miércoles, 29 de julio de 2015

Parashá de la Semana Vaetjanan (Devarim 3:23 - 7:11)

RESUMEN DE LA PARASHA 
VolverContinuando con su crítica al pueblo, Moshé le recordó cómo rogó a Hashem Su autorización para cruzar el río Iardén (Jordán). Sin embargo, su pedido fue denegado. En cambio, se le acordó que viera la Tierra Prometida desde la cúspide del monte Pisgá, en tanto Iehoshua era designado para hacerse cargo del liderato en Eretz Israel.
Moshé instó al pueblo a observar escrupulosamente las leyes de D-s. De este modo ellos serían reconocidos por otros pueblos como una gran nación y predominarían a pesar de ser poco numerosos. Además, serían auxiliados por el recuerdo de su experiencia al pie del monte Jorev, donde habían escuchado la voz de D-s proclamando los Diez mandamientos. el Señor no se había aparecido bajo ninguna forma ni figura, y esto debería recordarle al pueblo la prohibición de hacer ídolos de cualquier tipo. En caso de que los hijos de Israel desoyesen esta advertencia en el futuro, serían exiliados y dispersados entre las naciones. Sin embargo, y aún si tal cosa ocurriese, su sincero arrepentimiento los haría ganarse la gracia y el perdón divinos.
Moshé declaró, después, a las tres ciudades de Bétzer, Ramot y Golán, al este del Iardén, como arei miklat (ciudade de refugio) para todo aquél que matase a alguien por accidente.
Moisés repitió, entonces, los Diez Mandamientos, la base del pacto de D-s con Israel. el pueblo congregado ante el monte Sinaí se sintió aterrado por los prodigios que había visto y solicitó a Moshé que le hablara en lugar de Hashem.
Moisés formuló, entonces, el Sh´má (el credo judío principal), que afirma la unidad y unicidad de D-s, al que todos deben amar, y Cuyos mandamientos deben ser transmitidos a las generaciones siguientes.
Sus leyes deben ser recordadas permanentemente por medio de un signo colocado en la mano y en la frente (los t´filín o filactelias), e inscripciones colocadas en las jambas de las puertas (mezuzá) de cada casa.
Moshé previno al pueblo que no olvidase al Señor ni siquiera cuando ya estuviese radicado en la Tierra Prometida y lograse un alto grado de prosperidad. Deberían evitar cualquier forma de idolatría, porque ella conduciría, inevitablemente, hacia su destrucción. Las futuras generaciones deberían ser instruídas enlos mandamientos de D-s e informadas de Sus actos prodigiosos cuando liberó a sus ancestros de Egipto. Moshé les previno, además, acerca de los casamientos con paganos, porque ellos conducirían al abandono de Hashem. Israel es un pueblo santo al que D-s demostró Su amor librándolo de la esclavitud, y es su deber corresponderLe por medio de la observancia de Sus preceptos.
(Extraído del libro "Lilmod ULelamed" de Edit. Yehuda)


Estudiando algunos Midrashim

Extraido de El Midrash Dice. Edit. Bnei Sholem


Shemá: La Mitzvá de aceptar y Conocer la Unicidad de D-s

Entonces Moshé enseñó a Bnei Israel la mitzvá de reconocer y creer en la Unicidad de D-s:
"Shemá Israel, Hashem Elokeinu, Hashem Ejad/Oye Israel, Hashem es nuestro D-s, Hashem es Uno".

Un judío debe pensar que D-s es Uno arriba, abajo y en los cuatro puntos cardinales. El significado de UNO incluye:

- Es la única Realidad absoluta (pues todo lo demás depende de El) no hay creador ni poder, solamente El.
- El es el Unico D-s No tiene "socios", "hijos" ni nada similar.
- La esencia de D-s es Una, si bien podemos percibirlo solamente a través de diversos atributos.
- Es Uno por encima del tiempo y el espacio. Aunque podemos aceptar los eventos y las personas únicamente en términos del pasado, el presente y el futuro, debemos entender que D-s es eterno; y aunque podamos pensar de cualquiera como confinado en un lugar, debemos saber que D-s está presente en todas partes.
- Está por encima de cualquier atributo corporal. Aunque estemos obligados a referirnos a El en términos comprensibles para nosotros, como son: "Su Voz", "Su Brazo", etc. debemos comprender que en realidad no tiene ningún atributo físico y no está sujeto a ninguna condición o limitación alguna.

Hashem declaró: "Yo creé el universo basado en un sistema de asociaciones que se complementan entre sí, tales como:
El cielo y la tierra (juntos activan el ciclo de la lluvia y mantienen la vida en la tierra)
El sol y la luna (juntos iluminan el mundo)
Adam y Javá (o marido y mujer, se unen para la procreación)

El mundo presente y futuro (van juntos: si hacemos mitzvot en el mundo presente, seremos recompensados en el Mundo por Venir).
"Sin embargo, hay una sola excepción: Yo.
"Oye Israel, Hashem es nuestro D-s, Hashem es Uno".

¿Por qué Hashem creó en el universo un sistema de asociaciones que se relacionan entre sí como dador y receptor?
Ninguna criatura creada por D-s es autosuficiente, cada una depende de otra, para que finalmente comprendamos que todos dependemos de Uno Más Grande.
En previsión que erróneamente supongamos que D-s Mismo también está sujeto a este sistema (por ejemplo, que tiene una relación de dar-y-recibir con las huestes Celestiales), El nos enseñó, Hashem Ejad: El es único.

Al tiempo que un judío debe creer en la Unicidad de Hashem en todo momento, está obligado a proclamarlo verbalmente cada mañana y cada noche.

El Gan Eden con sus delicias fue creado para quienes pronuncian el versículo Shemá , que proclama la unicidad de D-s, con la debida concentración.

Un judío debe estar preparado para sacrificar su vida antes que negar la unicidad de D-s (pues dicha negación es equivalente a practicar la idolatría, y un judío debe estar preparado para sacrificarse antes de cometer idolatría).
Un judío mentalmente preparado para renunciar a su vida por Hashem, es considerado en el Cielo como si lo hubiera hecho.

El pueblo judío declara a Hashem: (Tehilim 44:23) "Por Tí nos matán todos los días; somos como las ovejas destinadas al matadero".
El versículo implica que al leer el Shemá diariamente con la disposición de renunciar a la vida por Hashem, somos considerados como si hubiéramos sufrido el martirio por amor a El.

Durante toda su vida nuestro patriarca Iaakov se preocupó que ninguno de sus hijos se apartara del camino de la rectitud. Pensó: "¿Me irá mejor que a mis padres? Mi abuelo Abraham tuvo un hijo, Ishmael, que veneraba ídolos y mi padre Itzjak engendró al malvado Esav".
Cuando Iaakov descubrió que su hijo Reubén había desarreglado la cama paterna después de la muerte de Rajel, estaba muy alarmado. "Quizás un hijo no merecía seguir siendo considerado como una de las Tribus", pensó. Únicamente después que D-s le aseguró personalmente que Reubén se había arrepentido, Iaakov se relajó. Nuevamente, cuando Iosef desapareció, Iaakov temió que Iosef no merecería ser incluido entre las Tribus.
El deseo supremo de Iaakov era que cada uno de sus hijos se mantuviera en el camino de la rectitud. Por ello, cuando yacía en su lecho mortal, los convocó uno por uno para reprenderlos e instruirlos. Finalmente, los convocó a todos juntos y les preguntó: "¿Puedo morir tranquilo que ustedes servirán al Todopoderoso honestamente? ¿Quizás se aferran aún a los ídolos que el padre de Abraham, Teraj, adoraba? ¿O acaso veneran a los dioses de Labán, el hermano de mi madre?
Sus doce hijos contestaron unánimemente: "Oye Israel (Iaakov), así como tu corazón está pleno de D-s, el nuestro también. Reconocemos plenamente a Hashem, nuestro D-s, Hashem es Uno".
Aliviado, Iaakov se postró ante la Shejiná en agradecimiento de que todos sus hijos fueran tzadikim.
Hashem declaró: "Iaakov, cuando tus descendientes proclamen Mi unicidad, mencionarán tu nombre".
Por ello repetimos en nuestras plegarias la respuesta exacta de los hijos de Iaakov, para implicar: "Oye, nuestro padre Israel/Iaakov. Obedeceremos tu voluntad Hashem, es nuestro D-s, Hashem es Uno".
También repetimos las palabras de Iaakov bendiciendo a Hashem cuando se dio cuenta que todos sus hijos eran justos: "Baruj shem kevod maljutó leolam vaed/Bendito sea el nombre de Su glorioso reino por siempre jamás".

