lunes, 6 de julio de 2015

Parashá de la semana / Pinjas Números 25:10-30:1

1- RESUMEN DE LA PARASHÁ

El celo por defender el honor Divino, puesto en evidencia por Pinejás en su rápida intervención para detener la transgresión de su pueblo, lo hace merecedor de la Kehuná Guedolá (Sumo Sacerdocio) para él y su descendencia por siempre y del Pacto de Paz con el Creador. 
Di-s instruye a Moisés sobre la acción ofensiva que deberán emprender contra los midianitas por haber estos incitado al pueblo judío a pecar y a degradarse. Moisés y Elazar reciben la orden de realizar un censo de la población ante la inminencia de la conquista de la tierra de Canaan, tanto para determinar el numero de hombres disponibles para una guerra como para la distribución de la Tierra de Israel entre las tribus.

Se enuncian los nombres de las familias que componen cada tribu y el censo general (sin los levitas), da un computo de 601.730 hombres aptos para el ejército. Di-s instruye a Moisés sobre la extensión de territorio que se adjudicara a cada tribu quedando su situación geográfica definida por medio de un sorteo. La tribu de los levitas no tiene parte en la adjudicación de tierras pues están a cargo del servicio Divino y el censo de sus integrantes es realizado en forma separada.

Las hijas de Tzelofjad, hijo de Menashé, hijo de Iosef, cuyo padre había muerto en el desierto, reclaman para si la herencia de su padre en la tierra de Israel pues no tienen un hermano varón. El veredicto Divino establece que su reclamo es justo y la herencia no pasará a otras manos en ausencia de un hijo varón.

Di-s ordena a Moisés que ascienda a la montaña de Abarim y observe la Tierra que otorgará en heredad a los hijos de Israel. Moisés pide a Hashem que designe al líder que lo sucederá para conducir al pueblo. Iehoshúa Bin Nun es elegido y Moisés coloca sus manos sobre él, en presencia de toda la nación transfiriéndole el mando. Finaliza la sección con la descripción de todas las ofrendas que traerá el pueblo judío al Santuario después de que entre en la Tierra Prometida.


2- LA SAGRADA TIERRA DE ISRAEL

“Y se acercaron las hijas de Tzelofchad, [ellas eran] de las familias de Menashé, hijo de Iosef.” (Bamidbar 27:1)


Vivimos en una época en la que ciertos segmentos de nuestra sociedad hacen frecuentemente demostraciones públicas para expresar sus sentimientos por lo que es percibido como sus derechos naturales; vemos a veces espectáculos absurdos de algunos disidentes sociales que reclaman la legitimación de su status y su aceptación por toda la comunidad. En el judaísmo, en tanto, vemos cómo es tratado este tipo de problema por Moshé.

Las hijas de Tzelofjad piden una entrevista con Moshé para hablar sobre lo que las preocupa. Su argumento gira alrededor de la herencia de su padre en Israel. Reclaman que, en vista de que no hay hijos varones (normalmente los herederos primarios en la Biblia), le piden a Moshé que las tierras les sean entregadas a ellas. Luego de consultar con el Todopoderoso, Moshé declara que en efecto, tienen derecho a heredar.

En este episodio hay un aspecto digno de resaltar. Al hablar sobre esta familia, la Torá las nombra como las hijas de Tzelofjad, de la familia de Menashé, el hijo de Iosef.

Rashi (1040-1135), sobre este versículo, pregunta por qué la Torá, que describe todo resumida y brevemente, se molesta en mencionar a Iosef. Que eran miembros de la tribu de Menashé es comprensible que lo diga, pues la división de la tierra de Israel estaba basada en las 12 tribus. Pero ¿por qué extenderse en decir: el hijo de Iosef? Rashi replica que estas mujeres reflejaban una tradición que surge en Iosef en su amor por la tierra de Israel. Así como él amaba entrañablemente a Eretz Israel (y pidió ser enterrado allá), así sus descendientes amaron a Eretz Israel. Su pedido por una porción de la tierra no fue motivado por intereses materialistas. Aun cuando ellas podían entrar en la Tierra y vivir allí, su amor era tan grande que también deseaban poseer una porción de esa Tierra de Santidad, más allá de intereses materiales.

Vemos lo mismo en la famosa compra de Mearat HaMajpelá, en Hebrón, por nuestro Patriarca Abraham, quien la adquirió a un precio excesivamente mayor que su valor corriente.

El gran líder del judaísmo, también llamado Moshé: Rab Moshé Feinstein z”l, explicaba esta idea como relacionada del mismo modo con las leyes de un rollo de Torá. El solía señalar que, según lahalajá (Ioré Deá 270:2), no sólo se requiere de cada judío que escriba un Sefer (libro de) Torá, sino que además debe adquirirlo. Si uno verdaderamente aprecia la Torá y sus enseñanzas, debe expresar su amor de una manera más fuerte y profunda. La adquisición del propio Sefer Torá es un símbolo de auténtico amor.

Volviendo a Iosef, sabemos que, aislado de toda su familia y como el único judío viviendo en Egipto por muchos años, persistió en estudiar la Torá que su padre le había enseñado. También se la enseñó a sus hijos, aun cuando era el Virrey de Egipto. El les enseñó que Egipto era sólo una morada temporaria para los judíos, aunque vivieran con lujos. El resto de la familia, padre y hermanos con sus descendientes, se mudaron eventualmente a Egipto, pero el eterno y permanente hogar para los judíos estaba en Israel. Esta idea fue transmitiéndose a sus descendientes, de modo que estas muchachas, las hijas de Tzelofjad, tenían un gran anhelo de vivir en Israel y poseer una porción allá.

R´ Moshé completa su comentario señalando que si una persona realiza buenas acciones porque reconoce su importancia, esto es ponderable. Sin embargo, si lo hace también como una tradición de sus ancestros, porque es descendiente de Iosef u otro gran modelo de persona, la acción gana en grandeza. Se eleva más aun cuando tomamos esta tradición y le agregamos un toque personal, un elemento de amor, entusiasmo y aprecio. Y aquí tenemos mucho que aprender sobre esta demostración de amor por la sagrada tierra de Israel. Debemos tratar de emularla. En este período de las Tres Semanas, cuando los judíos de todo el mundo lloramos la pérdida del Sagrado Templo: el Bet HaMikdash de Jerusalem, y la pérdida de nuestra Tierra de Israel que acompañó ese suceso, el mensaje deBnot Tzelofjad es especialmente importante. No sólo porque mostraron su determinación como mujeres judías, sino por su profundo amor por nuestra sagrada heredad: la tierra ligada a nuestros ancestros, a nuestra fe y a nuestras tradiciones. Este es el ejemplo que todos debemos tratar de emular.

(Basado en Rab Dr. J. Shapiro-Congreg. Torah Ohr, Boca Raton – Floridajewish.com)

3- RECONOCER LA BONDAD RECIBIDA

“Y hablo Hashem a Moshe diciendo: ´hostigar a los midianitas y derrotadlos, pues ellos os han hostigado con sus conspiraciones´”(Bamidbar/Numeros 25:16-17) 
“Y los envio a ellos Moshe… y a Pinejas, hijo de Elazar…” (Ibid.31:6).

Hashem ordena a Moshe librar una guerra contra Midian por el tremendo danio que ese pueblo causo a los hijos de Israel. Pero he aqui que el versiculo luego dice: ”Y los envio a ellos Moshe… y a Pinejas, hijo de Elazar…”. Como es posible que Moshe, el siervo mas fiel de D-s, eluda su responsabilidad y envie en su lugar a Pinejas?

Los Tosafot nos explican: ´Dado que Moshe habia pasado muchos anios en Midian cuando escapo del Faraon de Egipto, le resultaba impropio ahora participar personalmente de una guerra contra la nacion que lo habia cobijado. Como dice la maxima: No arrojes una piedra al pozo del cual bebiste agua´. Moshe conocia toda la Tora y sabia que cada judio debe encaminarse en la senda de Hashem y emular Sus atributos, por lo tanto cumplio la orden Divina de atacar a Midian pero enviando en su lugar a Pinejas.

