domingo, 23 de agosto de 2015

Parashá de la semana. Ki Tetzé (Devarim 21:10-25:19)

El placer de comer. (Ki Tetzé)

La parashá Ki Tetzé incluye una legislación laboral interesante: cuando los campesinos recolectan la producción del campo, como por ejemplo frutillas, tienen permitido comer tantas frutillas como deseen mientras trabajan. La Torá reconoce que es cruel darle a una persona acceso a la comida pero prohibirle su ingesta.

En base a este razonamiento, la Torá prohíbe colocar un bozal a un animal que está arando un campo.
Y hay más extensiones interesantes de esta ley. Por ejemplo, está prohibido presentar comida frente a invitados y después hacerlos esperar para comer. ¿Te imaginas que alguien sirve un pollo para una comida festiva, pero que antes de comer, todos deben sentarse a escuchar un discurso de 30 minutos?
Otra legislación curiosa fue determinada en los años ’20 por un sabio norteamericano, Rav Moshé Feinstein. Se le preguntó acerca de la cría de ganado con fines comerciales, donde alimentaban a los animales con químicos en lugar de comida. Basado en esta parashá, el Rav Feinstein dictaminó esta práctica como prohibida dado que privaba a los animales del placer de la comida.

Dios nos ha dado un mundo lleno de comidas deliciosas y placeres. El Talmud dice que una de las primeras preguntas que nos harán cuando lleguemos al Cielo será si hemos probado todas las diferentes frutas que Dios creó. Él nos dio acceso a todas ellas, para que las disfrutemos. El judaísmo hace hincapié en los placeres, no los niega. La única condición es que mostremos apreciación hacia Dios por todo lo que tan generosamente nos concede.



Eludiendo tus Deseos.(Ki Tetzé)  

La parashá de esta semana contiene una ley que, superficialmente, es difícil de entender: si un soldado siente pasión por una mujer en el medio de la guerra, él no puede seducirla. (Hasta ahora vamos bien). En vez de eso, debe llevarla a casa, afeitar su cabello, esperar 30 días... ¡y entonces puede seducirla! (Deuteronomio 21:10-14).
Nuestros sabios explican: la Torá no está sancionando la promiscuidad. La Torá entiende la naturaleza humana y nos está dando leyes para ayudarnos a controlarla.
En el calor y pasión de la batalla, es difícil estar en control de uno mismo. La balas vuelan por doquier; las hormonas están revoloteando por el cuerpo en niveles más allá de lo natural; los valores se vuelven confusos. Y, de repente, un soldado se encuentra con una hermosa mujer...
La Torá reconoce que si dijese directamente que está prohibida, el desafío sería demasiado difícil de superar para la mayoría. En lugar de eso, le da al soldado una forma de controlarse a sí mismo. Ella no está totalmente prohibida; tan sólo debes esperar 30 días. De esta forma, el soldado no se ve enfrentado a un desafío de pasión versus valores. Él puede tener ambas cosas; todo lo que tiene que hacer es esperar.
Puede que de todas formas no supere la prueba, pero claramente el desafío será mucho más fácil. Y, obviamente, está casi garantizado que al final de los 30 días, con la cabeza rasurada de ella y el campo de batalla habiendo quedado atrás, su pasión habrá disminuido y él reconocerá que esa no es la forma de tratar a otro ser humano.
Vemos de aquí que en lugar de enfrentar los deseos indeseados de forma directa, generalmente hace más sentido eludirlos por un costado.
Comencemos con el corolario. Tu alarma suena a las 7 a.m. Una parte de ti dice que es hora de levantarse. Otra parte de ti dice que mejor podrías dormir hasta las 10, hasta las 11 o incluso hasta las 12. Esta última parte sabe, sin embargo, que no saldrá victoriosa de una confrontación directa. Entonces, ¿qué es lo que te dice? Presiona las más malvada de todas las invenciones – el botón “snooze” de la alarma. Antes de que te des cuentas, en intervalos de 10 minutos, ¡habrán pasado 3 horas!
Manejar sabiamente los deseos no deseados – de la misma manera en que ellos nos manejan sabiamente a nosotros – es la clave para vencerlos. Acá tienes algunos ejemplos prácticos:
Estás realmente enojado con alguien y quieres gritarle. Entonces, dite a ti mismo que vas a gritarle y que lo vas a arrojar por la puerta. Imagínalo; fantasea sobre ello; permite que tu boca babee esperando el momento. Sólo hay una condición – debes hacerlo mañana. Y mañana, te garantizo, la pasión se habrá disipado y tú podrás tomar una decisión más objetiva. Quizás la persona sí necesita que la regañen – pero lo vas a hacer de una forma mucho más sana y efectiva.
O si tu familia te necesita inmediatamente, pero están transmitiendo tu partido favorito por la televisión. En lugar de tomar una decisión entre la familia y el fútbol – una decisión que es demasiado desafiante para algunas personas – haz ambas. Pasa la primera parte del tiempo con tu familia, y ve la segunda parte del partido. Evitarás la confrontación directa, ¡y quizás incluso querrás saltarte también la segunda mitad!
El principio que nos está enseñando la Torá es sumamente importante: no suprimas tus deseos; mejor, trabaja con ellos. Enfrenta directamente tus deseos y probablemente serás derrotado. Cede y tus probabilidades de ganar serán mucho mayores. No está garantizado – porque siempre tendrás libre albedrío – pero aumentarán significativamente las probabilidades de que salgas victorioso.

Todos Tenemos que Cumplir Nuestros Roles. (Ki Tetzé)

