no puede adquirir asimismo al vendedor. Pero alguien que domina palabras de Torá adquiere a Hashem al mismo tiempo.

Un príncipe había llegado de un país distante para desposar a la única hija del rey. Cuando quiso partir con ella, el rey le dijo, "Yo no puedo separarme de ella; ella es mi única hija. No obstante es vuestra esposa también, y no tengo derecho de retenerla de vos. Por consiguiente solicitaré un favor de vos.¡Construíd para mí un aposento extra dondequiera que vosotros os asentéis para que yo pueda vivir cerca vuestro!"
Similarmente, después que Hashem hubo entregado la Torá, Su preciosa hija, a K-lal Israel, El les solicitó a ellos construir un Mishkán, en el cual Su shejiná moraría permanentemente sobre la tierra.


La Mitzvá de Construir un Mishkán / Tabernáculo

Después del pecado del Becerro de Oro, Moshé incesantemente imploró a Hashem perdonar a los Benei Israel. Finalmente, él produjo un perdón. No obstante, Moshé no estaba satisfecho sino que interrogó a Hashem, "¿Cómo será manifiesto a las naciones del mundo que Tú realmente has perdonado a los Benei Israel?"
"Deja que K-lal Israel construyan un Mishkán," Hashem replicó. "Allí ellos ofrecerán korbanot los cuales Yo aceptaré. ¡Esto será pública prueba de Mi renovado amor por Mi pueblo!" A pesar de que la mitzvá de construir un Mishkán fue impartida sólo después del jet haeguel, la Torá la registra previamente. (Las parshiot que versan sobre el Mishkán, Terumá y Tetzavé, preceden la narración del Pecado del Becerro de Oro, que es relatado en parshát Ki Tisá.) La Torá revierte el orden cronológico para enseñarnos a nosotros que Hashem prepara el antídoto para un pecado aún antes de que sea realmente cometido. Hashem previó el Pecado del Becerro de Oro. El por consiguiente proyectó por anticipado la idea de construir un Mishkán. Pecando los Benei Israel forzaron a la shejiná a retirarse a los cielos. Por medio del Mishkán, sin embargo, la shejiná retornaría a la tierra. Cuando Moshé escuchó las palabras de Hashem, "Que ellos hagan para Mí un Santuario, para que Yo more en su medio" (Shemot 25:8), él se desconcertó.
"¿Cómo puedes Tú, Cuya Gloria llena cielo y tierra, residir en una humilde morada que nosotros erigimos para Ti?" él preguntó.
Hashem respondió, "Yo ni siquiera necesito el Mishkán entero como un lugar de residencia. De hecho, confinaré Mi shejiná al limitado área de un ama (aprox. 50 cm.) cuadrada, el lugar entre las varas del arón."(La shejiná descansaba sobre la porción más santa del Mishkán, que era el arón.)
Hashem, en Su gran amor por K-lal Israel, restringió Su shejiná, al Mishkán, como un padre que desea morar junto con sus hijos.

Los Benei Israel son Solicitados Contribuir Materiales para la Construcción

Hashem instruyó a Moshé, "Designa recaudadores de fondos para recolectar material para el Mishkán. Serán aceptadas contribuciones de todo Judío cuyo corazón lo impulse a participar." Los recaudadores de fondos tenían que ser Judíos de nacimiento. Ningún miembro de los erev rav fue aceptado para esta tarea, dado que los erev rav habían causado el Pecado del Becerro de Oro. Ellos fueron, no obstante, permitidos contribuir para la construcción del Mishkán. Cuando Moshé escuchó que un Mishkán iba a ser construido en el medio del desierto, él se preguntó si la comunidad poseía suficientes materiales para tal proyecto. Aún antes de que él pudiera articular la pregunta, Hashem la contestó. "No sólo ciertamente los Benei Israel colectivamente poseen los materiales necesarios para construir un Mishkán," El informó a Moshé, "sino, de hecho, todo Judío podría hacerlo sin ayuda." Cada uno de los Benei Israel poseía una riqueza tremenda del botín del Iam Suf (Mar Rojo). Por añadidura, para los tzadikím entre ellos, perlas y piedras preciosas llovieron todas las mañanas con el man. Hashem ordenó que quince materiales diferentes fueran recolectados para la construcción del Mishkán y sus componentes. Cada material fue Divinamente seleccionado, para expiar por un pecado específico o para proveer a los Benei Israel de un particular mérito/bendición por donarlo.

