jueves, 16 de junio de 2016

Parashá de la semana, Nasó (Bamidbar 4:21-7:89) 35

La libertad de la Torá

La parashá de esta semana habla sobre la mitzvá de nezirut: cuando una persona hace un juramento de abstenerse del vino, evitar tener contacto con cadáveres y dejarse crecer el cabello (1).
El autor del libro Torat Abraham, Rav Abraham Grodzinki (2), habla sobre muchas dificultades que hay respecto a la situación espiritual del nazir. Comenta por ejemplo que en un punto la Torá lo describe como "santo" por privarse el placer físico (3), pero poco después, durante la descripción de los sacrificios que éste debía llevar, la Torá nos dice que él debía llevar una ofrenda de pecado para expiar por una transgresión específica que había cometido. ¿Cuál había sido dicha transgresión? Rashi trae la opinión de Rabí Elazar HaKapa, quien dice que su pecado fue haberse causado dolor por privarse del disfrute de beber vino (4). Vemos por lo tanto que hay una gran contradicción sobre si el nazir estaba haciendo una gran mitzvá o estaba en realidad cometiendo un pecado.
El Torat Abraham responde que el nazir estaba haciendo lo correcto ya que se trata de una persona que sentía una tendencia nociva hacia el placer físico y que, por lo tanto, consideró necesario dar el drástico paso de hacer un juramento de nezirut. Sin embargo, hay un elemento de pecado en su acción que requería expiación.
El Torat Abraham continúa diciendo que Dios creó al hombre con un cuerpo y un alma y que por lo tanto está mal que el hombre reniegue por completo de su cuerpo. La tarea del hombre en este mundo es vivir en el mundo físico y elevarlo. El nazir siente que no puede elevar el mundo sin abstenerse del vino y hace bien en privárselo; el problema es que con esto le causa una gran incomodidad a su cuerpo ya que este tiene un cierto nivel de apego al mundo físico y siente dolor al privarse de los placeres que dicho mundo tiene para ofrecer.
Consecuentemente, el nazir es considerado sagrado por someterse a semejante proceso de purificación, pero al mismo tiempo tiene que llevar una ofrenda de pecado por causarle dolor a su cuerpo (5).
Habiendo explicado la dualidad en el acto de nezirut, el Torat Abraham presenta una nueva dificultad: él cita al Rambán al principio de parashat Kedoshim, quien escribe que es insuficiente observar las mitzvot si uno vive una vida llena de indulgencias, ya que la Torá nos exige que seamos santos. Para cumplir esa mitzvá, el Rambán dice que la persona debe abstenerse de placeres físicos e incluso equipara al hombre santo con el nazir, quien es descrito como un ser santo por abstenerse del vino. Sin embargo, el Rambán no hace ninguna alusión a un pecado por la abstención de los placeres físicos, a pesar de que pareciera que dicha abstención le genera dolor al cuerpo santo del hombre.
El Torat Abraham dice que este Rambán está hablando en realidad del nivel de un talmid jajam, una persona que se esfuerza para alejarse de los lujos de este mundo. Pero esto despierta una pregunta obvia: ¿cuál es la diferencia entre el nazir, quien pecó por abstenerse del vino, y el talmid jajam, quien no comete ningún pecado al someterse a un proceso similar?
La respuesta es que hay una diferencia fundamental entre la separación del mundo físico que realiza el nazir y la que realiza eltalmid jajam. El nazir tiene un fuerte impulso físico hacia los placeres más básicos —como el vino—, le resulta doloroso separarse de ellos y, por causarse dolor, es considerado un pecador.
En contraste, el talmid jajam no siente dolor al evitar una autocomplacencia física, ya que él no está atado a sus deseos físicos. Él tiene un reconocimiento tan grande de la fútil y pasajera naturaleza de los placeres físicos que no le resulta difícil abstenerse de ellos. Por lo tanto, a pesar de que el nazir necesita expiación por causarse dolor a sí mismo, el talmid jajam no está cometiendo ningún pecado al realizar dicha separación.