Los aviones volaban formados en las alturas, descargando su carga mortal sobre los atrincherados soldados de infantería. El soldado raso Johnson estaba en su punto de guardia al final del campo cuando se le ocurrió una idea brillante. Si sólo pudiera llegar hasta el cañón que estaba a medio kilometro de él, podría hacer explotar a los aviones en el cielo.
Sin molestarse en consultar al oficial que lo comandaba, Johnson partió. Arriesgando su vida bajo el fuerte fuego, finalmente alcanzó el cañón y empezó su cortina de fuego. Era como en los videojuegos, el soldado Johnson disparó a cada avión sin ninguna ayuda, ganando la batalla para los Aliados.
Tan pronto como Johnson regresó a su barraca fue levantado sobre los hombros de sus compañeros que celebraran la victoria. Repentinamente se abrió la puerta bruscamente y entró la policía militar.
“¿Es usted el soldado Allen Johnson?”, preguntaron de forma agresiva.
“Sí, soy yo”, contestó orgulloso. “¿Me quieren dar mi medalla?”.
“¡No exactamente!”, respondieron, “¡Estás bajo arresto por dejar tu posición en la mitad de la batalla!”.
Todas las protestas de Johnson no valieron de nada. Él estaba seguro que podía hacer un mejor trabajo en artillería - ¡y tenía razón! ¡Tan solo mira los resultados!
Desafortunadamente, los jueces no estuvieron de acuerdo con Johnson. El último reporte informa que Johnson todavía está pelando papas en la cocina militar.
¿Cuál es el punto de esta historia? Todos tenemos que cumplir nuestros roles. Abandonarlos es deserción, incluso si pensamos que podemos lograr más en otra posición.
La parashá Ki Tetzei es una recopilación de leyes que Moshé enseñó al pueblo antes de su muerte. Una de ellas es que los hombres y mujeres deben vestirse de forma distinta para diferenciar entre ellos. El concepto (que no siempre se acepta en la sociedad occidental) es que los hombres y las mujeres son inherentemente diferentes, a pesar de ser igualmente importantes. Tal como la artillería y la infantería, el ejército y la marina, incluso la mesa y la silla son de igual valor sin embargo, inherentemente diferentes, así también el hombre y la mujer desde la perspectiva de la Torá son distintos y deben estar conscientes de esto.
El matrimonio es el vehículo que combina al hombre y a la mujer para crear una relación completa y una casa judía construida sobre bases fuertes.
La parashá comienza con una lista de leyes aparentemente inconexas , pero el Talmud las conecta.
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La Mujer Cautiva
La Torá reconoce el hecho de que un soldado en la batalla, temiendo por su vida en cualquier minuto, no siempre puede controlarse. Por ejemplo, un soldado judío que encuentra comida no casher y se está muriendo de hambre, puede comer de ella. Así también, si un soldado ve a una mujer entre los cautivos, puede ser que no logre controlarse. La Torá le permite llevarla a su casa por un mes para decidir si quiere casarse con ella o no.
El principio es específico. ¿Basado en qué criterio debe uno elegir una esposa? Obviamente a este soldado no le atrajeron las maravillosas cualidades del carácter y la increíble inteligencia. ¿Debe uno elegir una esposa basado completamente en la atracción física? Esto parece ser una receta para el desastre, dado que la atracción física se desvanece más rápido de lo que uno cree.
La Torá le dice a este soldado que la lleve a su casa por un mes y ella debe “llorar en su sala”. Si él está tan impresionado y aún quiere casarse con ella, hay una posibilidad de que esta relación funcione. Sino, él debe dejarla ir impune.
A pesar de que la Torá le da al soldado la opción de casarse con la mujer cautiva, la Torá no lo recomienda. En proximidad a estas leyes está escrito: “Si la tomas, vas a terminar teniendo problemas matrimoniales”.
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El Hijo Rebelde
Esta ley es conceptualmente una continuación de lo anterior. Si el soldado se casa con la mujer cautiva, probablemente va a terminar con problemas matrimoniales, los cuales darán como resultado un hijo rebelde. Los detalles exactos de esta ley – en la cual los padres mismos entregan a su hijo a la corte para ser matado – son tan improbables, que el Talmud dice “nunca ocurrió algo así y nunca podrá ocurrir”.
Algunas de las condiciones son:
(1) El hijo debe tener entre 12 y 13 años y medio de edad.
(2) El hijo le robó dinero a sus padres y compró y consumió una gran cantidad de vino y carne con sus problemáticos amigos.
(3) Los padres son físicamente sanos (no ciegos, sordos, mudos ni les falta ninguna extremidad), y son muy parecidos el uno al otro.
Pregunta: Si el caso es teóricamente imposible, ¿Por qué la Torá lo menciona?
Respuesta: Los Sabios dicen que la razón es para enseñarnos una lección teórica: ¡Se cuidadoso en relación a cómo educas a tus hijos! ¡Considera lo que eventualmente podría pasar!
Los comentaristas explican que la razón por la que este hijo (teóricamente) es ejecutado, es porque es adicto a ese estilo de vida y no va a estar contento cuando a sus padres se les acaben los fondos. Entonces, él va a robar, hurtar y eventualmente a asesinar (similar a lo que sabemos que ocurre con las drogas) – entonces la Torá nos ordena que tomemos medidas preventivas para la protección de la sociedad y también una intervención temprana a favor del alma del niño.
Lo siguiente que la Torá discute es sobre alguien que recibe la pena de muerte. La implicancia es que si los padres del hijo rebelde tienen una malentendida compasión por él, el hijo eventualmente va a cometer crímenes y va a recibir la pena de muerte de cualquier forma.
La Torá nos ordena que colguemos el cuerpo de ciertos criminales luego de su muerte, como una forma de expiación para sus almas. La Torá prohíbe dejar el cuerpo colgando durante la noche y el Talmud dice que la costumbre era colgar el cuerpo sólo algunos momentos e inmediatamente bajarlo.
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Objetos Perdidos
El primer tema que tradicionalmente se enseña a los alumnos jóvenes al empezar el estudio de Torá, son las leyes de retornar objetos perdidos. La meta es imprimir en ellos la santidad de las posesiones de las otras personas.
Si encuentras un objeto perdido que tiene una señal identificadora, debes tratar de localizar al dueño, que debe identificar apropiadamente el objeto. Si el objeto implica un costo al tenerlo (tal como alimentar a un animal), el que lo encuentra debe venderlo y guardar el dinero para el dueño. Si el animal puede ganar el dinero para su mantención vendiendo su leche, lana, huevos u otros, el que lo encuentra debe cuidar al animal original por un período corto, porque el dueño definitivamente prefiere su original; sin embargo, pasado ese tiempo debe venderlo.
El Talmud cuenta sobre un determinado rabino que encontró un pollo. Vendió los huevos y compró otro pollo, luego vendió más huevos y compró una cabra, vendió la leche y compró un cordero, luego vendió la lana, etc. Un año después, apareció un hombre buscando su pollo perdido y recibió un granero lleno de animales. Esto por supuesto, iba mucho más allá de la verdadera obligación.
Una revista religiosa para niños, incluía una carta al editor de un niño pequeño preguntando qué se hacía si alguien encontraba un gancho de ropa en un edificio de departamentos donde hay cables de colgar ropa compartidos, y no sabía de quien era. ¡¿Cuán frecuentemente encuentras este tipo de preguntas en revistas de niños?! Si los niños son sensibles a los ganchos de ropa, ciertamente no van a tomar bicicletas o cosas más valiosas. Esta es la sensibilidad que la Torá quiere que nosotros mostremos.
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La Mamá Pájaro
Esta es considerada la mitzvá más fácil de la Torá. No cuesta dinero, no requiere preparación y necesita un mínimo esfuerzo. Si sucede que uno llega a un nido de pájaros en un bosque y quiere tomar los huevos o los pajaritos, primero debe espantar a la madre y luego tomarlos cuando ella está lejos.
El concepto es que incluso en el mundo animal, existen sentimientos maternales (a lo que el rabino Hirsch se refiere como “la profesión más noble del mundo”), y la Torá quiere que seamos sensibles a esos sentimientos. No debemos causar la angustia de la madre al tomar a sus hijos delante de sus ojos.
Presumiblemente ella luego se olvida y empieza un nuevo nido, a pesar de que el Zohar dice que la lamentación de la madre pájaro, al encontrar que no están sus hijos, ¡abre las puertas de la misericordia en el mundo!
La Mishná dice que a aquél que proclama que “la misericordia de Dios se extiende incluso hasta el nido de pájaros” se le hace callar, porque es falso afirmar que el propósito de las Mitzvot es misericordia. Los comentaristas explican que el punto no es que Dios tiene misericordia de los pájaros, porque si fuera así, Él habría prohibido la matanza de pájaros. El punto es que Dios quiere que la gente sea misericordiosa. Si nosotros somos sensibles a los sentimientos de un pájaro, entonces ciertamente nos vamos a preocupar por nuestro prójimo.
La recompensa por esta mitzvá es larga vida. La única otra mitzvá positiva que la Torá especifica su recompensa es honrar a los padres, que es considerada una de las mitzvot más difíciles. De este hecho, que la mitzvá más fácil y la más difícil reciben la misma recompensa, podemos aprender que no podemos clasificar las Mitzvot, y debemos hacerlas cuando la oportunidad se presenta.
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Una Barda en el Techo
La Torá nos ordena a poner bardas en nuestros techos. Esto se refiere a un techo plano en el que la gente camina. “El caido se caerá”(Deuteronomio 22:8), los rabinos explican que a pesar de que sólo aquel al que se le decretó desde el cielo que debe caer realmente caerá, nosotros somos responsables de que nuestros techos no sean un vehículo de esa muerte. Tal como lo explican los rabinos: “Las cosas buenas pasan a través de gente buena y las cosas malas a través de gente mala”. Esta ley básica de precauciones de seguridad nos enseña que “si ocurrió en tu dominio como resultado de tu negligencia, eres responsable y ¡no debes culpar a Dios!”.
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Separaciones
La Torá prohíbe el cruce de especies. Dios creó diversidad en Su mundo y quiere que las especies permanezcan siendo diferentes unas de las otras.
Más allá de eso, la Torá prohíbe arar un terreno (o transportar cualquier carga) con un buey y un burro juntos. La Ley Oral expande esto a dos especies cualquiera. La razón simple es que animales diferentes andan a diferentes velocidades y eso inevitablemente causa dolor a las dos especies.
La Torá prohíbe el uso de lana (que representa el mundo animal) y lino (hecho de fibra de lino que representa el mundo vegetal) en la misma prenda. La Ley Oral explica que esto se refiere sólo a lana y lino y no a otras telas como el algodón.
Los comentaristas conectan esta ley con la controversia entre Cain (el primer agricultor) y Abel (el primer pastor). Hoy en día hay laboratorios especiales que hacen pruebas y determinan si una prenda contiene una mezcla de lana y lino. Los bolsillos, los forros y los botones pueden reemplazarse; sin embargo si el material mismo contiene esta mezcla, la prenda no puede utilizarse.
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El Hijo Ilegítimo (Mamzer)
La Torá establece restricciones sobre los hijos de ciertas uniones prohibidas (tales como adulterio e incesto). Esto no debe percibirse como un castigo, dado que por supuesto los hijos no son culpables. Más bien, esto es como un hijo nacido con un impedimento físico porque su madre tomó drogas o alcohol durante el embarazo. El punto es que, tristemente, ellos nacen con un “defecto espiritual” – y esto pone una seria responsabilidad sobre los padres para que sean cuidadosos.
Sin embargo, ¡esto no quiere decir de ninguna manera que un mamzer es un judío de segunda clase! Él sólo está limitado en relación a contraer matrimonio. En todas las otras áreas, es un judío completo.
Un ejemplo de esto se encuentra en la Mishná que se relaciona con el rescate de prisioneros. La comunidad judía tiene una obligación de rescatar prisioneros (si los piratas no piden una suma exorbitante). Si la comunidad no puede redimir a todos los cautivos, la Mishná establece el orden de prioridad. La Mishná nos dice que un estudioso de la Torá viene antes de un Sumo Sacerdote, porque el estudioso de la Torá es un mayor valor para la comunidad.
¿Qué pasa en el caso de un mamzer que es estudioso de la Torá versus un Sumo Sacerdote que es un ignorante? La Mishná dice que hay que salvar al mamzer estudioso de la Torá. De esto aprendemos que el mamzer puede ser muy grande y que sólo está limitado en un área específica.