Hakarat Hatov, el reconocer y apreciar la bondad recibida, es un atributo de Hashem. El jamas olvida una mitzva cumplida ni una buena accion. Puede ser que la retribucion la vea la persona en su vida, o tal vez la vean sus descendientes, pero Hashem procede de acuerdo a “Mida keneged Mida”, medida por medida. La cuenta siempre quedara saldada..

Publicado en Sucat David


CAMBIO DE RUTA

(Editado por Maor Hashabat, de la comunidad Ahabat Ajim, Lanus, Argentina. Editor responsable:Eliahu Saiegh)

Shenaym Layom Olá Tamid 
Dos por día, ofrenda de elevación continua (Bamidbar 28-3)

En la Perashá de esta semana leemos acerca del Korban Tamid (Ofrenda constante).
Aparentemente una pequeña ofrenda – dos corderos de un año – eso es todo…
¡Pero que grande era su efecto!
“Dos corderos de un año que purificaban de sus pecados al pueblo de Israel, ¡quedaban limpios de pecados como bebés de un año!”. Así lo describe elMidrash. 
Nos asombramos: ¿Cuál es el mérito de este Korban? ¿En qué residía su fuerza, por encima del resto de los Korbanot?
La respuesta: “Dos por día, ofrenda de elevación continua”.
¡La frecuencia, la continuidad, la permanencia, la perseverancia! Que sea solo un cordero… pero continuo y constante. A la mañana y a la noche. Sin
interrupción. Ya que si hubiera interrupción, ya no sería Tamid.

Le preguntaron sus alumnos a Rab Ada Bar Ahaba: “¿Por qué tuvo usted larga vida?”
Les respondió: Nunca en mi vida fui riguroso dentro de mi casa, tampoco me alegré por el tropiezo de un compañero, nunca apodé a persona alguna”
Nunca…

Los alumnos de Rabí Predá le preguntaron a su maestro: “¿Por qué tuvo usted larga vida?”. La respuesta fue: Nunca en mi vida alguien llegó antes que yo alBet Midrash.

Por otra parte, enseña el Rambam: “Una de las bases de la fe en la Torá es cumplir un precepto – de los 613 – constantemente, sin otra intención que servir a Hashem con cariño, como consecuencia de ello tendrá el mérito de tener vida en el Mundo Venidero”.

El libro Reshit Jojmá agrega un comentario al respecto: “Todo aquel que cumple un precepto durante toda su vida – de los 613 preceptos” y añade: No existe más mérito sino el que fija para sí mismo este precepto que no dejó de cumplir durante toda su vida.

La familia Slotvitzky era una familia muy respetada en Tel Aviv. Decenas de años atrás fueron un ejemplo para sus vecinos y allegados, con su proceder santificaron el nombre del Creador en gran medida.
Entre ellos se destacaba Rabí Abraham, cuyos modales y conducta, ya desde joven, eran ejemplares. Quien nos cuenta recuerda que en una oportunidad caminaba junto a Rabí Abraham volviendo a casa, después de horas de estudio en la escuela.
“Eran las vacaciones de verano y el clima era agobiante, en ese entonces teníamos entre 8 y 9 años, yo vivía en el norte de Tel Aviv. Después de un rato de caminar, noté que mi acompañante seguía a mi lado, a pesar que para llegar a su casa hacía rato que debía haberse desviado por una de las calles laterales. Le pregunté por qué no lo había hecho.

Su respuesta me sorprendió:
Es cierto que para llegar a mi casa debía haberme desviado hace rato, dijo el pequeño, pero qué puedo hacer si uno de los balcones que da a esa calle pertenece una familia a la que uno de sus hijos, de nuestra edad, le falleció en un accidente automovilístico, D-os libre, y su madre está sentada en el balcón llorando todo el tiempo. Si ella me viera pasar por la calle, caminando con alegría, sano e íntegro, gracias a D-os, aumentaría su sufrimiento y su dolor. Como no quiero provocarle mayor angustia, desvío mi ruta, camino a mi casa, para que no me vea…”
Este tipo de pensamientos acompañaron desde temprana edad al Rab Slotvitzky.

Una de las características más notables de su personalidad, era que cuando decidía hacer algo, no había nada que se lo impidiera, aunque se tratara de asumir un compromiso que tendría que repetir diariamente. Con un gran dominio sobre sí mismo, lo llevaba a la práctica con constancia.
Esta misma historia, la del desvío de su ruta, se repitió durante todos los días durante un largo período, hasta que se hubo convencido que al pasar por esa calle no le provocaría sufrimiento a la madre del fallecido. Cada día extendía su camino cerca de dos kilómetros, solo para no hacer sufrir a esta madre.

Uno de sus hijos cuenta que, antes de ir a dormir, su padre tenía el hábito de estudiar de unos cuantos libros, entre ellos Shemirat Halashón (Cuidado de la palabra), El cuidado de los ojos, y otros… Tampoco este hábito abandonó nunca.
“A veces – cuenta su hijo – volvíamos de un casamiento a altas horas de la noche, y papá nos enviaba a dormir sin pérdida de tiempo, pero él se quedaba estudiando, según su costumbre”.
Para ilustrar mejor su perseverancia en sus costumbres espirituales, cuentan sus hijos y hermanos, hasta cuanto se esmeraba en el cumplimiento del precepto de honrar a su madre, que durante años no abandonó la costumbre de saludar a su madre, viuda, con un “buenas noches”, antes que se fuera a dormir. La llamaba todas las noches, sin que faltara ninguna.

Durante años, su madre se acostaba tarde y normalmente, él ya se encontraba en su casa resultándole fácil acercarse al teléfono para llamarla, pero en sus últimos años, cuando su salud se resintió, debía acostarse muy temprano y por lo general el Rab no se encontraba todavía en su casa, sino que estaba estudiando o asistiendo a algún acontecimiento, él salía especialmente en busca de un teléfono para llamar a su madre, y darle las “buenas noches”, sin pasar por alto ningún día.

También cuentan que cuando llegaba al lugar donde estudiaba, se olvidaba de todo cuanto le pudiera pasar, hasta tanto, que su compañero de estudio atestiguó que nunca lo vio dormirse ni evidenciar cansancio mientras estudiaba, ni tampoco se veían en él señales de sufrimiento, a pesar de los que padeció en sus últimos años.

Este es el inmenso valor de la ofrenda Tamid – su constancia – observemos cuanto valor tiene algo pequeño, pero constante. Cuanto más establecer un horario fijo durante el día para el estudio de Torá, en el que sostengamos que pase lo que pase, ese momento dedicado al estudio es ”inamovible”.


BIENVENIDOS A NUESTRO HOGAR

(Editado por Maor Hashabat, de la comunidad Ahabat Ajim, Lanus, Argentina. Editor responsable:Eliahu Saiegh)

“UBANIM LO HAIU LO” (23-3)- e hijos no poseía

Está escrito en el Midrash tanjuma: existen 613 preceptos y cada cual posee su propio pago, y da como ejemplo la Mitzvá de respetar al padre y a la madre, que tiene como retribución una larga vida.

Así mismo hay determinadas mitzvot cuya recompensa es tener hijos, como vemos en nuestra Historia acerca de Sara Imenu, quien era estéril, y por el mérito de haber recibido como invitados a los malajim, Hashem la premió con un hijo.

Otro ejemplo ampliamente comentado es el caso de Shulamit, quien tuvo como invitado a Elishá en su hogar y fue meritoria de ser madre.

En relación a esto contaremos una impresionante historia:
Existe una clínica en Eretz Israel a la cual concurren gran cantidad de pacientes con distintas patologías.
Como es habitual, los parientes del enfermo se quedan en el lugar siguiendo la evolución de su ser querido, teniendo en ocasiones que atravesar allí Shabatoty días festivos.

Por cuanto esta clínica se encuentra lejos del centro, a quienes no tenían donde ir se les hacía más difícil la situación.
Conciente de esto, una de las personas más importantes de esa ciudad decidió hacerse cargo de encontrar una solución.
Para esto, fundó una organización que se encargaría de proveer a los parientes de los internados un lugar donde celebrar los días sagrados.