- zahav / oro- Hashem dijo, "Que el oro donado para el Mishkán expíe por el oro que fue erróneamente contribuido para el Becerro de Oro."
- kesef / plata- para expiar por la venta de Iosef, quien fue intercambiado por veinte piezas de plata.
- nejoshet / cobre- para expiar por los desechos e impurezas en sus corazones.
Existen tres clases de tzedaká, las cuales pueden ser comparadas a oro, plata, y cobre. La caridad que una persona da cuando ella y su familia están sanos y las cosas van bien es comparada al oro. Este tipo de tzedaká tiene el más poderoso efecto en el Cielo, comparable al regalo a un emperador. A pesar de ser dada por ninguna razón particular, protege al donante de futuras eventualidades. Luego existe un segundo tipo de tzedaká, la caridad que una persona da cuando cae enferma. Es menos efectiva, puesto que es dada en un tiempo de necesidad, y es por tanto comparada a la plata. Si una persona pospone dar caridad hasta que está peligrosamente enferma (y, metafóricamente, está parada con la soga alrededor de su cuello, lista para ser ejecutada), el valor de su tzedaká es reducido a aquél del cobre. No obstante, una persona no debería refrenarse de dar tzedaká bajo ninguna circunstancia. Su tzedaká la precederá en el olam habá (mundo venidero) y le asegurará una buena reputación. Entonces será protegida del castigo en el mundo por venir.

- tejélet/ lana teñida azul cielo con la sangre de la criatura jilazón para expiar por la ofensa de omitir flecos azules en el tzitzit.
- argamán/ seda carmesí- para que los Benei Israel eventualmente merecieran el edificio del Beit Hamikdash, el cual es descripto como poseyendo una sede carmesí (Shir Hashirím 3:10).
- tolaat shaní/ rojo púrpura- para expiar por sus transgresiones, las cuales son asemejadas a rojo- púrpura (Jerusalem 1:18).
- shesh/ fino lino blanco- indicando que los Benei Israel servirían a Hashem al igual que los Angeles Ministeriales quienes son descriptos como vistiendo lino (Daniel 12:6).
- izím/ pelo de cabra- a fin de que las ofrendas jatat de cabras sobre el mizbéaj surtieran efecto y expiaran por sus delitos.
- orot elim meodamim/ pieles de carnero teñidas de rojo- a fin de que ellos merecieran experimentar la llegada del Mashíaj quien es referido como apareciendo en vestimentas rojas (Ieshaiahu 63:2).
- orot tejashím/ pieles multicolores de Tajash- a fin de que ellos merecieran experimentar la era siguiente a la llegada del Mashíaj en la que Hashem prometió hacernos a nosotros zapatos de Tajash (Iejézkel 16:10).

¿Qué animal era el Tajash? Era un unicornio con una piel multicolor. Apareció en el desierto para que los Benei Israel pudieran usar su piel para hacer los tapices del Mishkán. Posteriormente desapareció.

- atzé shitím/ madera de cedro del cedro de Shitím- para que ellos merecieran la profecía de Ieshaiahu para los tiempos futuros de que el desierto sería convertido en una tierra productiva floreciendo árboles de Shitím (Ieshaiahu 4:19).
¿Por qué Hashem prefirió la madera del cedro de Shitím por sobre toda otra clase de cedros?
El cedro de Shitím fue seleccionado por Hashem dado que no produce fruta. Hashem quiso establecer un ejemplo para las personas que construyen una casa. Ellas deberían razonar, "Si aún el Rey de Reyes construyó Su palacio de la madera de un árbol improductivo, ¡ciertamente no deberíamos usar la madera de un árbol frutal para este propósito!" Además, Hashem previó el futuro pecado de K-lal Israel en el lugar Shitím (donde las muchachas moabitas los seducirían). El por consiguiente precedió el pecado con el precepto de construir un Mishkán de madera de Shitím la cual expiaría por su futura transgresión en Shitím.

- shemen lamaor/ aceite para el encendido- para que los Benei Israel merecieran tener su luz brillando en el tiempo del Mashíaj.
- besamim liktoret hasamím/ especias para el ketoret (incienso)- a fin que los Benei Israel fueran dignos de experimentar la era del Mashíaj en la cual ellos son descriptos como elevándose del desierto igual que columnas de humo sazonadas con mirra y olíbano (Shir Hashirím 2:6).
- avné shóham veavné miluím/ piedras de Shóham y piedras para el engarce en el efod y en el peto- para merecer el cumplimiento de la promesa del Todopoderoso de que El reconstruirá Ierushalaim con perlas y piedras preciosas.

Y Hashem dijo a K-lal Israel, "No penséis que Yo os debo a vosotros una deuda de gratitud por donar trece diferentes materiales para el Mishkán. En verdad, sois vos los que estáis en deuda Conmigo puesto que Yo ya os hice trece diferentes tipos de jesed (bondad) a vosotros después de vuestra partida de Egipto. No obstante, Yo os consideraré a vosotros como donantes que actuaron sin ninguna obligación."