Parashá de la semana. Shoftim (Devarim 16:18-21:9)

Parashat Shoftim: "Justicia, justicia" 
Por. Rab Ari Kahn

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"Jueces y oficiales pondrás en todas tus entradas, que D'os te ha dado, a través de tus tribus; y ellos juzgarán a las personas mediante juicio justo.  No pervertirán el juicio; no respetarán personas, ni tomarán sobornos; pues el soborno ciega los ojos del sabio, y pervierte las palabras de los justos.  Justicia, justicia perseguirás, para que vivas, y heredes la tierra que D'os te ha dado" (16:18-20).

La parashá comienza con temas sociales, los cuales llamamos el establecimiento de la justicia.  De alguna manera, uno puede ver estos temas como que trascienden el reino "religioso", pero claramente una nación que vivirá en su propia tierra requiere lo que Rousseau llamó un "contrato social".  Como hemos vistos en otras ocasiones, los contenidos de la Torá son muy amplios y en consecuencia, la Torá no limita sus legislaciones a temas "religiosos".  Conductas civiles equivocadas y daños, son una gran parte de la sección de leyes de la Torá.  En el momento que los hijos de Israel se encontraban a la entrada de la tierra de Israel, e ideales sociales iban a ser trasladados a una sociedad utópica en la tierra, Moshé retorna a los principios expuestos en otras secciones de la Torá.

Cuando llega el tiempo de traspasar la teoría a la práctica, jueces serán necesarios para aplicar la ley, y policías serán necesarios para reforzar la ley, y la Torá, en los versículos citados anteriormente, exhorta al pueblo a refinar la justicia social hasta niveles sin precedentes.  La justicia no debe ser pervertida, y tal comportamiento sería una burla de todo el sistema judicial.  Sin embargo, hay un versículo que es bastante desafiante:

"Justicia, Justicia perseguirás, para que vivas, y heredes la tierra que D'os te ha dado".

¿Por qué se repite el término justicia?  Uno podría decir que la repetición es para darle énfasis a la palabra.  Esta clase de uso es común, por ejemplo se puede ver en la haftará de esta semana cuatro veces esta clase de redacción.  Sin embargo, la palabra "persigue" implica un esfuerzo continuo, una búsqueda de éxito.  ¿Por qué fue necesario la repetición en adición a este término tan fuerte?  "Persigue la justicia" es una forma de lenguaje fuerte; ¿qué es lo que se agregó con la segunda palabra "justicia"?  El Talmud habla sobre las dos partes del versículo:

"Nuestros Rabinos enseñaron: 'Justicia, justicia perseguirás', significa: Deberás seguir a un eminente Bet Din, como por ejemplo: Rabí Eliézer ben Hirkanus a Lida, o Rabí Iojanán ben Zakai a Beror Hel" (Sanhedrín 32b).

La palabra, en la cual el Talmud hace hincapié, es "perseguir".  ¿Cómo se persigue la justicia?  Encontrando un tribunal superior.  El Talmud agrega una receta proactiva:

"Nuestros Rabinos enseñaron: 'Justicia, justicia perseguirás' esto significa: Sigue a los estudiosos a sus academias, ej.: Rabí Eliézer a Lida, Rabí Iojanán ben Zakai a Beror Hel, Rabí Iehoshúa a Pekiín, Raban Gamliel a Iavné, Rabí Akivá a Bené Berak, Rabí Maziá a Roma, Rabí Jananiá ben Teradion a Sikní, Rabí Iosi ben Jalaftá a Sepforis, Rabí Iehudá ben Bazirá a Nisibis, Rabí Iehoshúa al Exilio, Rabí a Bet Shearim, o a los Sabios a la lishkat hagazit" (Sanhedrín 32b).

El mensaje aquí es que la mejor manera de evadir la necesidad de que la justicia sea impuesta por las cortes es obtener una educación de calidad.  Ambos comentarios del Talmud se expanden en al palabra "persigue".  Esta tradición es reflejada en las palabras de Rashí (basado en el Sifrí):

"Sigue a una buena corte" (Rashí 16:20).

Sin embargo, todavía no sabemos el significado de la repetición de la palabra "justicia".  Las explicaciones que hemos visto hasta ahora se aplicarían si el versículo hubiese dicho "Justicia persigue" o "Persigue justicia".

En la misma página, el Talmud cita otra enseñanza, la cual señala este punto directamente:

"Rabí Ashí dijo: '… los versículos ['con justicia deberás juzgar a tu prójimo' (Vaikrá 19:15)] y 'Justicia, justicia perseguirás' - uno se refiere a una decisión basada en la estricta ley y el otro a un acuerdo.  Como fue enseñado: justicia, justicia perseguirás; la primera [mención de justicia] se refiere a la decisión basada en la estricta ley; la segunda, a un acuerdo" (Sanhedrín 32b).

Aquí encontramos al Talmud discutiendo directamente sobre las dos "justicias".  La sugerencia del Talmud es fascinante: Hay, de hecho, dos clases de justicia: ley estricta y acuerdo.  El Talmud más adelante ilustra este principio con el siguiente ejemplo:

"¿Cómo es esto? - Ej.: cuando se encuentran dos barcos en un río; si ambos intentan pasar simultáneamente, ambos se hundirán, mientras que si uno deja el paso al otro, ambos pueden pasar.  Asimismo, si dos camellos se encuentran mientras están ascendiendo a Bet Jorón; si ambos ascienden al mismo tiempo, ambos pueden caer en el valle; pero si ascienden uno a uno, los dos subirán.  ¿Cómo entonces, ellos tienen que actuar?  Si uno está cargado y el otro no está cargado, el último tiene que dejar el paso al primero.  Si uno está más cerca de su destino que el otro, el primero debe dejar el paso al último.  Si ambos están a igual distancia del destino, que hagan un acuerdo entre ellos, el que va a seguir adelante compensando al que dejará pasar" (Sanhedrín 32b).

La "justicia" descripta aquí es subjetiva, de acuerdo a la situación.  El lugar no es la sala de justicia sino los ríos y caminos mundanos.  Aquí también, la justicia debe ser perseguida.  Encontrar soluciones equitativas a situaciones prácticas complicadas es parte de la búsqueda de justicia.