La mitzvá de leer Shemá cada mañana y cada noche

Un hombre está obligado a recitar el versículo Shemá Israel, Hashem Elo-heinu Hashem Ejad, que contiene el principio de la unicidad de D-s cada mañana y cada noche. Esto ha sido ordenado en el versículo (6:7), "Y las hablarás (recitar las palabras del Shemá) al acostarte y al levantarte".
Ha cumplido con la mitzvá solo si pronuncia el versículo con el fin de cumplir con la mitzvá de Shemá y es consciente de su significado.
Asimismo, cada hombre judío debe recitar dos veces en el día tres parshiot (versículos) fundamentales: 
1. Veahavtá (Devarím 6:5-9) que contiene los principios del amor hacia D-s y el estudio de la Torá.
2. Vehaiá im Shamoa (ibíd. 11:13-21) que nos exhorta a observar todas las mizvot (como lo explica en parshat Ekev).
3. Parshat Tzitzit (Bamidbar 14:37-41) que menciona Ietziat Mitzraim (el éxodo de Egipto) y también nos advierte que debemos cumplir con todas las mitzvot.

D-s le dijo al pueblo judío: "Pueblo Mío, admite que no los canso con mitzvot difíciles; sino que hago todo lo conveniente para que las cumplan".

En los días del régimen zarista en Rusia, el alcalde de un pequeño pueblo informó a sus habitantes que había recibido un edicto real que afectaba a todos. Lo anunciaría a los ciudadanos del pueblo un día determinado.
En el día y la hora predeterminados, el pueblo apareció en el auditorio de la municipalidad y el alcalde ascendió al atril. Todos se descubrieron la cabeza por respeto y aguardaron parados en silencio, temblando mientras se leía la proclamación imperial.
Hashem, por el otro lado, dice: "No te ordené leer el Shemá mientras estés parado en una posición formal incómoda. Aunque es una proclama imperial, lo puedes recitar sentado, parado o reclinado en cualquier posición que elijas.
"En forma similar, de todos los animales seleccioné los domesticos toros, ovejas y cabras para el sacrificio, para eximirlos del inconveniente de cazarlos en el campo".

Moshé relata como suplicó a D-s que le permitiera cruzar el Iardén (Jordán)

Moshé continúa reprendiendo a los Bnei Israel. Señaló a la generación que estaba por entrar a la Tierra que sus padres fueron los causantes de su inminente muerte en el desierto y que D-s no lo había perdonado a pesar de sus incansables plegarias.
Moshé siguió su narración: "Cuando pequé en las Aguas de Merivá, D-s prometió: "Por lo tanto, tú y Aharón no conducirán a esta congregación a la Tierra que yo prometí a tus antepasados". A pesar de Su promesa, no dudé que eventualmente podría cambiar ese decreto con mis plegarias".
"Cuántas veces obtuve el perdón por vuestros pecados aun cuando D-s había prometido castigarlos. Mis plegarias influyeron en la suspensión de la pena de muerte después del Pecado del Becerro de Oro, si bien el Todopoderoso había prometido destruir a quien practicara la idolatría. No imploré por el perdón de inmediato, porque era un momento de enojo Divino. En su lugar, esperé el momento propicio, cuando mis tefilot (plegarias) serían aceptadas.

El momento de benevolencia Divina llegó aparentemente cuando vencimos a los gigantes, Sijón y Og. Confiaba que en ese momento obtendría el perdón por mi indiscreción en las Aguas de Merivá, y que D-s no me negaría mi deseo ferviente de pisar la tierra de Eretz Israel. Sino, ¿por qué habría de permitirme conquistar Sijón y Og, cuya acción fue el comienzo de la conquista de Eretz Israel?
El razonamiento de Moshé se esclarece con la siguiente historia:
Después que el príncipe había ofendido a su padre, el rey ordenó el destierro del joven del palacio y juró que jamás permitiría a su hijo regresar.
El príncipe no tomó la promesa de su padre en serio y a pesar de ello intentó regresar. Ingresó al jardín del palacio cautelosamente y se acercó al primer portón. Como los guardias no hacían nada para detenerlo, cruzó el portón y siguió hacia el segundo. Lentamente, cruzó el segundo y para su tranquilidad notó que los guardias mantenían un silencio tolerante. Ahora estaba seguro que el rey lo recibiría. Al caminar valiente y alegremente hacia la puerta más interna, escuchó la voz del rey resonar: "¡Suficiente! ¡Alto! Te dije que nunca vuelvas a entrar al palacio".

En forma similar, Moshé supuso que una vez que D-s le había permitido conquistar el lado oriental del Iardén (Jordán), que era parte del territorio prometido, también le permitiría tomar posesión de Eretz Israel mismo. Sin embargo, D-s informó a Moshé que no podría avanzar más allá de la frontera del Jordán.
Moshé relató: "No exigí mi admisión por derecho por merecer el privilegio. En su lugar, me postré humildemente ante Hashem y le rogué que me favoreciera por Su gran misericordia y benevolencia".
Recé: "Amo del Universo, en Tu gracia prometiste responder las plegarias de todos, hasta de quien no lo merece".
Si un rey humano quiere revocar un edicto, su gabinete puede protestar. Pero Tú tienes poderes para aceptar la teshuvá (arrepentimiento) de un pecador y anular su castigo; ninguna otra autoridad puede entorpecerte a Ti. Entonces, ¿por qué no puedes abolir mi castigo en aras de Tu benevolencia?
Si no me permites ingresar a Eretz Israel, mi misión quedará incompleta. Como me permitiste conquistar las tierras de Sijón y Og, por favor déjame destruir a los treinta y un reyes de Eretz Canaan también. Aun más, Tú me revelaste la Torá; ¿no tendré el privilegio de enseñarla en Eretz Israel?
Por favor, permíteme cruzar el Iardén para que pueda ver la Tierra buena donde el alma alcanza su máxima perfección.
Deseo ver Har Hamoriá (el monte sagrado donde Itzjak fuera atado al altar, el lugar donde en el futuro se asentará el Beit Hamikdash - Templo Sagardo) y rezar allí. Permíteme ver el Beit Hamikdash mismo, la Casa sagrada donde se ofrecerán los sacrificios en redención por los pecados de los seres humanos. (Moshé mencionó la construcción del Beit Hamikdash pues, si hubiera conducido a los Judíos a la Tierra, el Templo final y eterno se habría construido de inmediato).

Moshé- respondió Hashem -te prometí que no conducirías al pueblo del otro lado del Iardén.
Al ver que D-s estaba enojado conmigo, recité los Trece Atributos de la Misericordia que El me había enseñado. Si bien se había apaciguado, El me rechazó diciendo: "No puedo escucharte, pues hice dos juramentos: mueres allí en el desierto o destruyo Klal Israel.
¿Deseas vivir a expensas de la aniquilación del pueblo Judío?
Yo respondí, "Permite que mil Moshes perezcan en lugar de un solo Judío".
Imploré: "No pido ingresar como su lider, sino como un ciudadano común".
D-s respondió: "Un rey no ingresa en calidad de persona privada".
Si no puedo ingresar con vida, al menos permite que mis restos sean enterrados allí; solicité.
Tus restos tampoco cruzarán el Iardén insistió D-s.

