domingo, 22 de mayo de 2016

Parashá De La Semana, Behar (Vaikrá 25:1-26:2) 32

El Camino Largo es el más Corto

En la parashá de esta semana, Dios le dice al pueblo judío que dejen descansar sus tierras y que no siembren durante el séptimo año. Él les promete que si hacen esto, no saldrán perdiendo – Él realizará un milagro y recibirían el doble de cosecha. Esta fue una gran prueba de confianza para el pueblo, ya que en aquellos días no cosechar significaba ¡no comer! Cada persona tuvo que enfrentar esta prueba, y su decisión demostraba si realmente confiaba en Dios o no.
También podemos aplicar esta idea a nuestras vidas. Cada vez que nos encontramos ante un dilema en el cual hacer lo correcto pareciera ser una molestia o una pérdida, podemos optar por confiar en Dios, sabiendo que si hacemos las cosas bien, al final nunca vamos a perder.
En nuestra historia, una niña se enfrenta a una decisión de "confianza", y termina ganando.
El Camino Largo es el Más Corto
Era un día extremadamente caluroso. Nancy y sus amigas se preguntaban si alguna vez acabaría el largo camino de regreso a casa desde la piscina del barrio.
"Por suerte recordamos traer nuestra botellas de agua", dijo Nancy a su hermana Diana.
Las niñas siguieron su marcha, cuando de pronto alguien notó que había una brecha en el alambrado de contención del otro lado de la carretera.
"Hey, ¡es nuestro día de suerte!" gritó Diana. "Si tomamos este atajo llegaremos a casa en la mitad de tiempo".
"¡Vamos!" Acordaron las cansadas niñas, e inmediatamente comenzaron a cruzar la calle polvorienta.
Pero cuando se acercaron, su ilusión se desvaneció.
"NO TRASPASAR, PROPIEDAD PRIVADA" decía un viejo y oxidado cartel colgando a uno de los lados de la valla.
Las niñas se miraron mutuamente durante un instante. "Vamos", dijo Diana. "Probablemente ese cartel ha estado colgando ahí durante diez años. Nadie le presta atención, y tampoco nosotras deberíamos prestársela".
"Diana tiene razón", dijo Sara. "¡Miren cuántas personas lo han traspasado! Se ven las huellas a través del campo vacío".
"Además", añadió Diana, "¿quién se va a enterar?, ¿a quién podría importarle?".
Las acaloradas y cansadas niñas no necesitaban muchos argumentos y rápidamente comenzaron a traspasar la valla. Pero, cuando Nancy se agachó para pasar, sintió que algo no andaba bien. "Es cierto que estamos acaloradas y cansadas, pero ¿acaso está bien traspasar una propiedad privada sólo por esta razón?", pensó.
Rápidamente se detuvo y llamó a las demás. "Hey, ¡esperen un minuto!" Las niñas se voltearon. "¿Acaso tenemos derecho de pasar a través de una propiedad privada?" preguntó Nancy. "Sé que es un largo camino, pero hay que hacer lo correcto, incluso cuando es difícil, ¿cierto?"
Diana se dirigió a su hermana y le dijo: "Escucha, hemos decidido tomar el atajo. Estoy segura de que no es un problema. Pero si quieres sudar y tomar el camino largo, entonces puedes hacerlo. Yo estaré esperándote en casa, descansando agradablemente".
Nancy vio como Diana y las demás muchachas, felices por su buena fortuna, desaparecieron a través del agujero en la valla, dejándola a ella por su cuenta. Y ahora, caminando sola, el camino parecía incluso más largo.
"Tal vez no fui muy inteligente", pensaba Nancy. "Las muchachas, probablemente están sentadas en casa refrescándose con el aire acondicionado, y yo ¿donde estoy?"
Una o dos veces ella estuvo a punto de regresar para reunirse con sus amigas, y a punto de pasar a través de otras aperturas que surgían en la valla cada cierto tiempo. Pero cada vez ella se decía a sí misma, "Hay que hacer lo correcto, incluso cuando es difícil", recordándose a sí misma, que cuando uno hace lo correcto nunca sale perdiendo.
Pronto Nancy comenzó a tener pensamientos agradables, y antes de que se diera cuenta, llegó a casa. Ella abrió la puerta esperando encontrar a Diana descansando cómodamente con el aire acondicionado encendido. Pero para su sorpresa, la casa estaba vacía. Era obvio que nadie había estado allí desde la mañana.
"Que divertido", pensó. "Quizás Diana se quedó en la casa de una de las muchachas". Después de encender el aire acondicionado, Nancy se sentó tranquilamente con una pila de libros para leer durante la tarde.
Bastante tiempo después, Nancy salió a revisar el buzón de correo y vio una extraña visión. Ella vio a Diana y a las demás muchachas viniendo por la carretera. Definitivamente no parecían felices. Exhaustas, un par de las chicas con rasguños en sus piernas, y Diana ¡cojeando!
"Hey, ¿qué pasó con ustedes?" exclamó Nancy.
Las niñas levantaron la vista, sorprendidas, y un poco avergonzadas. "Bueno", suspiró Diana, "parece que el atajo no fue tan buena idea después de todo. El campo estaba lleno de espinas..."
"¡Y hiedra venenosa!" añadió Sara mientras se rascaba. "Nos tomó una eternidad atravesarlo. Pensamos que nunca íbamos a salir".
"Tuviste mucha suerte de no venir con nosotras", dijo Diana.
Nancy miró a su hermana y a sus fatigadas amigas y asintió con simpatía. "Tuve suerte", pensó para sí misma, "suerte que confié lo suficiente como para hacer lo correcto".
De 3 a 5 años
P. ¿Cómo se sintió Nancy cuando se dispuso a tomar el atajo? 
R. A pesar de que quería hacerlo, se dio cuenta de que no era lo correcto.

