martes, 26 de julio de 2016

Parashá de la semana, Pinjas (Bamidbar 25:10-30:1) 41

Parasha Pinjas.


Shimón y Leví 

Massacre of the Hivites by Simeon and Levi (Litho) Giclee PrintLa parashá de esta semana comienza con Dios recompensando en gran medida a Pinjas por su acto de fervor al matar a Zimrí y a Cozbi, quienes estaban cometiendo un grave pecado. Pinjas era de la tribu de Leví, mientras que Zimrí era de la tribu de Shimón. Esta no es la primera vez en la Torá en que estas tribus se asocian una con la otra; Rav Yaakov Kamenetzky nos provee un esclarecedor relato sobre la historia de estas dos tribus y sobre cómo se desarrollaron de forma tan diferente una de la otra (1).
En parashat Vaishlaj la Torá nos cuenta cómo Shejem secuestró a Diná. Todos los hermanos conspiraron para recuperarla; su plan era persuadir al pueblo de Shejem para que se circuncidaran y entonces irían y recuperarían a Diná mientras ellos se sanaban. Sin embargo, Shimón y Leví planearon un curso de acción más drástico: consideraron que todo el pueblo de Shejem era culpable por su rol en el secuestro de Diná y por lo tanto asesinaron a toda la ciudad en el proceso de salvarla. Yaakov estuvo en desacuerdo con lo que hicieron, temiendo que la acción de Shimón y Leví podría dañar la reputación de su familia. Shimón y Leví defendieron sus acciones, diciendo: “¿Debería nuestra hermana ser tratada como una prostituta?”.
Pasaron muchos años hasta que Yaakov les dio su reprimenda final a los dos hermanos. En parashat Vaiejí —en las bendiciones a sus hijos—, criticó a Shimón y a Leví por su impulsividad. Es más, los castigó diciendo: “Los separaré en Yaakov y los dispersaré dentro de Israel” (2). El entendimiento superficial de este castigo es que su propósito era separar a los dos hermanos para evitar otra escalada de violencia. Sin embargo, Rav Kamenetzky advierte que Rashi da una explicación diferente: Shimón y Leví serán sofrim (gente que escribe rollos de Torá, tefilín y mezuzot) y maestros de Torá de niños, que viajarán de ciudad en ciudad para reparar los ítems sagrados y enseñarle Torá al pueblo judío (3).
¿Por qué el futuro de la educación del pueblo judío fue puesto deliberadamente en manos de Shimón y Leví? ¿Cuál es la medida por medida aquí?
Rav Kamenetzky responde que Yaakov vio que Shimón y Leví poseían un rasgo de carácter positivo que los otros hermanos carecían. Reconoció su motivación para destruir a Shejem: ellos habían estado dispuestos a arriesgar sus vidas para defender el honor de su hermana. Los otros hermanos también vieron la terrible situación en la que estaba Diná, pero sólo Shimón y Leví sintieron el dolor como si fuera propio. Rav Kamenetzky escribe: “Yaakov vio que sus acciones emanaron de un dolor interno y de una empatía genuina con el dolor del otro, y fue eso lo que los llevó a un fervor sin límites… Sólo hombres con ese carácter, que sienten el dolor de su compañero como si fuera propio, sólo ellos pueden mostrar suficiente auto sacrificio y renunciar a sus recursos físicos para viajar de ciudad en ciudad esparciendo la Torá de Dios por el mundo y enseñándoles a los niños de Israel”.
A pesar de que Shimón y Leví aplicaron de mala forma su fervor en el incidente de Shejem, Yaakov vio en ese rasgo un potencial que podía ser utilizado con un objetivo muy positivo: esparcir la Torá en el pueblo judío.
Sin embargo, en la parashá de esta semana vemos cómo los descendientes de estos dos hijos de Yaakov siguieron caminos muy diferentes: Pinjas, un miembro de la tribu de Leví, logró canalizar su fervor para hacer la voluntad de Dios (su acto de violencia puso fin a la plaga que mató a miles de personas). Dios lo recompensó de gran manera para demostrar que Pinjas había actuado de esa manera sólo en honor al Cielo. Pero por otro lado, Zimrí, quien era un príncipe de la tribu de Shimón, expresó el fervor de su ancestro de manera prohibida, traspasando los límites de lo que permite la Torá.
¿Cómo fue que estas dos tribus se desviaron tanto la una de la otra? Rav Kamenetzky explica que, mientras que la mayoría de Klal Israelfueron esclavos en Egipto, la tribu de Leví tuvo libertad para estudiar Torá. Y fue precisamente ese período de internalización de los valores de la Torá el que les permitió a los levitas canalizar su fervor de forma adecuada. En contraste, los miembros de la tribu de Shimón nunca tuvieron la oportunidad de estudiar Torá de esa forma, lo cual generó que su fervor no tuviera guía y que se expresara por lo tanto de maneras prohibidas.
Una lección vital que podemos aprender de la explicación de Rav Kamenetzky es la forma en que debería manifestarse el fervor. El verdadero fervor debería generar en la persona un gran sentimiento de dolor cuando la gente actúa de manera detestable. El Alter de Kelem zt”l, un gran sabio de Torá, expresó este sentimiento durante toda su vida: En una ocasión, él y otro rabino vieron a un judío tomando heno de la carreta de un gentil. Después de eso, el Alter estaba triste y durante todo el día tuvo cara larga. Esa noche, el otro rabino le preguntó cuál era el problema. El Alter pareció sorprendido por la pregunta: “¿Cómo puede una persona estar tranquila cuando ve tanto pecado en el mundo?”(4).
Además de sentir dolor por determinado comportamiento, la persona debería motivarse a sí misma a intentar rectificar el problema en la medida de lo posible. A los grandes líderes del pueblo judío no les basta con expresar dolor por las áreas imperfectas, sino que hacen todo lo posible para mejorar la situación.

Que todos ameritemos aprender de nuestros grandes líderes y que podamos ayudar a resolver los numerosos problemas que enfrenta el pueblo judío en esta época, ya sea la asimilación en masa, la pobreza o la amenaza en contra del Estado de Israel.

martes, 19 de julio de 2016

Parashá de la semana, Balak (Bamidbar 22:2-25:9) 40

PARASHA BALAK


ABRAHAM VERSUS BILAM


"Quienquiera que posea los tres rasgos siguientes forma parte de los discípulos de nuestro patriarca Abraham; y quienquiera que posea tres rasgos distintos forma parte de los discípulos del malvado Bilam. Aquéllos que poseen un buen ojo, un espíritu humilde y un alma dócil forman parte de los discípulos de nuestro patriarca Abraham. Aquéllos que poseen un ojo malvado, un espíritu arrogante y un alma codiciosa forman parte de los discípulos del malvado Bilam". (Talmud, Pirkei Avot 5:22)

En la parashá de esta semana, el Pueblo Judío atraviesa el territorio de Moab. Balak, el Rey de Moab, quiere hacer la guerra contra los judíos, pero se da cuenta de que atacarlos físicamente no sirve de nada. La supervivencia judía se rige por leyes espirituales, y por lo tanto, el único método para derrotarlos es con poderes espirituales. De esta manera, el rey Balak contrata al maestro espiritual más importante del mundo no-judío, un hombre llamado Bilam, para librar una guerra metafísica contra el Pueblo Judío.