Amo del Universo objeté. ¿Tendré menos privilegios que Iosef? Yo fui quien, cuando dejamos Egipto, localice su féretro y me aseguré que sus restos fueran llevados a la Tierra Prometida. ¿No se hará lo mismo por mí?
D-s respondió: "Iosef mereció ser enterrado en su Tierra porque reconoció su origen". Durante su prisión en Egipto, reveló a sus compañeros de celda: "Fui capturado de la Tierra de los Hebreos," aunque sabía que su revelación lo degradaría ante sus ojos. Tú, sin embargo, negaste tu identidad. Cuando escuchaste a las hijas de Itró informar a su padre, "Un egipcio nos rescató en la fuente" no las corregiste de inmediato. Quien no reconoce sus orígenes no será enterrado en esta Tierra.

En efecto, Moshé tenía una razón apremiante para ocultar su identidad Judía - temor por su vida. Si se supiera que era un fugitivo de la corte del Faraón, condenado a morir por haber matado a un egipcio, quizás habría sido capturado y regresado con el Faraón. Sin embargo, D-s criticó a Moshé, un gran tzadik (justo), por permitir que las hijas de Itró tuvieran la impresión, aunque sea temporaria, que era un no-Judío.

Cuando me di cuenta que mis súplicas no tenían efecto, le puse argumentos enérgicos ante el Todopoderoso.
Amo del Universo- argumenté -¿por qué me impides ingresar a Eretz Israel? Porque en las Aguas de Merivá llamé "rebeldes" a los Bnei Israel Tu mismo los llamaste así cuando declaraste: "Que la vara de Aharón sea preservada ante el arca de testimonio como señal contra los rebeldes" (Bamidbar 17:25).
Cuando me di cuenta de la severidad de la promesa de D-s, me investí con bolsas y cenizas, tracé un círculo a mi alrededor y declaré, no me moveré de aquí hasta que el decreto sea abolido.
Mis súplicas movieron cielo y tierra hasta que toda la creación pensó: "El Gran Día del Juicio, en que D-s renueva el mundo, debe haber llegado".
El Todopoderoso proclamó: "Que las puertas celestiales se cierren para que las plegarias de Moshé no asciendan".
Mis tefilot penetraron los siete cielos como una espada. Pronuncié el Shem Hameforash (el nombre de D"s inefable), que aprendí en el Cielo para que mis plegarias fueran aceptadas. Rápido llamó D-s a los ángeles -cierren cada puerta porque las plegarias de Moshé están invadiendo las alturas.
Ofrecí 515 tipos diferentes de tefilot. D-s apareció ante mi junto con Su Gran Corte de Angeles y me dijo: "Deja de rezar. La Gran Corte en el Cielo ha decretado en forma irrevocable que no cruzarás el Iardén. Si continuas rezando, ambos tendremos mala reputación. La gente aseverará: "Moshé debe haber cometido muchos pecados porque sus plegarios no fueron respondidas; y asimismo, D-s es cruel por no aceptar tantas súplicas. Más aun, la aceptación de tus plegarias resultaría perjudicial para la generación del desierto. La gente dirá: "Una de las personas, Moshé, era justo, por ello ingresó a Eretz Israel, los demás no eran buenos por lo tanto murieron en el desierto".
¿Y que ocurrirá si entras a Eretz Israel después que tu hermano Aharón murió en el desierto? La gente pensará: "Aharón no mereció ingresar a Eretz Israel como nosotros porque pecó en el incidente del Becerro de Oro y su pecado no fue perdonado. Por lo tanto, fue castigado con la muerte en el desierto. (En realidad, Aharón murió en el desierto, como Moshé, por haber pecado en las Aguas de Merivá).
Moshé, el decreto que prohibe tu ingreso a la tierra no puede ser revocado. Tú solo cometiste un error leve en las Aguas de Merivá, pero semejante castigo es proporcional a tu sabiduría.
Tu tiempo ha terminado; Iehoshúa ocupará tu lugar.
Debes quedar satisfecho con la gran recompensa que te espera en el Mundo por Venir.
¿Acaso todas mis plegarias fueron en vano?, le pregunté a Hashem.
No contestó el Todopoderoso -verás más de lo que hubieras visto de haber ingresado a Eretz Israel y más que tu sucesor Iehoshúa jamás verá. Asciende al Monte Nevó y te permitiré no solo visualizar los lugares que tu mencionaste, sino todo Eretz Israel,norte, sur, este y oeste. Otorgarás una bendición sobre la Tierra y facilitarás su conquista en el futuro.
No serás tú, sino Iehoshúa quien tomará posesión de la Tierra. Instrúyelo en su tarea de líder, fortalece sus estudios de Torá y fortifícalo con mitzvot.(preceptos)
Permanecimos en el lado oriental del Iardén (Jordán) y acampamos del lado opuesto al lugar en que pecasteis por idolatrar a Peor.
Con estas palabras Moshé sugirió que sería enterrado cerca del lugar donde Bnei Israel había pecado con Peor, a fin de obtener el perdón por ese pecado.

Colocarse Tefilin (filacterias) sobre el brazo y la cabeza

Siguiendo la mitzvá de creer en la unicidad de D-s, la Torá menciona que D-s nos dio señales para recordarnos la relación especial con El.
Una de las "señales" son los tefilín. Están formados por dos cajas negras de cuero, de las cuales una colocada sobre el brazo - contiene un pergamino enrollado y el otro colocado sobre la cabeza contiene cuatro pergaminos, cada uno en su propio cubículo. Las parshiot siguientes deben estar escritas sobre el pergamino individual y sobre los otros cuatro pergaminos (una parshá en cada uno):

1. Kadesh Li Kol Bejor, Shemot 13:1-10 (parshat Bo). La Torá nos ordena colocar este párrafo en nuestros tefilín porque menciona el Exodo que demostró a nuestra nación que D-s es el Creador y Soberano.
2. Vehaiá Ki Ieviajá, Shemot 13:11-16 (al final de parshat Bo). Este párrafo también nos enseña a recordar el Exodo.
3. Shemá Israel, Devarim 6:4-9 (parshat Vaetjanán) que menciona la mitzvá de creer en la unicidad de D-s.
4. Vehaiá Im Shamoa, Devarim 11:13-21 (parshat Ekev). Esta parshá contiene el mandamiento de aceptar todas las mitzvot. Así, los cuatro párrafos expresan los fundamentos de la fe.
Los Tefilín son kasher sólo si la escritura ha sido realizada por un sofer (escriba) calificado como el de un Sefer Torá, de acuerdo con todas las condiciones halájicas (de ley)

Los tefilín fueron dados a los judíos como ornamentos Divinos. Revelan que la Shejiná (Presencia Divina) mora entre nosotros, como dice: "Verán todos los pueblos de la tierra que el Nombre de Hashem es proclamado sobre tí"(Devarim 28:10).
Diariamente, un judío debe envolver las cintas negras de los tefilín primero en su brazo izquierdo y luego sobre su cabeza. Nuestra Tradición Oral nos enseña que las palabras: "entre sus ojos" (6:9) se refiere a la parte media de la frente, encima de nuestra linea de crecimiento del cabello. Quien lo coloque, aunque solo sea una parte de los tefilín debajo de la línea de crecimiento, en la sección inferior de su frente, no ha cumplido con la mitzvá y ha recitado la bendición sobre los tefilín en vano. Los Karaim (una secta que negó la Tradición Oral) acostumbraba colocarse los tefilín literalmente "entre los ojos".