Extraido de El Midrash Dice. Edit. Bnei Sholem

miércoles, 15 de febrero de 2017

Parashá De La Semana, Yitro (Shemot 18:1-20:23) 17

Yitro


Estudiando algunos midrashim

Yitro se Convierte

A pesar de que todas las naciones habían oído el atronador estruendo de la partición del Iam Suf y habían inquirido acerca de su significado, y no obstante que todas ellas conocían de la victoria de K-lal Israel sobre Amalek, ellas dejaron de atender al mensaje.
Hubo sólo un hombre que verdaderamente escuchó y aprendió el significado de los trascendentales eventos. Comprendiendo que Hashem es omnipotente, dedujo que era su deber moral servirle a El. Este hombre fue el suegro de Moshé, Itró.
Itró vivía en Midián, un país que era aliado de Amalek y enemigo del pueblo Judío. El originariamente se preparó para unirse a Amalek en su lucha contra K-lal Israel. Sin embargo, cuando escuchó de la milagrosa victoria de K-lal Israel y del mandamiento de Hashem que Amalek fuera exterminado por haberlos atacado, inmediatamente hizo teshuvá (volvió al camino de Hashem). Sin demora Itró tomó a la esposa de Moshé, Tziporá y sus dos hijos (quienes no habían tomado parte en ietziat Mitzraim (éxodo de Egipto), porque Moshé los había devuelto a la casa de Itró), y viajó al interior del desierto al Campamento de los Benei Israel. Su intención era convertirse en guer y unirse a los Benei Israel en el desierto, aún si esto significaba sacrificar su honor y comodidad en cuestiones mundanas. Al tiempo que Itró se aproximó al Campamento de los Benei Israel escribió una carta a Moshé, en la cual enunciaba, "Vuestro suegro Itró ha arribado. Por favor, salid a recibirme. Sin embargo, si vos no queréis salir por consideración a mí, entonces veníd por consideración a vuestra esposa Tziporá; y si no por ella, entonces por consideración a sus dos hijos." Itró adjuntó la carta a una flecha y la disparó al interior de las Nubes de Gloria. A pesar de que las Nubes usualmente rechazaban cualquier misil,admitieron esta carta en honor de Moshé. Hashem ordenó a Moshé, "¡Sal al encuentro de tu suegro! Yo soy el que decide cuándo es apropiado aceptar a un converso, y Yo te digo que Itró vino aquí solamente leshem shamaim (en nombre de Di-s). ¡Por consiguiente, ofrécele amistad y no lo rechaces!" El tono de la sentencia de Hashem revela que Moshé vacilaba en salir y recibir a su suegro.Tenía que ser convencido por Hashem, porque Itró había sido un sacerdote de ídolos la totalidad de su vida. Moshé no tenía manera de saber si Itró era sincero acerca de convertirse en un Judío y si él respetaría su decisión. Sólo Hashem, Quien sondea los pensamientos de la persona, podía asegurar a Moshé que Itró permanecería leal al Judaísmo. El por lo tanto ordenó a Moshé honrar a Itró.

Moshé, Aharón, y los Setenta Ancianos abandonaron las Nubes de Gloria para salir y dar la bienvenida a Itró. ¿Quién podía presenciar esta distinguida procesión y no ser compelido a seguirla? La nación entera se unió a Moshé, Aharón y los Ancianos. Itró,el primer guer tzedek, fue conferido de este modo con una bienvenida real. Incluso la shejiná se presentó en su recepción. Moshé se inclinó ante su suegro y lo besó.De la manera respetuosa en que Moshé trató a su suegro, nosotros aprendemos que es apropiado para una persona honrar a sus suegros.Moshé condujo a Itró directamente al Beit Hamidrash, donde entusiastamente le describió los detalles de ietziat Mitzraim (éxodo de Egipto), keriat Iam Suf (Mar Rojo), y la milagrosa guerra contra Amalek. De tal modo esperaba atraer a su suegro a la senda de la Torá. Moshé narró a Itró, "Hashem nos dio el Pan Celestial, man, el cual puede saber similar al pan, carne o pescado - incluye todos los sabores deliciosos en el mundo. Nosotros poseemos el Manantial de Miriam, cuyo líquido sabe tal como vino añejo o nuevo, como leche o miel - se torna cualquier bebida gustosa que existe. Nosotros estamos en nuestro camino a Eretz Israel, y ¡hemos sido prometidos por Hashem las más grandiosas recompensas - la Tierra, olam habá (mundo por venir), la monarquía Davídica, tejiat hametim (la futura resurrección de los muertos) y un nuevo mundo de allí en adelante, kehuná y leviá!" Cuando Itró escuchó la detallada narrativa de los grandiosos milagros que Hashem había realizado para K-lal Israel, inmediatamente implementó su decisión de convertirse al Judaísmo. Tomó un filoso cuchillo, se realizó la milá (circunsición) sobre sí mismo y reconoció a Hashem como el único Soberano. No obstante, en su corazón, Itró sintió pena de los egipcios quienes se habían ahogado en el Iam Suf. "¡Baruj Hashem, alabado sea Di-s," Itró proclamó, "Quien os rescató a vosotros de Egipto, una nación terrible, y de las manos del Faraón, un rey cruel, y Quien os liberó de la esclavitud Egipcia! Es verdaderamente milagroso que una nación de 600.000 hombres pudiera cruzar las fronteras Egipcias, las cuales están tan estrechamente selladas que ni un solo esclavo ha podido nunca escapar. "Yo estudié toda religión en el mundo y las rechacé a ellas todas por ser falsas, y alcancé el entendimiento de que Hashem es el verdadero Di-s. Ahora comprendo con aún más gran claridad que Hashem trasciende todos los otros poderes, puesto que en la Plaga de la Muerte del Primogénito El destruyó todas las deidades Egipcias. Además, Su grandiosidad es evidente del hecho de que El hirvió a los Egipcios en la precisa olla que usaron para hervir a otros. Puesto que ellos intentaron destruir bebés judíos ahogándolos, El ahogó a los Egipcios a su vez." Itró estaba de lo más impresionado por el modo de castigar de Hashem midá - kenegued - midá, el cual imposibilita la posibilidad de azar y prueba que las vidas de los hombres son efectivamente moldeadas por la Divina Providencia. Cuando Itró, el ex- sacerdote quien había investigado todo culto en el mundo, exclamó, "Ahora yo sé que Hashem es más grande que todos los otros poderes," él realizó el más grandioso kidush Hashem posible. Las naciones del mundo escucharon acerca de ello y abandonaron sus ídolos, con lo cual reconocieron la gravedad de servir a una imagen.
El mismo Itró quien por muchos años había sacrificado a los dioses de las naciones ahora ofrendó korbanot a Hashem. Luego se sentó a cenar con Aharón y los Ancianos. Moshé, sin embargo, no se unió a ellos, sino permaneció parado para servir la comida. Un milagro especial ocurrió en honor de Itró- una porción de man cayó para él durante su comida. Esto claramente demostró que Itró se había tornado parte del pueblo Judío.