Podemos aprender de aquí un principio fundamental: la forma ideal de separarse de los placeres físicos no debería involucrar un proceso doloroso de privación, sino que debería emanar de un entendimiento natural de la futilidad de la gratificación física.
Esto es muy diferente al entendimiento común sobre cómo reducir el apego a la materialidad. Este contraste se hace más evidente en los comunes intentos de la gente para perder peso por medio de intensas dietas, la cuales casi siempre fallan ya que involucran el doloroso proceso de privación que es imposible de sostener en el tiempo. Quien se somete a la dieta no se libera del deseo de las comidas sabrosas sino que, por el contrario, su anhelo por ellas aumenta.
En contraste, el enfoque de la Torá pareciera permitirle a la persona comer saludablemente e incluso perder peso (6). Si una persona se libera de su apego a los placeres físicos, entonces abstenerse de ellos se volverá un proceso indoloro.
Pero aún debemos entender cómo se puede hacer para alcanzar el nivel de talmid jajam y poder de esta manera separarse de los placeres físicos sin incomodidad. La clave parece estar en el desarrollo de una fuerte apreciación por la espiritualidad, la cual liberaría automáticamente a la persona del apego a lo material.
Esta dicotomía es muy importante respecto a nuestra relación con la Torá que celebramos en Shavuot. La Mishná en Pirkei Avot nos dice que el camino de la Torá es comer pan con sal, beber agua y dormir en el piso (7). Esto no significa que para convertirse en talmid jajamhace falta vivir de esa manera; lo que la Mishná nos está enseñando es que deberíamos desarrollar un profundo aprecio por la Torá, un aprecio tal que haga que los placeres físicos pierdan todo significado. Consecuentemente, para que una persona aspire a ser un talmid jajam debe estar dispuesta a vivir muy humildemente. De esta forma, incluso si tiene acceso a un estándar de vida más alto, podrá enfocarse en los placeres más elevados como el estudio de Torá. Sin embargo, si la persona siente una gran atracción hacia la comodidad física, entonces será imposible que se dedique lo suficiente a la Torá.
Este principio de liberarse de los placeres materiales también está conectado con Shavuot en otro aspecto. El Maguén Abraham habla sobre la popular costumbre de los hombres de permanecer despiertos en la noche de Shavuot, y sugiere que la razón de esto se basa en el Midrash que cuenta que el pueblo judío durmió toda la noche antes deMatán Torá y que Dios los tuvo que despertar. Por lo tanto, nosotros tratamos de enmendar este error quedándonos despiertos toda la noche (8).
¿Cuál es el significado que hay detrás de esta costumbre? Pareciera que, si bien el pueblo judío estaba preparado para recibir la Torá, en un cierto nivel aún sentían una cierta aprehensión por las implicaciones de esto. Recibir la Torá implicaría privarse de muchas cosas y tener muchas exigencias. Y esta aprehensión se manifestó con el dormir, el cual representa el escape máximo de los desafíos de la vida.
Es muy común que cuando una persona tiene muchas dificultades o está deprimida duerma para escapar de sus problemas. El pueblo judío estaba excitado por recibir la Torá y sabía que ésta les ofrecía una forma de existencia mucho más profunda y significativa, pero en el fondo también sentían un apego a los placeres físicos que ahora tendrían que abandonar (9). Con el objetivo de enmendar este "pecado", nos privamos de dormir para demostrar que la alegría de recibir la Torá es mucho más grande que la pérdida de comodidades físicas como dormir.
Hemos visto entonces que hay dos formas en las que una persona puede privarse de los placeres físicos: la auto privación del nazir le causa mucha incomodidad, mientras que el talmid jajam no siente dolor al mantenerse alejado de esos placeres. Nuestro objetivo es reducir nuestro apego al mundo físico por medio de una mayor sensibilidad a la espiritualidad.

