jueves, 31 de diciembre de 2015

Parashá De La Semana, Shemot (Shemot 1:1-6:1) 13

Shemot

El Nuevo Faraón y La Biografía de Moshé


La muerte del gran Faraón trajo muchas lágrimas y las calles de Egipto se llenaron con personas de duelo. “Yossi, ¿por qué lloras?”, le pregunta Muhammad el egipcio a Yossi el judío. “El Faraón que te hizo esclavo y te quitó tu libertad - ¿por él estás llorando?”.
El pueblo judío, descendientes de Yaakov y sus 12 hijos, habían estado viviendo en Egipto desde los días de la hambruna con los que el Faraón había soñado. Al principio, los judíos fueron tratados magníficamente, eran la familia del Primer Ministro Yosef. Pero desde la invasión y la conquista de la nueva dinastía, que no conocía la historia de la grandeza de Yosef, los judíos fueron esclavizados por el nuevo Faraón. (Rabino S.R. Hirsch)
“No es por el Faraón por el que estamos llorando”, contestó Yossi. “Si el Faraón le hubiera preguntado a su adivino qué día iba a morir, la respuesta habría sido: “en el día de una gran fiesta judía”. ¿Qué gran fiesta judía?, habría preguntado el Faraón. ¡Cualquier día que usted muera será una gran fiesta judía!”.
“Estamos llorando por nuestra propia situación. Mientras el Faraón que decretó nuestra esclavitud estaba vivo, él podía cambiar de opinión. Ahora seremos esclavos para siempre. Los crueles egipcios ni siquiera nos permiten llorar en público mientras nos azotan. Por lo menos en este funeral, podemos llorarle a Dios”.
De acuerdo al Midrash, el Faraón realmente no murió; a él le dio lepra en todo su cuerpo, lo que significa que la piel muere. ¿Cuál fue el remedio prescrito por los doctores egipcios? Un baño tibio, dos veces al día, en sangre de niños judíos.
* * *
Sensibilidad al Sufrimiento
El libro de Éxodo sigue al de Génesis, que fue la siembra de la semilla del pueblo judío. En el libro de Éxodo, ellos crecen y se transforman en una nación esclava. La esclavitud egipcia tuvo tres etapas:
1. Extraños en una tierra extranjera, discriminados.
2. Esclavos, pero con condiciones humanas.
3. Tortura total (Rabino S.R. Hirsch).
El Faraón no pudo encontrar otra excusa para culpar a los nobles hebreos excepto que ellos “eran muchos”. Él le pidió a sus consejeros una solución final para el problema de los judíos, y el malvado Bilaam sugirió ser más inteligente que el Creador. “Dios juró que Él nunca traería otro diluvio al mundo, ¿cierto? Entonces, ahoguemos a los judíos en el Nilo y no habrá retribución posible de medida por medida”.
El error de Bilaam fue que Dios juró no destruir “el mundo entero” con agua, pero sí pueden haber diluvios locales. Y resultó ser, que la caída final del Faraón fue en el Mar Rojo.
La Torá se refiere al exilio egipcio como “el horno de hierro que funde y hace desaparecer las imperfecciones del oro”. El sufrimiento que los judíos soportaron hizo que seamos una nación sensible al sufrimiento de otros. (Menajem Begin le dio refugio en Israel a un grupo de refugiados Camboyanos. Nosotros sabemos lo que se siente cuando nadie te deja entrar.)
El plan del Faraón era convencer con palabras bonitas a los judíos para que trabajaran por el bien del país. El mismo Faraón se vistió con bata de trabajo y fue a trabajar construyendo las pirámides. Todos los judíos patriotas fueron con él. “Hagan un esfuerzo máximo por un día. Van a recibir su paga por cada ladrillo”, dijeron los egipcios. Ellos diligentemente contaron cada ladrillo que cada judío hizo y al día siguiente, decretaron que cada judío tenía que hacer esa cantidad de ladrillos todos los días. Sólo la tribu de Levi, los “estudiantes de Ieshivá” de esa generación, no fueron. “Tenemos que estudiar Torá”, dijeron, y estuvieron libres de la esclavitud. (Midrash)