* * * * *
Matán Torá/La Entrega de la Torá

Por veintiséis generaciones, desde la creación de Adám, Hashem había esperado transmitir a la humanidad la preciosa Torá la cual había precedido la creación del universo. Finalmente, El encontró un pueblo dispuesto a aceptarla. El grandioso momento de su Revelación fue aguardado ansiosamente por el universo íntegro puesto que con ello se llevaría a cabo el objetivo espiritual de la Creación. Era Shabat de mañana, el seis de Siván, de 2448. Har Sinai estaba estremecido de excitación ante el trascendental evento a punto de tener lugar sobre él. Todas las montañas estaban en un estado de agitación junto con él hasta que Hashem les hizo recobrar la calma. Los Benei Israel estaban aún durmiendo porque la noche de verano había sido corta. Ellos fueron despertados por truenos y relámpagos sobre Har Sinai y por Moshé llamándolos, "¡El jatán (novio) está esperando que la Kalá (novia) arribe a la jupá!" Moshé llevó al pueblo al Har Sinai como quien conduce a la kalá a la boda. El pueblo Judío que estaba reunido al pie de Har Sinai, hombres y mujeres separadamente, fueron unidos por todas las millones de almas no nacidas aún de sus descendientes y por las almas de todos los guerim quienes aceptarían la Torá en generaciones futuras. Cuando Hashem descendió sobre Har Sinai en un estallido de fuego, rodeado por una multitud de 22000 ángeles, la tierra se estremeció, y hubo tronar y relampagueo. Los Benei Israel oyeron el sonido de un shofar tornándose continuamente más fuerte, creciendo en intensidad hasta que alcanzó el más grande volumen que las personas podían soportar con posibilidad. El fuego de Har Sinai se elevó hasta los mismos cielos, y la montaña humeó como una caldera. El pueblo tembló de miedo. Luego Hashem tomó Har Sinai y lo suspendió sobre el pueblo, indicando a ellos, "¡Si vosotros aceptáis la Torá, bien, pero si no, seréis sepultados bajo esta montaña!" Hashem de este modo forzó al pueblo a aceptar la Torá, a pesar de que ellos la habían aceptado previamente.¿Por qué debía haber sido una segunda, aceptación forzada de la Torá necesaria? Una de las respuestas es que los Benei Israel habían sólo tomado sobre sí mismos el cumplir la Torá shebijtav, la Torá Escrita. Su aceptación, no obstante, no había incluido la Torá shebaal pé, todos los numerosos detalles orales que Hashem comunicaría a Moshé para transmitir a los Benei Israel. Hashem los forzó a aceptar también la Torá shebaal pé. Una espesa Nube envolvió la montaña. Hashem inclinó los cielos hasta que ellos alcanzaron Har Sinai y Su kisé hacabod (trono celestial) descendió sobre la montaña. Es sorprendente el que la Torá no fuera entregada en medio de brillantes y deslumbrantes luces pero sí en el medio de una montaña oscurecida por oscuras nubes. La razón para ello puede ser entendida con la siguiente parábola:

Preparándose para la boda de su hijo, el rey decoró el palio nupcial con cortinas negras. "¡Esto no es lo que es usualmente hecho para la boda de un hijo!" los miembros de la casa real se quejaron. "¡La costumbre es colgar cortinas blancas!" "Existe una razón para mi acción," explicó el rey. "Los astrólogos predijeron que este matrimonio se disolverá en cuarenta días.¡No quiero que el pueblo piense que yo no era consciente de esto por anticipado!"