Notas:
(1) Nasó 6:1-21.
(2) Torat Abraham p.9181-9182. Fue mashguíaj de Slobodka, yerno de Rav Yaakov Kamenetzky zt”l y suegro de Rav Shlomo Wolbe zt”l y de Rav Jaim Kreiswirth zt”l.
(3) Nasó 6:5.
(4) Rashi, Nasó 6:11, citando las Guemarot en Nazir 19a y en Taanit 11a.
(5) Ver Tosafot, Taanit 11a, quien advierte la misma dualidad respecto a una persona que ayuna en Shabat: se considera que está haciendo una mitzvá, al tiempo que comete un pecado por negarse el placer físico de disfrutar Shabat.
(6) Es cierto que no hay una mitzvá que obligue la privación de comida sabrosa y que, en muchas ocasiones, comer buena comida es incluso una mitzvá. Sin embargo, esto no contradice la idea de que una persona debe no estar meshuavad a la comida, es decir, debe comer bien cuando sea una mitzvá pero igualmente debe evitar la glotonería y la alimentación no saludable.
(7) Pirkei Avot 6:4.
(8) Maguén Abraham, hakdamá al Simán 494.

(9) Este fenómeno también se ve en Parashat Behaalotjá, donde el pueblo judío se lamentó por haber sido comandado sobre las relaciones prohibidas. Su dolor parece haber emanado de su apego a esas relaciones.

Parashá de la semana, Bamidbar (Bamidbar 1:1-4:20) 34

Estudiando algunos midrashim

Extraido de El Midrash Dice. Edit. Bnei Sholem


Por Qué la Torá especifica la Fecha y Lugar Donde Hashem Habló a Moshé

El libro de Bamidbar comienza, "Y Hashem habló a Moshé en el desierto de Sinai, en el Mishkán (tabernáculo), en el primer día del segundo mes (Iyar), en el segundo año después de que ellos hubieron salido de la tierra de Egipto." 
Hashem habló a Moshé cientos de veces, y la Torá generalmente no especifica la fecha. ¿Por qué, entonces, lo hace aquí?
La siguiente parábola ilustra el punto:

El señor XY, un famoso millonario, conocido por poseer varios rascacielos, vastas cantidades de acciones en firmas importantes, granjas y propiedades en el Sur, era incapaz de hallar satisfacción en su vida personal. Había acabado de divorciar a su segunda esposa, la hija de un rico magnate petrolero, quien había amargado sus días con su incesante disputar. El había divorciado a su primera esposa varios años antes porque ella le había sido infiel. Raramente hablaba de estos matrimonios, y cuando era interrogado por curiosos reporteros, rehusaba divulgar todo detalle. Mantenía las fechas de sus casamientos y divorcios en secreto, y cuando se le solicitaba exhibir sus contratos matrimoniales él negaba poseer cualquier documento semejante.
Muchos años más tarde sus amigos sugirieron una pareja para él, no obstante inusual para un hombre en su posición, probaría indudablemente ser auspiciosa. La muchacha en cuestión estaba empobrecida, pero era de noble estirpe y refinado carácter.
Después de que el millonario hubo investigado y encontrado que todas las afirmaciones hechas acerca de la joven dama eran ciertas, exclamó, "¡Esta vez yo he encontrado la esposa correcta! Anunciaré públicamente la fecha de la boda y ciertamente le daré a ella un contrato matrimonial."

Después de crear a la humanidad, Hashem, para decirlo de alguna manera,se desilusionó, de una generación a otra. La generación del Diluvio se rebeló en contra de El, y así hizo ciertamente la generación de la Dispersión. La Torá por consiguiente comenta la elevación y caída de éstas y las subsiguientes generaciones, sin revelar las fechas exactas de su aparición en el escenario de la historia o de su salida. De este modo, la Torá no registra cuándo las destrucciones de la generación de la Dispersión o de los Sodomitas tuvieron lugar, ni cuándo las Diez Plagas y el ahogo de los egipcios ocurrieron.
Relativo a los judíos, no obstante, Hashem exclamó, "Ellos son diferentes de las generaciones previas;¡ellos son los hijos de Abraham, Itzjak, y Iaacov! Yo sé que este pueblo será leal a Mí."
Por consiguiente, El ordenó a Moshé, "Registra en la Torá el día,mes,año y localidad exactos cuando los elevé a la grandeza."