En determinado momento, la organización ya no daba abasto a causa de la gran cantidad de gente que acudía a ellos.
Ante tanta demanda, y siendo de primordial importancia la presencia familiar para la evolución positiva de sus pacientes, los directivos de la clínica donaron una construcción para que fuera usada para este fin.

Este empresario arregló la construcción e invirtió en ella más de 100.000 dólares, construyendo un pequeño pero muy lujoso hotel gratuito. Hoy en día este lugar contiene decenas de habitaciones para albergar a quienes lo necesiten.

Cuando comenzó a aumentar el movimiento, fue necesario convocar a nuevas parejas para que ayuden a acomodar las mesas, servir la comida… sintetizando: para cumplir con la gran Mitzvá de atender a estos “invitados” y cubrir todas sus necesidades.
Parecía muy difícil conseguir parejas dispuestas a ayudar gratuitamente, por cuanto que no resultaba fácil abandonar la casa y la familia para cumplir con esta Mitzva.
Sin embargo, se acercaron muchos voluntarios.

Una de las tantas parejas que acudió, no había tenido la dicha de tener hijos, y luego de cumplir con esta gran Mitzva, fue bendecida con la llegada de un niño.
En ese momento nadie podía afirmar que así era, pero lo cierto es, que cada joven pareja que se acercaba para colaborar con la institución, tenía un hijo.

Pronto comenzó a correr la voz, y comenzaron a llegar de todas partes, matrimonios de diferentes edades, ansiosos por participar en el proyecto, y ser también ellos bendecidos con este milagro, al punto de superar la capacidad de voluntarios que se podían tomar.
Asombrados, los organizadores fueron a contarle al Admur de Gur los milagros de los que habían sido testigos, y éste les contestó:
Así dice el Midrash: la persona que cumple con la Mitzva de Ajnasat Orjim(agasajar a los invitados) tiene el merito de tener hijos.

De este Maasé podemos tomar un impresionante musar (enseñanza): Algunas personas se esfuerzan recorriendo el mundo de una punta a la otra en busca de solución a sus problemas, cuando esta en realidad, se encuentra a su alcance, con el simple cumplimiento de una Mitzvá, como por ejemplo, a la que hacemos referencia en este caso, para la que alcanza con pararse en la puerta de nuestra casa y recibir invitados…

Cuentan acerca de una pareja de Iehudim que vivía fuera de Eretz Israel, quienes luego de muchos años de casados seguían sin tener hijos.
Luego de veinte años de matrimonio, decidieron viajar a Israel con la esperanza de que cambiara su suerte, basándose en lo dicho por Rashi en Jumash, Bereshit 17/3: la tierra de Israel es una segulá (buen augurio) para tener hijos.

Habían transcurrido tres años, desde su llegada a Israel, cuando el marido, a quien llamaremos Reuben, se encontró con su mejor amigo, Shimón, que había llegado hasta allí por un tema de negocios.
Conociendo el motivo que había traído a Reuben a este lugar, le preguntó como le estaba yendo con el tema ese, a lo que su amigo le contestó que todavía estaban esperando la salvación.
Shimón, que era realmente su mejor amigo, sentía un gran dolor por su largo sufrimiento, por lo que intentó hacerlo desistir de sus ilusiones, dándole a entender que esto era una fantasía.
Intentó consolarlo diciéndole que no a todos les daba resultado… que planearan su futuro sabiendo que no tendrían hijos… no todas las personas tienen la suerte de tener hijos.

Terminado el compromiso que había llevado a Shimon a Israel, volvió a su hogar y le contó a su esposa sobre su charla con Reuben.
Enojada, ella le dijo: ¿Qué te metes? ¿Para que tenias que decirle eso?
-Porque yo soy su mejor amigo. Y el debe ser realista y aceptar la situación en la que esta y aprender a vivir con eso.
¿Por qué lo hiciste? ¿Vos que sabés? A lo mejor sí va a tener hijos…

Shimon para reforzar su pensamiento, y para demostrar su convicción, le contestó: -Si ellos llegaran a tener hijos, yo cierro mis negocios acá, y me voy a Israel para ser un abrej, y dedicarme todo el día al estudio de la Torá.
Así concluyo la charla.

Como no conocemos los caminos de Hashem…
Finalmente después de 25 años de casados, Reuben y su esposa tuvieron mellizos, un niño y una niña.
Que alegría inmensa… no paraban de agradecer a Boré Olam.
Obviamente el primero en conocer la noticia fue su mejor amigo Shimón, quien compartió la inmensa felicidad de esta familia, mientras que para sus adentros pensaba como haría con la promesa que había hecho. ¿Cómo podría arreglarlo?

Como no sabia que hacer, viajó a Israel para preguntarle a Rab Jaim Kanievsky, a quien le contó toda la historia, explicándole los motivos que le impedían cumplir con su promesa, ¿Cómo iba a cerrar sus negocios e irse de su país así como así? Tenía montones de argumentos que le impedían cumplir con su palabra. Lo que dijo había sido solo un chiste…
El Rab le contestó que tenía que cumplir con su promesa.

Shimón, insistió y siguió preguntado que opciones tenia, por ejemplo podría nombrar a alguien que estudie en su lugar, o quizás pagar a un abrej que estudie por él, y que de esta forma sea como si él mismo estuviera estudiando…
Le contestó el Rab Kanievsky: Quien sabe si ellos pudieron tener hijos por la promesa que hiciste… Frente a un milagro como este no podes mandar un sheliaj (enviado), sino que tenés que ser vos mismo quien lo haga.
Así fue como Shimón cerró su negocio, se trasladó a Eretz Israel, y hoy en día es un abrej que se dedica todo el día al estudio de la Torá.


UN PEQUEÑO GRAN ACTO

(Editado por Maor Hashabat, de la comunidad Ahabat Ajim, Lanus, Argentina. Editor responsable:Eliahu Saiegh)

Una frase sencilla, salida de la boca de un Iehudi, una palabra agradable, con el único y elevado deseo de ayudar al compañero, tiene tanta fuerza que, hasta puede transformar el mal en bien. 
No estamos diciendo nada novedoso, siempre lo supimos, pero cada nueva historia que escuchamos, agrega brillo a esta afirmación. La que relataremos a continuación, fue contada por el director de un seminario muy conocido deIerushalaim.
Se trata de la historia de un familiar cercano a él, que logró retornar a las fuentes del judaísmo, de una forma muy conmovedora.


Así nos cuenta:
Esta persona, no cumplía ningún precepto de la Torá. Durante años, intentamos influenciarlo, para que cambiara su forma de vida, pero sistemáticamente, se negaba a escucharnos y escapaba de toda cosa que tuviera alguna relación con temas de santidad.
Cuando falleció su padre, hizo el mínimo duelo posible, después de los primeros siete días, dijo un Kadish por aquí y otro por allá, continuado luego con su vida, firme en su tesitura de no incorporar ningún cambio que lo acercara a la religión.
Unos años después, también falleció su madre. 
A cabo de unos meses, nos sorprendió, al encontramos con él, con una kipásobre su cabeza. Pero además, nos aclaró que ahora rezaba todos los días, cuidaba el kasher y Shabat, y “voy en camino de cuidar todas las mitzvot”
Nos preguntábamos qué o quién había influido sobre él, para que cambiara tan drásticamente. Nosotros lo habíamos intentado durante años, sin éxito…
Él mismo se encargó de revelarnos el misterio:

“Cuando finalizaron los siete días de duelo, por el fallecimiento de mi mamá, se acercó a mí, un pariente, un religioso de formas agradables, que me preguntó con suavidad y afecto: ¿Deseas hacer algo pequeño y sencillo, para la elevación del alma de tu mamá?
Cuando escuché que se trataba de algo “pequeño y sencillo”, respondí: estoy dispuesto.
¿Quién puede no estar dispuesto a hacer algo mínimo por su mamá?

Al escuchar mi respuesta positiva, continuó: “todos los días viernes, antes del comienzo de Shabat, afloja la lamparita de la heladera, para que, cuando la abras no se encienda la luz. Cuando lo hagas, dedica este acto, a la elevación del alma de tu madre”.
Acepté y lo llevé a la práctica. Todos los viernes, antes del comienzo de Shabat, aflojaba la lámpara de la heladera. Podía sentir, dentro de mi corazón, que con este acto elevaba el alma de mi mamá.
¿Existe algo más fácil que esto?