Hemos visto la opinión de que las dos "justicias" son dos diferentes justicias: "ley estricta" y "acuerdo". Hay otra visión a estas dos clases de justicia que encontramos en los escritos de Rabenu Nisim de Gerona.  En función de entender su posición consideremos un pasaje del Talmud que él citó:

"Ha sido enseñado: Rabí Eliézer ben Iaacov dijo: 'Yo he escuchado que el Bet Din puede [cuando es necesario] imponer azotes y pronunciar sentencia [capital] incluso cuando no es [requerido] por la Torá.  No con la intención de desmerecer a la Torá sino [por lo contrario] en función de cuidarla" (Sanhedrín 46a).

La enseñanza en el Talmud es muy sorprendente: ¿Cómo es que la corte castiga de una manera contraria a sus propias leyes?  La obligación de la corte es juzgar de acuerdo a las reglas que están en la Torá, y no puede haber consideraciones extenuantes para una corte, la cual debe apoyar la ley.  Por otro lado, ¿Puede ser?

De acuerdo a Rabenu Nisim, había un segundo sistema paralelo, un sistema de cheques y balances, es decir, un sistema que está dando vueltas alrededor del rey.  El monarca en el antiguo Israel tenía un mandato para imponer sentencias distintas de lo que la ley normal requería.  La razón para darle poder al rey de esta manera era para cuidar el espíritu de la ley, de no ser pisoteado por la adherencia estricta a la ley, cumpliéndola al pie de la letra.  El mandato de las cortes era para apoyar la letra de la ley, mientras que el mandato del rey servía para apoyar al espíritu de la ley.  Esta dicotomía creaba un todo fantástico y equilibrado.  Cuando las cortes funcionaban como un brazo autónomo del sistema legal, adhiriéndose y reforzando cada ley, el peligro aún existía de que las cosas podían "caer entre las grietas".  En tales casos, el rey podía actuar garantizando que el espíritu de la ley quedara intacto.

Sin embargo, este sistema tenía un peligro.  Por definición, el rol del rey era ilimitado.  ¿Qué es lo que prevenía que el rey abuse de este increíble poder?  Rabenu Nisim presenta una imagen hermosa para contestar a esta pregunta. Nosotros sabemos que hay una ley que dice que el rey debe llevar consigo un rollo de Torá en todo momento.  Rabenu Nisim explica que la misma persona con el poder de romper la ley debe llevar la Torá consigo.  Es por eso que los reyes de Israel estaban ordenados llevar la Torá en todo momento, como un recordatorio de lo que estaba en juego.

Este análisis, el cual es interesante, no parece darnos ninguna visión del pasaje citado anteriormente en nombre de Rabí Eliézer ben Iaacov, respecto de las medidas inusuales tomadapor la corte.  Rabenu Nisim explica que el Talmud está describiendo la situación después de la abolición de la monarquía.  En la ausencia del rey, el rol del rey se trasladó a las cortes.  Las cortes llevaban dos sombreros, los que apoyaban la ley al pie de la letra y los que cuidaban el espíritu de la ley.  Cuando un caso terminaba de acuerdo a la normativa, al proceso prescripto, los jueces tenían que preguntar la siguiente pregunta: "¿Ha sido cumplida la justicia?"  Si la respuesta era negativa, los jueces asumían el rol del rey y cuidaban el espíritu de la ley.  Por supuesto que las personas encargadas de esta función eran aquellas que tenían una gran afinidad con la Torá y sus valores.  Hay veces que la ley debe ser puesta a un lado en función de cuidar la ley:

Es tiempo de trabajar para el Señor, ellos han invalidado Tu Torá (Salmos 119:26).

El Talmud usa este versículo como una licencia para adjudicar y legislar en contra de leyes explícitas de la Torá en función de apoyar y cuidar a la Torá:

Es tiempo de trabajar para el Señor, ellos han invalidado Tu Torá: Rabá dijo: la primera parte de este Salmo, es una explicación a la segunda parte, y la segunda es una explicación a la primera.  ' la primera parte de este Salmo, es una explicación a la segunda parte': es tiempo de trabajar para el Señor.  ¿Por qué?  Porque 'ellos han invalidado Tu ley'.  'La segunda puede ser una explicación para la primera': Ellos han invalidado Tu ley.  ¿Por qué?  Porque 'es tiempo de trabajar para el Señor' (Berajot 63).

El mantenimiento de la ley, en donde la justicia prospera, es una de las metas de la Torá.  El Talmud declara lo siguiente:

Cada juez que juzga un juzgamiento verdadero de acuerdo a su verdad incluso por una sola hora, el mandato judicial le da a él crédito como si hubiese entrado en sociedad con D'os en la creación (Shabat 10a).

Utilizar la Torá, y traer sus elevadas ideas a este mundo, hace que uno se convierta en un socio de D'os.  Sin embargo, esto sólo ocurrirá cuando la ley es juzgada de acuerda a la verdad.  Usando las herramientas apropiadas pero llegando a las conclusiones equivocadas no es un juzgamiento verdadero de acuerdo a su verdad.  La ley al pie de la letra al cual se llegó por medio del proceso judicial puede ser carente de esto.  El Shelá Hakadosh explica este versículo:

"Justicia, justicia perseguirás".  Dice justicia dos veces.  Una dirigida a los jueces que juzgan de acuerdo con la ley de la Torá.  Hay una segunda justicia para acuerdos o decretos de emergencia, los cuales son hechos ocasionalmente por un profeta o rey, en función de que el mundo exista.  Es por eso que el versículo concluye: "para que vivas y heredes la tierra que D'os te ha dado".  Como dijeron nuestros Sabios  "Jerusalem fue destruida sólo porque ellos juzgaron de acuerdo con la estricta ley de la Torá" (Shené Lujot Haberit, Shofetim 101a).

La primera parte de la enseñanza es la misma idea que fue expresada por Rabenu Nisim.  La remarca final está basada en un pasaje del Talmud:

"Dijo Rabí Iojanán: Jerusalem fue destruida sólo porque ellos juzgaban de acuerdo con la ley de la Torá.  Entonces ¿ellos tenían que haber juzgado arbitrariamente?  Debes explicar que ellos basaban sus juzgamientos [estrictamente] en la ley de la Torá, y no se comportaban mejor de lo que la ley les exigía" (Babá Metziá 30b).

La adhesión estricta a la ley puede ser destructiva.  Jerusalem, el centro del mundo de Torá, el lugar de donde debe fluir la Torá, fue destruida porque la Torá, de la manera que fue vivida, no trajo un acercamiento con D'os.  De alguna manera, la sociedad no se desarrolló y Jerusalem se hizo escombros.

El entendimiento del Rambán sobre el versículo es que una "justicia" se refiere a las cortes terrenales, mientras que la otra "justicia" se refiere al Tribunal Celestial.  Si el hombre no tiene éxito en hacer un mundo justo, el juzgamiento real lo espera arriba.  El Rambán basa su enseñanza en el Sefer Bahir, uno de los tratados místicos más oscuros:

La primera justicia es literalmente justicia.  Esta es la Presencia Divina… la segunda "justicia asusta a los justos" (Bahir Sec. 75).

Si el hombre tiene éxito en llegar a la justicia, la Presencia Divina, la Shejiná fluye.  Por otro lado, si el hombre no crea un mundo justo, se aplica el Juzgamiento Divino.

Se debe buscar la justicia no sólo a un nivel nacional sino a un nivel individual también, pues hay una reacción Divina al trabajo del hombre a un nivel individual también.  Y así como una nación puede perder el enfoque del espíritu de la ley, así también el individuo.  Esto puede ser ilustrado por el siguiente pasaje:

La halajá siempre concuerda con Bet Hilel, pero aquel que desea actuar acorde con lo reglamentado por Bet Shamai puede hacerlo, y aquel que desea actuar acorde a la visión de Bet Hilel puede hacerlo; [sin embargo, aquel que adopta] la reglamentación menos estricta de Bet Shamai y la menos estricta de Bet Hilel es un hombre malvado, [mientras que sobre el que adopta] las restricciones de Bet Shamai y las restricciones de Bet Hilel las Escrituras dijeron: Y el tonto camina en la oscuridad (Kohelet 2:14).  El hombre debe actuar de acuerdo a Bet Shamai tanto para las permisiones como para las restricciones o de acuerdo a Bet Hilel tanto para las permisiones como para las restricciones (Eruvin 6b).