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Bebés en el Río
No es fácil decretar un genocidio. Incluso el malvado Hitler tuvo que construir primero la filosofía de la raza superior. El Faraón trató con otros métodos. Las matronas tenían que matar a los bebés, pero dos valientes mujeres, Shifra y Pua (Yojeved y Miriam, de acuerdo a la tradición) desafiaron al Faraón y salvaron a los bebés. Como recompensa, ellas construyeron las casa de los Cohanim-Levitas y el reinado.
Finalmente, el Faraón utilizó métodos más directos. “Tiren a todos los bebés hombres – incluso los bebés egipcios (en ese día) – al río”.
Con estas noticias, el líder de la comunidad judía, Amram, decidió divorciarse de su esposa. “¿Por qué hay que ahogar a los bebés?”. Su pequeña hija, Miriam, salvó la situación. Ella tuvo profecía de que su madre daría a luz al redentor del pueblo judío. Ella le dijo a su padre: “Aba, tú eres peor que el Faraón que sólo decretó contra los hombres. Al divorciarte de Mami, tú has decretado también contras las mujeres” (Midrash).
El Talmud dice: “Por el mérito de las mujeres justas, salimos de Egipto”. Las mujeres motivaron a sus maridos, que estaban destruidos, física y emocionalmente, a continuar teniendo hijos. Cuando Amram se volvió a casar con Yojeved, así lo hicieron todos los otros hombres. Cuando Yojeved dio a luz a su tercer hijo, la casa se llenó de luz y nació circuncidado. Ellos lo escondieron por tres meses porque había nacido prematuro. Cuando los egipcios vinieron a buscar al bebé, lo pusieron en una pequeña canasta en los juncos. Su hermana lo cuidaba.
    “¿Por qué te hice caso Miriam? ¿Ahora otro niño judío será ahogado?”
    “No te preocupes Aba, las cosas van a salir bien”.
Batya, la hija del Faraón, estaba disgustada con el decreto. “¿Matar pequeños bebés? ¿Cuán bajo puedes caer?” Así que decidió convertirse al judaísmo (el nombre Batya significa “hija de Dios”) y fue a la Mikve más cercana – el Río Nilo.
Al ver al bebé, mandó a su sirvienta a traerlo. El Midrash dice que Batya estiró su propia mano para alcanzar la canasta y que su mano milagrosamente se alargó, enseñándonos que siempre debemos hacer un esfuerzo, incluso cuando parece imposible.
Al ver al bebé llorar, Batya sintió su pureza y sintió la Presencia Divina. Moshé se negó a ser amamantado por una mujer egipcia, por lo que su hermana ofreció conseguir una nodriza judía – y resultó la mayor ironía, ¡Yojeved recibió un pago de parte del Faraón por amamantar a su propio bebé judío!
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Biografía de Moshé (basada en el Midrash)
    1. Moshé es llevado al palacio del Faraón a temprana edad y mantiene su identidad judía a través de la conexión con sus padres reales.
    2. Al estar sentado en el regazo del Faraón, Moshé le quita la corona al rey y se la pone en su cabeza. Al ser este acto interpretado por los magos como un mal augurio, le ponen a Moshé oro y carbones en frente. Moshé toma el oro pero un ángel empuja su mano al carbón. Luego el lleva el carbón a su boca, dejándole un impedimento en el habla para toda su vida (Midrash).
    3. Ya como adulto, Moshé empatiza con su pueblo para sentir su dolor. Él carga el peso con ellos tanto como le es posible.
    4. Moshé mata a un egipcio que violó a una mujer judía, antes de que el egipcio pudiera matar al esposo de la mujer.
    5. Moshé regaña a Datan y Aviram, quienes lo delataron ante el Faraón, lo que resultó en una orden de arresto y un decreto de muerte para Moshé.
    6. Moshé se escapa de la muerte por milagro. Su cuello se convierte en mármol, repeliendo la espada del verdugo. Los sirvientes del Faraón se quedan ciegos, sordos y mudos tratando de capturarlo.
