viernes, 28 de abril de 2017

Parashá De La Semana, Metzorá (Vaikrá 12:1-15:33) 28

Parashá Tzaria / Metzorá

Entendiendo el tzaráat en las casas

La Parashá Metzorá describe las diferentes formas de la aflicción de tzaráat (1). Después de completar la discusión sobre el tzaráat en el cuerpo, la Torá se refiere al tzaráat que puede aparecer en los hogares de las personas y describe el doloroso proceso de purificación. Este proceso incluye la remoción de todas las posesiones del hogar para evitar que se impurifiquen y cortar todas las piedras afectadas de la casa.
Las fuentes rabínicas ofrecen dos explicaciones aparentemente contradictorias sobre por qué por qué podría aparecer tzaráat en una casa. Rashi cita un Midrash que dice que en realidad era algo muy beneficioso para los dueños de los hogares que tenían tzaráat: Los emoritas, que vivieron anteriormente en Kenaán, ocultaron sus objetos de valor en las paredes de sus hogares, para que el pueblo judío no se beneficiara de ellos. Dentro del curso normal de los acontecimientos, hubiera sido imposible que los judíos encontraran esos tesoros. Entonces, Dios puso la aflicción de tzaráat en la parte del muro donde estaba el tesoro, para que las piedras que lo ocultaban fueran removidas y revelaran la fortuna (2). Esta explicación implica que tzaráat en los hogares no era un castigo por una mala acción, sino una forma de darle grandes riquezas a las personas.
Por el otro lado, la Guemará en Arajín declara que el tzaráat en los hogares era una forma de castigo por el pecado de tzaráat áin (avaricia) (3). La Guemará en Yomá da un ejemplo de tal comportamiento, sobre una persona que no quería prestarle sus posesiones a los demás y por lo tanto cuando alguien le pedía algo negaba tenerlo. Como castigo, su hogar fue afectado por tzaráat y debió sacar todas sus pertenencias afuera. Así, todo el mundo vio que en realidad sí poseía esos objetos (4). Estas guemarot indican claramente que tzaráat en las casas era consecuencia de pecados. ¿Cómo resolvemos la contradicción entre esos maamarei Jazal (dichos de los Sabios)? De acuerdo a la fuente citada por Rashi, si merecían la recompensa del tesoro, ¿por qué tenía la recompensa que ser acompañada por el sufrimiento ocasionado por tener tzaráat en el hogar? Y de acuerdo a las guemarot, si merecían ser castigados, ¿por qué se beneficiarían con los tesoros ocultos en sus muros?
Rav Moshé Feinstein responde que debe ser que la persona cuyo hogar es afectado por tzaráat, merece tanto el castigo como el beneficio resultante de la aflicción. Si nunca hubiera pecado, entonces Dios le hubiese dado el dinero que merecía de otra forma más placentera. Y si no merecía encontrar el tesoro oculto de los emoritas, entonces el tzaráat de su hogar no le permitiría encontrarlo. Así, la persona cuyo hogar era afectado por tzaráat y luego encontraba el tesoro oculto debía ver ambos aspectos de la Providencia Divina. Por un lado disfrutar la bondad de Hashem, que le dio nuevas riquezas. Pero al mismo tiempo debe intentar arrepentirse y no permitir que las buenas noticias lo distraigan (5).
Es posible agregar que la naturaleza de la recompensa también está conectada con el pecado que la persona cometió. Fue culpable de ser demasiado avaro, recurriendo a tácticas deshonestas para proteger su riqueza. Su error fue entender la adquisición de propiedad con una actitud de dérej hateva, es decir, seguir las leyes normales de la naturaleza y el sentido común que dictan que dar caridad o prestar las posesiones le causarán una disminución de su riqueza. Creyó que ser avaro protegería su riqueza, y consecuentemente es castigado con una pérdida financiera por el daño de su hogar y con la vergüenza de quedar expuesto como una persona deshonesta que evita prestar sus posesiones.
Y quizás la recompensa de encontrar el tesoro oculto también le enseñe una lección respecto a su actitud equivocada. Creyó que debía recurrir a tácticas sucias para obtener riqueza, pero la Torá le dice que Dios, con Su poder infinito, puede proveerle riqueza a alguien de muchas maneras diferentes (6). Así, este hombre encuentra dinero en el lugar más insólito: ¡dentro de los muros de su propio hogar! Tal como lo beneficia, debería enseñarle que no debe invertir demasiada energía en la adquisición de riqueza, sino que debe que Dios puede brindarle todo lo que necesita.
Aprendemos de esto dos enseñanzas muy importantes. Primero, en una aplicación general, vemos que la Providencia Divina puede funcionar de manera que Dios, en Su infinita sabiduría, puede recompensar y castigar a alguien al mismo tiempo. El sentido de castigo de la Torá no significa simplemente causar dolor sin razón alguna, sino que los “castigos” Divinos son la forma en que Dios se comunica con nosotros y nos dice que deberíamos cambiar nuestra forma de actuar en áreas específicas. Entonces, incluso cuando ocurre la buena noticia, es sabio analizar si hay en ella aspectos negativos para discernir si dentro de la recompensa hay algún mensaje adicional, como fue el caso con el tzaráat en los hogares.
Un segundo y más específico mensaje se relaciona con nuestra actitud al adquirir posesiones y dinero. El tzaráat en las casas nos enseña que demasiado esfuerzo en el ámbito material es infructífero; mucho más aún en el caso de un comportamiento deshonesto o avaro. Debemos entender que hay arvé shelujim leMakom, que Dios puede satisfacer cualquier necesidad que tengamos en las formas más creativas, ¡incluyendo descubrir un tesoro en la pared de nuestro propio hogar!
Notas:
(1) Vaikrá, 14:34.
(2) Rashi, Vaikrá, 14:34, en nombre de Torat Kohanim, 5:4.
(3) Arajín, 16a.
(4) Yomá, 11b.
(5) Darash Moshé, Parashat Metzorá, 14:34. Ver también Ayélet HaShájar, Metzorá 14:34, quien arriba a una conclusión muy similar a la de Rav Feinstein.
(6) Esto es expresado en la frase hebrea: “arbé shelujim leMakom”, que Hashem tiene muchos mensajeros que pueden cumplir Su voluntad; en este caso, proveerle dinero a una persona.