Los tefilín se deberían utilizar durante todo el día. Sin embargo, como no se debe distraer la atención mientras se los usa y se los debe tratar con el debido respeto, los usamos unicamente durante las plegarias. (Sin embargo, hubo tzadikim a través de las generaciones, y, aún hoy en día, que los usaban).
Entre otras condiciones, uno debe tener el cuerpo limpio cuando se pone tefilín, una condición que cumplía perfectamente el tzadik Elishá:

El gobierno romano decretó una vez que cualquier judío que fuera encontrado colocándose los tefilín sería castigado con el aplastamiento de su cráneo.
De todos modos, Elishá, un gran tzadik, los tenía puestos mientras caminaba por la calle, pero fue espiado por un oficial romano quien lo comenzó a perseguir. Elishá corrió, pero cuando se dio cuenta que el romano lo alcanzaba se quitó el tefilín de su cabeza y lo escondió en su mano. Cuando el oficial lo alcanzó le preguntó: "¿Qué tienes en tu mano?" Elishá contestó con tranquilidad: "alas de paloma". (Hizo alusión al hecho que el pueblo judío, comparado con las palomas, es protegido por las mitzvot que cumplen. La paloma, amenazada por el peligro, utiliza sus alas para volar o aletea para espantar a su atacante; en forma similar, las mitzvot escudan al judío del mal).
"Abre tu mano", ordenó el oficial.
Para su asombro, eran realmente alas de palomas y el oficial tuvo que liberar a Elishá, quien, en adelante fue conocido como "Elishá de las alas".

¿Por que Elishá mereció que se le concediera un milagro tan evidente? Fue siempre meticuloso en colocarse los tefilín con el cuerpo limpio. El título "Elishá de las alas" sugiere alas de ángeles, ya que, como un angel, él siempre se conducía con santidad.

Haftará

Yeshayahu 6:1-13, 7:1-6, 9:5-6
YESHAYAHU 40:1-26

El Shabat que viene inmediatamente después de Tisha Be Av se denomina Shabat Nejamu, el Shabat de Consolación. Se llama así por la primera palabra de la Haftará de esta semana: "Consuela, consuela a Mi pueblo dice vuestro D-os" El Profeta le recuerda al pueblo que ha llegado a término la época del Exilio de Jerusalén. El Midrash nos dice que Hashem le pide a Abraham que consuele a Jerusalén, mas sin éxito. Luego les pide a Yitzjak, a Yaakov y a Moshe, con igual resultado. Por fin, el Propio Hashem viene a consolar a la Ciudad Santa

viernes, 24 de julio de 2015

Ayuno del 9 de Av.

A través de los tiempos, muchas desgracias acaecieron al pueblo judío el 9 de Av:
1) En el año 2449 fue decretado sobre la generación del desierto que los mayores de 20 años murieran a la edad de 60 y no entraran en la tierra de Israel por haber creído en los espías y no confiar en Di-s.
2) El primer Templo fue destruido por Nabucodonosor en el año 3338.
3) El segundo Templo fue destruido en el año 3828 por Tito.
4) La ciudad de Betar fue destruida este mismo día en el año 3885;
5) Fue también en un 9 de Av arado el terreno que ocupaba el sagrado Templo.
6) En el año 5252 Federico e Isabel reyes de España firmaron el decreto por el cual que en el día 9 de Av de ese año debían ser expulsados todos los judíos de España, siendo tomados por la Inquisición todos los que se quedasen. Los judíos que escaparon fueron asesinados y capturados en el camino.
7) Fue tambien un 10 de Av (18 de Julio) en el año 1994, aquí en Bs. As. sufrimos el atentado de la A.M.I.A.
En conmemoración por la destrucción de los dos Templos, es que hasta el día de hoy ayunamos y estamos de duelo el 9 de Av . En este día esta prohibido comer y beber, bañarse, mantener relaciones maritales, calzar zapatos de cuero (usamos zapatillas de goma o tela), no nos sentamos en sillas hasta el mediodía y sólo se pueden estudiar temas tristes que acaecieron al pueblo judío. Los Tefilín se colocan en el rezo de la tarde.
Lo más importante de lo dicho es, que realmente sintamos la pérdida del Templo de Jerusalem y deseemos y esperemos la pronta redención del pueblo judío con Mashíaj, quien construirá el Tercer Templo de Jerusalem.
por el Rab. Iosef  Feigelstock

miércoles, 22 de julio de 2015

Parasha de la Semana (Devarim 1:1-3:22)

La conexión entre calma y confianza en Dios

La parashá de esta semana comienza con Moshé criticando al pueblo judío por los varios pecados que cometieron en el desierto. Uno de los primeros pecados que menciona es el de los espías. Moshé recuerda los eventos que condujeron a esta trágica ocurrencia:
"Y ustedes se acercaron a mí y dijeron: ‘Déjanos enviar hombres delante de nosotros para que espíen la Tierra y nos informen el camino por el que debemos ascender y las ciudades a las que debemos llegar’” (1).
Dado que en este contexto todas las palabras de Moshé involucran algo de crítica, la pregunta es, ¿cuál es la crítica que hay en estas palabras en particular? Rashi explica que la forma en que se acercaron a Moshé no fue apropiada.
"Se acercaron a Mí en un irbuvi (enredo desorganizado) (2), los niños empujando por delante de los ancianos y los ancianos empujando por delante de los líderes” (3).
El entendimiento simple es que Moshé estaba criticándolos por una falta de dérej éretz (respeto) y kavod haTorá (respeto por la Torá). Rav Yaakov Kamenetzky escribe que es difícil decir que este era el objetivo principal de la crítica de Moshé. Es claro a partir del relato de los espías que aparece en la parashá Shelaj que su error principal fue una falta de bitajón (confianza en Dios). La falta de bitajón hizo que temieran al poderoso pueblo que habitaba en Israel y que se lamentaran, porque de acuerdo a su percepción, eran incapaces de conquistar la tierra. Consecuentemente, ¿cuál es la conexión entre el hecho que el pueblo se acercó a Moshé de forma inapropiada y la falta de bitajón, que fue la verdadera causa del pecado?
Rav Kamenetzky explica que efectivamente la falta de bitajón fue la causa del pecado de los espías; la falta de dérej éretz que mostraron fue sólo un síntoma de esa carencia. Si hubiesen tenido la confianza suficiente, se hubieran acercado a Moshé con calma y respeto. Sin embargo, como sintieron mucha ansiedad por la idea de entrar a la tierra, actuaron agitadamente y no respetaron el protocolo. Ahora entendemos por qué su falta de bitajón fue la causa de su comportamiento irrespetuoso (4).
Rav Kamenetzky utiliza esta idea para responder una difícil pregunta en la historia de los espías. En la parashá Shelaj el orden de los espías es único en toda la Torá. Por lo general, los espías son enumerados de acuerdo a su edad, pero allí es diferente. Los comentaristas ofrecen varias sugerencias para explicar el cambio de orden (5). Rav Kamenetzky sugiere que en realidad no hay una razón para el orden de los espías en esta instancia; los espías, con la excepción de Yehoshua y Calev, sintieron la misma ansiedad que el pueblo, por lo que ellos también estaban en un estado de pánico ante la idea de entrar a Israel. El pánico genera una falta de orden y consecuentemente es apropiado que los espías sean mencionados sin un orden específico como un reflejo de su actitud agitada.
Aprendemos del principio de Rav Kamenetzky que cuando una persona actúa de forma agitada o apresurada, hay una gran posibilidad de que su comportamiento emane de una falta de confianza en Dios. Una persona que confía en Dios no sentirá pánico cuando deba hacer algo, y tampoco tendrá un sentimiento de impaciencia cuando los eventos no ocurran con la velocidad que quisiera. En lugar de eso, reconocerá que Dios lo está guiando constantemente y que todas las pruebas que encuentre en el camino son la forma de Dios de darle oportunidades para crecer. Sin embargo, cuando una persona no tiene la seguridad que provee elbitajón, no siente calma (menujá) y puede sentir ansiedad y deseos de apresurar los eventos.
La primera lección que podemos aprender a partir de esta idea es que, debemos tomar conciencia sobre las situaciones en las que tenemos una tendencia a ser impacientes o ansiosos. Cuando sabemos que estamos en ese estado, deberíamos esforzarnos para evitar toda acción de la que luego podríamos arrepentirnos, y además deberíamos dar un paso atrás y analizar muy bien la situación presente.
Luego de esto deberíamos entender que ese tipo de comportamiento probablemente emana de una falta de bitajón y deberíamos tratar de internalizar lo que sabemos intelectualmente que es verdad: que Dios está con nosotros y que no hay necesidad de preocuparnos.