¿Quién fue Bilam? ¿Y qué lo distingue de un hombre como Abraham que utilizó sus poderes para el bien de la humanidad? El Talmud identifica tres rasgos fundamentales; a continuación examinaremos uno por uno.



Un Buen Ojo Versus un Ojo Malvado
Alguien que posee un "buen ojo" se alegra sinceramente por el éxito de los demás, mientras que alguien con un "ojo malvado" envidia el éxito de los demás.

En Génesis 18:2, Abraham se apresura para atender a tres nómadas extraños como parte de su constante lucha por acercar a otros a Dios. En contraste con Abraham, Bilam era un asesino a sueldo contratado para generar malas vibraciones espirituales contra los judíos. Bilam podría haber elegido "bendecir a Moab"; en lugar de esto elige el camino de maldecir a los judíos.

Podemos descubrir si la gente tiene un "buen ojo" o un "ojo malvado" al ver como reaccionan frente a una buena noticia de otra persona. Por ejemplo, si pasas en tu flamante auto nuevo, ¿acaso los demás bailarán alrededor de tu auto cantando "Mazel Tov"?, ¿o acaso harán una mueca, se sorprenderán, y rudamente exclamaran "mmm, sí, muy lindo"?

Aquí en Israel, tengo mi propio método de determinación. Cada vez que uno de los estudiantes de la ieshivá se compromete, se hace el anuncio y se hace una celebración. Por supuesto, es fácil para un estudiante casado celebrar el compromiso de otro. Pero yo siempre me fijo en los estudiantes solteros que están ansiosos por casarse. La forma en que reaccionan frente al compromiso de un compañero es una verdadera prueba para su "ojo".

En la práctica, debemos tener cuidado de no alardear acerca de nuestros éxitos personales – ya se trate de riqueza, de los hijos o de la buena fortuna en general. Porque la triste realidad es que la mayoría de las personas son celosas, y con el fin de sentirse bien, desearan secretamente que perdamos lo que tenemos. Esto no significa que debamos ser paranoicos o que debemos vivir recluidos. Pero sí es bueno ser modestos y discretos, y ser
selectivos con respecto a con quien compartir información personal. Ostentar, simplemente es una invitación para el "mal de ojo".

Humildad Versus Arrogancia
El siguiente rasgo que distingue a Abraham de Bilam es "la humildad frente a la arrogancia". Tal como dijimos en la parashá Bamidbar, la definición de "humildad" es conocer nuestro lugar en relación a los demás – y particularmente en relación a Dios. Abraham personificaba la humildad, porque su misión en la vida era enseñar que todo poder emana directamente de Dios.

Bilam, por su parte, siguió adelante y maldijo los judíos a pesar de que Dios se opuso claramente (Números 22:12). Él vio a Dios como una deidad que podía ser aplacada – o evitada por completo.
Esto se relaciona con nuestra propia observancia. Cuando nos topamos con una mitzvá - ya sea dar caridad, limpiar antes de Pesaj, o asistir a la sinagoga – ¿lo vemos como una obligación de la cual debemos deshacernos o como una oportunidad para acercarnos?

Alma Dócil Versus Alma Codiciosa
El tercer rasgo es "un alma dócil versus un alma codiciosa". Cuando Abraham viajó a la Tierra de Israel – una metáfora de su viaje espiritual –estuvo dispuesto a rechazar los lujos a cambio de una vida de principios y de valores. Incluso estuvo dispuesto a ser arrojado en un horno ardiente, en lugar de abandonar su integridad moral.

Bilam, en cambio, fue motivado únicamente por la búsqueda de riquezas. De hecho, el Midrash cuenta que él inventó el concepto de los casinos y los burdeles. Él era un agente libre, un mercenario. El propio nombre Bilam es una contracción de las palabras "Bi-lo Am", que significa "sin nación". Su lealtad estaba dictada por quien ofrecía más dinero.

En la práctica, a menudo es difícil descifrar las verdaderas intenciones de alguien. ¿Acaso están motivadas por ayudar a la humanidad? ¿o son egoístas y destructivas? ¿Cómo discernir?
La respuesta se encuentra en nuestra fuente original, en Pirkei Avot, que distingue entre los estudiantes de Abraham y los estudiantes de Bilam. ¿Por qué hablar de "estudiantes"? ¿por qué no simplemente distinguir entre Abraham y Bilam?

La respuesta es que la expresión más auténtica del carácter de una persona es a través de los estudiantes que produce. Por esta razón el judaísmo dice que cuando elegimos un rabino, el carácter es más importante que la erudición. Maimónides, en su obra maestra "Mishne Torá", expresa esto haciendo una lista de las leyes de carácter y comportamiento ("Hiljot Deot")

ANTES de las leyes del estudio de Torá. Uno puede ser talentoso, sabio, etc., y terminar de todas formas como Bilam, si es que no trabaja para desarrollar un buen carácter.

Preparando la Montura del Burro
Todavía hay un ejemplo más acerca de la diferencia entre Abraham y Bilam. La Torá nos informa que cada uno de ellos "se levantó temprano en la mañana y cargó su burro". (Abraham en Génesis 22:3, y Bilam en Números 22:21). En hebreo, la palabra para "cargar" (iajvosh) está estrechamente relacionada con el verbo "conquistar". Y la palabra "burro" (jamor) coincide con la palabra "materialidad" (comer).

La interpretación es la siguiente: Cuando Abraham "cargó su burro", conquistó sus impulsos físicos en el servicio de Dios. Por lo tanto, cuando Abraham fue a recibir la profecía en el Monte Moriá, dejó atrás su burro (Génesis 22:5), diciendo de esta manera: "Yo soy libre de las garras del deseo".

Esto contrasta con Bilam, que se levantó temprano en la mañana para planificar la caída de otro pueblo como parte de su búsqueda de riquezas y gloria personal. En el caso de Bilam es el propio burro quien obtiene la profecía (Números 22:25), demostrando que el burro está en un nivel más alto que ¡el propio Bilam! No es de extrañar que Dios prediga la caída de Bilam con las palabras: "Abraham, el antepasado de ellos, ya te ha precedido a ti". (Talmud, Sanedrín 102b)

Justicia Poética
Es alentador observar que en el análisis final, todo funciona para el bien. En Números 24:5, cuando Bilam intenta maldecir a los judíos, lo que surge es una hermosa bendición: "Cuán buenas son tus tiendas, oh Iaacov, tus moradas Israel". Estas son las primeras palabras que un judío pronuncia cada mañana al entrar en la sinagoga a rezar. Durante 3000 años, los judíos han utilizado las palabras de Bilam para reforzar su compromiso con Dios.

Quizás este es el cumplimiento de la promesa eterna de Dios a Abraham: "Yo bendeciré a los que te bendicen, y maldeciré a los que te maldicen" (Génesis 12:3). Que siempre sea así.

Shabat Shalom, Rav Shraga Simmons

martes, 12 de julio de 2016

Parashá de la semana, Jukat (Bamidbar 19:1-22:1) 39



Parashá Jukat por Rabino Gustavo Surazski

Parashat Jukat relata la súbita muerte de Aharón, el Sumo Sacerdote y hermano mayor de Moisés. Su deceso, no sólo provocó un espacio difícil de llenar en cuanto a liderazgo, sino que, de acuerdo a nuestros Sabios, dejó al pueblo de Israel literalmente indefenso.