Shabat Shalom

domingo, 9 de abril de 2017



UN PEQUEÑO ORDEN DE PESAJ.
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Domingo 9 de abril – Búsqueda formal del Jametz
Lunes 10 de abril – Prohibido Jametz, Quema del Jametz y Primer Seder de Pesaj
Martes 9 de abril – Segundo Seder de Pesaj
Miércoles 10 de abril – Iom Tov
Jueves 11 de abril – Jol Hamoed
Viernes 12 de abril – Jol Hamoed
Sábado 13 de abril -Jol Hamoed

Domingo 14 de abril – Shevii shel Pesaj (Iom Tov) 
Lunes 15 de abril – Ajaron shel Pesaj (Iom Tov)
Martes 16 de Abril – Finaliza Pesaj ( a la salida de las estrellas)
Pesaj es una festividad de 8 días (en Israel 7 días)conmemorándose el aniversario del éxodo de Egipto.Durante todos estos días acostumbramos no comer pan, levaduras ni masas leudadas, reemplazando todo esto por Matzá (pan no leudado).Durante las dos primeras noches de Pesaj, familiasy amigos se reúnen para llevar a cabo el ancestral ritual del Seder. En el mismo, se relata la historia del éxodo sobre cuatro copas de vino, Hierbas amargas y Matzá, continuando con una cena festiva extendiéndose hasta tarde en la madrugadacon alegres canciones, historias y compartiendo“perlitas” de la gran sabiduría judía.
En Pesaj no conmemoramos el pasado. Egipto, el Faraón, Moisés, todos están aquí, hoy y ahora.
Egipto es una estrecha y pequeña caja de ego que no te permite crecer.
El Faraón es la voz dentro tuyo que se burla de tus maniobras por escapar, diciéndote, “Cómo se te ocurre ser hoy algo que nunca fuiste?”
Moisés es el libertador, esa fuerza infinita muy dentro nuestro, impetuosa y poderosa que nos permite liberarnos de cualquier atadura y así poder unirnos con lo verdaderamente trascendental, con Di-s.
La libertad y la Tierra Prometida están a tu alcance, simplemente libérate y rompe con todo aquello que fuiste el día anterior.
Este año, desafía a tu Faraón. Conéctate con el Infinito. No solo lleves a cabo el Pesaj, ¡Vívelo y Siéntelo!
Adaptado de las enseñazas del Rebe de Lubavitch
Jametz significa “cereales leudados”. Cualquier comida o bebida que contenga trigo, cebada, avena, centeno o trigo sarraceno y sus derivados y no fueron cuidados de que no leven o fermenten, son considerados jametz en Pesaj. Durante Pesaj, si algún producto contiene aunque sea una mínima parte de jametz, no la consumimos ni tenemos ningún provecho del mismo, y tomamos los recaudos para que no estén bajo nuestra posesión durante los ocho días de Pesaj.
Venta del Jametz
Toma todas las bebidas, los comestibles e incluso la vajilla, los cubiertos y la batería de cocina que utilizas todo el año, guárdalos en una alacena o placard (puede ser la alacena donde los guardas siempre, pero) cerrándolo durante todo Pesaj. Tu venderás ese espacio temporalmente a un no judío. Como la venta debe ser legal desde la ley judía y también la ley civil (para que no se considere ese jametz tuyo) por eso delegamos en un Rabino esta misión. El Rabino se ocupa de vender legalmente todo nuestro jametz al no judío. La venta comienza a regir desde la víspera de Pesaj y el Rabino recompra el jametz luego de finalizada la festividad.
Búsqueda, quema y eliminación del jametz
La noche previa a la víspera de Pesaj, (Domingo 9 de Abril) llevamos a cabo la “Búsqueda y eliminación del jametz”:
Envuelve 10 pequeños trozos de jametz en papel (utiliza para ello pan sin miga) y distribúyelos en toda la casa (recuerda donde los pones). Toma una bolsa de papel, una vela (o linterna), una cuchara de madera y una pluma de ganso. Luego, al anochecer, reúne a la familia y recita la siguiente bendición:
Barúj Atá A-do-nái, E-lo-héinu Melej Haolám, asher Kideshánu Bemitzvotav, Vetzivanu al Biúr jametz.
Bendito eres Tú, Señor nuestro Di-s, Rey del Universo, que nos santificó con Sus preceptos, y nos ordenó la eliminación del jametz.
Puedes darle a cada miembro mayor de la familia (desde los 10/11 años) un equipo como el tuyo y todos se dispersarán revisando cada rincón de la casa buscando vestigios de jametz olvidados por allí, además de los 10 trozos envueltos que distribuiste antes. Lo que se va encontrando se levanta con la cuchara ayudándose con la pluma, que se utiliza como escobita, y luego se coloca todo en la bolsa atándola y guardándola hasta la mañana siguiente. Luego recita lo siguiente:
“Todo jametz (cereal o masa fermentada) y levadura que se encuentre en mi posesión, que no lo haya visto y no lo haya eliminado, y del cual desconozco su existencia, sea nulo y sin propietario alguno, igual que el polvo de la tierra”.