Espero que todos ameritemos desarrollar el bitajón que nos permitirá vivir con menujá.



Moshé Recuerda la Experiencia en el Desierto

El hijo estaba mortalmente enfermo. Su padre, el rey, lo llevó en el carruaje real donde su doctor privado que vivía en una tierra lejana. “Debemos llevarlo al doctor antes de que muera en nuestros brazos”, exclamó el rey. Cuando el carruaje ya no servía, continuaron a pie. Luego cargó a su hijo en sus hombros hasta que llegaron a un lugar para descansar. El padre atendió cada necesidad de su hijo enfermo a lo largo del camino. Trepó a los árboles más altos para traerle fruta fresca y sacó agua de cada pozo que se toparon.

Finalmente llegaron a su destino. El doctor prescribió una medicina y mucho reposo. El rey cuidó de su hijo para que se recuperara por varias semanas. Finalmente estuvieron listos para emprender el largo camino de vuelta a casa. Mientras viajaban, esta vez a caballo, el rey iba señalando a su hijo todas las experiencias pasadas que compartieron. “Aquí estaba nuestro campamento, puedes ver el lugar donde hicimos la fogata. Aquí tuviste una fiebre alta y tuviste que descansar. Aquí puedes incluso ver nuestras huellas”.
El hijo estaba muy interesado en las señales del viaje que vagamente recordaba. Estaba muy agradecido por el amor que su padre le había mostrado. Sin embargo, al examinar las huellas, parecía haber algo incorrecto.
“¡Padre!”, exclamó, “Hasta este punto veo las huellas de nosotros dos, pero de ahí en adelante, sólo veo las tuyas. ¿Por qué me abandonaste cuando estaba enfermo?”.
Su padre, el rey, con lágrimas corriendo por su rostro, le explicó a su hijo: “¡Eso fue cuando no podías caminar y te cargué sobre mis hombros!”.
Esa es la analogía del Libro de Deuteronomio. Moshé está recordando los 40 años en el desierto y está mostrándole al pueblo el gran amor de Dios hacia ellos – a pesar del hecho que frecuentemente se quejaron y fueron tercos.
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El Libro de Deuteronomio
El último libro de la Torá es especial en muchos sentidos. Está escrito mayoritariamente en segunda persona, siendo Moshé el que le habla al pueblo. De hecho, los sabios mismos llaman a Deuteronomio “¡las palabras de Moshé!”.
Pregunta: ¿Acaso no creemos que Dios le dictó toda la Torá a Moshé palabra por palabra? ¿Acaso no dicen los sabios que alguien que afirma que Moshé escribió una palabra, o incluso una letra por sí mismo, niega la Divinidad de la Torá?
Respuesta: El Malbim explica que el Libro de Deuteronomio consiste principalmente de las lecciones y amonestaciones que Moshé dio al pueblo, tal como lo afirma claramente el primer verso: “Estas son las palabras de Moshé al pueblo”. Sí, estas eran palabras de un santo profeta pero eso no las hacía palabras de “Torá” para todas las generaciones. Dios le ordenó a Moshé que repitiera sus palabras una vez más antes de su muerte y que las escribiera exactamente como Dios las dictó. Ahora que habían sido dictadas por Dios, se convirtieron en parte de la eterna “Torá”, ¡la palabra de Dios!
El Libro de Deuteronomio tiene tres partes:
  1. El primer segmento es una lección histórica. Moshé recuerda los eventos del pasado, haciendo aclaraciones para el beneficio de las nuevas generaciones que no los vivieron.
  1. El fin del proceso de entrega de la ley. Moshé terminó de transmitir las 613 mitzvot que recibió en el Sinai, haciendo hincapié en aquellas que aplican específicamente a aquellos que entran a la Tierra de Israel.
  1. La despedida final de Moshé antes de morir, ordenando al pueblo cumplir con la Torá, poniendo al cielo y a la tierra como “testigos” y advirtiendo las consecuencias nacionales de olvidar la Torá de Dios.
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Lección de Historia
Todos entienden la importancia de las matemáticas, el inglés y las ciencias. Es sólo en relación al estudio de la historia que la gente pregunta, “¿Por qué es importante aprender esto?”. ¿Qué diferencia me hace saber que haya habido un emperador en China 500 años atrás que tenía una gran panza, 20 esposas y que se llamaba Choo Chung Ching? La respuesta clásica es: “¡La historia se repite! ¡Aquellos que no aprenden del pasado están destinados a repetir los mismos errores una y otra vez!”. Para poder entender los acontecimientos actuales, uno debe conocer el contexto histórico.
La historia judía es, por supuesto, una historia diferente.
La historia del pueblo judío es la historia de la relación con Dios. Literalmente desafía todas las explicaciones naturales. (Algunos historiadores se hicieron antisemitas después de determinar que cada patrón en la historia era arruinado por los judíos.) Imagínate a un extra-terrestre llegando al planeta tierra y haciendo un estudio de la historia humana, excluyendo a los judíos. Formularía principios que reflejarían ciertos patrones. Tales como el nacimiento y caída de las civilizaciones romana, griega, persa, la caída del Comunismo Ruso, etc. Al examinar a los judíos, ¿qué encontraría? ¡Rompen cada una de las reglas! Con cualquier principio de “causa y efecto” habríamos desaparecido hace mucho tiempo.
Cuando Luis XIV exigió una prueba clara de Dios, la respuesta del gran filósofo Blaise Pascal fue: “Los judíos, su Alteza. ¡Los judíos!”.
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La Reprimenda de Moshé
Los versos iniciales de nuestra parashá nos dicen que Moshé le habló al pueblo en el otro lado del Jordán, en el desierto, en las llanuras, en frente de Suf, entre Paran y Tofel y Dizahav (Deuteronomio 1:2).
Pregunta: ¿Por qué es necesario informarnos de la ubicación exacta del discurso de Moshé, incluyendo latitud y longitud?
Respuesta: Dado que este es nuestro encuentro final con Moshé (todo el libro de Deuteronomio fue justo antes de su muerte) y el lugar de su tumba es desconocido, la Torá nos dice su ubicación exacta, para que si encontramos el lugar éste sea un recordatorio de nuestro gran maestro y líder. (Rabino S.R. Hirsch)
Rashi, el comentarista clásico, sin embargo, señala que estos lugares no se mencionan en ningún otro lugar. Concluye que esos no son nombres reales, sino palabras que nos sugieren simbólicamente los variados errores que el pueblo cometió durante los 40 años, desde el Becerro de Oro hasta el pecado de los espías y las continuas quejas.
El mejor momento para dar reprimenda a los propios hijos o seguidores es en el lecho de muerte. Ese es el momento en el que la gente es más receptiva a escuchar una reprimenda y en el que tiene menor probabilidad de resentirse. Así hicieron también Yaakov, Yehoshua, Shmuel y David.
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Como las Estrellas
Moshé comparó al pueblo judío con las estrellas, a pesar de que no eran tan numerosos en ese momento. Los judíos también se comparan con la arena, que al igual que las estrellas, es demasiado numerosa como para ser contada. La diferencia entre ellas es que la arena es pisoteada y todos caminan sobre ella. Este es un simbolismo del exilio judío cuando los tiempos son difíciles. El lado positivo es que los granos de arena se pegan unos a otros y son capaces de contener las poderosas olas del mar.