El Talmud de Babilonia nos cuenta que por mérito de Aharón las Nubes de Gloria acompañaban a los hijos de Israel durante su marcha por el desierto y los protegían de peligros externos. Estas nubes, según se nos relata, tenían un efecto disuasivo. 

Pero al morir Aharón las nubes se retiraron e Israel quedó expuesto a los embates de sus enemigos. Ésto resulta más que evidente por la forma en que se desarrollan los acontecimientos. Nos dice la Torá: «Y vio toda la comunidad que murió Aharón» (Bamidbar; 20-29) e, inmediatamente después, «Y oyó el cananeo, rey de Arad, morador del sur... y peleó con Israel» (21-1).

¿Qué es lo que oyó el cananeo? Dice el Talmud: «Escuchó que murió Aharón y que se retiraron las Nubes de Gloria y entendió que tenía permiso para luchar contra Israel». La Torá nos cuenta que Israel repelió el ataque con la anuencia divina y la victoria militar fue aplastante

Sin embargo, este episodio no amedrentó a los enemigos. Hacia el final de la Parashá se nos cuenta que dos nuevos monarcas quieren torcer el brazo de los hijos de Israel por la vía armada. El primero es Sijón, rey de los emoreos, y el segundo Og, rey de Bashán, junto con sus respectivos ejércitos (Bamidbar; 21, 21-25 y 21, 33-35). Sus tierras son conquistadas y en ellas - de acuerdo al libro de Yehoshúa - allí se establecerán las tríbus de Gad, Reuvén y la mitad de Menashé (véase Yehoshúa; 1, 12-18).

Habiendo llegado a la conclusión de que Dios no abandonará a Israel en la batalla, los enemigos de Israel comienzan a elaborar sofisticados y originales métodos en su afanosa búsqueda de destrucción. En la Parashá de la próxima semana, veremos que Balak, rey de Moav, ya no enfrentará a Israel por medio de su ejército sino que lo hará a través de un hechicero llamado Bilam, quien tenía el poder de la maldición en su boca. El monarca moabita no pudo prever que Dios iría a poner en boca de Bilam una bendición en lugar de una maldición.

Más original y destructivo resultó el método utilizado por los midianitas. Éstos enviaron a una prostituta al campamento de Israel para pervertir la moral de los israelitas (Bamidbar; 25, 6-9). Aquella mujer, llamada Cozbi, era hija de Tzur, uno de los reyes midianitas. Tan grande era el odio profesado por Midián que sus líderes no dudaron en degradar a una hija de la realeza para pervertir sexualmente a Israel. Se sabe, desde entonces, que el odio por Israel no conoce límites.

En el plan midianita se puede adivinar una clara intención. No es necesario movilizar la maquinaria militar para derrotar a Israel. El pueblo hebreo - en la mezquina lógica de sus adversarios - se autodestruirá por obra de su propia depravación. La estratagema de Midián fue tristemente efectiva. La ira divina produjo 24.000 bajas entre los hijos de Israel.

Tanto en tiempos bíblicos como en nuestros días, los enemigos de Israel buscan nuevos y originales caminos para provocar la destrucción del pueblo judío. Ayer fue un hechicero o una prostituta midianita; hoy, bien puede ser una bomba atómica iraní, secuestros de Hamás o misiles de Hezbolá.

El odio a Israel siempre produjo pactos políticos inesperados. Uno de ellos fue la coalición de Midián y Moab a fin de planificar la ofensiva contra los hebreos. El Midrash los compara a dos perros pendencieros que dejan de lado sus peleas para vencer al lobo. El lejano espectador sentado en alguna butaca del siglo XXI posiblemente no sepa que el odio entre estos dos pueblos era ancestral y su reunión a fin de destruir a Israel resultó sorprendente y - al mismo tiempo - patética. 

Problamente dentro de mil años, cuando se analice la página de la historia que estamos escribiendo en nuestros días, pocos detengan su atención en los patéticos intentos de reconciliación de Mahmud Abbás, presidente de la Autoridad Palestina, con la organización terrorista Hamás, que viola cualquier acuerdo, secuestra a adolescentes judíos.

Respecto a Hamás ocurre algo curioso. Cuando la prensa anti-israelí analiza las razones por la cuales rapta jóvenes estudiantes inocentes del Estado judío, encoje sus hombros y dice: «¿Y qué quieren que haga? ¡No tiene otra alternativa!». 

¿Acaso Israel tiene alternativas? Una acción militar no será mejor vista por dichos medios. Retirar los asentamientos judíos de Gaza pareció ser una buena idea, pero tampoco funcionó. Firmar un tratado de paz será una quimera en tanto Hamás no reconozca a Israel. El suicidio tampoco entra en los cálculos de nadie. Y mientras tanto la psicótica y surrealista narrativa de Hamás y sus acólitos sigue sumando adeptos en el mundo occidental.

Esta narrativa sostiene que el sionismo es racismo y que el hogar natural de los judíos es Europa. Demás está decir que el trato que se les dio a los judíos cuando estaban en «su hogar» no alcanzó los stándares de hospitalidad y buenos modos requeridos, sobre todo entre 1933-1945. Quien «compra» dichos postulados, lo hace imbuído de un profundo sentimiento antisemita.

En los años posteriores al Holocausto, ser antisemita se transformó en algo retrogrado. No obstante - a no engañarse - el antisemitismo siempre estuvo al acecho, agazapado y esperando la oportunidad para dar el zarpazo. Al judío - en su fina retórica ya no hablarán de judíos, sino de israelíes - ya no hay que juzgarlo como tal, sino por criminal de guerra, usurpador de tierras ajenas y aliado del imperio. Esta narrativa también suma adeptos en el mundo civilizado.

Desde 1948, fecha del establecimiento del Estado de Israel, se sucedieron un sinfin de guerras y escaladas que costaron cerca de 60.000 vidas entre los vecinos países árabes, siendo apróximadamente un 10% de éstos palestinos. El número es espeluznante; cualquier habitante de este mundo que corra sangre por sus venas, no podrá sino horrorirarse ante semejante cantidad de víctimas.

Pero no menos cierto es que desde entonces y hasta la fecha murieron más de 13 millones de árabes y musulmanes por mano de sus propios hermanos o por obra de potencias extranjeras ocupantes. Ésto ocurrió en Argelia, Sudán, Afganistán, Somalia, Bangladesh, Indonesia, Irak, Líbano, Yemen, Libia, Siria, Gaza, Jordania y en interminables conflictos armados y guerras civiles.

Los números son aterradores. Vivimos en un mundo donde - tristemente - millones de personas mueren por década en luchas por porciones de tierra, por antagonismos religiosos o empujados por el odio fundamentalista. Quien critica a Israel no es antisemita; quien aísla malintencionadamente a Israel de este aterrador contexto mundial, sí lo es.

Israel es presa cómoda para cualquier líder mundial de tendencias populistas. Criticarlo no supone riesgo alguno, pero el aplauso es fácil y el rédito político es enorme.

En algún sótano oscuro, algún grupo de expertos del odio se está encargando de avivar esas brasas antisemitas que parecían consumidas desde el fin de la Shoá. Uno puede imaginarse ese cuartel bajo alguna oficina gubernamental en Damasco, Teherán o Gaza.