Similarmente, Hashem no se reveló a Sí Mismo a K-lal Israel en medio de brillantes luces. Más bien, El se presentó en oscuridad y fuego desde que El previó que cuarenta días después de matán Torá, ellos harían el Becerro de Oro. En ocasión de matán Torá, los Benei Israel no sólo escucharon la Voz de Hashem sino realmente vieron las ondas sonoras como ellas emergieron de la boca de Hashem. Las visualizaron como una ardiente sustancia. Cada Mandamiento que partió de la boca de Hashem viajó alrededor del Campamento íntegro y luego regresó a todo Judío individualmente, preguntándole, "¿Aceptas sobre ti mismo este Mandamiento con todas las halajot pertinentes a él?" Todo Judío respondió, "Sí," después de cada Mandamiento. Finalmente, la ardiente sustancia que ellos vieron, se grabó ella misma sobre las lujot (tablas). A pesar de que los Benei Israel habían solicitado ver la Gloria de Hashem y escuchar Su Voz, sus almas partieron de sus cuerpos cuando realmente experimentaron la Revelación. La Voz de Hashem resplandeció con tal fuerza que quebró árboles de cedro, hizo estremecer montañas, causó que las ciervas dieran a luz del shock, y descortezó dejando pelados bosques enteros. Las naciones que presenciaron la conmoción pero no sabían su causa llegaron a Bilám quien era famoso por su sabiduría y lo interrogaron, "¿Está Hashem a punto de traer otro mabul sobre la tierra?" "No," Bilám tranquilizó a las naciones, "el mundo está en actividad porque Hashem está entregando la Torá a Su pueblo." Los Benei Israel no experimentaron el impacto total de la Voz Divina. Más bien, cada individuo la percibió de acuerdo con su inimitable capacidad para experimentar la shejiná. No obstante, ellos murieron después de cada Mandamiento dado que su nivel de profecía realmente excedió sus poderes de percepción. Quien percibe conceptos que trascienden su comprensión es dañado y puede incluso perecer como resultado.

La Torá misma suplicó a Hashem restituir vida a los Benei Israel, argumentando, "¿Cómo puede el universo estar feliz al recibir la Torá si tus hijos mueren en el proceso? ¿Es una causa para regocijarse si el rey que casó a su hija al mismo tiempo mata a los miembros de su casa?" Hashem entonces salpicó el Rocío del Renacimiento sobre los Benei Israel. Este fue el mismo Rocío con el cual El resucitará a los muertos en tiempos futuros. Los Benei Israel, no obstante, todavía se sintieron débiles del shock que ellos habían experimentado. Hashem por consiguiente llenó el aire con la fragancia de especias, y ellos se recuperaron. No obstante, su temor de la Voz de Hashem fue tan grande que apresuradamente huyeron al fin del Campamento, una distancia de doce mil (aproximadamente 1450 m.). Los ángeles de Hashem tuvieron que transportarlos de regreso a sus posiciones anteriores al pie del Har Sinai para escuchar el próximo Mandamiento. Después de los dos primeros Mandamientos, los Benei Israel estaban tan asustados que rogaron a Moshé transmitir el resto de los Mandamientos preferentemente a escuchar la Voz de Hashem otra vez. A pesar de que Hashem había sabido de antemano que los Benei Israel no serían capaces de sobrevivir al escuchar Su Voz, El no obstante concedió su pedido original de escucharlo a El. El no quería que K-lal Israel alegara en el futuro, "¡Si sólo El nos hubiera concedido una Revelación directa, nosotros nunca hubiéramos servido ídolos!"

Extraido de El Midrash Dice. Edit. Bnei Sholem

martes, 7 de febrero de 2017

Parashá De La Semana, Beshalaj (Shemot 13:17-17:16) 16

Beshalaj


Estudiando algunos midrashim

Extraido de El Midrash Dice. Edit. Bnei Sholem

Benei Israel Viajan al Desierto.