A la mañana siguiente, lunes 10 de abril, antes de las 11.00 horas, prepara un fueguito en el patio o jardín (sino, se puede hacer en el balcón en una lata mediana), toma la bolsa que habías guardado el día anterior y quémala.
Luego de quemar el jametz lo anulamos recitando lo siguiente:
“Todo jametz y levadura que se encuentra en mi posesión, tanto si lo he visto o si no lo vi, tanto si lo eliminé de mi posesión o no, sea nulo y sin propietario alguno, igual que el polvo de la tierra”.
COMO HACER UN GRAN SEDER DE PESAJ :
1º Seder Lunes 10 de Abril – 2º Seder: Martes 11 de Abril
La noche previa al éxodo de Egipto, la familias se reunieron comiendo matzá y hierbas amargas, contándoles a sus hijos sobre la promesa hecha por Di-s a sus antepasados describiéndoles como todo esto estaba a punto de concretarse. Y entonces, a media noche, la liberación comenzó.
Hoy en día, más de 3 milenios después, nosotros, los tataratataranietos, continuamos reuniéndonos esa noche, comiendo la misma comida, contando las
mismas historias y anticipando una liberación mayor, la de nuestra esclavitud al materialismo, la de nuestro adormecimiento espiritual y de la oscuridad reinante en el mundo actual. Si funcionó la primera vez, funcionará ahora.
EL TEXTO
El texto del Seder, así como las instrucciones para llevarlo a cabo figuran en la Hagadá. Asegúrate de elegir una Hagadá tradicional para así conectarte con la misma experiencia de generaciones, trascendiendo los límites del tiempo y espacio.
Los detalles de la Hagadá fueron formulados por los sabios conocedores de las secretas sabidurías de la Cabalá.
Cualquier detalle, por mas trivial que parezca tiene capas y capas de un profundo contenido místico.
LOS CARACTERES
Ese eres tú. La Hagadá no es un “deporte” para ser espectador. Tú eres la experiencia. Actualmente, la Hagadá nos habla de 4 tipos de participantes:
1- El hijo sabio trata siempre de conocer más, cada vez en un nivel más profundo.
2- El hijo amoral debe sentir que lo que está vivenciando esa noche es relevante para él.
3- El hijo simple está siempre excitado y sorprendido por la experiencia.
4- El hijo que no sabe preguntar necesita que lo mantengan entretenido con excitantes historias y adivinanzas.
5- El Rebe de Lubavitch, habló sobre un QUINTO HIJO, aquel que no está en el Seder porque ni siquiera sabe que existe un Seder.
Cuando abandonamos Egipto nos convertimos en un pueblo, cada uno responsable por el otro.
Por eso si conoces alguno de estos “quintos hijos acércalo, invitalo al Seder y dale de probar el gusto de su delicioso legado.
Los chicos juegan el papel más importante en el Seder; hacemos todo lo posible para mantenerlos despiertos hasta lo más tarde posible. Nosotros aprendemos de ellos cómo sorprendernos, cómo ser cuestionadores y cómo estar a tono con la belleza de nuestra tradición.
La forma más fácil de hacer un gran Seder de Pesaj es concurriendo a uno. Jabad Lubavitch organiza miles de sedarim comunitarios para decenas de miles de personas en todo el mundo. Si deseas realizar uno en tu casa, aquí te damos un pantallazo básico:
*Comenzá tu Seder después del encendido las velas de la festividad.
*Recitá las bendiciones correspondientes cada vez que comas o bebas durante el Seder.
*En cuatro momentos de la Hagadá nos “bebemos” una copa. Asegúrate que cada uno beba por lo menos 90 cc en cada copa. Se bebe reclinándose a la izquierda.
*Los chicos quieren saber todo. La Hagadá consiguió el primer FAQ de la historia: cuatro preguntas clásicas que los niños formulan en cada Seder.
¿Tu desafío? Utilizá la Hagadá para contestar las preguntas de los niños lo más significativamente posible.
*Probá lo tradicional. Comé por lo menos 30 grs. de una matzá Shemurá hecha a mano. (alrededor de 1/4 de martzá redonda).
*Hierbas amargas. Consumí una cantidad pequeña pero potente de lechuga cruda o rábano picante (aprox. 20 grs.) ¿No te gusta? Así te imaginas la amargura de la esclavitud.
*Ahora estás en Israel antiguo. Vivenciá Pesaj en el templo de Jerusalém con un sandwich de hierbas amargas y matzá.
*De nuevo al presente. Disfrutá con tus amigos y parientes la cena festiva.
*Fue deliciosa ¿verdad? Agradecé D-s por el buen alimento. Las plegarias y canciones tradicionales siguen luego del Seder hasta muy tarde en la noche.
LA KEARA ELEMENTOS DE UN SEDER
1 · BEITZÁ / HUEVO DURO