Puede imaginarse la mesa larga y la pantalla gigante de fondo para escuchar la opinión de algun «experto» ausente por compromisos asumidos con anterioridad. Seguramente alrededor de esa mesa están sentados grupos antagónicos unidos por el «común enemigo», tal como ocurriera en tiempos bíblicos con Midián y Moab.

Ya se sabe: No hay nada nuevo bajo el sol...

¡Shabat Shalom!



Autor: Rabino Gustavo Surazski de Israel en línea.com

miércoles, 6 de julio de 2016

Parashá de la semana, Koraj (Bamidbar 16:1-18:32) 38

" Rebelión!"
Parasha en profundidad Por el Rav Ari kahn.

La caída en el liderazgo recordada en la parashá de la semana pasada es seguida por una directa y completa rebelión en contra de Moshé, Aharón y D'os en la parashá de Kóraj.  El negativo reporte de los espías, los mismos hombres a los cuales les fue confiado el liderazgo, causaron que las masas reevalúen si continuar o no bajo el liderazgo de Moshé.  Este mal uso del poder trajo calamidad sobre las masas.  En la parashá de esta semana, Kóraj toma ventaja del descontento del pueblo.  El momento es oportuno - y él ataca.  ¿Quién era Kóraj?  ¿Qué lo motivó a hacer esto?  ¿Qué tenía planeado?  Una revisión del episodio nos ayudará a entender estos temas.

Primero, consideremos la estrategia de Kóraj:

"Tomó Kóraj - el hijo de Itzhar, hijo de Kehat, hijo de Leví - y Datán y Aviram - los hijos de Eliav, y On - el hijo de Pelet, hijos de Reubén, hombres.  Y ellos se levantaron en contra de Moshé, con algunos del pueblo de Israel, doscientos cincuenta príncipes de la asamblea, regularmente convocados a la congregación, hombres de renombre"(16:1-2).

Su movimiento inicial fue incitar a varias partes de la población que se sentían privadas del derecho a votar, particularmente de la tribu de Reubén: si alguien sintió que su posición había sido comprometida, ese fue Reubén.  Ellos eran, después de todo, los primogénitos de Iaacov.  De acuerdo a esto, el reinado, la kehuná (el derecho a ser cohanim - sacerdotes) y la doble herencia debía haber sido para ellos.  Pero estos privilegios les fueron sacados por Iaacov, y les fueron dados a Iehudá, Leví e Iosef respectivamente.  Es por eso que en su movimiento inicial Kóraj manipula a los líderes de Reubén para que se le unan a su rebelión.

Luego nosotros vemos el argumento que él usa:

"Y ellos se juntaron en contra de Moshé y en contra de Aharón y les dijeron: 'ustedes tomaron demasiado para sí mismos, puesto que toda la comunidad es sagrada, y D'os está entre ellos.  ¿Por qué se elevaron por sobre la comunidad de D'os?'" (16:3).
El comentario de Rashí sobre su queja es instructivo:

'Ustedes tomaron demasiado para sí mismos': ustedes tomaron demasiada grandeza para sí mismos.

'Porque toda la comunidad es sagrada': todos escucharon los sonidos en el Sinai emanando del Cielo.

'¿Por qué se elevan por encima de la comunidad de D'os?': si tomaste el reinado para ti mismo, no debías haberle dado a tu hermano el sacerdocio… (Rashí 16:3).

¿Cuál es el orden de Kóraj?  Por un lado, él correctamente señala que toda la nación estuvo en el Sinai.  Esto provee la base para reclamar que el liderazgo puede pertenecer a cualquiera de ellos.  Mientras que este argumento es ciertamente populista, y puede quizás darle a él un apoyo aún más grande, lo puede llevar a la anarquía, puesto que finalmente su argumento lleva a la conclusión de que no hay necesidad de un líder en absoluto: Ningún individuo debe ser puesto sobre un pedestal por encima de otros.  Quizás el liderazgo debe estar basado en la rotación, creando 'una nación de camaradas - todos para uno y uno para todos'.  A pesar del gran mensaje, Rashí indica que Kóraj mismo no creía en las palabras que sacó de su boca, puesto que él dice:

"'¿Por qué te elevas por encima de la comunidad de D'os?': si has tomado el reinado para ti mismo, no debías haberle dado a tu hermano el sacerdocio…" (Rashí 16:3).

El texto es poco claro respecto de quién es atacado: ¿es Moshé su enemigo, o Aharón?  Aquí Kóraj parece decir: 'podemos hacer que todo se olvide si están de acuerdo en compartir un poco de la fortuna'.

Kóraj quería poder.  Él creyó encontrar una manera para alcanzar su meta: atacar a Aharón. Aharón era la conexión débil, puesto que había sido culpable en la tragedia del becerro de oro.  ¿Por qué él tenía que ser recompensado y convertirse en el Cohen Gadol? 
 ¿Por qué no se buscaba un personaje más simpático para servir como Cohen Gadol, digamos… Kóraj?

En realidad, este ataque fue en contra de Moshé y, verdaderamente, en contra de D'os.

"La razón por la cual Kóraj se negó a permitir que la pelea sea compuesta por la intervención de Moshé fue porque él no había entrado en ella por una causa verdaderamente religiosa, y porque él tenía un escaso respeto por la gloria de D'os, y se negaba a reconocer Su poder creativo.  Cuando Moshé percibió que él así lo había puesto afuera de la escena, él se "enfureció" (Números 27:15).  Él se "enfureció" porque no podía formar parte de la discusión; él estaba "muy enfurecido" porque ellos negaban el poder creativo de D'os.  Kóraj negaba este poder completamente, tanto en la esfera de arriba como en la de abajo, como está insinuado en la frase: 'cuando ellos se levantaron en contra de D'os' (Números 26:9)"  (Zohar, Bereshit pag. 17a-b).            

"Moshé dijo a los Levitas: 'si Aharón mi hermano ha tomado el sacerdocio por propia iniciativa, ustedes hubieran hecho bien en indignarse en contra de él.  Sin embargo, esto fue dado a él por D'os, a Quien pertenece la grandeza, el poder y la soberanía, entonces cualquiera que se levante en contra de Aharón, ¿no se estará levantando en contra de D'os?'  De acuerdo a esto está escrito: 'Y respecto de Aharón, ¿quién es él que susurra en contra de él? (ibid)'" (Midrash Rabá Números 18:9).

Es D'os, no Moshé, quién elige.  Quizás al puntualizar que toda la nación estuvo en el Sinai Kóraj demuestra rechazo al liderazgo de Moshé, puesto que Moshé difiere de toda la nación en el hecho de que él no sólo estuvo parado en el Sinai, sino que ascendió a la montaña y trajo la Torá con él.

La táctica de Kóraj parece menos que directa; quizás él entendió que un ataque directo en contra de Moshé iba seguramente a fracasar.  Sin embargo, si Moshé hubiese aceptado las demandas de Kóraj sobre el sacerdocio, la propia posición de Moshé hubiese sido irreparablemente comprometida, y el camino a su retiro hubiese sido pavimentado.