P. ¿Cómo se sintió ella cuando vio lo que ocurrió con sus amigas? R. Se sintió mal por ellas, pero se dio cuenta de que había sido premiada por haber tomado la decisión correcta.
De 6 a 9 años
P. Si las amigas de Nancy hubieran llegado a casa de manera rápida y fácil, ¿eso habría demostrado que ellas tenían razón y que Nancy estaba equivocada? 
R. No, en absoluto. Muchas veces podemos ver claramente el resultado de actuar correctamente, pero a veces no lo vemos de inmediato. Lo importante es seguir haciendo el bien, y confiar en que al final de cuentas siempre vale la pena.

P. Para Nancy no fue nada fácil el desechar la oportunidad de ir por un atajo. ¿Cómo puede ser que hacer lo correcto, a menudo, puede parecer tan difícil? 
R. Por naturaleza una persona prefiere tomar el camino fácil, pero este no siempre es el camino correcto. Asimismo, estas opciones aparecen en nuestra vida como una manera de poner a prueba nuestro carácter y nos ayudan a crecer cuando decidimos hacer lo correcto a pesar de que sea difícil.

P. ¿Puedes pensar en una ocasión en la cual no saliste perjudicado por hacer lo correcto?
10 años y más
P. ¿Qué gana una persona al confiar en Dios? 
R. La confianza en Dios, llamada bitajón en hebreo, es una de las cosas más valiosas que una persona puede tener. Alguien que tiene bitajón, literalmente, puede ser feliz y estar tranquilo en todos los momentos de su vida. Esto se debe a que él sabe que nunca está solo, y que nada de lo que sucede es casualidad. Dado que nada puede ayudar o perjudicar, a menos que Dios lo quiera, él no tiene miedo de nadie ni de nada, y tampoco tiene que adular a nadie para recibir ayuda a cambio. La confianza en Dios puede transformar nuestras vidas y nos puede poner en un plano completamente distinto. Vale la pena hacer todo lo posible para adquirirla.


P. ¿Si confiamos en Dios, eso nos asegura que las cosas van a resultar siempre de la forma en que deseamos? 
R. Confiar en Dios es saber que Él nos ama de manera incondicional, siempre quiere nuestro bien, y nos envía justo lo que necesitamos en cada momento. Sin embargo, nuestra perspectiva es limitada, y es muy posible que lo que Dios piensa que es realmente lo mejor para nosotros, no coincida con lo que nosotros pensamos. Confiar en Dios significa saber que pase lo que pase, todo es para nuestro bien.