Se coloca sobre el plato del Séder, en el extremo superior izquierdo. Se come como entrada al principio de la cena, sumergido antes en agua salada.
2 · ZERÓA / CUELLO DE POLLO
Se coloca en el extremo superior derecho del plato del Séder. En recuerdo al sacrificio de Pascua (Korbán Pesaj).
3 · MAROR / HIERBAS AMARGAS
Se utiliza rábano picante o lechuga romana. Se coloca en el centro, debajo del zeroá y la beitzá. Simbolizan la amargura provocada por los egipcios a nuestros antepasados.
4 · CARPÁS / PAPA HERVIDA, CEBOLLA O APIO
Se coloca en el mismo nivel que la Beitzá pero mas abajo. Se come un poco, luego de sumergirla en agua salada.
5 · JAROSET MEZCLA DE MANZANAS, VINO ROJO Y NUECES.
Se coloca debajo del Zeróa, a la derecha. Recuerda la argamasa que tenían que hacer los judíos para construir las obras de Egipto.
6 · JAZÉRET / MÁS HIERBAS AMARGAS
Se hace con ellas un sandwich con la matzá para cumplir con el precepto de comer matzá y maror junto al sacrificio pascual tal como se hacía cuando existía el Templo. Se coloca en el centro abajo.
7 · LAS 3 MATZOT:
Se colocan debajo del plato del Séder o Keará. Entre una matzá y la otra se debe colocar una servilleta de separación. Son 3 en recuerdo de los tres patriarcas: Abraham, Isaac y Jacob.
MATZA SHMURÁ
Shmurá significa vigilada, y es la descripción más apta de esta matzá, cuyos ingredientes (la harina y el agua) son custodiados desde el momento de segar el grano y sacar el agua. El día escogido para segar la espiga del trigo es un día claro, seco. El momento que se siega, el trigo se inspecciona para asegurarse que no haya humedad en absoluto.
Desde entonces, es vigilada cuidadosamente mientras se transporta al molino. El molino es inspeccionado meticulosamente por Rabinos y profesionales de vigilancia para cerciorarse que cada parte del equipo esté completamente limpia y seca. Después de que el trigo se muele, la harina es de nuevo llevada protegida en su transporte a la matzería. Así, desde el momento de segar la mies hasta la cocción de la matzá, la harina se cuida para asegurarse de impedir cualquier contacto con el agua. El agua se cuida también, meticulosamente, para prevenir cualquier contacto con el trigo u otro grano. Es extraída la noche antes de la preparación de la matzá, y guardada en estado puro hasta el momento de mezclarse con la harina para hornear la matzá shmurá. En la propia matzería, las matzá shmurá se fabrica bajo vigilancia estricta para evitar cualquier posibilidad de fermentado durante el proceso de la cocción. Este proceso intensivo y cuidadoso da una infusión agregada de fe y santidad a la matzá shmurá – de hecho, mientras la matzá se amasa, todos los involucrados en su preparación repiten constantemente: “leshem matzot mitzvá” – “Estamos haciendo esto por causa de la Mitzvá de la matzá”. La matzá Shmurá es redonda, amasada a mano, y similar a las matzot que cocieron los hijos de Israel cuando salieron de Egipto.
Corresponde usar matzá shmurá en cada una de las dos noches del Seder.
LOS 15 PASOS DEL SEDER
1.- KADESH: La Bendición. El Séder comienza recitando el kidush sobre la primera de las 4 copas.
2.- URJATZ: Purificación. Se lavan las manos como si fuésemos a comer pan, pero sin recitar la bendición.
3.- CARPÁS: El “Aperitivo”. Remojamos en agua salada un trozo de papa, apio o cebolla, se dice la bendición de “haadamá” y se come.
4.- IÁJATZ: Partiendo la Matzá. Se parte en dos la matzá del medio del plato del Séder. El trozo más grande se guarda y se come al final del Seder. El trozo mas pequeño se coloca de nuevo en su lugar.
5.- MAGUID: La Hagadá. Aquí se hace la narración histórica del éxodo de Egipto. Las 4 preguntas previas las hacen los niños. Al finalizar el relato se bebe la segunda copa.
6.- RAJTZÁ: Lavado de Manos. Se lavan las manos nuevamente para comer matzá, esta vez recitando la bendición de “al netilat iadaim”.
7.- MOTZÍ – 8.- MATZÁ: Comiendo la Matzá.
Tomamos las 3 matzot y recitamos la bendición del pan. Soltamos la matzá inferior y recitamos la bendición de la matzá (al ajilat matzá). Comemos media matzá entre ambas.
9.- MAROR: Hierbas Amargas. Tomamos la lechuga y/o el jrein, los remojamos en jaróset, recitamos la bendición (al ajilat maror) y las comemos.
10.- CÓREJ: El Sandwich. Hacemos un sándwich de matzá y maror, lo remojamos en el Jaroset, y lo comemos reclinándonos a la izquierda.
11.- SHULJÁN ORÉJ: La Comida. Se sirve la comida festiva. Se comienza comiendo el huevo duro remojado en agua salada.
12.- TZAFÚN: El Aficomán. Comemos el aficomán (el trozo de matzá que guardamos en el paso 4).
13.- BEIRÁJ: Bendiciones. Se llena la tercera copa, se dice la bendición de gracias por la comida. Se bendice el vino y se lo bebe reclinándose a la izquierda.
14.- HALEL: Cantos de Alabanzas. Se sirve la copa de Eliahu. Se llena la cuarta copa, se recitan las alabanzas, se vuelve a bendecir el vino y se bebe la última copa reclinados a la izquierda.
15.- NIRTZÁ: Aceptación. Tras haber conducido el Séder de la manera correcta, estamos seguros de que fue aceptado, entonces proclamamos:
¡El próximo año en Jerusalem!
Durante Pesaj – Algunas costumbres
Vino y Matzá
Se acostumbra a beber una copa de vino cada día de Pesaj. Pero no olvide comer matzá que es la base espiritual de Pesaj.
Días no laborables
Entre los dos primeros días de Pesaj y los dos últimos (13 al 16 de Abril) está permitido el trabajo, -excepto Shabat (aunque no hay que exagerar). No nos colocamos los Tefilín.
Partiendo el Mar
Nos quedamos despiertos estudiando Torá la noche del comienzo del séptimo día de Pesaj
(noche del 17 al 18 de Abril), para conmemorar el milagro de la partición del Mar luego de la salida de Egipto.
Cuenta regresiva
Tu puedes liberar a un esclavo de su esclavitud, pero es mucho más dificil quitar la esclavitud del esclavo. Por eso el éxodo realmente finalizó recién cuando recibimos la Torá en el monte Sinaí logrando la liberación espiritual.
Ese es el motivo por el cual a partir de la segunda noche de Pesaj (11 de abril) comenzamos con la “Cuenta del Omer”. Esta cuenta dura 49 días y representan los 49 niveles de auto purificación espiritual y preparación que llevaron a cabo los judíos desde su salida de Egipto hasta el momento de recibir la Torá en Shavuot (Día 50 desde Pesaj).
Izcor
El último día de Pesaj (18 de Abril), durante el rezo matutino, se recita el “Izcor” oración que recuerda a los difuntos.
El 8vo. día
El último día de Pesaj (Martes 18 de Abril) enfatiza un nivel más elevado aún de libertad y es dedicado a nuestra redención futura y final a través del Mashíaj.
Siguiendo con la costumbre del Baal Shem Tov, en la tarde del último día de Pesaj realizamos una comida en la que comemos Matzá y bebemos 4 copas como en el Seder, en honor al Mashíaj. Se la conoce como “Banquete del Mashíaj”.