Resultado de imagen para BeshalajDespués que cientos de miles de Egipcios murieran en la Plaga de la Muerte del Primogénito, la conducta del Faraón hacia los Benei Israel cambió radicalmente. No sólo él los despidió con palabras bondadosas, sino que incluso él personalmente los escoltó fuera del país. Como una recompensa por su acompañar a los Benei Israel, la Torá nos ordena a nosotros no rechazar a una tercera generación de conversos egipcios que desee casarse dentro del pueblo Judío (Devarím 22:8). Sólo después de que los Benei Israel partieron, el Faraón apreció en toda su extensión su pérdida. El clamó, “¡infortunado soy yo! ¡no debería haberles permitido partir!”
Había una vez un hombre que poseía un huerto, el que deseaba vender. Un comprador interesado pronto vino y le ofreció mil dólares, y un trato fue hecho. El dinero y el huerto cambiaron de manos, y ambas partes estuvieron satisfechas.
“¿Por cuánto vendísteis vos aquella tierra?” la gente inquirió mas tarde.
“Mil dólares,” replicó el ex-propietario.
“¿Estáis loco? Los olivos que crecen allí valen ellos sólos mil, las viñas otros mil, los árboles frutales mil sin mencionar el manantial de agua fresca y el resto de la vegetación. ¡Aquel huerto vale varios miles de dólares!” Cuando escuchó esto, el vendedor comenzó a lamentar su apresurada acción.
Asimismo, el Faraón inicialmente estuvo contento de despedir a los Benei Israel. Subsecuentemente, sin embargo, sus nobles lo reprocharon, “¿Qué habéis hecho? Había muchos hombres sabios y profesionales entre ellos, y considerad todos los hombres ordinarios, mujeres y niños cuyas asignaciones fueron dejadas incompletas. Por añadidura, ellos nos pidieron oro, plata, y vasijas, de tal modo marchándose con nuestra fortuna íntegra. Los Egipcios que se convirtieron al Judaísmo y partieron con ellos también llevaron consigo su oro, plata, y ganado, y puesto que eran hombres acaudalados la pérdida de recursos nacionales fue considerable.” El Faraón entonces lamentó el haber accedido dejar ir a los Benei Israel. Los Benei Israel partieron de Egipto, los hombres bajo la guía de Moshé y Aharón, mientras las mujeres fueron conducidas por la hermana de Moshé Miriam. Hashem no los llevó en una ruta directa a Eretz Israel. Más bien, El los condujo en una trayectoria ondulada a través del desierto, a fin de evitar confrontación con los pelishtím. Había un número de razones por las cuales Hashem no quería que ellos entraran al territorio de los pelishtím:
– Hashem dijo, “Si los pelishtím atacan, aquéllos de entre Benei Israel que están temerosos de batalla querrán retornar a Egipto.”
– Hashem tampoco quería que los Benei Israel atacaran a los pelishtím, ya que aquello violaría el acuerdo entre Abraham y Abimelej (ancestro de los pelishtím) de no dañarse mutuamente por tres generaciones (y los nietos de Abimelej todavía vivían). Era por tanto preferible que los Benei Israel no se acercaran a la tierra de los pelishtím.
– Una razón adicional para evitar la tierra de los pelishtím era exceptuar a los Benei Israel de la visión de los huesos de sus asesinados hermanos de la Tribu de Efraim que estaban esparcidos sobre los caminos filisteos. Un amplio número de familias de la Tribu de Efraim había abandonado Egipto treinta años antes del Exodo, calculando mal el tiempo de la redención. (Ellos alegaron que los cuatrocientos años de exilio Egipcio predichos a Abraham en el brit ben habetarim (pacto entre las partes) comenzaron al tiempo de aquel convenio mientras en realidad el verdadero comienzo del exilio debía ser computado desde el día del nacimiento de Itzjak.) Ellos escaparon de Egipto mas al arribar en la tierra de los pelishtím fueron atacados por los habitantes, y 300.000 Benei Efraím fueron muertos.
Un príncipe llegó de un país distante para desposar a su prometida. Cuando la ceremonia matrimonial finalizó, la pareja se preparó para su largo viaje de regreso a la tierra del príncipe. Los recién casados partieron de buen humor, mas mientras viajaban, la joven esposa del príncipe murió repentinamente, y él la sepultó al lado del camino.
Algún tiempo después, le fue propuesto que casara a la hermana menor de su difunta esposa. El consintió y nuevamente viajó al mismo país extranjero para la boda. Cuando el banquete finalizó, el príncipe pensó “Yo no llevaré a mi joven esposa a mi país vía la ruta directa. Si ella advierte la tumba de su hermana en el camino se descorazonará y podría no querer continuar el viaje. Sería preferible tomar una ruta diferente.”
Similarmente, Hashem circunvaló la tierra de los pelishtím por temor de que al advertir los huesos de los hombres de la Tribu de Efraím, los Benei Israel se desalentaran y quisieran retornar a Egipto.
¿Por qué Hashem no protegió a los Benei Efraím del ataque filisteo? Ellos habían jurado a su ancestro Iosef que no abandonarían Egipto sin llevar sus huesos con ellos. Fueron castigados por Hashem porque violaron su juramento. (Por esta razón Iehoshúa, quien era un miembro de aquella Tribu, rehusó unirse a ellos. El permaneció con Moshé, quien llevó el ataúd de Iosef a Eretz Israel para su entierro.) Por añadidura, los Benei Efraím incurrieron en la pena de muerte por negar las palabras de los Sabios de aquella generación quienes proclamaron que el tiempo de la redención no había llegado aún. Los Benei Efraím insistieron en seguir sus propios cálculos, negando la Tradición Oral. Ellos fueron destruídos para enseñar a todas las generaciones que la existencia de nuestra nación depende de la subordinación a la Torá shebe-al pe, la Tradición Oral.
Hashem liberó a los Benei Israel de la esclavitud Egipcia para que ellos se volvieran Sus sirvientes. No obstante, su tratamiento con ellos en ningún modo se asemejó a aquél de un amo humano quien emplea a un sirviente. Sería tarea ordinaria del sirviente lavar y vestir a su amo, cargar sus paquetes, y , de noche, sostener una linterna para iluminar el camino para él. Hashem, en Su gran amor por K-lal Israel, no demandó ninguno de estos servicios de ellos. Por el contrario, El les suministró todo tipo concebible de servicio. El los proveyó con siete Nubes de Gloria- cuatro Nubes rodeaban el Campo en todas direcciones y proveían refugio, la Nube sobre ellos servía como una protección como techo del quemante sol del desierto, y una desde abajo alisaba el camino y mataba culebras y escorpiones. La séptima Nube viajaba frente al Campo para guiar el camino. Era reemplazada por un pilar de fuego a la noche para iluminar sus tiendas. Durante todos sus viajes en el desierto, los Benei Israel nunca estuvieron hambrientos ni sedientos pues Hashem les dio pan del Cielo y causó que agua surgiese de un pozo en la tierra, sin importar dónde ellos estuvieran.
Onkelos, el sobrino del emperador romano Adriano, abandonó la corte romana. El viajó a Eretz Israel y se volvió converso al judaísmo. El emperador despachó sus tropas para traer a su sobrino de regreso a Roma. Cuando los soldados arribaron, Onkelos los convenció de convertirse al judaísmo también. El emperador por tanto envió a una segunda división con instrucciones estrictas de no comprometerse en ninguna conversación con Onkelos. Los soldados lo forzaron a él a retornar con ellos al emperador, pero en el camino él les dijo, “Permitídme sólo mencionar un punto de interés para vosotros. Si un grupo de personas de noble rango viajaran juntas, un barón sostendría una linterna para un duque, un duque iluminaría el camino para un príncipe, y un príncipe para un monarca. ¿Mas alguna vez vosotros escuchásteis de un monarca que encendiera el camino para la totalidad de la población?”
“Nunca,” ellos replicaron.
“Bien, el Di- s de los Judíos iluminó el camino para Su pueblo íntegro durante su estada en el desierto,” explicó Onkelos.
Cuando los soldados escucharon esto, todos ellos se convirtieron en guerím.