martes, 10 de mayo de 2016

Parashá De La Semana, Kedoshim (Vaikrá 19:1-20:27) 30

Prohibiciones Varias con Respecto al Dinero

No Robar
La Torá prohíbe que se robe el dinero o los bienes del prójimo (19:11).
En los Diez Mandamientos, en los cuales la prohibición contra el robo también aparece, se refiere al secuestro de seres humanos.
Según los patrones de la Torá, se define que una persona es un ladrón incluso cuando toma menos de una perutá (menos que un centavo). Uno tampoco puede tomar algo de alguien, con el fin de hacer una simple broma o para fastidiar al dueño. Tampoco puede robar con la intención de devolver el objeto robado.
En los tiempos en que el Be ir. Din (tribunal rabínico) tenía jurisdicción, si dos testigos observaban que un judío estaba robando debía reembolsarle al dueño la suma robada doblada o el doble del valor del objeto robado. (No obstante, por robo en público, uno no necesita devolver el doble.)
El reembolso del doble de la suma es un castigo justo para el ladrón.
Aparte de tener que devolverle al dueño la suma robada, debe pagarle la suma de la cual pensaba privarlo.
Nuestros antepasados eran modelos perfectos de judíos que tomaron un cuidado extremo para evitar el menor indicio de robo.
□ Abraham les ponía un bozal a sus animales para evitar que pastaran en campos que no eran suyos.
□ Durante los veinte años que Iaakov cuidó el rebaño de Lavan, él tuvo mucho cuidado para no tomar nada que no le perteneciera. Sus últimas palabras para su suegro fueron, "Has buscado en todas mis vasijas - ¿y acaso, has encontrado alguno de tus utensilios" (Bereshit 31:37)?
"En general, un yerno tomaría algunos objetos de la casa de su suegro cuando permanece allí por veinte años, objetos que puede considerar que su suegro se los prestaría con alegría, como ser, un cuchillo o una aguja. No obstante, yo no tomé nada de lo que te pertenecía. "
 Reuvén salió a los campos en las épocas de cosecha, cuando la producción era abundante y los dueños de los campos no les importaban si alguien que pasaba por allí tomaba algunas frutas de ¡a calle, sin embargo, él solo tomaba dudaim.
¿Qué eran los dudaim? Existen varias explicaciones. No obstante, todas las opiniones concuerdan en un punto - era una flor o planta que los dueños de los campos consideraban hefker, sin dueño, y que crece por doquier. Reuvén, se abstuvo, igual que sus antepasados, de cualquier acto conectado con el robo.
Nuestros Sabios también eran conocidos por su honestidad extrema. Su sensibilidad hacia el crimen y la injusticia a menudo ayudaba a los funcionarios a detectar delincuentes.
Una vez, el sabio Mar Zutrá se alojó en una posada en la cual durante su estadía, había desaparecido la copa valiosa de plata del propietario. Un día Mar Zutrá observó a un hombre que se lavó las manos y que luego se las secó con el saco de otra persona.
Mar Zutrá llamó de inmediato al propietario. "Arresten a este hombre", ordenó. "Este es el ladrón. He visto que es descuidado con los bienes de los demás". Acusado por el hecho, el ladrón sorprendido, confesó que él en verdad había robado la copa de plata.
Rabí Elazar ben Rabí Shimón conoció al detective principal que había sido enviado por el gobierno romano para perseguir y arrestar a los ladrones. Al discutir con éste el método más eficaz para detectar delincuentes, Rabí Elazar le aconsejó de la siguiente manera: "Haz una búsqueda en todos los restaurantes a la mañana temprano. Averigua quién comió y bebió allí y luego se quedó dormido. Investiga la razón por la cual están levantados tan temprano. Sí el individuo era un estudiante de Torá, puede asumir que se quedó dormido debido a que se había levantado temprano para estudiar Torá. Si era un trabajador, había comenzado su trabajo temprano o podría ser un trabajador nocturno que se quedó despierto durante toda la noche.
"Sin embargo, si no recibe una explicación posible y coherente, debe asumir que las actividades de un hombre que se duerme a esta hora del día son delictivas. Las realiza durante la noche para poder ocultarlas mejor. Ya sea que se queda despierto para robar a viajeros o para entrar en las casas."
Cuando los funcionarios romanos escucharon el método que Rabí Elazar les había sugerido, lo consideraron magnífico.
"¡Si este hombre puede idear métodos tan ingeniosos, dejemos que esté a cargo también de su implementación!" decidieron los gobernadores. Por lo tanto, nominaron a Rabí Elazar para el puesto de detective principal del gobierno.