viernes, 7 de abril de 2017

Parashá De La Semana, Tzav (Vaikrá 6:1-8:36) 25

Parashá Tzav



Polvo eres y en polvo te convertirás

La parashá de esta semana comienza presentándonos dos peculiares mandamientos.
El primer mandamiento ordena a los Kohanim limpiar las cenizas residuales después de los holocaustos que se ofrecían en el altar. Ellos debían colocar una parte de estas cenizas a un costado del altar y transportar el resto a un lugar que había sido designado fuera del campamento; para hacer esto, debían cambiar sus atuendos regulares por sus ropas sacerdotales, sin embargo, podían utilizar ropas sacerdotales gastadas.
No hay nada peculiar en limpiar las cenizas de por sí; lo peculiar es que esto sea una mitzvá. No tiene mucho sentido dar una orden que de todas formas será ejecutada. Además, los Kohanim hacían su mayor esfuerzo para mantener el Templo meticulosamente limpio. El Talmud (Pesajim 64a) relata cómo ellos insistían en limpiar el Templo en Shabat incluso ante la desaprobación rabínica. ¿Qué necesidad había de transformar una actividad rutinaria como la limpieza en una mitzvá, especialmente si ésta se habría realizado de todas formas?
El segundo mandamiento ordena a los Kohanim mantener un fuego encendido en el altar de forma perpetua.
* * *