Por otra parte, las estrellas están en el cielo. Ellas simbolizan cuando los judíos están arriba y las cosas están bien. El lado negativo es que las estrellas están a años luz unas de otras; cuando las cosas están bien, nosotros los judíos frecuentemente peleamos entre nosotros.
Cuenta la historia que cuando rescataron a Mendel de la isla desierta después de 10 años de soledad, él dio un tour guiado de su isla. “Aquí es donde almaceno mi comida, y este es mi lugar para comer. Este es mi establo y mi dormitorio. Y estas son mis dos sinagogas”.
Inmediatamente los rescatadores preguntaron, “¿Por qué necesita un judío de dos sinagogas?”.
Contestó Mendel, “Muy simple. Esta es la sinagoga en la que rezo diariamente y esta es en la que no rezo – y francamente ¡no entraría ni muerto!”.
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El Primer Sanedrín
Moshé relata cómo designó al primer Sanedrín (corte suprema) con gran alegría de la nación. Los comentaristas explican que Moshé estaba sugiriendo que la alegría de ellos no fue sincera. En vez, ellos estaban felices por el hecho que ahora podrían ir donde un juez, podrían hacerse amigos de él, y eventualmente él podría aceptar un soborno para juzgar a favor de ellos. Esto era mucho mejor que la vieja escuela incorruptible de Moshé.
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El Pecado de los Espías
Moshé enfatizó el rol del pueblo en este colosal error. El pueblo exigió originalmente a los espías, se negaron a escuchar las apelaciones de Moshé y finalmente se rehusaron a entrar a la tierra. Se quejaron en sus tiendas sobre lo mucho que Dios los odiaba, entonces la respuesta de Dios fue: “Ellos lloraron sin motivo, ahora les voy a dar una buena razón para llorar”.
Esta noche se convirtió en una noche de dolor y sufrimiento para todas las generaciones. Sin embargo, este fue también el secreto de la supervivencia del pueblo judío. Como sufrimos tanto, constantemente nos arrepentimos y nunca alcanzamos los niveles de decadencia de las otras naciones que llevan típicamente al deterioro de la sociedad.
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Todo es Tu Culpa
Finalmente, Moshé culpa al pueblo por el enojo de Dios hacia él, el cual se tradujo en que Moshé no podría entrar a la Tierra de Israel.
Pregunta: ¿Acaso no es eso “pasar la pelota” y no reconocer su propia culpa?
Respuesta: Moshé no estaba negando su error; él solamente estaba enumerando los resultados del pecado que cometió el pueblo con los espías. Si ellos no hubieran pecado, Moshé habría entrado a la tierra y los “días del Mesías” habrían llegado. El Sagrado Templo habría sido construido por Moshé y nunca hubiera sido destruido. Como resultado de los 40 años de deambular por el desierto, todo el curso de la historia judía cambió.
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Sijón y Og
Estos dos reyes gigantes recolectaron un “dinero de protección” de todos los canaanitas con el fin de cuidarlos de los israelitas. Moshé tuvo la jutzpá de pedir que los dejaran pasar “gratuitamente” a través de sus tierras. En vez de permanecer dentro de la ciudad de Jeshbón que estaba tremendamente fortificada (los rabinos dicen que habría sido difícil de conquistar incluso si hubiera estado llena de mosquitos), Dios hizo que los canaanitas se sintieran seguros de sí mismos y salieran fuera de la ciudad para pelear contra los judíos. Ellos perdieron la batalla y los judíos pudieron entrar a la ciudad sin enfrentar ningún desafío.
Dios le dijo a Moshé (en Números 21:34 y en Deuteronomio 3:2) que no debía temer a Og.
Pregunta: ¿Por qué tenía Moshé que temer a Og más que a Sijón, o que a cualquier otro rey?
Respuesta: Og tenía un mérito especial. La Torá (Génesis 14:13) nos cuenta que después de la primera guerra registrada en la historia – la batalla de los 4 reyes contra 5, la verdadera Primera Guerra Mundial - el “sobreviviente” fue a informar a Abraham que su sobrino Lot había sido capturado. Los sabios dicen que el “sobreviviente” no era otro más que Og, que no solamente sobrevivió la guerra, sino que era ya conocido como el sobreviviente porque había sobrevivido al diluvio de Noaj agarrándose de la parte externa del arca. El hecho de que Og le hiciera un favor a Abraham era un mérito para él – a pesar de que los rabinos dicen que lo hizo con segundas intenciones, ¡pensando que Abraham iba a morir en la batalla y así Og iba a poder casarse con Sara! Ahora Dios le asegura a Moshé que este mérito ya se le había pagado hacía mucho tiempo.
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La Muerte de Og
El Midrash describe la muerte del gigante Og. Él acostumbraba llamar a las personas, “hormigas” en forma despectiva, por lo que las hormigas no lo querían. Cuando se encontró por primera vez con el campamento judío, él tomó una montaña del tamaño del campamento, la levantó sobre su cabeza para lanzarla sobre ellos. Sin embargo, las hormigas cavaron agujeros en la montaña rápidamente hasta que la hicieron caer sobre su propia cabeza. ¡Los esfuerzos por remover la montaña de su cabeza fueron frustrados por la aparición de dos “Colmillos de Drácula” que crecieron repentinamente de su boca y mantuvieron firme a la montaña!
Luego entró Moshé en escena. El Midrash dice que Moshé medía 10 cubitos de altura (alrededor de 6 metros), tomó una espada de 10 cubitos de largo y saltó 10 cubitos en el aire – para llegar solamente a los tobillos de Og. ¡Sin embargo, Moshé le propinó un golpe y él cayó muerto, para ser comido por las pobres hormigas!
En caso de que dudáramos sobre la existencia de un hombre tan gigante, la Torá testifica (Deuteronomio 3:11) que la cama de Og se mantenía en exhibición. ¡Su cama de hierro medía 9 por 4 cubitos, ¡medidos con la palma de la mano del gigante Og! En el momento en que la Torá fue entregada, el pueblo pudo ver con sus propios ojos que alguien con esas medidas realmente vivió.
Extraído de Aishlatino.com

lunes, 13 de julio de 2015

Video Parasha Matot / Masei.

Parasha Matot
Parasha Masei
Shavei Israel

Parashá de la semana / Matot-Masei Números 30:2-36:13

Resumen de la Parashá Matot / Maséi.


Resumen de la Parashá Matot.


VolverToda promesa hecha a D-s creaba una obligación, ora positiva, (por ejemplo, una contribución voluntaria al Mishcán - tabernáculo), ora negativa (abstenerse de ciertas actividades). Sin embargo, esta regla general era restringida en los casos de una promesa hecha por una mujer bajo la jurisdicción del padre o el esposo. Así, una mujer joven y soltera que vivía en la casa del padre, o una mujer que estaba a punto de casarse o que ya lo había hecho, no estaba obligada a cumplir su promesa si el padre o el esposo (según fuera el caso), la desaprobaba. Esta desaprobación debía ser expresada el mismo día en que se había enterado de la promesa, o de otro modo cargaría con la culpa por su incumplimiento. Las promesas de una viuda o divorciada creaban una obligación.