Rabí Elazar era muy eficiente en su trabajo. Atrapó ladrones, y entre ellos también se encontraban algunos judíos. Entregó a los individuos arrestados a las autoridades romanas, y se los colgó de acuerdo con la ley romana.
Cuando Rabí Ieoshua ben Korjá se enteró de ésto, le envió a Rabí Elazar un mensaje, que decía, "¡Vinagre, hijo del vino!" (Esto significaba, tú, indigno, hijo de un tzadik!" ¿Por qué haces que ejecuten a los judíos? (Según la ley de la Torá, el ladrón debe reembolsar a su víctima con el doble de la suma robada, sin embargo, tú envías a los ladrones judíos para que los maten, ya que de acuerdo a la legislación romana, se aplica la pena de muerte.)"
"No te preocupes", Rabí Elazar replicó. "Yo sólo saqué las espinas del viñedo. (Los judíos que mando para que los maten son individuos viles que merecen la pena de muerte debido a otras transgresiones.)"
No obstante, Rabí Ieoshua no estuvo de acuerdo. "Deja que el dueño del viñedo saque sus espinas", fue su respuesta. "Hashem con certeza destruirá a los reshaim que existan entre Su gente. No es tu tarea preocuparte por ellos."
Un día, cuando Rabí Elazar caminaba por la calle, un lavandero judío lo llamó, "¡Vinagre, hijo del vino!"
"Es un atrevimiento evidente de este hombre (quien no es un talmid jajam)llamarme a mí de esta manera!" dijo Rabí Elazar. "¡Debe ser un rashá -arréstenlo y entréguenlo a las autoridades!"
Colgaron al lavandero, pero luego Rabí Elazar entró en duda acerca de si había actuado correctamente al condenarlo como si fuera una persona malvada. Se dirigió hacia la horca donde colgaba el hombre y se paró debajo y lloraba, con gran temor de haber ejecutado al menos a un judío indebidamente.
Cuando vieron que Rabí Elazar estaba muy preocupado por este motivo, algunos judíos se acercaron a él y le dijeron, "¡Rabí, no te sientas mal! Nosotros sabemos que en Iom Kípur, tanto él como su hijo tuvieron relaciones con una chica que estaba comprometida con otro." (De acuerdo con las leyes de la Torá, este delito se castiga con la pena de muerte, primero se apedrea a la persona y luego se la cuelga.)
Bastante aliviado, Rabí Elazar exclamó, "¡Sí tan importante era el delito de un hombre de cuya culpa yo dudaba, entonces aquellas personas que yo sentencié con la muerte convencido de que eran reshaim (malvados), con seguridad merecían ser ejecutados!"
La historia arriba mencionada demuestra que la kedushá y el temor hacia nuestros Sabios eran tan importantes que éstos podían distinguir de manera intuitiva entre un individuo valioso y alguien que no lo era.
No Negar y luego Jurar en Falso para Verificar Su Negación
Continuando con el tema de la honestidad con respecto a los temas económicos, la Torá le prohíbe al judío:
□ negar el hecho de que a él se le confió un depósito, o que pidió prestado dinero o un objeto (Vaikrá 19:11).
□ jurar en falso para confirmar que él jamás recibió un depósito (ibid.).
Todas las prohibiciones que se mencionan en la perashá se siguen una tras otra con una secuencia lógica. Cuando se lo interroga con respecto a su robo, el ladrón en primer lugar generalmente lo negará, y luego jurará en falso para respaldar su afirmación fraudulenta.
Las advertencias contra el robo (19:11- 12) están redactadas en plural para enseñar que aparte del ladrón o de aquél que niegue la acusación, cualquiera que tenga conocimiento del delito y se quede callado también es culpable. El hecho de no hablar, lo convierte en un socio del acto ilícito.
La Prohibición del Falso Juramento
En los Diez Mandamientos, se estipula, "¡No pronuncies el Nombre de Hashem, tu D- s, en vano!" Este nos prohíbe que juremos algo que es falso o innecesario en Nombre de D- s.
Nuestra perashá reitera la prohibición (en plural, 19:12) para enseñar que un falso juramento está prohibido no sólo cuando juramos en el Nombre Explícito de Hashem, sino que incluso cuando utilizamos alguno de Sus Nombres o atributos.
Al utilizar mal el Nombre Divino, ya sea con un fin traicionero o innecesario, se constituye un jilul Hashem (profanar el nombre de D-s) debido a que prueba el desdén de una persona hacia la santidad del Nombre de D- s.
No Retener el Dinero Ajeno, No Robar, No Retardarse para Efectuar los Pagos de los Trabajadores
La parashá agrega tres prohibiciones acerca de tomar o retener el dinero de otro.
□ "Lo taashok/ No utilizar la posición ventajosa para retener el dinero de otro" (Vaikrá 19:13)