Fuego perpetuo

Este es el comentario del Séfer Hajinuj sobre este mandamiento; elSéfer Hajinuj —una de las obras básicas del pensamiento judío sobre las 613 mitzvot de la Torá, escrito por Rav Pinjas Halevi de Barcelona, un conocido pensador y maestro medieval—, realizó un exhaustivo trabajo discutiendo todos los detalle del tema, por lo que citaremos ciertas partes de su explicación:
(Mandamiento 132) Encender un fuego en el altar diariamente y mantenerlo encendido de forma constante. En su discusión sobre esta mitzvá, nuestros Sabios de bendita memoria dijeron: “A pesar de que el fuego desciende del cielo, de todas formas hay una mitzvá de encender un fuego común y corriente”.
Ahora, no te preguntes “¿¡Qué clase de mandamiento es este!? ¡Obviamente tenían que mantener un fuego de todas formas, ya que las ofrendas que debían ser sacrificadas no podían ser ofrecidas sin fuego (había una obligación de quemarlas en el altar)!”, puesto que esta mitzvá involucraba mantener un fuego separado, aparte del fuego que era necesario para quemar los sacrificios…
[Pero esto genera un problema totalmente diferente. ¿Cuál era la necesidad de un fuego como este? ¿Cuál es el propósito de un mandamiento que simplemente ordena mantener un fuego encendido en el altar?] Con respecto a esto, es un asunto bien sabido para nosotros y para todo hombre sabio que incluso cuando Dios realiza grandes milagros para beneficiar a los seres humanos en Su gran bondad, Él siempre los realiza de forma oculta y ellos parecen ocurrir de formas naturales. Pues incluso sobre el milagro de la división del Mar Rojo, el cual obviamente fue un milagro, está escrito: “Dios hizo retroceder al mar mediante un poderoso viento del este durante toda la noche...” (Éxodo 14:21). Aquellos que tienen inteligencia entenderán que la necesidad de este ocultamiento es a causa del nivel sublime de Dios y del nivel mundano de los receptores.
Rav Halevi quiere explicar que los milagros sólo pueden ser percibidos si pueden ser absorbidos mediante los cinco sentidos. Nosotros sólo podemos experimentar milagros si ellos son envueltos primero en un fenómeno natural. Puede que reconozcamos que la fuente de dichos eventos es sobrenatural, pero nuestra experiencia directa siempre es a través de la naturaleza. Continúa diciendo:
Por esta razón Él nos comandó encender un fuego en el altar a pesar de que de todas formas descendía un fuego del cielo; para ocultar el milagro. Obviamente el fuego que bajaba no podía ser percibido directamente en en el momento en que descendía por la razón que hemos explicado…
Rav Halevi se refiere al fuego celestial descrito en el Talmud (Ioma 21b). Este fuego tenía la forma de un león recostado en el altar en la época del Primer Templo, mientras que en la época del Segundo Templo tenía la forma de un perro inclinado. El mandamiento de mantener nuestro propio fuego terrenal encendido tenía por objetivo hacer que este fuego sagrado fuera visible para el observador humano, por medio de empacarlo en un envoltorio que fuese detectable para nuestros sentidos. Volviendo al texto:
Aún debemos explicar el significado de la mitzvá de encender un fuego en el altar aparte del fuego que era necesario para las ofrendas. [Sabemos que] el hombre es bendecido de acuerdo a las actividades en las cuales se involucra para satisfacer la voluntad de su Creador… [Por lo tanto,] el propósito de esta mitzvá —que imponía el deber de ocuparnos diariamente con el fuego de Dios— es hacer que el hombre sea bendecido en el aspecto del fuego que hay en él.
¿Y cuál es el fuego [que hay en el hombre]? Es la fuerza motora que hay en él. Uno de los cuatro elementos que hay en el hombre es el fuego, el cual es el principal de los cuatro ya que es el elemento que energiza al hombre y que le permite moverse y funcionar. Por lo tanto, la bendición de Dios es más necesaria en este elemento. El objetivo de una bendición es [alcanzar la] completitud, asegurar que no haya nada faltante ni nada superfluo. Por lo tanto el elemento de fuego en el hombre también necesita bendición: que haya en él la cantidad exacta que necesita, no menos —ya que su fortaleza sería debilitada—, y no más —ya que sería consumido por ella—. Los hijos de Aarón agregaron fuego por iniciativa propia, sin haber recibido una orden (Levítico 10:1), por lo tanto fuego fue agregado en ellos y fueron consumidos. Porque de acuerdo a las acciones de una persona será su castigo o la bendición que Dios hará descender sobre ella.
A primera vista, las dos razones ofrecidas por Rav Halevi parecen estar en conflicto. Por un lado, necesitamos el fuego para revelar el fuego sagrado de Dios que se posa constantemente sobre el Altar. Esta razón pareciera servir el propósito de Dios, no del hombre. Pero la segunda razón explica que el fuego del altar era encendido de forma que Dios pudiese ‘perfeccionar’ el fuego interior del hombre. Esta segunda razón pareciera servir el propósito del hombre, no de Dios.
Si estudiamos las razones con mayor profundidad, descubriremos que en realidad no están en conflicto después de todo.
* * *

Fuego, aire, agua y tierra

De acuerdo a la tradición judía, la idea griega de que todos los fenómenos del universo están compuestos de cuatro elementos básicos —fuego, aire, tierra y agua, mezclados en proporciones variadas— tiene su origen en el judaísmo. La idea básica de los cuatro elementos es espiritual. Estos son en realidad las emanaciones de las cuatro letras del nombre sagrado de Dios, YHVH. Los elementos, según los encontramos en el mundo físico, son la expresión más externa de estas emanaciones espirituales; el nivel material siempre es la capa más superficial de la realidad que recubre las cualidades metafísicas que se mantienen escondidas bajo ella.
En la obra Nefesh Hajaim, Rav Itzjak de Volozhin [ver la nota larga al comienzo de la obra] explica el verdadero significado de estos cuatro elementos utilizando su manifestación física como una metáfora para describir su esencia. Como vemos en nuestra experiencia diaria en el mundo, el fuego siempre se eleva hacia el cielo. Nunca arde en dirección hacia abajo. El fuego, según lo conocemos, también tiene la capacidad de transformar los objetos físicos en humo, una sustancia que prácticamente no es física. Cualquier cosa que se encienda en llamas se eleva como humo. Simbólicamente, el elemento del fuego representa el impulso hacia la espiritualidad: un impulso a volver hacia el Creador y a ser consumidos por la unión espiritual con Él.
En el extremo opuesto de los cuatro elementos está la tierra, la cual nunca se dirige hacia arriba, sino que siempre desciende hasta el fondo de cualquier solución. Si la dejas sola, la tierra es inerte. Simbólicamente, el fuego y la tierra representan dos extremos: la ardiente pasión por espiritualidad versus la total apatía. El fuego y la tierra nunca se combinan directamente; la tierra no es inflamable.
Entremedio de estos dos niveles extremos de tierra y fuego están los elementos de aire y agua. El fuego no se puede combinar directamente con el agua, pero el fuego y el aire sí se combinan fácilmente. El aire y el agua también se pueden combinar con bastante facilidad, y a medida que el fuego calienta el aire, el aire traspasa los efectos de éste al agua. El agua entonces se evapora, luego cae a la tierra y se mezcla con el suelo para aportar los nutrientes vitales. Los elementos intermedios de aire y agua unen por lo tanto a los extremos opuestos de fuego y tierra en un solo sistema. Si vemos la creación como un solo sistema unificado, es fácil entender por qué tiene que estar compuesto de los cuatro elementos. Uno tiene que pasar por cuatro etapas para transformar lo espiritual en físico y para transformar el universo en un solo sistema integrado.
Siguiendo esta metáfora podemos percibir también que es en la tierra —el elemento inerte—, donde se expresan los tres elementos activos. Es la tierra la que sirve de “útero” desde el cual emerge la vida. El aire y el agua le permiten a la tierra combinarse con el fuego y expresar la energía de vida en varias formas. Es la única substancia que puede tolerar la combinación de los cuatro elementos. A pesar de ser ella misma inerte, la tierra es la fuerza unificadora del universo.
* * *