    7. Moshé pasa muchos años deambulando, particularmente en Etiopía. Termina en Midián, donde salva a las hijas de Itro de los pastores, que las maltrataban porque su padre rechazaba la idolatría.
    8. Moshé se casa con Tzipora, convirtiéndose en el yerno de Itro.
El común denominador de todos estos eventos es que Moshé no puede soportar la injusticia, sea entre judío o no judíos. Él, consistentemente se levanta a favor de los oprimidos.
    9. Mientras Moshé pastoreaba a su ganado en el desierto, un pequeño cordero se escapó. Moshé lo persiguió hasta la ladera del Monte Sinai, donde encontró un manantial de agua para tomar. “Pequeño cordero, si sólo hubiera sabido que tenías sed, te habría cargado hasta el manantial en mis propios hombros”. Dios dijo: “Moshé es merecedor de ser el líder de Mi pueblo”.
    10. Dios se le aparece a Moshé en un arbusto ardiente, para indicar que Él siente la profundidad del sufrimiento de los judíos. “El arbusto arde, pero no se consume”, - así también el pueblo judío. Por una semana entera, Dios le ruega a Moshé que saque a los judíos de Egipto. Utilizando todas las excusas y pidiéndole a Dios conocer los secretos de su Santo Nombre, Moshé finalmente dice, “Manda a otro profeta (Aarón), el profeta que estás acostumbrado a mandar”.
Pregunta: El común denominador de Moshé es la intolerancia a la injusticia y no existe mayor injusticia que la esclavitud de una nación entera. Entonces, ¿por qué Moshé no actúa inmediatamente de acuerdo al consejo de Dios para redimirlos?
Respuesta: Moshé no podía tolerar la injusticia incluso en él mismo (Rabino Shlomo Wolbe). Él sentía que su hermano Aarón se iba a sentir menospreciado si él tomaba su trabajo y por eso se negó. Dios respondió: “Aarón se va a encontrar contigo y va a estar contento en su corazón. Él será el Cohen y tú serás el Levi”.
    11. En el camino de regreso a Egipto, un ángel quiso matar a Moshé por haber retrasado la circuncisión de su hijo. Tzipora salva la vida de Moshé al circuncidar a su hijo. (¡Los judíos siempre son salvados por una mujer!)
    12. Moshé y Aarón van donde el pueblo y les dicen la contraseña transmitida por Yaakov y Yosef. (“¡Dios ciertamente los redimirá!”) y el pueblo les creyó.
    13. Moshé y Aarón van donde el Faraón. (Los ancianos judíos que los acompañaban, se atemorizaron y se fueron uno a uno.) Las puertas de Egipto están resguardadas por animales salvajes bajo el efecto de mágicos hechizos. Pero ellos acompañan a Moshé y Aarón como gatos domesticados, llevándolos dentro del palacio.
“¡He sido enviado por el Dios de los hebreos! Exijo un viaje de tres días al desierto para brindar ofrendas a Dios”.
El Faraón responde: “¿el Dios de los hebreos? ¿Acaso me ha mandado alguna vez un regalo de cumpleaños? No puedo encontrarlo en mis libros de dioses”.
“Su libro contiene dioses muertos; el nuestro está vivo”.
“Vamos Moshé. Todos nosotros sabemos que la religión es el opio de las masas. No hay un Dios. Si les doy a los judíos unas vacaciones de 3 días, ¿qué van a decir los egipcios? ¡Eso mataría nuestra economía!”.
El Faraón decreta: “¡No más descanso!”. Los judíos ahora tenían que trabajar 24 horas al día, siete días a la semana. (Moshé había sugerido una semana de 6 días de trabajo, para que los esclavos judíos “pudieran ser más productivos” – es decir, para que pudieran descansar con sus familias en Shabat). Ahora, debían trabajar en Shabat.
Los judíos estaban enfurecidos: “Moshé, te mandamos para mejorar nuestra situación ¡y ahora las cosas están peor!”.
Dios así lo hizo, para que el pueblo supiera que Moshé y Aarón no tenían poderes propios (Rabino Hirsch).

¡Ahora que confiaban en Dios, podía venir Su poder para iluminar el momento!

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