Si alguien le debe dinero a otro judío, como ser una deuda o salarios, no podrá retenerlo utilizando algún truco, excusas, o la fuerza para evitar de esta manera reembolsar el dinero. Por ejemplo, si la persona a la que le debemos el dinero o los salarios nos toca la puerta y nos lo pide, no podemos decir para engañarlo, "¡No te puedo pagar ahora; vení mañana!"
La Torá denomina a este tipo de acción "oshek", la cual consiste en utilizar una posición de ventaja financiera para causar perjuicio a un tercero.
□ La Torá también advierte, "¡Lo tigzol/ No robar en público!" (Vaikrá 19:13)
La Torá ya antes prohibió el robo (19:11), donde hizo referencia al hecho de robar en secreto. Esta nueva prohibición contra el guezel, robo por violencia, prohíbe que se tome algo que pertenece a otro por la fuerza en público.
 "¡No demorar en pagarle a un trabajador lo que se le deba!" (19:13)
Se le debe pagar al trabajador de acuerdo con la forma en que el empleador había acordado, ya sea por día, semana, o de cualquier otra forma.
Si alguien retiene el salario de su empleado, su pecado se asemeja al de tomar el alma de éste.
Cuando Rabí Hamnuna le pagaba a un trabajador que había completado su trabajo, le decía, "Toma de vuelta tu vida que me había sido confiada".
Si el trabajador decía que podía esperar antes de recibir su jornal, Rabí Hamuna insistía en que aceptara el dinero de una vez, y explicaba, "No estaría tranquilo si se me confiaría la custodia de tu cuerpo y mucho menos la de tu alma. El único al que se le puede confiar el depósito del alma es al Todopoderoso. "
¿Por qué Parshat Kedoshim Contiene Tantas Prohibiciones Contra el Robo?
Esta perashá menciona varias prohibiciones por separado contra el robo, tales como robar en forma secreta, robar con el uso de violencia, retener el dinero de otro, etc., a pesar de que algunas de estas prohibiciones se parecen entre sí e incluso algunas se superponen. Por ejemplo, la prohibición de tomar ventaja en asuntos de dinero (19:13) incluye la de retener el dinero de los trabajadores.
¿Acaso no pudo la Torá resumir todas las mitzuot con respecto al robo en una que incluya todas las prohibiciones, como "No podrás robar, ni retener el dinero o los bienes que no te pertenezcan"?
No obstante, existen varias razones por las cuales la Torá enumeró estos mandamientos en forma separada y detallada, entre ellas:
1. Hashem deseó remarcar la severidad con la cual El considera el robo. Cuando leemos la cantidad de prohibiciones de la Torá contra el robo, nos damos cuenta de lo abominable que es este pecado para el Todopoderoso.
2. Recibimos una recompensa por cada mitzvá que realizamos. Al aumentar el número de prohibiciones contra el robo, Hashem aumenta el potencial de nuestra recompensa.
Uno de los Sabios relató, "Mientras deambulaba de un lado para otro, un hombre se dirigió hacia mí de la siguiente manera: '¡Rabí, deseo hacerle una pregunta, pero temo que se enoje!'".
'"Hijo mío', le respondí, 'si deseas información acerca de algún tema de la Torá, ¿por qué habría de enojarme?'"
Luego, me preguntó acerca del siguiente punto:
'El Todopoderoso le provee alimento a todos los seres vivos, según está escrito, 'El le da alimento a todos' (Tehilim 136:25), y 'El le da al animal su comida' (ibíd. 147:9). Entonces, ¿cómo es posible que no haya proveído a la humanidad con su sustento? ¿Por qué es que debemos sufrir y esforzarnos tanto para ganar un salario?
"'¿No te das cuenta, hijo mío,' le respondí, 'que de no ser por las bendiciones que Hashem nos da desde Arriba, todos los esfuerzos del hombre serían inútiles?'
'"Es verdad', dijo el hombre, 'sin embargo ésto no responde mi pregunta. Me gustaría entender porqué es que el hombre se debe esforzar más que otras criaturas.'
"Expliqué este tema de la siguiente manera: 'Hijo mío,' dije, 'te das cuenta de que si alguien no puede cuidarse por sí mismo, Hashem le provee alguien que se ocupe de él. Por ejemplo, todos los idiotas caminan por ahí con vida y muy bien, a pesar de ser incapaces de mantenerse. Como no son lo suficientemente inteligentes, el Todopoderoso los provee con lo que necesitan. En verdad, El podría haberlo hecho con todos los seres humanos. La razón por la cual El hizo que el hombre debiera trabajar para conseguirparnasá consiste en que El creó al hombre con el fin de probarlo, y ganarse el sustento es una de las pruebas más importantes. (Cada uno debe decidir si va a ser un trabajador o un ocioso, cuanto tiempo le dedicará al trabajo ycuanto al estudio de la Torá, si transgredirá las prohibiciones que se oponen a la retención de salarios, al robo, etc. Al obedecer estos deseos del Todopoderoso, el hombre puede ganar grandes recompensas.)"