Los cuatro elementos y el espíritu del hombre

Estos cuatro elementos, los cuales están presentes en el mundo físico en sus conocidas formas, tienen sus contrapartes correspondientes en todos los niveles de la creación. Los niveles de la creación están unidos por estos cuatro elementos —los cuales se expresan en sus formas correspondientes— hasta el nivel más alto —las cuatro letras que componen el nombre sagrado de Dios, YHVH—, que es la fuente de todos los niveles de existencia.
Por lo tanto, no es ninguna sorpresa que estos cuatro elementos también se expresen en el hombre. El cuerpo del hombre representa la tierra, como aprendemos de la Torá:
“…y YHVH Elo-him formó al hombre del polvo de la tierra”(Génesis 2:7).
Al igual que la tierra, el cuerpo del hombre es el elemento unificador en el cual sus pensamientos, emociones y acciones —los cuales corresponden a los elementos de fuego, aire y agua— se revelan hacia el mundo exterior y se expresan a sí mismos.
Pero la representación simbólica de los elementos básicos en el hombre tiene ramificaciones más profundas. Cada nivel en el hombre tiene sus propios ingredientes inertes y activos.
Por ejemplo, en el cuerpo, el cual sirve en su totalidad como una representación simbólica de la ‘tierra’, hay órganos que representan a cada uno de los otros elementos. Rav Jaim explica que estos órganos representativos son el cerebro, el corazón y el hígado. El cerebro es el órgano del hombre capaz de servir como receptor de los mensajes transmitidos por su alma. El alma misma es puro fuego, el aspecto espiritual del hombre que asciende siempre hacia arriba para intentar unirse con el infinito; el cerebro, el cual transmite los mensajes del alma en la forma de pensamientos, es el fuego que hay en la tierra.
Los pensamientos del cerebro que transportan los mensajes del alma son un símil del elemento del aire mezclado con el fuego. Estos pensamientos dejan una huella en el suelo del cerebro en la forma de poderosas decisiones y resoluciones. La habilidad para tomar decisiones y resoluciones a partir de los pensamientos es el elemento del agua que se mezcla con el aire e imprime estos pensamientos —que fueron originados en el alma— en el suelo del cerebro. El ‘florecer’ del suelo de la mente puede ser detectado en el nivel de su foco en el mundo espiritual. La concentración de su atención es el indicador externo del poder del fuego que hay en el alma.
El siguiente nivel es el corazón. Dado que el corazón es el lugar que alberga la fuerza vital, la expresión de los elementos básicos es más poderosa aquí. El fuego toma la forma de emociones, amor y temor a Dios, las cuales pueden producir un poderoso sentimiento de elevación en la persona que las experimenta. La tierra del corazón es la boca, en la cual el fuego de las emociones del hombre se expresa mediante su poder del habla. Un ser viviente es un espíritu hablante (de acuerdo al Targum, la traducción de Onkelos de Génesis 1:7), combinando el aliento (aire) y la humedad (agua) de sus pulmones en la voz que sale de su boca (tierra).
Aún más bajo está el hígado, el órgano que está a cargo de controlar la calidad de la sangre en el cuerpo y que es por lo tanto el eje central de todos los órganos activos. Allí, el fuego del alma y del corazón se expresan como la alegría de vivir que siente la persona cuando se involucra en los mandamientos de Dios, siendo el viento la intensidad y entusiasmo con el cual lleva a cabo las acciones que están relacionadas con el cumplimiento de los mandamientos de Dios, y el agua la atracción y deseo de espiritualidad o repulsión y disgusto de la pura fisicalidad.
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Sólo la mitad de la escena