¿Qué fue lo que corrompió a Kóraj?  ¿Qué causó su negación a la autoridad de D'os?  Los midrashim y la tradición cabalística sugieren varias explicaciones sobre el fracaso de Kóraj.  Una explicación describe a Kóraj como un hombre rico quien, a no diferencia de otros hombres de gran fortuna, deseaba poder:

"Encontrarás que hay riquezas que dañan a sus poseedores y otras riquezas que los mantienen en buen estado.  Como un ejemplo de riquezas que dañan, toma el caso de Kóraj quien era más rico que todo Israel y del cual está escrito: 'entonces ellos, y todo lo que les pertenecía fueron tragados vivos por la tierra' (Números 16:33)" (Midrash Rabá Éxodo 21:3).

Otras fuentes indican que Kóraj se sintió humillado por Moshé por haberle afeitado su cabeza (mientras lo preparaba para su servicio como Levita),             una sugerencia que también explica el origen del nombre Kóraj - que significa calvo.

"'Tomó Kóraj…': implica que él tomó su sotana y fue a pedir consejo a su esposa.  Cuando D'os dijo a Moshé: toma a los levitas de entre los hijos de Israel y purifícalos.  Y así harás a ellos para purificarlos… que una navaja pase por toda su carne (ibid 8:6), Moshé hizo esto con Kóraj.  Éste caminó así entre los israelitas y no lo reconocieron.  Ellos le dijeron: '¿quién te hizo esto?'.  Él les dijo: 'Moshé lo hizo.  Aún más, él me amarró de las manos y los pies y yo fui apartado y me dijo: 'he aquí, que tú estás puro!'.  Luego él trajo a su hermano Aharón y lo trató como una novia y lo hizo sentar en la Tienda de Reunión!'  Instantáneamente, los enemigos de Moshé comenzaron a incitar a Israel en contra de él diciendo: 'Moshé es rey, su hermano Aharón es el Cohen Gadol, y sus hijos son cohanim!  El cohen toma terumá, el cohen obtiene diezmos, el cohen obtiene 24 regalos!  (Midrash Rabá - Números 18:4).

En mis notas en la parashá de Bereshit, yo cité la opinión del Arizal, quien compara a Kóraj con Cain, notando los celos ciegos y autodestructivos que cada uno protagonizó en contra de quienes no estaban dispuestos a batallar.  De alguna manera, la primera "discusión" entre Cain y Hével fijó el escenario espiritual para la discusión indiscutiblemente más  famosa del Jumash: la discusión entre Kóraj y la dirigencia.  Yo noté en esa discusión el paralelo lingüístde "la tierra abrió su boca" (Bereshit 4:11) para tragar la sangre de Hével y la "midá kenegued midá" (castigo acorde al pecado) así como también que la tierra tragó a Kóraj y sus hombres (Devarim 11:6).  Mientras que este paralelo necesita ser estudiado y considerado, otros aspectos de la personalidad de Kóraj y sus tácticas también son merecedoras de ser estudiadas.

Hemos visto elementos de vanidad, megalomanía, arrogancia y autoengaño en la personalidad de Kóraj, y demagogia y manipulación en sus argumentos.  Sin embargo, y no como los espías en la parashá precedente, Kóraj no era un personaje marginal.  Él era un líder de su tribu, al cual se le había  confiado la función de cargar el Arca del Pacto:

"Nuestros Sabios dijeron: 'Kóraj era extremadamente sabio, y él estaba entre los que cargaban el Arca'" (Bamidvar Rabá 18:3).

Entonces, ¿qué fue lo que llevó a este hombre a que se desvíe, y permita que tantos defectos se manifiesten en él?  Quizás podemos contestar esta pregunta al notar una peculiaridad sobre Kóraj.  A pesar de su habilidad para juntar apoyo de varias partes de la población, en su propia casa él no era exitoso.  La Torá nos dice en el próximo censo:

"Y los hijos de Kóraj no murieron" (Bamidvar 26:11).

Aparentemente, los hijos de Kóraj no siguieron las enseñanzas de su padre.  Ellos llevaron el Arca con dignidad.  Los Salmos 42, 44, 45, 46, 47, 48, 49, 84, 85, 87, 88 son atributos a los descendientes de Kóraj.  El Midrash enseña que uno de los profetas más famosos, Shemuel, fue descendiente de él:

"Dijeron Nuestros Sabios: … para que no diga (Kóraj) 'Shemuel descenderá de nosotros y por él yo me salvaré'" (Bamidvar Rabá 18:15)

En otra sección el Midrash dice:

"Y Kóraj que era un hombre inteligente - ¿qué razón tenía para hacer semejante tontería?  El ojo de su mente lo desvió.  Él vió que una descendencia distinguida emanaría de él, particularmente Shemuel, cuya importancia equivale a la de Moshé y Aharón; como podemos entender del texto: Moshé y Aharón entre Sus sacerdotes, y Shemuel  entre ellos que aclaman Su Nombre (Salmos 99:6), y de entre sus descendientes se formarán 24 divisiones de levitas de los cuales todos profesarán bajo la influencia del Espíritu Sagrado; como está escrito: Todos ellos fueron los hijos de Hemán (Crónicas 25:5). Él discutió: '¿es razonable que, puesto que tanta grandeza está destinada a emanar de mí, yo quede en silencio?  Sin embargo, él no vió correctamente.  De hecho sus hijos se arrepintieron y fue de ellos que la distinguida descendencia emanó.  Sin embargo, Moshé sí lo vió.  La razón, entonces, de por qué Kóraj fue suficientemente tonto como para ponerse en peligro fue porque él escuchó de Moshé que todos caerían y uno de ellos escaparía; así como está escrito: 'Y será que el hombre que D'os escoja será sagrado'" (Midrash Rabá Bamidvar 18:8).

Kóraj creía en su superioridad en el área de la descendencia, puesto que él sabía que grandes líderes espirituales descenderían de su línea, mientras que de la línea de Moshé habría una descendencia menos impresionante.  La Torá y el Midrash hablan frecuentemente sobre la progenie de Moshé.  Kóraj, por otro lado, se consideró a sí mismo merecedor del rol de liderazgo por los descendientes que surgirían en el futuro.  De hecho, los hijos de Kóraj eran individuos superiores - así como está evidenciado por su negación a seguir a su padre y por su propia visión de su misión sagrada de llevar el Arca.  Kóraj mismo percibió la grandeza de ellos, pero en su camino torcido, él transformó la santidad de ellos en una justificación para rebelarse.  Sus hijos, por supuesto, se apartaron de la discordia provocada por su padre y siguieron dedicándose a Moshé, Aharón y a D'os.

Esta visión nos permite apreciar el argumento que usó Kóraj: 'porque toda la comunidad es sagrada y D'os está entre ellos' - una declaración verdadera.  Rashí sugirió que Kóraj se refería al momento en que toda la comunidad estaba parada en el Sinai, pero el Rab Tzadok HaCohen de Lublin sugirió un entendimiento diferente al entendimiento de Rashí.  Mientras que Rashí señala el pasado, el Rab Tzadok entiende que la referencia de Kóraj es expuesta sobre el futuro.  Los judíos son verdaderamente una nación sagrada, y D'os está entre ellos, pero la santidad del pueblo y la manifestación de D'os en la comunidad crecerá increíblemente cuando los judíos logren alcanzar cumplir con su misión colectiva.  Cuando Kóraj habla del Sinai y la Revelación, él ve a la comunidad en términos idílicos.  Para Kóraj, el futuro es ahora; D'os está entre ellos.  Pero esta perspectiva tiene sus riesgos: si el futuro es considerado, entonces los descendientes de Kóraj son claramente más significativos que los de Moshé.  Son los descendientes de Kóraj que cargarán el Arca, serán los mensajeros y los Profetas de D'os.  Entonces se torna apropiado que Kóraj, y no Moshé o Aharón lidere.  El error de Kóraj, su mal entendimiento de las necesidades espirituales de la nación, fue trágico.  En lugar de gloria, Kóraj encontró desesperación y enemistad.