La Torá (Bamidbar 1:1) especifica la fecha y lugar precisos de la alocución de Hashem a Moshé, al igual que estos particulares son encontrados en una ketubá (contrato matrimonial).
Así este pasuk (versículo) demuestra que el pueblo judío fue escogido por Hashem de todas las naciones.

Por Qué Hashem Reveló la Torá en un Desierto

Las palabras, "en el desierto de Sinai," indican que Di- s adrede eligió un desierto en el cual entregarnos Su Torá.
Hay varias razones de por qué Di- s prefirió un desierto a tierra habitada. Entre ellas:
- Si la Torá hubiera sido entregada en Eretz Israel, sus habitantes alegarían una relación especial con la Torá. Hashem habló a los judíos en un lugar donde todos disfrutaban de libre acceso a fin de instruir que todo judío tiene una parte y obligación en la Torá igual a aquélla de todo semejante judío.
- Revelando la Torá en el desierto, Di- s nos enseñó que a fin de volverse grande en estudio, uno debe hacerse a sí mismo como un desierto- eso es, hefker, sin dueño.
Estas palabras implican:
1. Al igual que un desierto es libre para todos para pisar sobre él, así un judío debe ser humilde.Humildad es la conciencia de la propia pequeñez de uno. Es una virtud necesaria para tener éxito en el estudio de Torá y para una vida feliz en este mundo.
2. "Volviéndose como un desierto" también implica que un judío debe estar listo para sacrificar el confort material por la Torá. El concepto de "desierto" sugiere lo opuesto de civilización con su confort y lujos materiales. Un judío puede tener la esperanza de progreso en el estudio de Torá y cumplimiento de mitzvot sólo si él está preparado para hacer sacrificios en cuestiones mundanas.
3. Una característica adicional del desierto es su vaciedad. El intelecto de un judío debe ser como el desierto, libre de elementos extraños, antes de que pensamientos de Torá puedan enraizarse en él.

Los Benei Israel son Contados una Cuarta Vez

En el primero del mes de Iyar, de 2449, el segundo año en el desierto, Hashem ordenó a Moshé, "Cuenta a los varones judíos entre las edades de veinte y sesenta años."
Sólo judíos de nacimiento fueron contados, no los erev rav. (Estos conversos egipcios habían sido excluídos de todas las cuentas previas, también.) Hashem ordenó a Moshé, "Reúne a los Benei Israel y cuéntalos colectando una moneda de medio shekel de cada uno13 (dado que los judíos no pueden ser contados directamente).
"Cada uno presentará documentos y testigos para probar la Tribu de la cual su padre es descendiente. "Registra el nombre de cada hombre de acuerdo con la descendencia de su padre y calcula el número total de varones de cada Tribu. Después de ello, calcula el total de Benei Israel".

Esta fue la cuarta vez que los judíos fueron contados:
1. Inicialmente, la Torá registra que los miembros de la familia de Iaacov que viajaron a Egipto fueron setenta.
2. La Torá consigna que 600.000 hombres abandonaron Egipto.Estas cifras indican que el pueblo judío se multiplicó milagrosamente mientras estaban en Egipto. Debido a la Especial Providencia de Hashem, la pequeña familia de Iaacov, a pesar de los planes enemigos para exterminarla, maravillosamente se convirtió en una nación incluyendo millones de almas.
3. Después del pecado del Becerro de Oro, el once del mes de Tishrei, de 2448, los Benei Israel fueron contados una tercera vez. Aquel censo fue tomado como señal del amor e interés de Hashem por los judíos incluso después de su pecado.
4. Ahora, en el primero del mes de Iyar, de 2449, casi siete meses después del más reciente censo, el pueblo fue contado otra vez.