Podemos entender por qué la persona que se adhiere religiosamente a la opinión más permisiva es considerada malvada: él constantemente evade desarrollar su relación con D'os haciendo el mínimo requerimiento.  Sin embargo, ¿dónde está la tontería de la persona que elige la opinión más estricta?  ¿Él no debería ser aplaudido por su devoción?  La respuesta es sutil pero profunda: esta persona no está usando la ley en función de crear una relación con D'os, sino que él está sirviendo a la ley misma.  La ley se convierte en su dios.  Técnicamente, él no ha hecho ningún daño, pero él es tonto puesto que sus sensibilidades le causaron a él oscurecer su relación con D'os, la cual dejó de funcionar.  El individuo debe buscar la verdad, ya sea que sea permisiva o restrictiva, y para aquellos que no pueden hacerlo solos, el desafío está en encontrar un maestro espiritual y seguirlo constantemente.

El Imrei Emet - de la dinastía de Gur - nos trae una enseñanza la cual relaciona esta idea con la parashá:

"'Aléjense de un falso tema'… Nosotros [generalmente] no encontramos que la legislación de la Torá nos distancia de prohibiciones, pues todos los cercos y limitaciones son Rabínicos, sólo respecto de la falsedad es una ley de la Torá distanciarse.  El Sefat Emet explicó que la misma idea es encontrada respecto de la verdad; perseguir la verdad es una ley de la Torá [Mitzvá].  'Ve detrás de una buena corte' es en realidad la mitzvá de buscar la verdad… La búsqueda de la verdad depende del individuo, y él recibirá asistencia del cielo…" (Imrei Emet Shemot 5688).

Cuando el hombre busca la verdad, la ayuda le viene del cielo, pero la búsqueda debe ser sincera: Justicia, justicia perseguirás.  Cuando tenemos éxito, nos convertimos en socios de D'os, pues hemos encontrado la verdad - la cual es el sello de D'os.

Bondad y verdad se encuentran; rectitud y paz se besan.  La verdad surge de la tierra; y la rectitud mira desde el cielo.  También, D'os dará aquello que es bueno; y nuestra tierra dará su producto (Salmos 85:11-13).

Cuando el hombre busca, y encuentra, la verdad en esta tierra, la rectitud de D'os fluye desde el cielo.  Los Rabinos explicaron estos versículos en un famoso pasaje del Midrash:

Rabí Shimón dijo: Cuando D'os creó a Adam, los ángeles se unieron en distintos grupos y partidos, algunos de ellos dijeron: 'Que él sea creado', mientras que otros dijeron: 'Que él no sea creado'.  Está escrito: amor y verdad lucharon juntos, rectitud y paz lucharon uno contra otro (Salmos 85:11).  El amor dijo: 'Que él sea creado pues él hará actos de amor'; la verdad dijo: 'Que él no sea creado pues él está compuesto de falsedad'; la rectitud dijo: 'Que él sea creado pues él hará actos justos'; la paz dijo: 'Que él no sea creado pues él está lleno de luchas'.  ¿Qué hizo D'os?  Él tomó a la verdad la tiró al piso.  Dijeron los ángeles ante D'os: 'Soberano del Universo!  ¿Por qué desprecias Tu sello?  Que la verdad se levante del piso!'.  Es así que está escrito: 'Que la verdad surja de la tierra' (85:12)… Rabí Huna el Anciano de Sepforis dijo: mientras que los ángeles estaban discutiendo unos con otros, D'os creó al hombre.  Él les dijo a ellos: '…El hombre ha sido creado!' (Midrash Rabá Bereshit 8:5).

El hombre busca la verdad en su propio dominio, lo que no es siempre una función simple.  Pero cuando él tiene éxito, se convierte en un socio de D'os, lo cual es algo que incluso escapa al entendimiento de los ángeles.

La búsqueda de justicia es la búsqueda de la verdad.  Tanto los individuos como la sociedad deben buscar justicia y verdad, pues cuando tenemos éxito la Shejiná mora entre nosotros, nos convertimos en socios de D'os.  Cuando buscamos la verdad, somos ayudados desde el Cielo.  Sin embargo, el Midrash en la sección de esta semana enseña que hay incluso algo más en juego:

"D'os dijo a Israel: 'Hijos Míos, por su vida, como resultado de su respectiva justicia, Yo soy exaltado'.  ¿Cuándo fue esto?  Como está escrito: 'Y el Señor de las huestes es exaltado a través de la justicia' (Ieshaiahu 5:6) 'y puesto que ustedes Me exaltaron a través de la justicia Yo también actuaré justamente y haré que Mi santidad reste entre ustedes'.  ¿Cuándo fue esto?  Como está escrito: 'Y D'os es santificado a través de la justicia'.  'Y si ustedes respetarán tanto la rectitud como la justicia Yo los redimiré inmediatamente con completa redención'.  ¿Cuándo fue esto?  Como está escrito: 'Así dijo el Señor: Cuiden su justicia, y sean rectos; pues Mi salvación está cerca y Mi aprobación será revelada (Ieshaiahu 66:1)' (Midrash Rabá 5:7).

En función de traer la redención debemos adherirnos a la ley - tanto a la letra de la ley como al espíritu de la ley.  Debemos encontrar el equilibrio entre la justicia y la rectitud.  Sólo alguien que tiene un conocimiento profundo de la ley puede atreverse a pasar los límites de la letra de la ley en búsqueda de la rectitud.  Una búsqueda rigurosa de la verdad, la cual recibirá ayuda desde el Cielo, nos permitirá crear una sociedad justa y recta.  Una sociedad semejante será, sin duda, redimida.

Rab Ari Kahn

jueves, 13 de agosto de 2015

Parashá de la semana. Ree (Devarim 11:26 y 16:17)

Parashat Reé: "Una bendición y una maldición"
"Vean!  Pongo hoy delante de ustedes (una elección entre) una bendición y una maldición.  La bendición, cuando escuchen los mandamientos de D'os, que les ordeno hoy.  La maldición, si no escucharán los mandamientos de D'os, y se desviarán del camino que les ordeno hoy, en función de seguir a otros dioses que no conocieron" (11:26-28).

Resultado de imagen para parasha reeLa Parashá comienza cuando Moshé expone ante el pueblo dos opciones, una "bendición" o una "maldición", las cuales resultarán de seguir la palabra de D'os o abandonarla encaminándose por el sendero que los llevará hacia la idolatría.  Estos versículos abarcan toda la parashá, la cual sigue describiendo las opciones.  De alguna manera, la mayor parte de esta parashá es una polémica en contra de la idolatría, pero en función de entender esto, primero necesitamos entender mejor la elección, la diferencia entre una bendición y una maldición.
Obviamente, la bendición y la maldición son los resultados de dos diferentes caminos que el hombre puede tomar - abrazar la palabra de D'os o abandonarla.  Más adelante, Moshé describe los resultados inevitables y catastróficos de la desviación de las enseñanzas de D'os.

"Y D'os se enojará mucho con esa tierra, y traerá sobre ella las maldiciones escritas en este libro…  Y he aquí que cuando todas estas cosas recaigan sobre ustedes, la bendición y la maldición que pongo delante de ustedes…" (29:26; 30:1).

La misma bendición y maldición que nos presenta nuestra parashá al comienzo, es detallada de la siguiente manera:

"Vean, pongo hoy delante de ustedes la vida y lo bueno, y la muerte y lo malo…  Convoco al cielo y a la tierra como testigos en contra de ustedes, vida y muerte he puesto frente a ustedes, la bendición y la maldición; escojan la vida para que ustedes y sus hijos vivan!" (30:19).