De acuerdo al Midrash, Janá la madre de Shemuel sirve como el poder espiritual que saca a Kóraj de las profundidades:

"Los Rabinos dijeron: Aun así la compañía de Kóraj se hundió y descendió incluso hasta lo más bajo, hasta que Janá se levantó y rezó por ellos: 'el Señor mata, y da vida; Él tira al pozo y saca de él'  (Shemuel I 2:6)"  (Midrash Rabá Génesis 98:4).

Irónicamente, Shemuel, el descendiente más notable de Kóraj, apoyó el liderazgo en su generación.  Él directamente fue responsable de ungir a los dos primeros reyes de Israel.  Él no intentó usurpar el reinado y así obtener poder para sí mismo; sino que él fue un sirviente fiel de D'os.  Shaul, el primer rey de Israel, fue ungido por Shemuel, y sólo los propios pecados de Shaul causaron la pérdida del trono.  Shemuel inició la dinastía Davídica con el ungimiento de David.  Así, mientras que la haftará de esta semana contiene muchas alusiones a nuestra parashá, la principal asociación es la línea marcada entre Shemuel y Kóraj, y las sorprendentes diferencias en sus actitudes y comportamientos.

El error de Kóraj fue creer que el liderazgo es el resultado del intelecto, riqueza y poder.  La idea judía de liderazgo es tomar responsabilidad, y servir como un intermediario de D'os.  Shemuel entendió esto.  Kóraj no lo entendió.

Kóraj clamaba que D'os estaba entre las personas.  Por supuesto, él no se equivocó.  Al Rab de Kotzk se le preguntó una vez: '¿Dónde está D'os?'.  Él respondió: 'Donde sea que lo dejemos estar'.  La presencia de D'os es una pregunta del espíritu del hombre, no de la existencia de D'os.  Los hijos de Kóraj también entendieron esto; en uno de los rezos más poderosos en los Salmos ellos piden:

"Para el director.  Maskil de los hijos de Kóraj: Así como un carnero anhela por los saltos de agua, así mi alma te anhela a Ti - D'os.  Mi alma está sedienta de D'os, del D'os viviente.  ¿Cuándo apareceré ante D'os?  Mis lágrimas fueron mi pan día y noche, mientras ellos me dicen todo el día, ¿dónde está tu D'os?" (Salmos 42:1-4).

En este pasaje profundo nosotros entendemos por qué Kóraj tenía una razón para estar orgulloso, pero sus descendientes eran un poco distintos que él.  Ellos sabían que D'os estaba entre ellos, ellos buscaban y deseaban sentir y experimentar a D'os en niveles más y más grandes.  Ellos fueron honrados al cantar en el Templo; quizás ellos no tenían el papel de protagonistas especiales - ese papel era reservado para el Cohen Gadol - pero ellos estaban contentos con su rol, cantando palabras poderosas, las cuales unidas a melodías estremecedoras, evocaban imágenes conmovedoras.  Sus palabras, las cuales eran la herencia positiva de Kóraj, nos inspira hasta este día.  A diferencia de Kóraj, quien insistió que D'os está entre todos nosotros, sus descendientes cantaron canciones describiendo cómo el hombre debe desear a D'os, buscar a D'os y colmarse de amor por D'os.

"Para el director.  Maskil de los hijos de Kóraj: Así como un carnero anhela por los saltos de agua, así mi alma te anhela a Ti - D'os.  Mi alma está sedienta de D'os, del D'os viviente.  ¿Cuándo apareceré antD'os?
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Parashá de la semana, Koraj (Bamidbar 16:1-18:32) 38