Pero, pasaron algunas semanas, y comencé a plantearme: ¿Si no enciendes la luz de la heladera, por qué lo haces con la luz de la habitación?
Intenté desechar esta idea, pero por cuanto soy una persona que actúa según las reglas de la lógica, la pregunta repercutía en mi cabeza: “¿si no enciendes la lámpara de la heladera, por qué enciendes la lámpara de la habitación?”
Finalmente, contraté un electricista, para que instalara un reloj de Shabat, así no tendría necesidad de encender la luz en las habitaciones.

Llegó el turno de la radio.
Si no enciendo la luz de la heladera ni la de las habitaciones, ¿por qué enciendo ese aparato? De esta forma, lentamente, fui dejando de escuchar radio en Shabat.
A continuación comencé a preguntarme: ¿si no enciendes la luz, ni la radio, por qué enciendes el auto en Shabat, si el mecanismo es el mismo?
De esta forma, paulatinamente, fui evitando todo acto que representara una profanación de Shabat, hasta que lo logré, casi por completo.

Un viernes por la noche, no sabía qué hacer… no enciendo la radio, no viajo en auto, ¿en qué puedo ocupar mi tiempo? Recordé que cerca de casa hay un Bet Hakneset y fui hacia allí.
Tanto la gente que concurría habitualmente a rezar, como el Rab, me recibieron con gran cordialidad. No sabían a qué había venido al Knis, pero de todas formas me dieron una bienvenida calurosa y agradable.
Cuando terminó la Tefilá, sentí una elevación especial… Se acercó a mi el Rab y me invitó a compartir el banquete de Shabat, en su casa. Demás está decir, el sentimiento que me embargó en ese momento. Yo, un pecador, invitado a la casa del Rab, compartiendo su mesa…

Después del banquete, me pidió que lo acompañara al Bet Hakneset, donde dictaría, como de costumbre, su curso de Torá. Me hizo sentar a su lado y pude disfrutar de una clase emocionante.
De esta forma, comencé a recibir sobre mí el compromiso de cumplir lasMitzvot, y aquí me ven… convertido en un completo Baal Teshuvá”

Quien contó esta historia, para finalizar, agregó que, como suele suceder, el “responsable” que inició esta cadena de Mitzvot, a través de una idea fácil y sencilla, con la que logró convencer a esta persona que hiciera algo, por la elevación del alma de su madre, no estaba enterado del efecto de su intervención… pero nosotros nos encargamos de hacérselo saber y combinamos un encuentro entre ambos, que al verse se fundieron en un cálido abrazo y lloraron de emoción.
¡La fuerza de una frase! Y la fuerza de una pequeña lamparita, dentro de la heladera.
Tal es su fuerza, que le permitió a una persona generar un cambio tan elevado, que su luz alumbrará por generaciones.

En esta Perashá, Hashem nombra a Ieoshua como sucesor de Moshé. Está escrito en la Guemará (Baba Batra 75.) “La gente de su generación se estremeció, por el nombramiento de Ieoshua”. En realidad, él no era el más encumbrado del pueblo, sin embargo, cuando fueron seleccionados los diez espías, Ieoshua fue elegido, a pesar de no ser ministro. ¿Por qué? Porque Hashem dijo que era merecedor de recibir ese pago por ayudar a Moshé. Algo tan simple que cualquiera podía haberlo hecho. Pero Ieoshua, que era una persona simple, deseaba intensamente servir a Hakadosh Baruj Hu.
Esto servirá de incentivo para todo aquel que quiera acercarse a Hashem y de alguna forma, su camino sea difícil y se vea tentado a retroceder, o quizás pierda la esperanza de seguir adelante.

Cuando lea esta historia, comprenderá que D-os no le pide demasiado, sólo que se ponga en movimiento, que avance y se comprometa con un pequeño acto, aunque sea, aflojar la lamparita de la heladera, antes que comience Shabat.
Sabemos que nuestra generación, especialmente los más jóvenes, está expuesta a pruebas difíciles que nuestros antepasados ni siquiera conocieron. Los tropiezos a los cuales se está expuesto en la actualidad, son de la clase que impurifica el corazón y el alma y se hace muy difícil pensar en términos deTeshubá.

Pero deben saber, que si desean retornar, si realmente lo desean, aunque hayan descendido hasta las profundidades, alcanza con un pequeño acto positivo, para borrar lo hecho anteriormente.
Esta no es una mera fantasía, ni un intento de persuasión. Es una verdad absoluta.
¿Les es difícil realizar grandes acciones? Hagan una pequeña. Comiencen a escalar a partir del punto cero. Acérquense lentamente, y, con la ayuda de D-os llegaran a la cúspide.

Publicado en Tora.org.ar


Enfoques sobre la Parashá Balak 
(Publicado en www.mesilot.org)

“Por lo tanto, di: He aquí que yo le confiero a él mi pacto de Paz” (Bamidbar 25:12)

Puede parecer irónico que la recompensa por un asesinato violento sea “un pacto de paz.” La palabra en hebreo Shalom no solo significa paz, sino que también tiene la connotación de completitud y perfección – cualquier paz que no tiene completitud y perfección no es una verdadera paz.  Y solo puede haber Una Completitud y Una Perfección, y es por eso que solo puede haber Una verdadera Paz – la paz de Di-s, porque solo “El que hace la paz en sus alturas, Él hará la paz sobre nosotros y sobre todo Israel…”

Apaciguamiento no es paz y nunca llevará a la paz.

Un acto de entusiasmo divorciado de puras intenciones puede ser un crimen en sí mismo.  Es por esta razón que la Torá destaca que Pinjás actuó “por su Di-s”- él no tenía otras motivaciones más que la de hacer la voluntad del Todopoderoso.

(Or Yoel)
¿Por qué fue Pinjás recompensado específicamente con que su descendencia sea de Kohanim?

Es un principio fundamental el que Di-s castiga y recompensa “medida por medida” – siendo la recompensa precisamente acorde a la acción que la merecía.  Cuando Zimrí, un príncipe de Israel, cometió un terrible acto de inmoralidad, hubieron muchos que se shoquearon por este acto.  ”Y ellos lloraron a la entrada del Mishkán”.  Mediante la ejecución de Zimrí y su compañera, Pinjás expresó y concretizó el sentimiento del Pueblo Judío.  Esto es exactamente lo que hace el Kohen cuando, como enviado del pueblo, lleva ofrendas y concretiza y da expresión física a los pensamientos y sentimientos de amor que el Pueblo Judío tiene por su Padre en las Alturas.  Así el regalo de la Kehuná a la descendencia de Pinjás fue un perfecto reflejo de su servicio al Pueblo Judío.

(Sefat Emet)
“…A cambio de lo que ha celado por su Di-s…” (Bamidbar 25:13)

Cuando una persona cae en su nivel de espiritualidad y comete una transgresión, mira a otros y piensa para sí mismo “Él también lo hace.  ¿Por qué yo debo ser “más religioso” que él?  Es por esta razón que los Diez Mandamientos están escritos en singular, para que cada uno sienta que la Torá fue dada a él solamente, y no debe mirar lo que otros hacen… o no hacen.  Cuando Pinjás vio a Moshé y a Aharón y a los setenta Sabios parados mirando a Zimrí cometiendo este grave pecado, y ninguno de ellos levantó siquiera un dedo, él pudo haber dicho ciertamente, “¿Por qué yo tengo que ser “más religioso” que ellos?  Sin embargo, él no pensó así, sino que hizo lo que era necesario por el Honor del Cielo.  Es por eso que la Torá escribe “él mostró entusiasmo por su Di-s”.  Él actuó como si en ese momento, Di-s era solo su Di-s y no había nadie más en el mundo para hacer ese trabajo.

(Jomat Esh)
“…un pacto de paz.” (Bamidbar 25:12)

Puede parecer irónico que la recompensa por un asesinato violento sea “un pacto de paz”.