* * * * *
Keriat Iam Suf / La Partición del Iam Suf

A pesar de que el mar aún no se había partido, los Benei Israel continuaron avanzando dentro de las aguas del mar, luchando contra las poderosas olas. El agua ya alcanzaba sus cuellos. Samael intentó persuadir al Angel del Mar de ahogar a los Benei Israel arguyendo con Hashem que los Benei Israel no merecían ser salvados. “Señor del Universo,” él arguyó, “¿no fueron los Judíos adoradores de ídolos en Egipto? ¿Por qué merecen ellos milagros?” “¡Tonto!” “Hashem le respondió a él. “¿Sirvieron ídolos por su propia voluntad? Su idolatría fue meramente el resultado de la esclavitud y de su confuso estado mental. ¡Tú no puedes juzgar acciones realizadas involuntariamente y bajo amenaza en la misma manera que hechos realizados en un espíritu de rebelión!” El Angel del Mar aceptó esta defensa y dirigió su furia a los Egipcios en vez de a los Judíos, preparándose para ahogar a los Egipcios.
Moshé extendió su mano hacia las revueltas olas y ordenó al mar, “¡En nombre de Hashem, partíos!” pero el mar no obedeció. El no quería cambiar sus fronteras, las cuales habían sido fijadas desde los Seis Días de la Creación. Hashem ordenó a Moshé elevar su bastón y amenazar al mar, al igual que el amo eleva su vara para golpear a un esclavo rebelde. No obstante, las olas continuaron henchiéndose y no se retirarían. Entonces la shejiná de Hashem apareció sobre el mar, y él se partió. “Ma lejá haiam ki tanus / ¿Por qué, mar, tú te retiras ahora?” Moshé le preguntó.
La réplica fue, “¡Milifnei adón julí aretz– Yo me retiré sólo por el Amo del Universo Mismo!”. El rugido del agua partiéndose fue oído incluso en países distantes. En aquel momento, no sólo el Iam Suf se partió, mas así hicieron las aguas de los lagos y manantiales de todos los países, e incluso el agua en las jarras de las personas, de tal modo dando a publicidad el milagro por todo el mundo. Las aguas en el mundo retornaron a su estado natural sólo después que el agua del Iam Suf hubo reasumido su curso normal.
Mientras los Benei Israel caminaban en el cauce del mar, ellos advirtieron que el suelo bajo sus pies era fangoso. Hashem quería probar su reacción. Algunos miembros de la Tribu de Reuvén observaron a aquéllos de la de Shimón, “¡Después de haber abandonado el fango de Egipto, nosotros otra vez nos encontramos en el fango!” Hashem consideró estas palabras una rebelión en Su contra y afirmó, “Ellos se rebelaron en contra Mía en el Iam Suf. Yo no obstante los salvaré para que Mi Nombre sea santificado.” Hashem, en Su misericordia, secó el fango, y el suelo se volvió firme.
Mientras los Benei Israel estaban caminando a través del mar, el ángel Gabriel permaneció a su lado, protegiéndolos a ellos como una pared. El proclamó al agua a su derecha, “Custodiad a K-lal Israel que en el futuro recibirán la Torá de Hashem de Su diestra,” y reprendió al agua a su izquierda, “¡No dañéis a este pueblo que en el futuro colocará tefilín sobre su brazo izquierdo! “