El ataque a los midianitas fue llevado a cabo por doce mil guerreros israelitas, mil por cada tribu. Iban acompañados por Pinjás, quien llevó consigo las vasijas sagradas y las trompetas para llamar a la batalla. Durante la guerra fue matado todo midianita varón, incluso los cinco reyes de Midián y Bilam Ben Beor. Los vencedores tomaron a las mujeres, los niños, el ganado y otras posesiones de los midianitas como botín. Sin embargo, Moshé los amonestó por haber dejado con vida a las mujeres, que habían sido la causa de la plaga sobre los b´nei Israel. Los soldados, habiéndose tornado impuros por su contacto con los muertos, recibieron orden de permanecer fuera del campamento durante siete días a fin de someterse a la ceremonia de purificación. Todas sus vestimentas y utensilios fueron limpiados de acuerdo con las reglas establecidas por Elazar, el Cohén Gadol (sumo sacerdote), que las había aprendido de Moshé. El botín fue dividido luego en partes iguales entre los que habían ido a la guerra, por un lado, y los restantes por el otro. Los soldados aportaron un quigentésimo de su botín para los cohanim, mientras que los no combatientes dieron un guincuagésimo de su parte a los leviím. Los guerreros que regresaban, agradecidos por no haber caído en la batalla, hicieron una ofrenda voluntaria al Mishcán, consistente en ornamentos de oro de los cuales se habían apoderado.


Las tribus de Reuvén y Gad poseían grandes rebaños de ganado y pidieron permiso para establecerse en la tierra de pasturas de Guilad, al este del Jordán. Al principio Moshé desaprobó este plan. El temía que si estas dos tribus quedaban atrás durante la conquista de Canaán, las otras tribus podrían desanimarse. Sin embargo, cuando los reuvenitas y gaditas explicaron que tenían la intención de cruzar el Jordán y luchar junto con sus compañeros judios mientras sus familias permanecían en Guilad, Moshé cambió de opinión y encargó a Iehoshúa que se asegurara de que esa promesa fuera cumplida. De otro modo, estas tribus perderían el derecho a todo reclamo sobre su asentamiento en Guilad.


Resumen de la Parashá Maséi


Moshé registró el itinerario de los b´nei Israel a través del desierto desde el momento en que abandonaron Egipto hasta su llegada a las llanuras de Moav. En total, los israelitas habían acampado en cuarenta y dos lugares distintos durante sus cuarenta años de deambular.


Después de haber expulsado a los habitantes de Canaán, el pueblo recibió la orden de destruir todo vestigio de idolatría en ese territorio. La tierra sería distribuida por lotes den proporción a la cantidad de miembros de cada tribu. Fueron designados diez dirigentes, uno para cada una de las tribus respectivas. A ellos, juntamente con Iehoshúa y Elazar, el Cohén Gadol, se les confió la adjudicación equitativa de la tierra. Los leviím no recibieron ningún territorio. En lugar de ello se les otorgaron cuarenta y ocho ciudades a ambos lados del Jordán.


Seis de ellas, tres a cada lado de este río, fueron instituídas como arei miklat ("ciudades de refugio"), además de las otras cuarenta y dos menores. Ellas servirían de asilo para cualquier persona que hubiera matado a otra accidentalmente, permitiéndole escapar a la acción vengadora de los parientes del muerto. Luego de un asesinato accidental, el que lo hubiera perpetrado podía huir a esas ciudades de refugio, donde sería llevado ante un tribunal. Si los jueces decidían que se trataba de un caso de asesinato intencional, la persona sería entregada al vengador de la víctima (un pariente cercano). Por otra parte, cualquiera que cometiese un asesinato premeditado sería ejecutado. Asimismo, si el crimen no había sido premeditado y no tenía intención maligna, el que lo hubiera perpetrado tendría que permanecer en la ciudad de refugio hasta la muerte del Cohén Gadol. Incluso un asesinato intencional no podía ser condenado a muerte amenos que hubiera dos testigos que incriminaran al asesino. La sentencia de muerte por asesinato premeditado no podía ser conmutada por medio del pago de dinero, ni tampoco podía el asesino por accidente librarse del exilio en la ciudad de refugio con ese subterfugio.


Los dirigentes de la familia de Guilad, de la tribu de Menashé, plantearon el problema de la tierra heredada por hijas, tales como las de Tz´lofjad. Si estas hijas se casaban con miembros de otras tribus, sus propiedades se perderían para su tribu original y pasarían a las nuevas. Esto conduciría a la reducción de las posesiones de la tribu a la que perteneciesen las mujeres. El problema fue resuelto con la decisión de que en tales casos, la heredera debían casarse con un miembro de la tribu de su padre. Esto es lo que ocurrió, de hecho, en el caso de las hijas de Tz´lofjad, que se casaron con sus propios primos, pero esta norma se aplica solamente a aquella generación.


(Extraído del libro "Lilmod ULelamed" de Edit. Yehuda




Estudiando algunos Midrashim




Leyes Concernientes al Cumplimiento y Anulación de Votos

La última parashá finalizó con las leyes de los sacrificios de Iom Tov (festividad judía), y ésta comienza con las leyes de promesas. La yuxtaposición enseña que todo el que hace una promesa de ofrecer un sacrificio está obligado a cumplir su promesa en el Iom Tov venidero, cuando visita el Beit Hamikdash.

Uno nunca debería pronunciar precipitadamente un juramento o promesa. Quien atolondradamente lo hace y luego, más tarde, deja de cumplirlo es asemejado a un hombre que toma una espada para apuñalarse; él está destinado a dañarse.

Hay tres situaciones cuando es recomendable para un judío temeroso de Di-s hacer una promesa, siempre que él esté completamente consciente de su compromiso:
1. Si alguien ha adquirido hábitos pecaminosos y desea hacer teshuvá (arrepentimiento), puede prometer para fortalecer su resolución. Por ejemplo, si era un glotón, puede hacer una promesa para abstenerse de carne por un período de tiempo; si era un bebedor, para abstenerse de alcohol; si él era codicioso, para rehusar regalos, y así sucesivamente.
2. Si una mitzvá (mandamiento) se le presenta a alguien, él puede declarar bajo juramento cumplirla para no perder la oportunidad. 
3. Hay una tradición de nuestro antepasado Iaacov de hacer una promesa en tiempos de aflicción.

Huyendo de su hermano Esav, Iaacov hizo una promesa de entregar a Di-s un décimo de todas sus ganancias si El lo retornaba a salvo y proveía sus necesidades. No obstante, aún el gran tzadik (justo) Iaacov sufrió infortunios porque él demoró el cumplimiento de su promesa.

Quien promete con relación a materias triviales transgrede grandemente y causa un jilul Hashem.(Profanación del nombre de D"s.)

Un hombre llamado Shimón ben Antipater era famoso por su hospitalidad. No obstante, un rumor extraño alcanzó los oídos de los Sabios. Se decía que cuando él invitaba huéspedes los servía bien, los acompañaba parte del camino, pero antes de volverse de regreso él les daba una severa golpiza.
Cuando a Rabí Iajanán ben Zakai se le informó esto, él convocó a Rabí Iehoshúa y le ordenó visitar la casa del hombre para investigar el tema.
Rabí Iehoshúa arribó al hogar de Rabí Shimón y fue cordialmente bienvenido. El y el señor de la casa se sentaron a estudiar Torá hasta la noche y les fue servidas una buena cena. A la mañana siguiente Shimón le dijo, "Vayamos a la casa de baños." Cuando ellos retornaron, les fue servida otra satisfactoria comida. Agradeciendo a su anfitrión, el Sabio dijo, "Yo debo partir ahora. ¿Quién me acompañará?"
"Yo mismo," replicó el señor de la casa. 
Rabí Iehoshúa, caminando delante de su anfitrión, anticipaba nerviosamente la golpiza que podía venir en cualquier momento. 
El tiempo de despedirse llegó sin incidente, y el anfitrión se aprestó a retornar a su casa.
Rabí Iehoshúa lo volvió a llamar y dijo, "Por favor permitídme hacéros una pregunta. ¿Por qué vos usualmente azotáis a vuestros huéspedes, mas a mí no me pegásteis?"
Replicó Shimón, "Vos sóis un talmid jajam (estudioso), y os condujísteis vos mismo noblemente en mi hogar. Los otros huéspedes usualmente hacen todo tipo de juramentos. Ellos juran no comer o beber o hacer ciertas cosas, y luego hacen caso omiso de sus promesas. Yo he oído que quien toma un juramento y lo profana merece el castigo de cuarenta azotes."
"Ellos ciertamente los merecen," concordó Rabí Iehoshúa. "Cuarenta de vos, cuarenta de mí, y otros cuarenta de los Sabios que me enviaron para investigar este tema."