En hebreo, la palabra “Shalom” no significa únicamente “paz”, sino que además denota la calidad de algo completo y perfecto: la paz que no es completa y perfecta no es una paz verdadera. Y así como solamente puede haber Una Completitud y Una Perfección, también solamente puede haber una sola paz verdadera: la paz de Hashem, pues únicamente “Aquél que hace la paz en Sus alturas, Él hará la paz para nosotros y para todo Israel…”

Si algo es inmoral, la pacificación no es paz, ni conduce a la paz. Por su parte, un acto de fanatismo desprovisto de intenciones puras puede ser un crimen por sí mismo. Por ese motivo, la Torá señala que Pinjás actuó “para su Di-s”, vale decir, que no tenía ninguna motivación en absoluto más que cumplir con la voluntad de Hashem. Únicamente cuando la intención es absolutamente pura, el fanatismo puede conducir a un “pacto de paz”.

(Or Yoel)

“Al vengar Mi venganza…” (Bamidbar 25:11)

“Él expresó la ira que Yo debía mostrar” (Rashi)

Cuando le pedimos a nuestro hijo de tres años que ayude a poner la mesa del Shabat, y él, con gran destreza, conduce la copa del kidush a la mesa, sentimos una najat inmensa. Por cierto que no ganamos nada con su ayuda, excepto un placer enorme. Nosotros mismos podríamos haber hecho lo que él hizo, pero la gracia está en que él cumplió con su tarea solito.

Rashi explica el significado de la expresión “él vengó mi venganza”, como queriendo decir “Él expresó la ira que Yo debía mostrar”.  Precisamente debido a que Pinjás hizo algo que, en realidad, era propio que Hashem hiciera, se hizo acreedor a tan grande recompensa.

>La misma idea se aplica a la tzedaká, la caridad.  Cierta vez, Turnus Rufus le preguntó a Rabí Akivacómo podía ser que, si Hashem amaba a los pobres, ¿por qué no les daba de comer?  Rabí Akiva le respondió que los pobres nos dan más a nosotros de lo que nosotros les damos a ellos, pues al dartzedaká, nos salvan del gehinom (purgatorio).

Lo que dijo Rabí Akivá es que, efectivamente, es tarea de Hashem alimentar a los pobres, pero Él nos deja que nosotros les demos de comer en vez de Él.  Y al hacer “el trabajo de Hashem”, obtenemos una recompensa muchísimo mayor.  Igual que el niño que pone la mesa del Shabat.  Por supuesto queHashem puede darles de comer a los pobres, pero Él nos deja que nosotros hagamos ese trabajo, a pesar de que, a decir verdad, no Lo estemos “ayudando” en absoluto.

(Rabí Moshé Fainstein z”l)


Parasha Pinjas – Líderes Comunitarios

Muchas veces nos preguntamos ¿Cuáles son las cualidades que debe poseer un líder? ¿Qué camino debe tomar? ¿Debe aplicar la voluntad del pueblo o trazar un camino para éste?
Nuestra Parasha nos habla de dos grandes figuras: Pinjas y Ieoshua. Pinjas fue elegido como Sacerdote por todas las generaciones. “Veaitá lo ulezaró ajarav berit keunat olam” (Será para el y sus descendientes pacto de sacerdocios por siempre) (Bamidbar 25:13).

Ieoshua Bin Nun fue elegido como sucesor de Moshé Rabenu.
“Vaiomer HaShem el Moshé: Kaj lejá et Yeoshúa Bin Nun Ish asher ruaj bo vesamajta el iadjá alav”. (Dijo el señor a Moshé: Toma contigo a Ieoshua, hijo de Nun, hombre en quien está el espíritu, y pon tu mano sobre él).

Estos dos grandes hombres de Israel no recibieron el titulo como regalo, sino que llegaron por el derecho por su trabajo con la comunidad. Más no llegaron a esa posición utilizando el mismo camino.

Pinjas, según las escrituras, fue un hombre práctico. En momentos en que reinaba una gran confusión dentro del pueblo, (fruto del comportamiento de Zimrí ben Salu, jefe de la tribu de Shimón, quien faltó a las leyes de moral judía al cometer adulterio con Kosbí Bat Tzur, de la tribu de Midián), y cuando Moshé se mostró indeciso, fue Pinjas quien no titubeó y, tomando la justicia en sus manos, ejecutó a los pecadores. Este acto detuvo la cruel epidemia que abatió a miles de judíos.

Es interesante la descripción del momento histórico que nos transmite nuestros Sabios “He aquí un hombre de los hijos de Israel que venía trayendo a una midianita”. (Bamidbar 25:6).

Preguntan: “¿Qué fue lo que condujo a actuar de esa manera? Y contesta: “No respetaba ni a D-s ni a sus semejantes. Esta acción dejó confuso a Moshé y a todo el pueblo que no supieron como reaccionar”.
A la vista de toda la congregación de los hijos de Israel, sólo Pinjas supo como actuar.

Ieoshua Bin Nun fue elegido para reemplazar a Moshé, por el hecho de ser hombre en “quien está el espíritu”.
El gran Sabio sefardí, Don Isaac Abarbanel, nos explica la personalidad de Ieoshua tiene las cualidades que hacen a un buen dirigente: Inteligencia, comprensión, heroísmo, conocimiento, temor a D-s y espíritu profético.
Con suma modestia comenzó al lado de Moshé, siendo su relación con el como la de un alumno con su maestro.

Preguntan nuestros sabios: “Sabemos que la edad de Ieoshua en esos momentos era de 56 años”. Entonces ¿Por qué lo llama mancebo?

Contestaron que, a pesar de su edad, Ieoshua se consideraba joven y servía a su maestro aprendiendo la Torá y su aplicación en la vida diaria.

Es por eso que Moshé lo supo valorar como a un hombre de espíritu para delegarle distintas funciones: La dirección de la guerra con Amelek y la participación en la expedición a Eretz Israel. Al volver junto con Kaleb Ben Yefuné, negaron la difamación de los representantes de las otras tribus.

Veamos en nuestra Parasha dos caminos que llevan al individuo a ser dirigente:

1. Hechos: Como Pinjas, quien posee un corazón cálido y lleno de sentimiento. Teme por la suerte de su pueblo. Dueño de decisiones rápidas. Entra en acción en el momento oportuno y salva al pueblo.

2. Espíritu: Como Ieoshua. Estudia la Torá. Sirve a su maestro con suprema abnegación y recibe sobre sí la responsabilidad de toda acción a realizar con gran valor.

¿Qué camino es mejor para llegar el liderazgo? ¿Cuál de los dirigentes es mejor?

No hay posibilidad de disulidar. Los dos caminos son importantes ya que un dirigente necesita el espíritu y la acción. Interesante es saber como D-s delegó a cada uno, en sus funciones especiales, según sus cualidades personales.
Pinjas, el hombre de acción, el fanático intransigente, fue nombrado dirigente de los asuntos espirituales y a él y su simiente en carácter de sacerdotes del Sagrado Templo de Jerusalén.

A Ieoshua le delegó D-s la dirección de la vida práctica del pueblo: Ser general en jefe del ejército y llevar a Am Israel a la Tierra Prometida.



Parasha Pinjas – Las Hijas de Tzlofjad

Varios son los temas que trata la parashá:

•  D-s da a pinjas un pacto de paz.

•  El censo de Israel, después de la epidemia.

•  Las hijas de Tzlofjad reclaman el derecho a la herencia.

•  Ieoshua Ben Nun, es nombrado sucesor de Moshé.

•  Sacrificios públicos diarios y de días festivos.

La Parashá comienza con el affaire pinjas – el hombre que con su actuación – puesta en tela de juicio por los sabios – salvó al pueblo hebreo de una epidemia mortal causa por el hecho de haberse prostituido, una parte del pueblo (88.000 personas), encabezados por uno de los jefes de la tribus, Zimris Ben Zulu, Presidente de la Tribu de Shimón. Y finaliza con el recuento y el detalle de los sacrificios públicos y de días festivos. Del punto de vista del calendario leemos, la parashá en una época especial “Bein Hametzarim” – entre las estrechuras – que se extiende por tres semanas, desde el 17 de Tamuz, hasta el 9 de Av.