Hashem ordenó este censo por varias razones, entre ellas:
1. El propósito principal de esta cuenta era asegurarse de la prosapia de cada individuo y de ese modo determinar su Tribu.
2. Hashem ordenó que los judíos fueran contados en este primero de Iyar porque su entrada a Eretz Israel estaba fijada para tener lugar en veinte días. (La estadía de cuarenta años en el desierto fue decretada solamente después, cuando el pueblo demandó Espías.) Esta inspección determinaría quién calificaba para servir en el ejército que conquistaría Eretz Israel.
3. A pesar de que hay muchas otras razones para este censo, una en particular explica profundamente por qué Hashem ordenó contar a Benei Israel ahora, a pesar de que ellos habían sido contados sólo unos pocos meses antes.
A la noche, un hombre de negocios regresó a casa exhausto. Había sido un día agitado- llamadas telefónicas, órdenes, y embarques. El deseaba solamente tener una buena cena y caer en cama. No obstante, primero tomó tiempo para atender algo. A pesar del tiempo consumido y la concentración requerida, no obstante le daba mucho placer. Sacando fuera de su billetera los cheques y billetes que había recaudado durante el día, pacientemente los contaba varias veces. Olvidando su cansancio, se llenaba de satisfacción y placer.

Una persona invierte tiempo y esfuerzo para inspeccionar y contar objetos que le son preciados. Más valioso el ítem, más cuidadosamente lo escrutará.
El Todopoderoso frecuentemente cuenta a Kelal Israel, demostrando que a Sus ojos cada judío individual es importante. Por lo tanto, la Torá hace todo lo posible para detallar el número del pueblo judío. En parashat Bamidbar sola, hay cuatro diferentes listados del número de Benei Israel.
Hashem dice, "Toda vez que la suma total de Benei Israel es mencionada, Yo soy feliz, porque ella representa el número de soldados en Mi ejército, que cumplen Mi voluntad en el mundo."

El Campamento de Benei Israel
Hashem ordenó que las Tribus acamparan en las cuatro principales direcciones a fin de simbolizar que los méritos de Kelal Israel sustentan al mundo entero.

En el Este

- IEHUDA - Hashem dijo, "Iehudá, la Tribu de la cual los monarcas judíos descenderán, acampará en el este. El este es la dirección del sol naciente, y la monarquía judía es calificada una "luz". (Su tarea es guiar a la nación por la luz de Torá.) Iehudá, por consiguiente, pertenece al este.
- ISAJAR - Isajar, también, pertenece al este, la dirección de luz. La Tribu de Isajar constaba de eruditos de Torá (el faro de esperanza de la humanidad a lo largo de los años de oscuridad espiritual y confusión).
- ZEBULUN - Aquella Tribu estaba apostada en el este, la dirección de luz, porque las riquezas adquiridas por medio de su comercio servían a la luz de la Torá. Los miembros de Zebulún utilizaban su riqueza para sostener a los eruditos de Torá de Isajar.


¡Un tzadik es afortunado, y así es su vecino!
Los miembros de las tres Tribus que acampaban en la vecindad de Moshé y Aarón en el lado este se convirtieron en luminarias de la Torá:
- La Tribu de Iehudá se distinguió ella misma en el estudio de Torá y mitzvot.
- Isajar fue famosa por sus estudiosos de Torá, quienes eran versados en el conocimiento de intercalar los meses y los años.
- Zebulún, además de sustentar a Isajar, se ufanaba de sus propios grandes eruditos de Torá.

¡Inversamente, infortunio al rashá (malvado) e infortunio a su vecino!
Las Tribus de Reubén, Shimón, y Gad estaban apostadas próximas a Kehat. Por lo tanto, miembros de Reubén (Datán, Avirám, y On ben Pelet) se unieron al rebelde Koraj, de la familia de Kehat. Miembros de Shimón y Gad, en otras ocasiones, causaron majloket, rivalidad.

Este Midrash enseña que nosotros debemos seleccionar cuidadosamente nuestros vecinos y asociados.