Este texto es muy parecido al comienzo de la parashá, en donde la misma frase es utilizada: "Vean, pongo hoy delante de ustedes".  Aquí el texto identifica a la bendición con la vida y a la maldición con la muerte.  Esta es la verdadera elección para el hombre: vida o muerte.  Es difícil imaginar una distinción más absoluta que aquella entre la vida y la muerte. Ellas están en los polos opuestos de la experiencia del hombre.  ¿Por qué alguien escogería la muerte antes que la vida?  La elección parece ilógica.  Ciertamente, hay personas para quienes la vida se convierte en algo demasiado doloroso, y ellos escogen evadir ese dolor; algunos escogen drogas, mientras que otros van un poco más allá y escogen la muerte.  Algunos buscan esconder la realidad de la vida, otros escogen evadir la vida completamente.  Pero esta es la descripción de un individuo inadaptado.  ¿Por qué la Torá se ocuparía de hablar tan extensamente sobre malarias psicológicas?
La elección entre la vida y la muerte tiene un famoso paralelo que fue presentado al hombre al comienzo mismo de la creación:

"Y D'os hizo que surja de la tierra todo árbol placentero a la vista y bueno para comer, y el árbol de la vida estaba en el Jardín del Edén y el árbol del conocimiento del bien y del mal…  Y D'os tomó al hombre y lo puso en el Jardín del Edén, para que lo trabaje y lo cuide.  Y D'os le ordenó al hombre diciendo: 'De todo árbol del Jardín podrás comer.  Pero del árbol del conocimiento del bien y del mal no comerás, pues en el día que comieres ciertamente morirás" (Bereshit 2:9, 16, 17).

Un árbol es asociado con la vida, y el otro es asociado con la muerte.  Claramente, ninguna persona sana escogería la muerte antes que la vida, a menos que - por supuesto - haya una serpiente murmurando pensamientos seductores en el oído del hombre, llevándolo hacia la autodestrucción.
Esta descripción es un paradigma de todos los hombres.  Todos fuimos puestos en el Jardín del Edén, la vida y la muerte fueron presentadas ante nosotros, y nos dijo D'os que escojamos la vida.  Pero desgraciadamente, nosotros continuamos escuchando a la malvada serpiente, real o imaginaria, que nos alienta a tomar del árbol de la muerte, a pesar de las terribles maldiciones que acompañan a esa elección.
El mundo, desde su mismo comienzo, fue creado con opciones.  Finalmente, estas opciones son entre la vida y la muerte, pero muy raramente las personas ven a sus opciones en semejantes términos.  La posibilidad del mal o del dolor son parte del proceso de la creación, o quizás, es un resultado de la creación:

"'He aquí, que fue muy bueno' (Bereshit 1:31), 'He aquí, que fue bueno' alude a la creación del hombre y al instinto del bien; 'muy' alude al instinto del mal.  Entonces, el instinto del mal es "muy bueno"!  En verdad esto viene a enseñarte que si no fuera por el instinto del mal, nadie construiría una casa, se casaría y tendría hijos" (Kohelet Rabá 3:15).

La misma creación incluye al "instinto del mal", y sin esto no podríamos decir que el mundo es "muy bueno".  La posibilidad del mal es una parte esencial de la creación.  Esta idea es expresada más claramente en una pasaje en Ieshaiahu:

"Yo soy el Señor, y no hay otro, no hay otro D'os más que Yo; Yo te he fortalecido, a pesar de que no me has conocido.  Para que sepan desde el este y el oeste, que no hay otro más que Yo.  Yo soy el Señor, y no hay otro.  Yo formo la luz, y creo la oscuridad; Yo hago la paz y creo el mal; Yo D'os hago todas estas cosas" (Ieshaiahu 45:5-7).

Aquí, en términos inequívocos, D'os "se atribuye" todo el fenómeno, el bien y el mal.  Atribuir todas estas cosas a otro poder afecta directamente a las bases del monoteísmo.  Todas las cosas vienen de D'os.  Pero, ¿por qué D'os querría crear un mundo con estas cosas?  Más aún, ¿cómo puede ser que el Midrash califica a estas cosas como "muy buenas"?  ¿Cómo puede ser que un D'os que es todo bueno, Quien define a lo bueno, causa el mal?
Por otro lado, podemos apreciar que si todas las cosas vienen del Cielo, incluyendo el dolor y el castigo, todas estas cosas son motivadas por el amor absoluto de D'os hacia nosotros.  Así como un padre debe disciplinar a su hijo, así también D'os nos trata a nosotros.  Parece claro que si un padre responde a un comportamiento antisocial de su hijo con premios, el niño se convertirá muy probablemente en una persona antisocial.  Asimismo, si D'os responde al comportamiento antisocial de las masas con regalos y premios, una generación entera o una nación de sociópatas resultaría.
Sin embargo, el versículo en Ieshaiahu que citamos anteriormente merece una segunda lectura.  Una lectura más profunda del texto nos ofrece una visión fascinante.  La luz es formada mientras que la oscuridad es creada; la paz es hecha mientras que el mal es creado.  ¿Cuál es la diferencia entre "formación" y "creación"?  La formación indica una aparición de "algo de algo preexistente", mientras que la creación indica ex-nihilo - algo de la nada.  Podemos aprender de una examinación cuidadosa de las palabras de Ieshaiahu que la luz, o el bien, deriva de una materia prima - de D'os - mientras que el mal es creado.  A pesar del hecho de que el mal fue creado por D'os, no emana de Él.  La luz es refractada del bien supremo, mientras que un acto de creación separado resulta en la aparición de algo nuevo - no una parte de D'os - llamado el mal.  La mística describe este proceso como tzimtzum, contracción Divina.  Este proceso de creación permite la aparición de algo distinto que D'os, que tuvo que ser creado porque no existía en la esfera de D'os.  El Midrash alude a esta idea:
"'Yo formo la luz, y creo la oscuridad; Yo hago la paz': después que fueron creados Él hace la paz. 'Y D'os llamó a la luz, día': Rabí Elazar dijo: D'os no relaciona Su Nombre con el mal, sino con el bien.  Es por eso que está escrito aquí: 'Y D'os llamó a la luz día, y a la oscuridad la llamó noche', sin recordar Su Nombre al hablar de la oscuridad" (Midrash Rabá Génesis 3:6).
Este concepto está resumido en una sola frase en el Midrash:
"Ningún mal desciende del cielo" (Ialkut Shimoní Vaerá 186).

El Midrash claramente conoce el versículo en Ieshaiahu citado anteriormente, pero simplemente asume, como nosotros, que la creación difiere de la formación; es por eso que el mal no emana del Cielo, sino qes un subproducto de la creación.
Asimismo, comentando nuestra parashá, el Rab Jaim de Alepo (un estudiante del Rab Jaim Vital), notó:

"Vean!  Pongo hoy delante de ustedes (una elección entre) una bendición y una maldición".  "Delante de ustedes" y no "sobre ustedes", pues ningún mal desciende del cielo, sino que es puesto delante de ellos, pues la elección es de ellos" (Torat Jajam 419:3).

De alguna manera, esto puede sonar como una doble conversación teológica.  Si D'os causa el mal, entonces  ¿cómo D'os es completamente bueno?  En un extenso pasaje, el Zohar hace esta pregunta:

"El verdadero amor a D'os, consiste específicamente en esto, que nosotros le transmitimos a D'os todas nuestras facultades emocionales, intelectuales y materiales, y todas nuestras posesiones, y lo amamos.  Debe ser preguntado, ¿cómo un hombre puede amarLo con el instinto del mal?  ¿No es el instinto del mal el seductor que no permite que el hombre se acerque a D'os para servirLo?  Entonces, ¿cómo puede el hombre usar al instinto del mal como un instrumento para amar a D'os?  La respuesta es la siguiente: no hay más grande servicio a D'os que someter al instinto del mal por medio del poder del amor de D'os.  Pues, cuando es sometido y su poder es quebrado por el hombre de esta manera, entonces él se convierte en un verdadero amante de D'os, puesto que él ha aprendido cómo hacer que el instinto del mal mismo sirva a D'os.  Aquí está el misterio confiado a los dueños de las tradiciones esotéricas.  Todo lo que D'os ha hecho, tanto arriba como abajo, es con el propósito de manifestar Su Gloria y hacer que todas las cosas lo sirvan a Él.  Ahora bien, ¿un amo permitiría que su sirviente trabaje en contra de él, y continuamente deje que los planes contradigan su voluntad?  Es la voluntad de D'os que los hombres lo sirvan y caminen en los caminos de la verdad para ser recompensados con muchos beneficios.  Entonces, ¿cómo es que un sirviente malvado puede venir y contradecir la voluntad de su Amo tentando al hombre a caminar por un camino malo, alejándolo del buen camino y causando que el hombre desobedezca la voluntad de su Señor?  Pero, en verdad, el instinto del mal también hace la voluntad de su Señor.  Es como si un rey tuviera un solo hijo a quien él ama mucho, y justo por eso él le advierte que no sea seducido por malas mujeres, diciendo que cualquiera que sea "manchado" no entrará a su palacio.  El hijo prometió a su padre hacer su voluntad con amor.  Sin embargo, afuera del palacio, vivía una hermosa prostituta.  Después de un tiempo el rey pensó: "Yo voy a ver cuán fiel es mi hijo conmigo".  Entonces mandó a llamar a la mujer y le ordenó diciendo: "Seduce a mi hijo, pues yo deseo probar su obediencia a mi voluntad".  Es así que ella usó todo tipo de cosas para seducirlo.  Pero el hijo, siendo bueno, obedeció la orden de su padre.  Él rechazó a la mujer y se alejó de ella.  Entonces el padre se regocijó mucho, y lo llevó a su hijo a la habitación más secreta de todo el palacio, le dió regalos de sus mejores tesoros y le demostró toda clase de honor.  ¿Y quién fue la causa de todo este regocijo?  La prostituta!!  ¿Ella tiene que ser alabada o acusada por esto?  Seguro que tiene que ser alabada, puesto que por un lado ella cumplió con la orden del rey y llevó a cabo su plan, y por otro lado ella causó que el hijo reciba todos los buenos regalos y engrandezca el amor del rey por su hijo.  Es por eso que está escrito: "Y D'os vió todo lo que Él había hecho, y he aquí que era muy bueno", en donde la palabra "muy" se refiere al ángel de la muerte (el instinto del mal).  Similarmente, si no fuese por este acusador, el justo no poseería los tesoros sobrenaturales en el mundo venidero.  Es por eso que son felices aquellos que al cruzarse con el conflicto con el Tentador, prevalecen en contra de él, pues a través de él, ellos obtienen la felicidad, y todo lo bueno y todas las posesiones deseables del mundo venidero" (Zohar, Shemot, sec. 2, pag.163b).

El Zohar, en este remarcable pasaje, describe en los términos más claros cómo es posible para el "rey" - una metáfora para hablar de D'os - permitir que este escenario se desarrolle afuera del palacio.  El ímpetu para el mal es la voluntad del rey.  El rey desea que el mal sea rechazado, pero esto no es posible dentro de las murallas del palacio.  Asimismo, el hombre antes de la creación posee un alma, pero no posee libre albedrío.  Él vive en el palacio.  Afuera del palacio, en este mundo, la tentación existe - en función de ser rechazada.  Finalmente, todas las tentaciones son enviadas por D'os en función de ser rechazadas.  Es por eso que el mal puede ser visto como un viajero de "incógnito".  A pesar de la atracción al deseo en el momento de pasión, el pecador algún día se dará cuenta que lo que él ha abrazado fue meramente un emisario del rey - D'os - el cual fue puesto en su camino para ser rechazado.  Este es el significado del Midrash: "Ningún mal desciende del Cielo".
Asimismo, ahora podemos entender cómo el término "muy bueno" se aplica al instinto del mal.  Al rechazar al instinto del mal, el hombre puede alcanzar un nivel espiritual inalcanzable en el cielo, en donde sólo lo bueno es una realidad.  El Talmud agrega que este es el deseo del Satán:

"Rabí Leví dijo: Tanto el Satán como Peniná tuvieron una buena intención [al actuar como adversarios].  El Satán, cuando vió que D'os se inclinaba para favorecer a Job dijo: 'No sea permitido que D'os olvidara el amor de Abraham'.  De Peniná está escrito: 'Y su rival le provocó dolor para inquietarla'.  Cuando Rabí Ajá ben Iaacov expuso esto en Papunia, el Satán vino y besó sus pies" (Babá Batrá 16a).

Más adelante entendemos que nuestra visión del mundo es de alguna manera torcida.  Nosotros vemos al mal como una realidad, fracasando así en darnos cuenta que es realmente un sirviente de D'os "disfrazado".  El mal, en virtud de ser una creación, no existe realmente en el palacio de D'os, sino que es el resultado de un acto de creación y un día va a disiparse.
Pero, ¿qué es el instinto del mal?  El Talmud lo identifica con otro adversario conocido:

"Resh Lakish dijo: 'El Satán, el instinto del mal, y el ángel de la muerte son todos uno'" (Babá Batrá 16a).
Estas tres fuerzas fueron puestas en el mundo como parte de un acto de equilibrio cósmico, en función de brindarle al hombre el libre albedrío.  El versículo con el cual nosotros comenzamos: "Vean! Pongo hoy delante de ustedes (una elección entre) una bendición y una maldición", es sólo relevante si el hombre tiene libre albedrío.  El instinto del mal del hombre no trabaja necesariamente pidiéndole al hombre que haga actos malos objetivamente.  Cualquier acción que distancia al hombre de D'os es ofrecida por el instinto del mal.  Aún más, hay veces que las opciones que tiene el hombre son todas positivas, pero una lo acercará más a D'os que la otra.  En tales casos, el instinto del mal es particularmente insidioso, pues el hombre mismo puede estar inseguro acerca de cuál de las opciones representa al instinto del bien, y cuál representa al instinto del mal.  La prueba de fuego siempre es cuál de estas opciones lo acercará más a D'os.  El Talmud expresa esto de la siguiente manera:

"Si D'os creó al instinto del mal, Él también creó la Torá como su antídoto" (Babá Batrá 16a).

La Torá es la única fuente objetiva que nosotros poseemos, la cual obliga al hombre a seguir al instinto del bien.  El seguir sus reglas, leyes, morales, y sistema de prioridades, le permite al hombre definir lo que es correcto y lo que es erróneo, y así escoger lo correcto de lo erróneo.  Frecuentemente, hay situaciones que parecen caer en el "área gris".  Es precisamente en estas situaciones que nosotros debemos recordar que la Torá define lo que es "correcto" y lo que es "erróneo".
Ahora podemos retornar a la parashá de esta semana.  Una de las mayores atracciones de la idolatría era la posibilidad de adorar en forma local "bajo todo árbol frondoso".

"Deberán destruir completamente todos los lugares donde las naciones que heredarán servían a sus dioses, sobre las altas montañas, y sobre las colinas y bajo todo árbol frondoso" (12:2).

La motivación de esta idolatría era una inmediata gratificación, la cual resultaba del servicio del hombre a sus propios deseos, y no a D'os.  Podemos apreciar cómo los individuos que seguían las prácticas de idolatría podían engañarse a sí mismos pensando que era a D'os a quien ellos servían.  La Torá le pide al hombre que practique una religión centralizada con su capital espiritual en un lugar elegido.

"Pero en el lugar que D'os escogerá de entre todas sus tribus para poner Su nombre allí, deberán buscar para Su residencia, y allí vendrás" (12:5).

Esto obligaba al hombre a objetivar su práctica religiosa y sacarla del reino del instinto.  ¿Cómo puede el individuo saber que la necesidad que él siente dentro de él de llegar a D'os, es un deseo que emana de un lugar de santidad o de autodestrucción?  La única posible respuesta es seguir las reglas escritas en la Torá.
La parashá habla del falso profeta:

"Si surgirá entre ustedes un profeta, o un soñador de sueños, y les da una señal o una maravilla, y la señal o la maravilla ocurre, de la cual él habló a ustedes diciendo: 'encaminémonos en pos de otros dioses que ustedes no conocieron y sirvámoslos', no deberán escuchar las palabras de ese profeta, o de ese soñador de sueños; pues D'os los está probando, para saber si ustedes lo aman a D'os con todo su corazón y con toda su alma.  Caminarán detrás de D'os y le temerán, y cuidarán Sus mandamientos y obedecerán Su voz, y lo servirán y se apegarán a Él"(13:2-5).