Rabí Levy Itzjak de Berditchev, gran Rabino jasídico, pregunta: ¿Por qué mezclamos la alegría de las fiestas, con el duelo y la pena, por la pérdida de la independencia nacional? Contesta el Rabino: El pueblo de Israel se entristece y se llena de pena durante estas tres semanas. Puede que por esta razón se depriman y pierdan la esperanza, por eso se lee en estos días sobre las festividades que tuvo Israel en los tiempos del Beit Hamikdash y el espíritu de alegría que emana de estos versículos podría menguar – aunque sea en parte, la amargura que nos invade por la destrucción de los dos Templos.

Hablemos de las hijas de Tzlofjad.

¿Quién era Tzlofjad? Tzlofjad, uno de los miembros de la Tribu de Menashe, murió, no tuvo hijos, sino hijas – y se suscitó un problema con respecto a la herencia, porque la Torá dicta: “A estos será partida la tierra por heredad – por el número de nombres (26:53) – solo aquellos que aparecen en el censo se les repartirá parcelas en la Tierra prometida”, por esa razón se acercaron las 5 hijas de Tzlofjad: Majla, Noa, Jogla, Milka y Tziza, mujeres muy especiales e intelectuales quienes apelaron a Moshé el cuál se dirigió a HaShem, para recibir la solución sobre el caso y al final recibieron la herencia.

Les traje este episodio, para hablar sobre el rol de la mujer durante la travesía en el desierto. Al resumir el nuevo censo en el desierto, nos enseña la Torá que: “Y entre estos no hubo varón de los censados por Moshé y Aharón – el sacerdote, quienes censaron a los hijos de Israel en Sinay” (26:64)

Entendemos que toda la generación de Egipto murió por el pecado de los exploradores – hablamos sobre la 2da Generación. Los hombres murieron por su pecado. Las mujeres ameritaron entrar a Eretz Israel, porque no participaron en el pecado de los exploradores.

Preguntan los sabios del Midrash: ¿Por qué no pecaron las mujeres? Y ellos mismos responden: Porque profesaban cariño por la tierra de Israel “Los hombres dijeron: ‘Pongamos un jefe y volvamos a Egipto’ y las mujeres dijeron: ‘Danos posesión de la tierra’”

Preguntan los Rabinos. ¿Cómo hemos de probar del versículo, que las mujeres de la generación del desierto, profesaban cariño a Eretz Israel, puede que pidieron una parcela solo por su interés o provecho personal? Contestan citando al Sifri: Las hijas de Tzlofjad, demostraron una fe total en la fuerza del pueblo de Israel para lograr la conquista de Eretz Israel, demostrando así, su profundo amor a la Tierra ancestral.

Les preguntó Moshé: Los hombres dijeron volvamos a Egipto y ¿ustedes piden una parcela de tierra en Eretz Israel? Le contestaron: Nosotros sabemos que al final, Israel se asentará en su tierra.

Y explica el autor del libro “Ktav Sofer”: “La fe de las hijas de Tzlofjad, es la fuerza del pueblo de Israel, para lograr la posesión de Israel y emana, sin lugar a dudas, de su amor y cariño a la Tierra”. Porque solo un sentimiento como este, puede da dar fuerza indestructible para realizar el ideal de habitar en la Tierra Prometida.

Solo cuando amamos algo en especial, estamos dispuestos a sacrificar y entregarnos de un modo total.

Hay en Medinat Israel, gente que posee ese amor inquebrantable a esa tierra, y como ejemplo, toman a los héroes bíblicos y entre ellos a las hijas de Tzlofjad, y a las demás mujeres del desierto.



Parasha Pinjas – El consejo de Bilam – Prostituir a Israel

Todas las maldiciones de Bilam, el filósofo y profeta se volvieron bendiciones.
De su boca salieron palabras las cuales pronunciamos diariamente al entrar a la sinagoga; “Ma Tovu Ohaleja Yaakov Mishkenoteja Israel, “¡Cuán buenas son tus tiendas oh Yaakov, tus moradas oh Israel!” Y explica Rashi que la razón de estas palabras de Bilam fue que vio que las puertas de las casas de los hebreos no estaban orientas una frente a otra (Bamidbar 24:4). Este versículo representa la modestia y el recato de la familia hebrea, cuyas puertas no están orientadas unas frente a otra, y el reconoció que el recato es la piedra fundamental del hogar hebreo.

Bilam al ver que sus maldiciones, no surtieron efecto, aconsejaba a Balak el rey de Moav emplear contra Israel el arma más poderosa que existe: la desmoralización de Israel.

Le dijo Bilam: “El D-s de Israel odia la inmoralidad, ellos por otra parte ansían poseer vestimentas de lino. He aquí lo que le aconsejó: “hazles tiendas… y por allí prostitutas que les vendan vestimentas de lino… Y cuando el israelita se haya artado de comida, saciado de bebida y se halle alegre disponiéndose a recorrer el mundo ella le dirá: “Pero si eres como de la familia, siéntate y elige algo”.

“Ellas tendrán consigo odres de vino amonita. Le preguntarán: “¿Quieres tomar un vaso de vino?” Después de tomar el vino arderá el israelita en deseo, ella sacará el ídolo que portará en su seno y le dirá: “¡Adóralo!” Más el responderá: ¡Pero si soy judío! “Que te importa” le replicará: no solo esto, sino que no te dejaré en paz hasta que reniegues de las enseñanzas de Moshé, tu Maestro”.

Y Moshé vio como los hijos de Israel se ligaron con las hijas de Moav, y fue entonces que se encendió la ira del Eterno contra Israel, y ordenó a Moshé: “Toma todos los jefes del pueblo, para juzgar a los que sirvieron a Peor, y cuelga a los que practicaron ese culto; y así aplicará la ira de D-s, Zimri ben Salú, presidente de la tribu de Shimón que presentó a Moshé con Cozbi bat Tzur, hija de Balak que fue enviado por esta a corromper a Israel.

Balak había ordenado a su hija que prostituyera a Moshé, pero Zimri la toma y le dijo que él era más importante que Moshé, ya que él es el segundo de los hijos de Iaakov y Moshé tercero (Levy, tercer hijo de Iaakov)

Con descaro habló a Moshé y le dijo: “¿Quién te permitió casarte co Tzipora?” Pero esa no era una pregunta, ya que Moshé tomó a su mujer antes de la entrega de la Torá, y al recibirla todos los preceptos recibieron sobre sí la fe en D-s, y el cumplimiento de las mitzvot, preceptos, Zimri no esperó escuchar la respuesta de Moshé y entró en su tienda con Cozbi Bat Tzur ante los ojos de todo Israel.
Al ver eso Pinjas, hijo de Eleazar, nieto de Aharon Hacohen tomó una lanza en su mano, entró a la tienda y la orientó hacia el miembro de Zimri y el aparato genital de ella y todos vieron que con justicia los había matado, ya que está escrito que quien se acuesta con una aramea, los celosos pueden matarla (Bamidbar 25:7 – Rashi) fue en ese momento que la epidemia que asolaba al pueblo se detuvo 24.000 personas murieron.

Y leemos en la Parasha;
“Entonces el Señor habló a Moshé diciendo: ‘Pinjas, hijo de Eleazar, hijo del sacerdote Aharon ha hecho volver mi ardiente indignación de sobre los hijos de Israel por cuanto ardió en celo por mi causa en medio de ellos, de manera que Yo no acabé con los hijos de Israel (en el ardor) de mis celos’ (25:11)

Y el Eterno dio a Pinjas una importante recompensa: El cuál será para él y sus descendientes después de él, pacto de sacerdocio perdurable, por cuanto él fue celoso de D-s (25:3), y el será Eliahu Hanabi el profeta y el enviado para anunciar la venida del Rey Meshiaj, y todos los Grandes sacerdotes del primero y Segundo Templo eran descendientes de Pinjas.