En el Sur

- REUBEN - Rocío y lluvias de bendición emanaban del sur. Después de pecar en el incidente relativo a Bilhá, Reubén confesó su error y se arrepintió. Reubén, el gran primer baal teshuvá (persona que retorno al buen camino), implantó el potencial para teshuvá en sus descendientes.
La posición de esta Tribu en el sur, la fuente de lluvias benditas, indicaba que bendiciones vienen al mundo en mérito de la teshuvá.
- GAD - Gad estaba situado junto a Reubén porque la Tribu de Gad, cuyos miembros eran guerreros, tenía el poder espiritual para evocar el resplandor Divino de fuerza sobre Kelal Israel. Esta cualidad complementaba la cualidad Divina de Misericordia evocada por la Tribu de Reubén.
- SHIMON - Shimón estaba posicionado entre las dos Tribus precitadas para su propia protección espiritual. Shimón no había recibido bendición explícita de su padre Iaacov, quien estaba encolerizado de que Shimón hubiera tomado la iniciativa en destruir Shejem y en vender a Iosef. Moshé también escogió no conferir sobre esta Tribu una bendición separada, porque él estaba encolerizado de que sus miembros hubieran participado en el pecado de Shitím. A causa de que Shimón estaba privado de bendiciones, Hashem apostó a su Tribu donde se beneficiaría de los poderes espirituales de sus vecinos, los cuales provocaban Misericordia y Fuerza Divinas.

En el Oeste

Del Oeste emana nieve, granizo, helada, y calor, fuerzas poderosas que causan muerte y destrucción. Hashem ordenó que esta dirección fuera ocupada por la descendencia de Rajel, cuyo poder espiritual es suficiente para derrotar las fuerzas del mal.

- EFRAIM
- BINIAMIN y 
- MENASHE todos poseían fuerza especial para conquistar su ietzer hará (instinto malo). Consecuentemente, ellos desviaban malvados decretos que amenazaban a Kelal Israel
Más aún, la Shejiná (Presencia Divina) descansa en el oeste. Por consiguiente, Biniamín, el querido de Hashem, al que fue prometida la presencia de la Shejiná, estaba apostado en aquella dirección.

En el Norte

- DAN - Oscuridad desciende sobre el mundo desde el norte. Dan fue situado aquí para simbolizar que su Tribu causó una oscuridad espiritual cuando el rey Iarovam erigió uno de los dos becerros en su territorio (I Melajím Xll). Miembros de la Tribu de Dan también adoraron la imagen de Mijá en los días de los jueces. Hashem ubicó a Dan en el norte, desde donde el daño llega al mundo, para amonestar a la Tribu para que abandone sus costumbres erróneas y escoger el camino de vida en su lugar.
- ASHER - Hashem ubicó a Asher junto a Dan, con la esperanza de que su luz se derramara sobre el Campo "oscuro" de Dan. La porción de Asher estaba bendecida con olivas cuyo aceite era usado para la menorá (candelabro), un símbolo de la sabiduría que esta Tribu poseía. Asher estaba destinado a impartir su sabiduría a Dan.
- NAFTALI - fue también puesto junto a Dan porque poseía un resplandor Celestial de bendición material. Su bendición se derramaría encima para beneficiar a la menos merecedora Tribu de Dan.