" Rebelión!"
La caída en el liderazgo recordada en la parashá de la semana pasada es seguida por una directa y completa rebelión en contra de Moshé, Aharón y D'os en la parashá de Kóraj.  El negativo reporte de los espías, los mismos hombres a los cuales les fue confiado el liderazgo, causaron que las masas reevalúen si continuar o no bajo el liderazgo de Moshé.  Este mal uso del poder trajo calamidad sobre las masas.  En la parashá de esta semana, Kóraj toma ventaja del descontento del pueblo.  El momento es oportuno - y él ataca.  ¿Quién era Kóraj?  ¿Qué lo motivó a hacer esto?  ¿Qué tenía planeado?  Una revisión del episodio nos ayudará a entender estos temas.
Primero, consideremos la estrategia de Kóraj:
"Tomó Kóraj - el hijo de Itzhar, hijo de Kehat, hijo de Leví - y Datán y Aviram - los hijos de Eliav, y On - el hijo de Pelet, hijos de Reubén, hombres.  Y ellos se levantaron en contra de Moshé, con algunos del pueblo de Israel, doscientos cincuenta príncipes de la asamblea, regularmente convocados a la congregación, hombres de renombre"(16:1-2).
Su movimiento inicial fue incitar a varias partes de la población que se sentían privadas del derecho a votar, particularmente de la tribu de Reubén: si alguien sintió que su posición había sido comprometida, ese fue Reubén.  Ellos eran, después de todo, los primogénitos de Iaacov.  De acuerdo a esto, el reinado, la kehuná (el derecho a ser cohanim - sacerdotes) y la doble herencia debía haber sido para ellos.  Pero estos privilegios les fueron sacados por Iaacov, y les fueron dados a Iehudá, Leví e Iosef respectivamente.  Es por eso que en su movimiento inicial Kóraj manipula a los líderes de Reubén para que se le unan a su rebelión.
Luego nosotros vemos el argumento que él usa:
"Y ellos se juntaron en contra de Moshé y en contra de Aharón y les dijeron: 'ustedes tomaron demasiado para sí mismos, puesto que toda la comunidad es sagrada, y D'os está entre ellos.  ¿Por qué se elevaron por sobre la comunidad de D'os?'" (16:3).
El comentario de Rashí sobre su queja es instructivo:
'Ustedes tomaron demasiado para sí mismos': ustedes tomaron demasiada grandeza para sí mismos.
'Porque toda la comunidad es sagrada': todos escucharon los sonidos en el Sinai emanando del Cielo.
'¿Por qué se elevan por encima de la comunidad de D'os?': si tomaste el reinado para ti mismo, no debías haberle dado a tu hermano el sacerdocio… (Rashí 16:3).
¿Cuál es el orden de Kóraj?  Por un lado, él correctamente señala que toda la nación estuvo en el Sinai.  Esto provee la base para reclamar que el liderazgo puede pertenecer a cualquiera de ellos.  Mientras que este argumento es ciertamente populista, y puede quizás darle a él un apoyo aún más grande, lo puede llevar a la anarquía, puesto que finalmente su argumento lleva a la conclusión de que no hay necesidad de un líder en absoluto: Ningún individuo debe ser puesto sobre un pedestal por encima de otros.  Quizás el liderazgo debe estar basado en la rotación, creando 'una nación de camaradas - todos para uno y uno para todos'.  A pesar del gran mensaje, Rashí indica que Kóraj mismo no creía en las palabras que sacó de su boca, puesto que él dice:
"'¿Por qué te elevas por encima de la comunidad de D'os?': si has tomado el reinado para ti mismo, no debías haberle dado a tu hermano el sacerdocio…" (Rashí 16:3).
El texto es poco claro respecto de quién es atacado: ¿es Moshé su enemigo, o Aharón?  Aquí Kóraj parece decir: 'podemos hacer que todo se olvide si están de acuerdo en compartir un poco de la fortuna'.
Kóraj quería poder.  Él creyó encontrar una manera para alcanzar su meta: atacar a Aharón. Aharón era la conexión débil, puesto que había sido culpable en la tragedia del becerro de oro.  ¿Por qué él tenía que ser recompensado y convertirse en el Cohen Gadol?  ¿Por qué no se buscaba un personaje más simpático para servir como Cohen Gadol, digamos… Kóraj?
En realidad, este ataque fue en contra de Moshé y, verdaderamente, en contra de D'os.
"La razón por la cual Kóraj se negó a permitir que la pelea sea compuesta por la intervención de Moshé fue porque él no había entrado en ella por una causa verdaderamente religiosa, y porque él tenía un escaso respeto por la gloria de D'os, y se negaba a reconocer Su poder creativo.  Cuando Moshé percibió que él así lo había puesto afuera de la escena, él se "enfureció" (Números 27:15).  Él se "enfureció" porque no podía formar parte de la discusión; él estaba "muy enfurecido" porque ellos negaban el poder creativo de D'os.  Kóraj negaba este poder completamente, tanto en la esfera de arriba como en la de abajo, como está insinuado en la frase: 'cuando ellos se levantaron en contra de D'os' (Números 26:9)"  (Zohar, Bereshit pag. 17a-b).            
"Moshé dijo a los Levitas: 'si Aharón mi hermano ha tomado el sacerdocio por propia iniciativa, ustedes hubieran hecho bien en indignarse en contra de él.  Sin embargo, esto fue dado a él por D'os, a Quien pertenece la grandeza, el poder y la soberanía, entonces cualquiera que se levante en contra de Aharón, ¿no se estará levantando en contra de D'os?'  De acuerdo a esto está escrito: 'Y respecto de Aharón, ¿quién es él que susurra en contra de él? (ibid)'" (Midrash Rabá Números 18:9).
Es D'os, no Moshé, quién elige.  Quizás al puntualizar que toda la nación estuvo en el Sinai Kóraj demuestra rechazo al liderazgo de Moshé, puesto que Moshé difiere de toda la nación en el hecho de que él no sólo estuvo parado en el Sinai, sino que ascendió a la montaña y trajo la Torá con él.
La táctica de Kóraj parece menos que directa; quizás él entendió que un ataque directo en contra de Moshé iba seguramente a fracasar.  Sin embargo, si Moshé hubiese aceptado las demandas de Kóraj sobre el sacerdocio, la propia posición de Moshé hubiese sido irreparablemente comprometida, y el camino a su retiro hubiese sido pavimentado.
¿Qué fue lo que corrompió a Kóraj?  ¿Qué causó su negación a la autoridad de D'os?  Los midrashim y la tradición cabalística sugieren varias explicaciones sobre el fracaso de Kóraj.  Una explicación describe a Kóraj como un hombre rico quien, a no diferencia de otros hombres de gran fortuna, deseaba poder:
"Encontrarás que hay riquezas que dañan a sus poseedores y otras riquezas que los mantienen en buen estado.  Como un ejemplo de riquezas que dañan, toma el caso de Kóraj quien era más rico que todo Israel y del cual está escrito: 'entonces ellos, y todo lo que les pertenecía fueron tragados vivos por la tierra' (Números 16:33)" (Midrash Rabá Éxodo 21:3).
Otras fuentes indican que Kóraj se sintió humillado por Moshé por haberle afeitado su cabeza (mientras lo preparaba para su servicio como Levita),             una sugerencia que también explica el origen del nombre Kóraj - que significa calvo.
"'Tomó Kóraj…': implica que él tomó su sotana y fue a pedir consejo a su esposa.  Cuando D'os dijo a Moshé: toma a los levitas de entre los hijos de Israel y purifícalos.  Y así harás a ellos para purificarlos… que una navaja pase por toda su carne (ibid 8:6), Moshé hizo esto con Kóraj.  Éste caminó así entre los israelitas y no lo reconocieron.  Ellos le dijeron: '¿quién te hizo esto?'.  Él les dijo: 'Moshé lo hizo.  Aún más, él me amarró de las manos y los pies y yo fui apartado y me dijo: 'he aquí, que tú estás puro!'.  Luego él trajo a su hermano Aharón y lo trató como una novia y lo hizo sentar en la Tienda de Reunión!'  Instantáneamente, los enemigos de Moshé comenzaron a incitar a Israel en contra de él diciendo: 'Moshé es rey, su hermano Aharón es el Cohen Gadol, y sus hijos son cohanim!  El cohen toma terumá, el cohen obtiene diezmos, el cohen obtiene 24 regalos!  (Midrash Rabá - Números 18:4).
En mis notas en la parashá de Bereshit, yo cité la opinión del Arizal, quien compara a Kóraj con Cain, notando los celos ciegos y autodestructivos que cada uno protagonizó en contra de quienes no estaban dispuestos a batallar.  De alguna manera, la primera "discusión" entre Cain y Hével fijó el escenario espiritual para la discusión indiscutiblemente más  famosa del Jumash: la discusión entre Kóraj y la dirigencia.  Yo noté en esa discusión el paralelo lingüístde "la tierra abrió su boca" (Bereshit 4:11) para tragar la sangre de Hével y la "midá kenegued midá" (castigo acorde al pecado) así como también que la tierra tragó a Kóraj y sus hombres (Devarim 11:6).  Mientras que este paralelo necesita ser estudiado y considerado, otros aspectos de la personalidad de Kóraj y sus tácticas también son merecedoras de ser estudiadas.