Esta es una descripción de cómo el fuego sagrado de su alma puede penetrar todo el ser del hombre, pero solo constituye la mitad de la escena.
En el hombre también arde un fuego profano, y el hombre fue enviado a la tierra a apagarlo. Este fuego no se origina en su alma. El fuego de su alma da lugar al candente deseo de elevarse hacia el infinito, y este fuego no puede conducir al hombre hacia el mal o lejos de Dios. El fuego profano se origina en su propio corazón. Es el fuego de la soberbia o del egocentrismo el cual motiva al hombre a verse a sí mismo como el punto más alto del universo. Cuando él se permite a sí mismo ser consumido por este fuego, la elevación del hombre termina ahí y se expresa en vez como la satisfacción de sus propios deseos.
Este fuego profano puede dejar una huella en el cerebro de la misma forma que el fuego sagrado del alma, formando pensamientos y resoluciones en el cerebro mediante un proceso idéntico al descrito anteriormente. Pero el resultado de esto es la satisfacción de la sed que genera el fuego de la soberbia con las aguas de los deseos, con el aire del habla impropia y con la tierra de las acciones prohibidas.
Si tomamos las primeras letras de las palabras en hebreo para cerebro (moaj), corazón (lev) e hígado (kaved), formaremos la palabramelej, que significa “rey”.
Cuando el fuego de su alma es el que guía las acciones del hombre, él es una criatura real, llena de poder y majestuosidad, y puede ser comparado incluso en su presencia física con un león, el rey de los animales. Pero cuando el fuego de su corazón es el que domina su vida, él es comparado con un kelev, un perro. Esta palabra hebrea es la misma que la palabra rey escrita al revés salvo por la letra mem, la cual representa al cerebro y que está completamente ausente, siendo reemplazada por la letra bet, la cual simplemente representa al número dos. Cuando el hombre arde con el calor de su propio fuego terrenal, él se ve revertido espiritualmente; él comienza desde su hígado en vez de comenzar de su cabeza, nunca llega más arriba que su corazón y utiliza su cerebro como su corazón número dos, una máquina para buscar cuál es la mejor manera de satisfacer sus deseos.
En la época del Primer Templo, el fuego sagrado que descendía del cielo se posaba en el altar en la forma de un león. La Shejiná —la presencia de Dios—, era manifiesta en el primer Templo; el hombre era capaz de experimentar completamente el fuego sagrado de su alma y dedicar el fuego que había en su propio corazón a ser una expresión del fuego sagrado de Dios que ardía en el altar.
En el Segundo Templo, la Shejiná no era manifiesta. El fuego del alma ardía de forma menos brillante y nunca podía alcanzar su mayor expresión. El resultado más intenso que podía producir el alma no podía suplir el aporte que era necesario para subyugar al fuego impuro del corazón del hombre, el fuego que lo transformaba a él en un kelev, un perro; el fuego sagrado del altar también adoptaba esta forma.
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Polvo y cenizas

Ahora podemos regresar al segundo mandamiento referente a la recolección de las cenizas que mencionamos al principio.
Cuando el fuego consume algo, deja un residuo de cenizas. Si el hombre utiliza su fuerza vital como combustible para el fuego que arde en su alma y que lo lleva a unirse con el infinito, entonces él estará transformando el polvo de la tierra —del cual él fue formado— en cenizas. Además del residuo de cenizas que deja este incendio, toda la fuerza vital del siervo de Dios se 'eleva en el humo' de su servicio Divino y se une con Dios. La soberbia de su corazón —el fuego profano de su ego—, ha sido totalmente consumido por el fuego de su alma. Ahora él se puede describir a sí mismo como alguien que consiste sólo de polvo y cenizas, tal como lo hizo Abraham: él puede demostrar que el 'polvo' del cual fue formado puede ser encontrado completamente en las cenizas residuales:
"Abraham respondió y dijo: 'He aquí que quise hablar con Mi Señor, si bien no soy más que polvo y cenizas'" (Génesis 18:27).
Pero todo el tiempo que el hombre se mantenga envuelto en la batalla entre sus dos fuegos y que su vida sea una mezcla de la expresión del fuego que hay en su alma y la llama de su ego, el residuo de cenizas que se formará a partir de la quema será una mezcla de ambos fuegos que arden en él. Algunas de las cenizas serán producto del fuego de su alma, pero el resto será un producto de la energía que fue utilizada como combustible por el fuego de la soberbia que arde en el corazón del hombre.
El mandamiento de limpiar las cenizas consiste por lo tanto de dos partes:
  1. Una parte de las cenizas debe ser puesta a un costado del altar, donde eran milagrosamente absorbidas por el suelo del Templo (Talmud Ioma 21a) y se volvían parte del suelo sagrado de éste. Cuando el hombre consume su cuerpo para alimentar el fuego de su alma, incluso el residuo se vuelve sagrado. El polvo del cual fue formado se vuelve parte del suelo del Templo y la presencia de Dios se expresa a través de él.
  1. El resto de las cenizas debe ser transportado a un lugar fuera del campamento. Estas cenizas son el residuo del fuego de la soberbia que hay en el corazón del hombre y no puede mantenerse en un lugar sagrado. Pero incluso estas cenizas merecen un tratamiento especial; ellas también fueron santificadas en el altar de Dios. El kohén debe vestir sus vestimentas sagradas cuando las lleva. Estas cenizas son removidas, pero son tratadas con respeto.
No hay ninguna contradicción entre las dos razones que presentó Rav Halevi en el Séfer Hajinuj para el encendido del fuego del Altar. El fuego que arde en nuestras almas es un fuego que envía Dios. Nuestra misión es absorberlo en nuestras vidas. El fuego sagrado sólo puede volverse visible en nuestro mundo cuando utilizamos la energía de nuestra fuerza vital para llevar a cabo los mandamientos de Dios en nuestras vidas cotidianas.

Nuestra meta siempre debe ser involucrarnos en el servicio Divino para que Él pueda hacer que el fuego de nuestro interior crezca y se expanda, pero de forma exacta. Demasiado fervor nos consumirá en lugar de hacernos brillar, pero muy poco nos dejará a oscuras. El residuo de cenizas que dejamos atrás cuenta la historia de qué es lo que hemos hecho con el fuego y la energía de la vida.
extraido de www.aishlatino.com