Aún una persona que jura confiablemente y cumple su juramento es castigada si tiene el hábito de jurar innecesariamente.

El Rey Ianai rigió sobre dos mil aldeas y Di-s destruyó a todas ellas. ¿Por qué?
Los habitantes estaban acostumbrados a decir, "Yo juro que iré a este lugar; que comeré ese alimento," y similar. A pesar de que ellos cumplirían sus juramentos, Di-s los castigó porque uno no debería tomar un juramento innecesariamente.

Un juramento o promesa es obligatorio cuando es tomado por un muchacho desde la edad de trece años y una muchacha desde la edad de doce, (o por un muchacho de doce y una muchacha de once si ellos entienden su significado).

Dado que Hashem entiende perfectamente la naturaleza humana y conoce que una persona puede lamentar más tarde su promesa obligatoria, El nos dio modos para anularlo.

Invalidación de Promesas:
Si alguien toma un juramento o un voto y luego se da cuenta que es demasiado difícil para él cumplir, puede ir a un talmid jajam que es un experto en las halajot (leyes), o a tres legos. Ellos pueden absolverlo sobre la base de su declaración de que al tiempo de tomar la promesa él no era completamente consciente de todas sus implicancias. Si él hubiera comprendido todas las dificultades de mantenerla, no habría actuado así. Así, la promesa fue un error de su parte. 
El explica los detalles de su promesa al juez (o jueces), quien determina si las circunstancias le permiten conceder una absolución. Si él descubre un punto de arrepentimiento del cual la persona que tomó el juramento no era consciente en el momento, puede absolverla.
"¿Hubiérais hecho vuestra promesa si supiérais que más tarde lo lamentaríais?" le pregunta el juez.
"No," replica la persona que tomó el juramento.
Estáis liberado de él," sentencia el juez.

El hecho de que las promesas pueden ser invalidadas no debería inducir a una persona a tomarlos ligeramente. El Sanhedrín en el tiempo del Rey Tzidkiahu fue condenado a muerte por anular una promesa.

El emperador babilónico Nabucodonosor trató a su vasallo, el rey judío Tzidkiahu, respetuosamente. Cuando Tzidkiahu llegó a Babel para afirmar su alianza con el emperador, Nabucodonosor le concedió libre acceso a su palacio. El designó a Tzidkiahu soberano sobre los reinos de Edom, Moab, Amón, Tzor, y Tzidón.
Tzidkiahu entró una vez al comedor privado de Nabucodonosor sin ser anunciado y lo encontró arrancando los miembros de una liebre viva para comerlos.
Comer los miembros de un animal vivo está prohibido por la ley de Noaj aún para un no-judío. Más aún, Nabucodonosor no deseaba que se publicitara que él estaba entregado a hábitos crueles.
Avergonzado, Nabucodonosor ordenó a Tzidkiahu, "¡Jurad que vos no revelaréis nunca lo que habéis presenciado!"
"Yo juro," replicó Tzidkiahu. Más tarde, no obstante, él lamentó su juramento de no revelar la conducta vergonzosa del emperador y solicitó al Gran Sanhedrín anular su juramento. Su anulación probó ser fatal para ellos.
Una vez cuando los cinco reyes gobernados por Tzidkiahu estaban conversando, ellos ridiculizaron a Nabucodonosor. "Vos deberíais ser emperador antes que él," adularon a Tzidkiahu. "Sóis un descendiente de la dinastía real de David, y vuestra conducta es más noble que la de él."
"Vosotros podéis estar seguros de que él es un hombre cruel," concordó prontamente Tzidkiahu. "Una vez, al entrar a su comedor, lo sorprendí devorando a un conejo vivo."
Los cinco reyes despacharon inmediatamente un mensajero a Babel para informar a Nabucodonosor, "El judío a quien vos concedéis libre acceso a vuestro palacio alega que él os observó comer un animal vivo."
Nabucodonosor consideró la ofensa de Tzidkiahu traición, pero estaba inseguro de si castigar a Tzidkiahu solo o al pueblo judío entero.
Nabucodonosor viajó a la ciudad de Dafne cerca de Antioquía y ordenó a Tzidkiahu y los miembros del Sanhedrín presentarse ante él.
Nabucodonosor dio a los Sabios Judíos sillas de honor.
"Sentáos," ordenó él, "y exponed vuestra Torá a mí." 
Los Sabios tradujeron para él una parshá tras otra. Cuando ellos llegaron al tema de promesas en parshát Matot, el emperador inquirió, "Si alguien desea anular una promesa, ¿puede hacer así?"
"El puede ir a un Sabio," replicaron ellos, "quien tiene la autoridad para anular su promesa."
"¡Ahora yo sé cómo Tzidkiahu me traicionó!" los acusó el emperador. "¡El vino a vosotros y vosotros anulásteis su juramento!"
En gran temor de ser puestos a muerte o cruelmente torturados por el emperador, los Sabios apelaron al Todopoderoso para evocar los grandes méritos de sus antepasados y asistirlos. Pero Hashem no aceptó sus oraciones.
Nabucodonosor ordenó que cada miembro del Sanhedrín fuera atado por su cabello a la cola de un caballo y fuera arrastrado desde Ierushalaim a Lud.
Este trágico evento fue uno de los muchos que presagiaron la destrucción de Ierushalaim y el Beit Hamikdash.

Anulación de Promesas
Algunas promesas tomadas por una muchacha pueden ser anuladas por su padre, y algunas de las promesas de una mujer casada pueden ser anuladas por su marido.
Un padre tiene el derecho de anular una promesa por el cual su hija de menos de 12 años y medio de edad se aflige a sí misma. Un marido está facultado para anular toda promesa que afecta la relación entre su esposa y él mismo o por la cual la esposa se aflige a sí misma.
El padre o marido puede anular la promesa de una hija /o esposa sólo si él declara su desacuerdo en el preciso día que él escucha la promesa. Si deja pasar el día sin cancelar la promesa, pierde el derecho de hacer así más tarde.

¿Por qué fue Moshé descripto como "ish ha"Elokim (Devarím 33:1)? 

Moshé estaba singularmente privilegiado para anular promesas tomadas por el Todopoderoso lo mismo que un ish / marido.
Después del Pecado del Becerro de Oro, Hashem amenazó, "Yo juro que quienquiera adore a otros poderes que a Mí será destruido."
Moshé, el experto abogado defensor para Kelal Israel, imploró, "¿No me enseñaste Tú a mí en Har Sinai las leyes de anular promesas? Un maestro que desea que otros obedezcan sus reglas debe él mismo actuar de acuerdo con ellas. Cuando los judíos adoraron al Becerro de Oro, ellos asumieron que sus acciones estaban permitidas. ¿No deberías Tú entonces anular Tu promesa?"
Envolviéndose en su talit, Moshé se sentó en el rol del talmid jajam que anula promesas, y el Todopoderoso, se paró y solicitó de Moshé que lo absolviera de Su juramento.

Este Midrash pone de relieve:

1. La gran bondad de Hashem hacia el pueblo judío. Por consideración a Su pueblo, El consideró su promesa como sí fuera anulada.

2. El poder de los tzadikím- Sus tefilot (plegarias) convierten duros decretos en misericordiosos, influenciando el curso de la historia.