Hemos visto elementos de vanidad, megalomanía, arrogancia y autoengaño en la personalidad de Kóraj, y demagogia y manipulación en sus argumentos.  Sin embargo, y no como los espías en la parashá precedente, Kóraj no era un personaje marginal.  Él era un líder de su tribu, al cual se le había  confiado la función de cargar el Arca del Pacto:
"Nuestros Sabios dijeron: 'Kóraj era extremadamente sabio, y él estaba entre los que cargaban el Arca'" (Bamidvar Rabá 18:3).
Entonces, ¿qué fue lo que llevó a este hombre a que se desvíe, y permita que tantos defectos se manifiesten en él?  Quizás podemos contestar esta pregunta al notar una peculiaridad sobre Kóraj.  A pesar de su habilidad para juntar apoyo de varias partes de la población, en su propia casa él no era exitoso.  La Torá nos dice en el próximo censo:
"Y los hijos de Kóraj no murieron" (Bamidvar 26:11).
Aparentemente, los hijos de Kóraj no siguieron las enseñanzas de su padre.  Ellos llevaron el Arca con dignidad.  Los Salmos 42, 44, 45, 46, 47, 48, 49, 84, 85, 87, 88 son atributos a los descendientes de Kóraj.  El Midrash enseña que uno de los profetas más famosos, Shemuel, fue descendiente de él:
"Dijeron Nuestros Sabios: … para que no diga (Kóraj) 'Shemuel descenderá de nosotros y por él yo me salvaré'" (Bamidvar Rabá 18:15)
En otra sección el Midrash dice:
"Y Kóraj que era un hombre inteligente - ¿qué razón tenía para hacer semejante tontería?  El ojo de su mente lo desvió.  Él vió que una descendencia distinguida emanaría de él, particularmente Shemuel, cuya importancia equivale a la de Moshé y Aharón; como podemos entender del texto: Moshé y Aharón entre Sus sacerdotes, y Shemuel  entre ellos que aclaman Su Nombre (Salmos 99:6), y de entre sus descendientes se formarán 24 divisiones de levitas de los cuales todos profesarán bajo la influencia del Espíritu Sagrado; como está escrito: Todos ellos fueron los hijos de Hemán (Crónicas 25:5). Él discutió: '¿es razonable que, puesto que tanta grandeza está destinada a emanar de mí, yo quede en silencio?  Sin embargo, él no vió correctamente.  De hecho sus hijos se arrepintieron y fue de ellos que la distinguida descendencia emanó.  Sin embargo, Moshé sí lo vió.  La razón, entonces, de por qué Kóraj fue suficientemente tonto como para ponerse en peligro fue porque él escuchó de Moshé que todos caerían y uno de ellos escaparía; así como está escrito: 'Y será que el hombre que D'os escoja será sagrado'" (Midrash Rabá Bamidvar 18:8).
Kóraj creía en su superioridad en el área de la descendencia, puesto que él sabía que grandes líderes espirituales descenderían de su línea, mientras que de la línea de Moshé habría una descendencia menos impresionante.  La Torá y el Midrash hablan frecuentemente sobre la progenie de Moshé.  Kóraj, por otro lado, se consideró a sí mismo merecedor del rol de liderazgo por los descendientes que surgirían en el futuro.  De hecho, los hijos de Kóraj eran individuos superiores - así como está evidenciado por su negación a seguir a su padre y por su propia visión de su misión sagrada de llevar el Arca.  Kóraj mismo percibió la grandeza de ellos, pero en su camino torcido, él transformó la santidad de ellos en una justificación para rebelarse.  Sus hijos, por supuesto, se apartaron de la discordia provocada por su padre y siguieron dedicándose a Moshé, Aharón y a D'os.
Esta visión nos permite apreciar el argumento que usó Kóraj: 'porque toda la comunidad es sagrada y D'os está entre ellos' - una declaración verdadera.  Rashí sugirió que Kóraj se refería al momento en que toda la comunidad estaba parada en el Sinai, pero el Rab Tzadok HaCohen de Lublin sugirió un entendimiento diferente al entendimiento de Rashí.  Mientras que Rashí señala el pasado, el Rab Tzadok entiende que la referencia de Kóraj es expuesta sobre el futuro.  Los judíos son verdaderamente una nación sagrada, y D'os está entre ellos, pero la santidad del pueblo y la manifestación de D'os en la comunidad crecerá increíblemente cuando los judíos logren alcanzar cumplir con su misión colectiva.  Cuando Kóraj habla del Sinai y la Revelación, él ve a la comunidad en términos idílicos.  Para Kóraj, el futuro es ahora; D'os está entre ellos.  Pero esta perspectiva tiene sus riesgos: si el futuro es considerado, entonces los descendientes de Kóraj son claramente más significativos que los de Moshé.  Son los descendientes de Kóraj que cargarán el Arca, serán los mensajeros y los Profetas de D'os.  Entonces se torna apropiado que Kóraj, y no Moshé o Aharón lidere.  El error de Kóraj, su mal entendimiento de las necesidades espirituales de la nación, fue trágico.  En lugar de gloria, Kóraj encontró desesperación y enemistad.
De acuerdo al Midrash, Janá la madre de Shemuel sirve como el poder espiritual que saca a Kóraj de las profundidades:
"Los Rabinos dijeron: Aun así la compañía de Kóraj se hundió y descendió incluso hasta lo más bajo, hasta que Janá se levantó y rezó por ellos: 'el Señor mata, y da vida; Él tira al pozo y saca de él'  (Shemuel I 2:6)"  (Midrash Rabá Génesis 98:4).
Irónicamente, Shemuel, el descendiente más notable de Kóraj, apoyó el liderazgo en su generación.  Él directamente fue responsable de ungir a los dos primeros reyes de Israel.  Él no intentó usurpar el reinado y así obtener poder para sí mismo; sino que él fue un sirviente fiel de D'os.  Shaul, el primer rey de Israel, fue ungido por Shemuel, y sólo los propios pecados de Shaul causaron la pérdida del trono.  Shemuel inició la dinastía Davídica con el ungimiento de David.  Así, mientras que la haftará de esta semana contiene muchas alusiones a nuestra parashá, la principal asociación es la línea marcada entre Shemuel y Kóraj, y las sorprendentes diferencias en sus actitudes y comportamientos.
El error de Kóraj fue creer que el liderazgo es el resultado del intelecto, riqueza y poder.  La idea judía de liderazgo es tomar responsabilidad, y servir como un intermediario de D'os.  Shemuel entendió esto.  Kóraj no lo entendió.
Kóraj clamaba que D'os estaba entre las personas.  Por supuesto, él no se equivocó.  Al Rab de Kotzk se le preguntó una vez: '¿Dónde está D'os?'.  Él respondió: 'Donde sea que lo dejemos estar'.  La presencia de D'os es una pregunta del espíritu del hombre, no de la existencia de D'os.  Los hijos de Kóraj también entendieron esto; en uno de los rezos más poderosos en los Salmos ellos piden:
"Para el director.  Maskil de los hijos de Kóraj: Así como un carnero anhela por los saltos de agua, así mi alma te anhela a Ti - D'os.  Mi alma está sedienta de D'os, del D'os viviente.  ¿Cuándo apareceré ante D'os?  Mis lágrimas fueron mi pan día y noche, mientras ellos me dicen todo el día, ¿dónde está tu D'os?" (Salmos 42:1-4).
En este pasaje profundo nosotros entendemos por qué Kóraj tenía una razón para estar orgulloso, pero sus descendientes eran un poco distintos que él.  Ellos sabían que D'os estaba entre ellos, ellos buscaban y deseaban sentir y experimentar a D'os en niveles más y más grandes.  Ellos fueron honrados al cantar en el Templo; quizás ellos no tenían el papel de protagonistas especiales - ese papel era reservado para el Cohen Gadol - pero ellos estaban contentos con su rol, cantando palabras poderosas, las cuales unidas a melodías estremecedoras, evocaban imágenes conmovedoras.  Sus palabras, las cuales eran la herencia positiva de Kóraj, nos inspira hasta este día.  A diferencia de Kóraj, quien insistió que D'os está entre todos nosotros, sus descendientes cantaron canciones describiendo cómo el hombre debe desear a D'os, buscar a D'os y colmarse de amor por D'os.
"Para el director.  Maskil de los hijos de Kóraj: Así como un carnero anhela por los saltos de agua, así mi alma te anhela a Ti - D'os.  Mi alma está sedienta de D'os, del D'os viviente.  ¿Cuándo apareceré antD'os?