Y si te preguntas ¿Por qué la Torá hizo pública la recompensa de Pinjas? Acentuando su parentesco y su grandeza. Te diré que este acto tiene razón de ser como algo extraordinario, y después de conocer la personalidad del actor principal, y de saber con seguridad que no hizo esta acción como resultado de un carácter irascible y violento, sino que fue inspirado por un celo auténtico a D-s y por móviles totalmente puros, pues sino ¿Cómo podemos saber si el celote no obra impulsado por algún interés egoísta, mientras dice que actúa en honor de D-s, y mientras tanto quite la vida de alguien injustamente?

Por esta razón el Eterno le prometió diciendo: “He aquí que Yo doy a él pacto de paz (25:12). El Pacto de paz, explica el Rabí Trevi Yehuda Berlin en su obra Haamek Davar sobre la Torá. “Le fue dado para compensarlo por haber aplacado su indignación, el Santo bendito sea, lo bendijo con la cualidad de la paz interior, que no se convierta en un irascible, ni en un colérico pues la naturaleza del acto que cometió Pinjas, al matar a un hombre con sus propias manos, podría haber dejado en él una profunda impresión para siempre, pero como actuó por el honor de D-s, recibió la bendición de que siempre sea calmo y agraciado con la cualidad de la paz interior y que no tenga escrúpulo de conciencia por ese asunto.


Parasha Pinjas – Mujeres Inteligentes

Las hijas de Tzlofjad, no fueron las primeras mujeres inteligentes en la Biblia, pero fueron las primeras que tomaron la iniciativa contra una injusticia .La Torá considera a las mujeres idóneas y capacitadas en todo terreno, pero les proporcionó un papel especial en el funcionamiento de la sociedad, en la comunidad en la familia y a nivel personal. 
Las Matriarcas son presentadas en la Torá con poderes proféticos y espirituales, con un nivel de profecía que no caía muy lejos del nivel de los Patriarcas. Juezas, reinas, poetas y profetas aparecen en toda las partes de Biblia, cumpliendo importantes tareas; cierto es que aparecen menos que los hombres, pero eso no significa que son de menor nivel en esas funciones sino que dentro del proyecto de la sociedad en la Biblia, la mujer no ocupaba un lugar en la vitrina comunitaria

Rabi Moshe ben Maimon, Maimonides, en los últimos capítulos de su obra fundamental “More Nebujim “. La Guía de los Perplejos, describe el nivel superior al cual puede llegar el hombre, el nivel de apego al Santo bendito es. No se puede llegar a esta altura en forma accidental, esto requiere estudio y construcción personal durante toda una vida. Para lograrlo se debe debilitar el cuerpo hasta que se “apague el fuego de los deseos, se refuerce el intelecto, “aumente su luz “hasta que llegue a la perfección de las cualidades que lo conduzca al intenso amor a HaShem”.

La cima de este proceso de desarrollo y elevación es el fin de la vida “cuando llegue el individuo perfecto al fin de sus días, cercano a su muerte, se sumará al nivel ya logrado, una gran energía, aumentando su alegría y regocijo hasta que se separará el alma de su cuerpo” (More Nebujim, 3, 51). Este entendimiento, recibe de boca de los Sabios, el concepto de “mitat neshika”, la muerte del beso. Tres personalidades, según Rambam, llegaron a este nivel: Moshe, Aharon y Miriam. No es algo fuera de lo común de que dentro de este grupo especial aparece la hermana junto a sus dos hermanos.

Las hijas de Tzlofjad son una excepción dentro del orden acostumbrado de la Torá .Ellas se dirigen a Moshe y protestan por la injusticia revelada en el orden de la repartición de la tierra, Moshe recibe sus argumentos, las dirige al Santo bendito es, quien confirma sus palabras y ofrece una corrección a la “ley de herencia” de la tierra de Israel.

Hay que poner atención en que la realidad que nace de este episodio, no es el hecho de que las hijas de Tzlofjad eran inteligentes, justas y competentes como las describen nuestros Sabios, sino que ellas se vieron obligadas a tomar la iniciativa en un campo en el cual las mujeres no tenían cabida ni base, en el tema de las herencias y tierras, pero su injerencia hizo que se corrija la Ley por medio de una orden divina, y D-s formuló nuevamente las Leyes de Tierras.

La herencia de la Tierra de Israel y su repartición, se efectuó según las tribus y las familias, los hijos heredan la propiedad familiar, mientras que las hijas se casan y pasan a vivir en la propiedad de su esposo y su familia. Tzlofjad, miembro de la Tribu de Menashe, había muerto en el desierto, dejando cinco hijas, pero ningún varón. Surgió entonces la cuestión de si las cinco hijas podían recibir la herencia del padre, de no ser así, la porción de la tierra que hubiera recibido Tzlofjad pasaría a otras manos.
El caso fue llevado ante Moshe, quien reconoció lo justo de la queja, quien lo sometió a la consideración de D-s, como cita el versículo: “Moshe presentó el caso de ellas ante HaShem” (Bamidbar: 27:5) y también El santo bendito es, les dio la razón, (idem, idem, 6).
El dictamen final que si una persona no dejaba hijos, sus hijas tenían derecho ala herencia. Además, si alguien moría sin dejar descendencia, su propiedad pasaría a sus hermanos sobrevivientes o, si no lo había a su pariente mas cercano.

Si me preguntas ¿qué aprendemos de este episodio?, te dire, que aprendimos que debemos reconocer la verdad y la honestidad, y el ejemplo de Moshe y D-s mismo, que reconocieron la verdad de las hijas de Tzlofjad (“Avot de Rabi Natan 1:37). Como Moshe no cerró la boca de las hijas de Tzlofjad, reconoció su razón, y recibió la confirmación de D-s para la solución del problema de las hijas, así los Sabios de nuestra generación deben escuchar y tratar de solucionar los problemas que les presentan los hombres y mujeres de la comunidad.

Publicado en Tora en Familia


PINJAS – ¿Por qué Yehoshua fue Elegido?

Hacia el final de la parashá,  Moshé le pide a Hashem nombrar un sucesor para conducir al pueblo judío a Eretz Israel. Hashem le respondió que su fiel estudiante, Yehoshua, es el elegido. Jazal da detalles sobre el diálogo que tuvo lugar entre Hashem y Moshé. Nos dicen que Moshé pidió que sus propios hijos le sucedieran como líder, sin embargo, Hashem se negó ya que “sus hijos se sentaron y no Osek beTorah” (ocuparon en el estudio de Torá), mientras que Yehoshua era el sucesor legítimo porque “el llegaba temprano y se iba tarde de tu casa de estudio, y se hacía cargo de los bancos y de cubrir las mesas” (1). Hay dos problemas con este Midrash; Primero, si los hijos de Moshé no fueron Osek beTorah entonces ¿cómo pudo Moshé haber tenido alguna expectativa de que podrían conducir al pueblo judío? (2).  En segundo lugar, parecería que Hashem estaba comparando a los hijos de Moshé a Yehoshua en la misma área de comportamiento – el de ser Osek beTora. Sin embargo, cuando Hashem elogió a Yehoshua hizo hincapié en el hecho de que él arreglaba el Midrash Bet – esto no parece tener ninguna relevancia con ser Osek beTora. ¿Cuál es exactamente la naturaleza de la comparación de los hijos de Moshé con Yehoshua? 
Rav Yosef Shalom Elyashiv Shlita explica que los hijos de Moshé eran talmide jajamim (sabios estudiosos) que habian estudiado lo suficiente como para conducir al pueblo judío, fue por eso que Moshé creyó que eran los candidatos a sucederle. Sin embargo, Hashem le respondió que esto no era suficiente, cuando dijo que “se sentaron y no Osek beTora, quería decir que se sentaron y estudiaron para sí mismos y no se ocuparon de los demás en la Torá. En contraste con la falta de estar involucrado en ayudar a la Torá de otras personas, Yehoshua arreglaba el Midrash Bet y permitia así a los demás aprendieran Torá, lo  que se considera ser “Osek beTora(3).

Hay una serie de lecciones importantes que se pueden derivar de la explicación(4) de Rav Elyashiv, sin embargo, hay una dificultad en ella. Pareciera que estar Osek beTora sólo implica el estudio para uno mismo, ¿dónde está la alusión de permitirle a los demás estudiar Torá?