miércoles, 1 de febrero de 2017

Parashá De La Semana, Bo (Shemot 10:1-13:16) 15


Nuestra parashá habla sobre los siguientes temas:
Primera aliá (10:1-11): La advertencia de Moshé y la respuesta del Faraón.
Segunda aliá (10:12-23): La plaga de las langostas. La plaga de la oscuridad.
Tercera aliá (10:25 - 11:3): La amenaza del Faraón a Moshé. D'os le avisa a Moshé que mandará la última plaga y los preparativos del pueblo.
Cuarta aliá (11:4 - 12:20): La advertencia de Moshé al Faraón. D'os le ordena al pueblo de Israel las leyes concernientes a la preparación del sacrificio de Pésaj en Egipto. El precepto de la festividad de Pésaj. La mitzvá de la matzá.
Quinta aliá (12:21-28): Moshé ordena al pueblo de Israel las leyes de Pésaj.
Sexta aliá (12:29-51): La plaga de la muerte de los primogénitos. La salida de Egipto. Leyes relacionadas al sacrificio de Pésaj.
Séptima aliá (13:1-16): La Mitzvá del rescate del primogénito. Leyes de Pésaj. La mitzvá de los tefilín.

Comentario de la Parashá
Se cuenta que una vez Rabí Iehonatán Aibshitz (1690 - 1764) iba caminando por la calle y se encontró con el rey de aquella comarca, quien le preguntó: "¿Hacia dónde te diriges?". "Yo no lo se" - contestó Rabí Iehonatán. Al escuchar esto, el rey se enfureció mucho con él y ordenó encarcelarlo. Después de que se tranquilizó, el rey fue hasta la celda donde estaba Rabí Iehonatán y le preguntó: "¿Por qué realmente no has querido decirme hacia dónde ibas?". Le contestó Rabí Iehonatán: "Su majestad ve que dije la verdad! ¿Yo sabía que estaría encarcelado?".

Este cuento nos ayudará a comprender un poco más uno de los temas de nuestra parashá:
"Dijo D'os a Moshé: llega hasta el Faraón, pues Yo hice pesado su corazón y el corazón de sus servidores para poner Mis señales, éstas, en medio de él" (10:1).
Llama la atención el lenguaje utilizado por la Torá en este versículo: "bo el Paró - llega hasta el Faraón", ya que encontramos otro verbo que podría haber sido mejor utilizado en este caso: el verbo lej (ve, dirígete) quedando: "lej el Paró - ve hacia el Faraón".
A pesar de que sus connotaciones son parecidas, encontramos en la Torá que en general, se usa el verbo laléjet cuando se está hablando de ir a un lugar lejano, por ejemplo: "vehalajtá el hamakom asher ibjar Hashem Elokéja bo - e irás al lugar que elegirá Hashem, tu D'os" (Devarim -Deuteronomio- 14:25), y el verbo labó cuando se habla de alguien que fue a un lugar cercano, por ejemplo: "ba elai haéved - vino hacia mí el esclavo" (Bereshit -Génesis- 39:17). Pero es incorrecto decir lej elai (ve hacia mí) o bo elav (ven hacia él).

Es por eso que Rabí Iaacov Baal Haturim (1275 - 1340) nos explica que cuando D'os le ordenaba a Moshé que vaya al palacio del Faraón - como en nuestro versículo - la Torá utiliza el verbo bo, pero cuando D'os le ordenaba a Moshé que se encuentre con el Faraón en las cercanías del río Nilo, lejos del palacio, la Torá dice "lej el Paró - ve hacia el Faraón" (Shemot -Éxodo- 7:15).
Sin embargo, Rabí Shelomó Hacohén (s. XIX) en su libro "Avi Ézer", nos dice que respecto de D'os es incorrecto hablar de lejanía, pues "llena está toda la tierra de Su gloria" (Ieshaiahu -Isaías- 6:3), y es por eso que es correcto decir "bo el Paró - llega hasta el Faraón", pues lejanía y cercanía respecto de D'os es absolutamente lo mismo, y por ende, se puede utilizar el verbo que se desee.
Pero más allá de todo esto, el Rab Aharón Weiner (1912 - 1967) en el libro "Higuioné Aharón", también se dedicó a este tema. Él nos dice que realmente, sí debería haber estado escrito "lej el Paró - ve hacia el Faraón", sin embargo, cuando un hombre le dice a su prójimo que vaya a un lugar determinado no es seguro que llegará, pues en definitiva, él es un ser humano y no sabe lo que puede pasar finalmente, y corresponde utilizar el verbo laléjet.
Y es por eso que Rabí Iehonatán le contestó al rey: "Su majestad ve que dije la verdad! ¿Yo sabía que estaría encarcelado?" ya que realmente nadie sabe hacia dónde va y sólo D'os puede decir quién seguro llegará.

extraido de judaismo hoy.