miércoles, 1 de junio de 2016

Parashá de la semana, Bejukotai (Vaikrá 26:3-27:34) 33

Esforzándose en Torá


“Si anduvieres según Mis leyes…”(Levítico 26:3)
Andar en las leyes de Dios, dicen los Sabios, se refiere a esforzarse en el estudio de Torá. Sobre ese esfuerzo, es contingente la bendición de Dios. Y así también, las maldiciones vienen por la falta de empeño en el estudio de la Torá.
Los Sabios (Talmud – Nedarim 81a) nos dicen que la tierra de Israel se perdió y que el pueblo judío fue exiliado porque fallaron en decir la bendición apropiada antes del estudio. El Ran, citando a Rabeinu Yona, explica que la bendición es sobre el empeño y el esfuerzo que uno debe poner en la Torá y que cuando eso falta, resulta el jurbán(destrucción).
La primera pregunta que surge es: ¿Cómo se alude al esfuerzo en Torá en“andar según Mis leyes”? ¿Desde cuándo “andar” implica empeño y esfuerzo?
Los Sabios nos dicen que la Torá es un elixir de vida para aquellos que se apegan a ella como “derechistas” y un veneno para aquellos que se acercan a ella como “izquierdistas”. Rashi define como “derechistas” a aquellos que utilizan su brazo derecho fuerte para hurgar en la Torá y descubrir sus secretos (Talmud – Shabat 88b). Uno debe hurgar profundamente en la Torá para descubrir su verdadero significado, para encontrar a Dios, que es el alma de la Torá. Sin esfuerzo y empeño, uno logra como mucho un entendimiento superficial de la Torá, que a su vez, lleva a una observancia superficial y trivial de sus mitzvot. Por otra parte, alguien que hace todos sus esfuerzos gana “temor al Cielo” que es la verdadera esencia de la Torá.
Se nos exhorta literalmente a caminar detrás de Dios, caminar sobre Sus huellas. Esforzarse en Torá es descubrir las huellas de Dios, las leyes inmutables de la naturaleza espiritual que contienen la esencia de los atributos Divinos. Al subyugar su mente a las demandas de la Torá y rechazar todo lo superficial y simplista, el estudioso de la Torá encuentra a Dios en la Torá y es capaz de emularlo.
La antítesis de esforzarse en Torá es “si no Me escuchas” – si fallas en escuchar a Dios en la Torá. Piensas que posees Torá, pero es una Torá que está vacía de Dios. Este tipo de Torá puede distorsionarse fácilmente y llevar incluso a la idolatría, la inmoralidad y el asesinato.
Secuencia Problemática
La advertencia profética en relación a nuestros futuros errores contiene la siguiente secuencia de eventos: Dios va a mandar a un enemigo a invadir la Tierra de Israel y los judíos se van a reunir dentro de las murallas protectoras de Jerusalem. Los judíos rodeados van a ser presa de una plaga que matará a muchos. Dado que está prohibido dejar un cadáver en Jerusalem, los cuerpos deberán ser llevados afuera de la ciudad y de esta manera la gente será entregada en manos del enemigo (ver Rashi a Levítico 26:25).
La secuencia es a primera vista asombrosa. La prohibición de dejar un cadáver en Jerusalem es rabínica. E incluso que hubiera sido una ley de la Torá, el peligro de vida involucrado en enterrar fuera de las paredes, habría tenido precedencia sobre la ley que prohíbe enterrar en Jerusalem. Otro problema: la generación que la Torá está describiendo es una generación en la cual el asesinato, la idolatría y la inmoralidad eran excesivos. ¿Acaso personas envueltas en esos crímenes arriesgarían su vida para cumplir una ley rabínica?
Pero ese es justo el punto de reprimenda. Cuando uno estudia Torá superficialmente, la perspectiva de uno está necesariamente fragmentada y distorsionada, y su énfasis también. Lo que le faltará es la visión de las mitzvot como parte de una totalidad y a la luz de esa totalidad.
Una visión superficial de la Torá puede llevar a la persona poner un énfasis desproporcionado incluso en aquellas cosas que son de gran importancia desde el punto de vista de la Torá, tales como la santidad de Jerusalem. Esa santidad, sin embargo, no sólo no obliga a que uno entregue su vida para evitar que queden cadáveres en Jerusalem; sino que expresamente lo prohíbe, porque el valor de la vida tiene precedencia. Esas distorsiones son inevitables sin una visión general de la unidad de la Torá.
La recompensa por esforzarse en Torá es armonía en el mundo natural que culmina con la bendición de Shalom, paz. Los estudiosos de la Torá, dicen los Sabios, aumentan la paz en el mundo al armonizar los mundos físicos y espirituales a través de su entendimiento de los fundamentos secretos de la Torá.
Por el contrario, el castigo por no esforzarse en Torá es un mundo natural que se vuelve loco, donde nada sale bien. Ese es el resultado espiritual de fallar en descubrir las huellas de Dios en la Torá y de andar por Sus caminos – la consecuencia de ver la Torá como una serie inconexa de “cosas que se deben hacer” y de “cosas que no se deben hacer”.
Sin empeño, la Torá es vista no como una “forma de vida” sino como una “intrusión en la vida”. Y el castigo es que la propia vida se ve invadida con una multitud de maldiciones.