Para responder esta pregunta es necesario comprender la definición básica de la mitzvá de Talmud Torá (estudio de la Torá). El Rambam escribe que hay dos fuentes de esta mitzva, “Y las repetirás a tus hijos”, y “Las enseñaras claramente a tus hijos” A partir de estos mandamientos de enseñar a los niños, el Rambam deriva que una persona debe estudiar Torá, y la razón fundamental para el estudio es para que uno pueda enseñar a sus hijos. Vemos de aquí que la mitzva de “Talmud Torá” se refiere a la enseñanza tanto como para el estudio. Por otra parte, el Rambam trae el Jazal que “los niños” también se refiere a los estudiantes, y que una parte fundamental de la mitzva es enseñar a la gente, incluso si no son los hijos propios(5). Por lo tanto, es comprensible que el Rav Elyashiv traduzca el estar “Osek beTora”, como el de provocar que otros aprendan Torá.

Otra fuente de la idea de que la Torá intrínsecamente implica el facilitar que otros estudien Torá se encuentra en la Guemará en Avoda Zara(6). La Guemará dice que la historia del mundo se divide en tres períodos de dos mil años: El primero se llama el “dos mil años de nada”, el segundo período se conoce como “dos mil años de Tora”. Los comentaristas explican que los años de la nada, se llaman así debido a la falta de la Torá en el mundo durante ese tiempo, mientras que los años de la Torá marcan el comienzo de la presencia de la esta en el mundo. La Guemará dice que los años de la Torá inician en el tiempo que Abraham quien comenzó a enseñar la Torá a todo el mundo, representado por las “almas que hicieron en Jarán”. Sin embargo, hay una dificultad en decir que los años de la Torá se iniciaron sólo en este momento. Hay muchos maamare Jazal (palabras de los Sabios), que indican claramente que hubo grandes personalidades que vivieron antes de Abraham(7) y que conocieron la Torá, sin embargo, vivieron en una época que se describe como ausente de Torá. Por otra parte Abraham Avinu aprendió Torá mucho antes de que él comenzó a enseñar a otros – la era de la Tora sólo se inició con las “almas que ellos(8) hicieron en Jarán”(9). – ¿Por qué es este el caso? Rav Zev Leff Shlita explica que Abraham Abinu hizo algo más que sus ilustres predecesores; el enseñaba Torá. La era de la Tora sólo comenzó cuando se enseñó esta a otros, así como se estudiaba  individualmente(10).


El Maharsha hace un comentario que desarrolla este tema más, para demostrar que además del “estudio normal” de la Torá, incluso el concepto de “Ameilut beTora ‘está intrínsecamente ligado a la enseñanza de la Torá. La Guemará(11) deriva la importancia de amelut beTora de varios passukim del Tanaj que mencionan la palabra, le’amal (de trabajo o esfuerzo)(12). El Maharsha escribe que las letras de le’amal (lamed, ayin, mem y lamed) crea un acrónimo de lilmod al Menat lelamed (estudiar para enseñar)(13).

Hemos visto muchas fuentes que indican que el estudio y la enseñanza de la Torá están en la misma categoría. Todavía hay que explicar por qué el enseñar la Torá es tan fundamental en el pensamiento judío. El Ben Ish Chai zt’l nos proporciona una comprensión más profunda del tema. Él trae la Guemará en Sanedrín(14) que cita el pasuk en Shelach diciendo a la persona que sirve a otros dioses “ha degradado la palabra de Hashem”(15). El Talmud describe a continuación otras formas de comportamiento que merecen esta acusación devastadora(16). Sorprendentemente, la Guemará añade que el pasuk incluye “el que estudia y no enseña.” El Ben Ish Chai pregunta por qué la Guemará habla con tanta dureza sobre el que aprende pero no enseña. Él explica que la Torá es eterna y su naturaleza eterna se conserva mediante la transmisión de sus enseñanzas a la siguiente generación. Sin embargo, si “una persona que estudia, pero no se ocupa de enseñar a sus compañeros, daña  la naturaleza eterna de la Torá porque la Torá que se aprende no se puede pasar a la siguiente generación … por lo que se entiende el por qué Jazal describio a esta persona de una forma tan severa; porque impide la cadena de pasar la Torá de generación en generación y anula la cualidad eterna de la Torá….”(17). 
Esto también nos ayuda a entender por qué era importante que el líder del pueblo judío fuera uno que hiciera que los demás aprendieran  Torá, ya que su papel era preservar y continuar la mesora (tradición), y así preservar la naturaleza eterna de la Torá.

Hemos visto cómo la enseñanza de la Torá es intrínseca a la mitzva del estudio de ella. Por otra parte, mientras que la enseñanza de la Torá es un gran jesed (favor) a otras personas, también es claro que hay un elemento muy significativo de bein adam le’atsmo (de la persona consigo misma) en la enseñanza de la Torá, como es el de ayudar a desarrollar nuestra apreciación de la naturaleza eterna de la Torá y jugar un papel importante en la transmisión a la siguiente generación. Quiera Dios que todos tengamos el mérito de estudiar y enseñar Torá a nuestros hijos y a todos quienes nos rodean.


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(1) Bamidbar Rabá, 21:14.

(2) Esta pregunta fue hecha por el Rabino Yosef Shalom Elyashiv Shlita, Divre Aggadá, p.319.

(3) Ibid.  (4) Ver su continuación en Divre Aggadá, p.319-20, donde profundiza en la necesidad de compartir la propia Torá con los que están lejos del verdadero camino. También su explicación de que la capacidad y voluntad de compartir la Torá con los demás, es una característica clave en la determinación de un líder eficaz.

(5)  La Mishná en Avot, 1:1 nos dice que debemos “establecer muchos estudiantes.” Tiferet Israel escribe que no basta con enseñar sólo a sus propios hijos, pero hay que enseñar a otros Judios también.

(6)  Avoda Zara, 9a.
(7)  Jazal dice que Adán HaRishon, Noé y Shem v’Ever estudiaron Torá.
(8)  ”Ellos” se refiere a Abraham y Sara.
(9)  Abraham tenía 52 años cuando la era de la Torá comenzó – ver Rashi, Avoda Zara, 9a.
(10) Uno puede preguntarse que Abraham no fue el primero en enseñar  Torá;  Shem y Ever tenían yeshivot donde se enseñaba a los estudiantes. La diferencia es que Abraham enseñó Torá a los que no tenían otra manera o el deseo de aprender, mientras que Shem y Ever esperaban a que la gente dispuesta a estudiar  acudieran a ellos. Ver Rambam, Hiljot Avoda Zara, Cap. 1 Halajá 3, con Raavad y Kesef Misha, que profundizan en la diferencia cualitativa entre la enseñanza de Abraham y la de Shem y Ever. Ver también cierre del Jatam Sofer, a la hakdama de Yoreh Deah, y Jomat Hadat del Jafetz Jaim que explican sobre las diferencias entre Abraham y los grandes hombres que le precedieron. Otra posible diferencia entre Abraham y Shem y Ever, es que enseñaban a los justos, mientras que Abraham cambió drásticamente el rumbo de la vida de las personas – esto es apoyado por el de Gemara citando el pasuk que se refiere a las almas que Abraham hizo; lo que sugiere que sólo enseñar a una persona la Torá no es el objetivo final, más bien este es un medio para que la gente cambie sus vidas a través de la Torá que se les enseña. Rav Yaakov Emden zt “l escribe que cuando la Mishná en Avot (4:6) dice que el más alto nivel es” lilmod al Menat laasot ‘, que significa el aprendizaje con el fin de hacer que otros hagan – se considera un nivel superior al lilmod Menat lelamed porque el objetivo de la enseñanza es a causa de una mayor observancia de las Mitzvot.
(11)  Sanedrín 99b.
(12)  Ver Iyov, 05:07. Mishle, Ch.16.
(13)  Maharsha, Sanedrín, 99b.
(14)  Sanedrín 99a.

(15)  Shelaj, 15:31.
(16)  Se incluyen en esta lista es uno que es megaleh panim b’Tora y uno que dice que la Torá no viene del cielo.

(17)  Benyahu, Sanedrín, 99a, citado en “Ben Ish Jai Penine, Shelaj, p. 212.

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