¿Cómo es que nosotros, como individuos, sabremos si una persona aparentemente santa es "la verdadera cosa" o un charlatán?  Otra vez, el sistema objetivo es la Torá: si el "profeta" alentará a seguir prácticas extrañas a la Torá, él debe ser ejecutado.  Sin embargo, a veces, estos temas no son tan "blancos" o "negros" como nos gustaría que sean.  Una vez que nos damos cuenta que el instinto del mal seduce con argumentos y experiencias que no son intrínsecamente y objetivamente malas, sino que simplemente no son el mejor camino para relacionarse con D'os, estamos armados para el combate espiritual.  Finalmente, el instinto del mal lleva a la autodestrucción y decepción.  La elección entre la vida y la muerte es el resultado de la batalla, y muy frecuentemente la batalla es hecha en los marcos más inocuos.  El pueblo que entraba a la Tierra, sólo iba a estar espiritualmente armado para las futuras batallas si iban a darse cuenta de la clase de campo de batalla espiritual que los estaba esperando, y ellos estaban armados con la habilidad para salir victoriosos:

"Vean, pongo hoy delante de ustedes la vida y lo bueno, y la muerte y lo malo…  Convoco al cielo y a la tierra como testigos en contra de ustedes, vida y muerte he puesto frente a ustedes, la bendición y la maldición; escojan la vida para que ustedes y sus hijos vivan!" (30:19).

Escojamos la vida, el Árbol de Vida - las palabras del D'os Viviente!!

Rab Ari Kahn

BUSCANDO EL OLAM HABA  
“...pongo frente a ustedes la bendición…” (Devarim 11,26)

Hablamos ya en otras oportunidades, sobre nuestra relación con el mundo material, hoy nos toca ver de qué forma alcanzar, cuáles son los caminos para obtener nuestra parte en el Olam Haba.
Dijo en una oportunidad el Maran, el Jazon Ish ztz”l: cuando yo veo un muchacho, puedo decir, con cualquiera de ellos, que existe la posibilidad, que en el futuro sea uno de los grandes rabanim de nuestro pueblo. Con cualquiera, porque casi todas las personas tienen el potencial para serlo, pero casi siempre ese potencial no es utilizado.
Y la prueba de sus palabras la trae el Jazon Ish de los muchachos que ve sentados en el Beit Hamidrash.
Tenemos aquí que prestar mucha atención a sus palabras. El no dice que cada uno de los muchachos está obligado a tener como objetivo ser un “Gadol Hador”, sino que, en verdad, toda persona tiene una parte dentro de la Tora que se enseña y se aprende en el mundo.
Cada uno de nosotros está en este mundo con una misión especial que nos encomendó Hakadosh Baruj Hu. Vinimos al mundo para ejecutar el pedido de nuestro Creador y no para ninguna otra cosa.
Para cumplir con este sagrado fin, el Bore Olam nos entrega las materias primas, las herramientas necesarias, sin que falte ningún elemento, y cada persona es provista de materias primas diferentes, ya que cada uno tiene un objetivo diferente.
Por esto, como el Servicio de cada persona resulta ser distinto, primero necesitamos averiguar para qué estamos en este mundo, y segundo, saber que no tenemos que mirar a los demás y mucho menos, envidiar a los demás, ya que nuestra misión no siempre tiene mucho que ver con la misión de nuestro vecino, nuestros elementos son otros, y debemos mirar hacia adelante, y ver qué hacer con los elementos que están a nuestra disposición.
Una de las bendiciones que recitamos al levantarnos “Bircat Sheasa Li Col Tzorji” (que Hashem cubrió todas nuestras necesidades), es un agradecimiento a la entrega, de parte del Bore Olam, de las materias primas que nos hacen falta para alcanzar nuestro objetivo del día que tenemos por delante. Agradecemos así a la capacidad que nos dio Hashem, a la posibilidad de razonar, a todas las cosas que están a nuestro alcance en este nuevo día de vida para realizar lo que Hashem hoy nos pide.
Esta es la causa por la cual no podemos compararnos con nuestros vecinos o amigos o cualquier otra persona que, aparentemente, tenga más o menos éxito que nosotros, porque cada uno tiene distintos objetivos y también distintos elementos para alcanzar dichos objetivos.
Pensando en esta forma, podemos describir la obligación de cada persona en el mundo, y decir que cada persona debe considerarse como un “mundo”, un mundo que espera únicamente de él, solamente él está aquí para satisfacer las necesidades de este mundo, y, desde luego, cuenta con todos los elementos necesarios para cumplir con estos requerimentos. Por eso, las posibilidades de éxito están al 100%, y podemos estar seguros de que estamos bien preparados para cumplir con nuestra obligación y quedar bien parados...
Sobre este tema, escribió el rab hagaon Jaim Fridlander ztz”l: cada persona recibe “su” Servicio al Bore Olam, destinado solamente para él, este será su grano de arena dentro del Servicio que hace en conjunto todo el pueblo de Israel.
Y los medios para lograr su trabajo están a su alcance, tanto en capacidad, en conocimientos, como así también en los bienes materiales necesarios para conseguir la finalidad espiritual.
Hay personas que para alcanzar sus objetivos tendrán la necesidad de ser muy inteligentes, otras muy pícaras, y otras que, para poder cumplir con sus obligaciones deberán disponer de muchos bienes materiales y dinero, como Rabenu Hakadosh, por ejemplo, o Rabi Iehuda Hanasi, de los cuales es sabido que eran personas adineradas (podemos verlo en el tratado de Avoda Zara, hoja 11a), pero esos bienes eran necesarios porque ellos eran príncipes, y debían tratar con reyes y personas importantes de los otros pueblos.
Y ese dinero era fundamentalmente necesario para aumentar el Honor del Bore Olam en el mundo, por eso Hashem se los proporcionó.
Los grandes jajamim que fueron también personas ricas, usaron ese dinero solamente para el Servicio al Bore Olam, sólo para cumplir su parte, su obligación, sólo para sus necesidades espirituales.
Cuando Rabenu Hakadosh estaba a punto de morir, dirigió los diez dedos de sus manos al cielo y dijo: Ribono Shel Olam (Dueño del Mundo), no tuve ningún provecho de este mundo (material) ni siquiera en la medida de mi dedo más pequeño...(tratado de Ketuvot, hoja 104a).
De la misma forma, hubo otros jajamim, que vivieron en el límite de la pobreza, como rabi Elazar Ben Pedat (Taanit 25a), como rabi Shimon Ben Jalafta (Shemot Raba 52,1) y otros más. Su trabajo en el mundo, su labor espiritual no necesitaba dinero para llevarse a cabo, o, podría ser, que la mejor forma de conseguir los objetivos fuera dentro de la extrema pobreza...
El punto en común de estos ejemplos, es que nuestros jajamim, de bendita memoria, completaron su parte en cualquier condición, el rico en su riqueza, el pobre en su pobreza. Ellos siempre estuvieron alegres con la parte que les tocó, y nos mostraron, y nos enseñaron, que cada uno puede, solamente con sus elementos, alcanzar la integridad. Este reconocimiento fija en el alma un estado de riqueza (sea la persona rica o pobre), ya que sentimos que nada nos falta, porque nuestra sensación es la de saber que recibimos de Hakadosh Baruj Hu todos los elementos necesarios para hacer nuestra parte.
Por eso, no queda otra cosa que sentirnos alegres, conformes con nuestra gran posesión, ya que no estamos vivos para mirar el techo, tenemos una meta, y tenemos los elementos, tenemos que investigar hasta saber exactamente cuál es nuestra misión y usar los elementos a disposición de la mejor manera posible, tirándonos de cabeza en busca de nuestro objetivo.
Para eso estamos en este mundo, que como para contradecirnos o para engañarnos es un mundo material en el cual debemos llegar a nuestro objetivo espiritual. Y todos los bienes materiales que están a nuestra disposición nos ayudarán a conseguir esa finalidad espiritual.
Y, por sobre todas las cosas, debemos aprovechar nuestro tiempo, tan valioso, porque “el día es corto y el trabajo es mucho”, como está escrito en el Pirke Avot. Esta es la bendición que pone delante nuestro Moshe Rabenu, y nos revela así nuestra gran posesión, nuestra enorme riqueza. Y los que se equivocan, pensando que lo material es sólo material y corren en busca de más riquezas que no tienen ningún valor, corren y corren y llegan a ese pozo tan profundo, esa es la maldición que mencionó Moshe Rabenu...
Lekaj Tov.
Leiluy Nishmat Harav Mejele Iehuda Lefkovichזצוק”ל